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Estilo Darkhaus
Darkhaus
el diseño no se detiene
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Desde las obras de arte plasmadas en las paredes de los edificios o en galpones junto al río, pasando por piezas de diseño en objetos cotidianos, en tradicionales fuentes y la intervención del espacio cotidiano, hasta el Monumento a la Bandera, imponente obra arquitectónica y artística de la ciudad, Rosario se ha caracterizado a través de su historia por ser cuna de grandes artistas, diseñadores y constructores. Hoy en día, el movimiento cultural no se detiene. De la mano con el gran crecimiento inmobiliario, va la necesidad de dotar de toques personales a los espacios privados, a los públicos y a los hogares. En este ámbito, hace cinco años, Nerina Pizzarotti, Cristian Fernández y Silvia Cagnone, tres diseñadores locales, emprendieron un proyecto que supieron mantener y hacer crecer: Darkhaus. Este espacio es una galería de diseño y arte, en el que no sólo se pueden adquirir objetos, muebles y obras, sino que también se pueden visitar muestras, participar de intervenciones o simplemente conocer un poco más sobre estos aspectos, que también hacen a la construcción de la ciudad. El periodista Federico Fritschi visitó junto a MSR Constructora a dos de las diseñadoras en la casa de Corrientes al 200, donde funciona la galería. Entre luminarias de variados diseños y colores, originales objetos y arte por doquier, conversó con Nerina y Silvia sobre el proyecto que llevan adelante y sobre cómo creen que aporta a la construcción de Rosario.
Llegaron a Darkhaus después de trabajar muchos años en ambientar fiestas y eventos, ¿fue un buen training (entrenamiento)? Nerina: Nosotros hacemos eventos desde hace veinte años. Somos tres socios, uno de ellos ahora está de viaje. Empezamos ambientando bares, restaurantes y boliches bailables y después arrancamos con eventos. Como los tres somos diseñadores, hacíamos nuestro propio mobiliario, las luminarias... En 2010, dijimos que necesitábamos nuestro propio espacio y ahí fue que comenzamos con la Darkhaus.
¿Qué relación tiene el rosarino con el diseño y el arte? Silvia: Históricamente, el rosarino siempre ha tenido mucha relación, porque hay un fluir de artistas que trabajan aquí, o que han salido y son reconocidos internacionalmente. Hubo una historia de coleccionismo muy importante en Rosario. Con el devenir de tantos emprendimientos inmobiliarios, de nuevas construcciones, del cambio que ha hecho Rosario en cuanto a su arquitectura, el recupero de espacios que estaban olvidados, veíamos que había un cambio, un resurgir de la ciudad y veíamos la necesidad de que el diseño acompañara todo eso. El arte nuevamente debía tomar su posicionamiento.
En un punto hablan de arte y diseño, y da la sensación de que lo que lograron es aunar esos universos… Nerina: Es que nos parecía que faltaba un espacio en Rosairo que junte todo esto, que es en realidad el fin. Porque el arte es diseño. Nos parecía que era justo para que lo pusiéramos nosotros. Es un lugar al que nos gustaría ir y que a Rosario le faltaba. Nace como una necesidad propia, nuestra.
Y trabajan también acá. Es su otra casa... Silvia: Sí, creo que lo que dice Nerina es verdad. Nos tratábamos de imaginar un lugar al que nos gustaría ir, que nos gustaría que esté en la ciudad. Por eso se pensó en formato de galería de arte, pero donde encuentres arte y diseño, donde puedas recorrer el lugar y encontrarte con nuevas piezas de diseño, nuevas obras de arte, que lo puedas disfrutar. Ese disfrute también hace que uno tenga una perspectiva distinta de su ciudad y de lo que uno pueda incorporar en su casa, llevarse.
Por eso de tanto en tanto generan encuentros aquí, intervienen las fachadas... Pensaba que también el espacio juega de museo de arte contemporáneo. Me cuesta pensar en la cantidad de gente que visita un museo y la cantidad de gente que puede venir aquí. ¿Creen que los museos perdieron como espacio? ¿Que invitan menos a la gente a ser visitados? Nerina: Yo creo Rosario ahora está mucho mejor en eso. Igual nuestra postura es que el arte esté incorporado a la vida cotidiana, que esté en la casa, que vos compres un cuadro de un artista (si es rosarino mejor) y lo incorpores a tu living. Esa es nuestra propuesta, que esté más cerca de la gente y no en un museo, donde es intocable. ¿Qué relación tienen con los artistas? ¿Cómo eligen los objetos que comercializan aquí? Silvia: La comunidad artística en Rosario la manejamos a través de un curador en la galería, con quien vamos cotejando las muestras que se van a hacer. Todo surge del consenso entre los tres. Tratamos de que las muestras tengan una vinculación del arte con el diseño. Con los diseñadores argentinos que conforman la colección de la galería, que representamos a través de Darkhaus, el trabajo curatorial lo hacemos nosotros mismos.
