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Coaching de bolsillo para entornos VUCA

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Cómo adaptarnos a la actual situación de alta volatilidad e incertidumbre

Por lo general no soy muy dado, ni como persona ni como gestor de capital humano, a realizar análisis con matices filosóficos o transcendentales. No obstante, sí que acostumbro a analizar el entorno que me rodea y veo cambios muy generalizados de comportamiento tanto en la población general como en las plantillas de las empresas.

Desde la pandemia, se ha expresado con más fuerza que nunca el hecho de que estamos inmersos en un paradigmático entorno VUCA. Si no estás familiarizado con el concepto ni con el acrónimo, aquí tienes una breve descripción extraída y adaptada de Wikipedia sobre las siglas VUCA:

(V) = “Volatility” - Volatilidad. Se refiere a la naturaleza y dinámicas del cambio, y la naturaleza y velocidad de las fuerzas y catalizadores de la modificación. Hoy en día todo está en constante cambio.

(U) = “Uncertaninty” - Incertidumbre. Falta de predictibilidad, perspectivas de sorpresa y sentido de consciencia y comprensión de los eventos. Se refiere a que, precisamente debido a tanto cambio, perdemos certidumbre y debemos cuestionarnos continuamente.

(C) = “Complexity” - Complejidad. Multiplicidad de fuerzas, mezcolanza de asuntos, ruptura de causa-efecto y confusión que rodean a la organización. Se refiere a que vivimos entornos complejos, multifactoriales, en los que no son fáciles de entender ni entrever tanto esas fuerzas y asuntos como la relación entre los mismos.

(A) = “Ambiguity” - Ambigüedad. La distorsión de la realidad, potencial para malentendidos y los significados diferentes de las condiciones: confusión de causa y efecto. Todo es interpretable, por lo que hay que considerar todas las interpretaciones para la toma de decisiones.

Esta es una definición muy teórica o de manual. Vamos a fijarnos expresamente en la incertidumbre, que es lo peor que lleva nuestra naturaleza humana a causa de la forma en que está configurado nuestro cerebro.

¿Estás de acuerdo conmigo en las siguientes incertidumbres que he seleccionado para ti?

• Incertidumbre por salud (pandemia)

• Incertidumbre laboral (ERTES, ERES, etc.)

• Incertidumbre financiera (crisis bancaria y de crédito, in ación)

• Incertidumbre del aprovisionamiento (semiconductores, gas, canal de Panamá, canal de Suez)

• Incertidumbre climática (sequía y fenómenos climatológicos extremos)

• Incertidumbre geopolítica (cuestiones internas de España, guerras y conflictos internacionales)

Y ahora hablemos de resiliencia. Lo siento, pero no. Ya me he roto. ¿Tú también? Normal, nuestra capacidad para recuperarnos del estrés o soportar situaciones estresantes tiene un límite y lo hemos superado con creces. Esto tiene que ver, por tanto, con la visión que compartía al principio de este artículo: nos hemos vuelto las peores versiones de nosotros mismos.

Veo personas trabajadoras, egoístas, airadas, frustradas, “con la piel muy fina” e instaladas en la queja constante. Entiendo (por las reflexiones que he realizado más arriba) cómo hemos llegado hasta aquí, pero me niego a pensar que nuestro potencial humano esté limitado en este punto y que este, además, sea de no retorno.

Por tanto, te propongo soluciones que puedes aplicar para aliviar tu sufrimiento, repararte y aspirar a desarrollar todo tu potencial y alcanzar la mejor versión de ti. ¡Empecemos!

La responsabilidad es de todos

En este lugar del camino, la primera pregunta es: ¿hasta qué punto la empresa tiene responsabilidad en esta situación? Esta es una pregunta de difícil respuesta. En mi opinión, la empresa no es responsable de la situación, pero tiene responsabilidad en la solución.

Desde un punto de vista de Responsabilidad Social Corporativa, puede ayudar a las personas que forman parte de su organización a tomar conciencia de la situación en la que nos encontramos y ofrecer herramientas como coaching y asesoramiento psicológico. Es hora de que hagamos algo.

Otra solución es que aceptes la corresponsabilidad que tú tienes como persona. ¿Estás dispuesto a cambiar o te sientes cómodo afincado en la queja? Si tu respuesta es que estás dispuesto a cambiar, ahí tienes algunos consejos:

1. Abandona el “yo” y abraza el “nosotros”. En una empresa el “yo” no existe. Todos somos interdependientes y nos necesitamos. Verás que, si abrazas el “nosotros”, el trabajo se acabará antes y de mejor forma. Recibimos lo que ofrecemos. Si lo que ofreces es egoísmo, egoísmo es lo que recibirás.

2. Deja de quejarte y actúa. Como he dicho, acepta que tú eres responsable de tu cambio. Solo si te lo propones podrás cambiar.

3. Vive tu vida desde el agradecimiento. Con esto quiero decir que la ambición es buena y no tiene nada de malo, pero que debes estar alerta para no vivir tu vida quejándote en todo lo que estás ambicionando y que todavía no has alcanzado. Vivir tu vida así solo hará que te sientas frustrado y acabarás enfadado con el mundo.

Ambiciona, ¡claro que sí!, ten sueños y proyectos, pero vive tu vida desde el agradecimiento, es decir, valorando lo que ya tienes, y agradecido por seguir aquí, vivo y leyendo estas líneas. ¿Entiendes lo que pretendo decirte? Alguien dijo una vez: la vida es un regalo, por eso le llaman presente. Valora así tu vida y agradece las pequeñas y las grandes cosas. No esperes a perderlas para valorarlas.

Y es por esto por lo que, como te decía, no acostumbro a ponerme demasiado transcendental pero que, en esta ocasión, ha sido para mí una inevitable necesidad y agradezco poder hacerlo contigo como cómplice.

Espero que esta lectura pueda haberte ayudado a entender que nos encontramos en el ojo de una tormenta llamada VUCA y que, aunque el escenario no sea ideal, puedes y debes tomar conciencia para ser más feliz y alcanzar tu potencial. Si quieres, puedes.

> Antonio Blay Director de RRHH Grupo
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