¿El buen gusto se tiene o se puede ir refinando, se puede ir buscando? Nerina: Se puede ir refinando. No es que nacés con buen gusto. El ver cosas distintas, diseño del bueno, hace que el ojo se afine y que uno pueda ir subiendo de calidad en buen gusto. Hay gente que viene acá y que no sabe nada y que de a poco va incorporando lo que es el diseño.
Silvia: Eso es lo bueno, cuando uno incorpora un buen diseño o se compra una obra de arte, aunque sea pequeña. Una vez que incorporás a tu casa un original o un mueble de diseño, no podés ir para atrás. Es como probar un buen vino, tu paladar empieza a ser más exquisito. En general siempre vas a tratar de encontrar algo que te sorprenda. Es un lindo camino, es un recorrido encontrar un buen objeto.
¿Cómo está Rosario en relación a otras grandes capitales del mundo o de la Argentina, en torno al arte y al diseño? Silvia: Creo que va avanzando, que el rosarino ha comenzado a viajar y a tener una visión más cosmopolita y a tener la posibilidad de vislumbrar una Rosario distinta. Nosotros lo hemos visto. Vimos que Rosario en un punto iba a comenzar a cambiar. Vimos que hay pequeños síntomas que van marcando ese cambio. Cuando nosotros nos instalamos en esta zona, en calle corrientes al 200, había muy pocos lugares donde uno podía encontrar diseño. Éramos los únicos que proponíamos la galería. Luego de a poco comenzaron a llegar pequeñas galerías de arte, pequeños locales. Ha habido un cambio, lo estamos viendo. Cuando empezamos a convocar muestras de arte fueron un éxito. Viene muchísima gente. Pienso que es un camino que estamos recorriendo. El rosarino empieza a tener más gusto por el diseño y más gusto por el arte. Y nuestro desafío es tratar de proponer siempre, de estar a la vanguardia y poder ofrecerle a la gente lo que hay en el mundo.








En definitiva están construyendo su propio camino, que fue bastante de vanguardia, teniendo en cuenta que no existía, como cuentan este espacio en la ciudad. Vemos que arquitectónicamente avanza mucho la ciudad y lo que ofrecen uds va de la mano con ese crecimiento, o eso es lo que buscan... Silvia: Una buena arquitectura tiene que ir acompañada de un buen diseño y un buen diseño siempre va a ir acompañado de una pieza de arte, una escultura, una pintura, una fotografía. Es un lenguaje que va acompañándose y complementándose. No es que hay una competencia, hay una necesidad de estar juntos. Todo tiene que ver con un disfrute y un buen gusto
La idea de abordar la ciudad como un turista o como un extraño a veces te hace reconocer lugares o espacios que transitás habitualmente y no los valorás de esa forma, ¿no? Nerina: Una de las cosas que tiene Rosario es que está todo por hacerse, o que todo se puede empezar. Es una ciudad floreciente que tiene mucho por hacer. Eso está bárbaro. Tiene mucho potencial.
Hay que afinar la puntería y seguir construyendo entonces… Silvia: Sí, porque lo que construimos hoy es lo que vamos a tener mañana en nuestra ciudad. Teniendo en cuenta lo que dicen, el gusto del rosarino ¿va más por lo minimalista o es de jugarse a la hora de elegir cómo decorar su casa? Nerina: El rosarino es clásico, no es tan jugado, y más en su propia casa. No es tan zafado, pero le gusta incorporar diseño, cuando ve algo novedoso lo valora. A todos nos cuesta incorporar cosas distintas, que no hayamos visto en la vida cotidiana, pero bueno, nosotros ofrecemos cosas originales, distintas, diseño de autor, sobre todo el nuestro. Hay que tratar de que el rosarino se vaya formando con todo eso. Y la respuesta que tenemos es positiva, el rosarino viene, compra, valora, pide asesoramiento, no es que se queda con lo clásico y nada más. Y con nuestra propuesta, que es distinta, también vemos que el rosarino se abrió.
Silvia: Sí, ha cambiado. Hemos incorporado piezas de las que nos habíamos enamorado y a lo mejor costaba un tiempo en el que la gente ingresaba a la galería lo incorporara y se lo llevara. Pero una vez que pasó esa etapa, comenzaron a tomar gusto por ciertas piezas o ciertos diseñadores. Hay ciertas piezas que ya son clásicos nuestros y dentro del clasicismo que tiene el rosarino para ambientar su casa, comienza a incorporar esos clásicos del diseño. Entonces empieza a hacer ruido el diseño dentro de la vivienda. Empiezan a convivir, a construirse en conjunto. g



