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Etimología de la palabra

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Albert Sabin

Albert Sabin

Etimología de la palabra esperanza

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“…conocí la memoria, esa moneda que no es nunca la misma. Conocí la esperanza y el temor, esos dos rostros del incierto futuro... que el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente.” Jorge Luis Borges

Si el 2020 fue el año que el planeta vivió en peligro, donde la pandemia del COVID-19 puso en jaque la salud de la humanidad, también fue el tiempo de la esperanza. Desde el mismo momento que se conoció el virus, infectólogos y especialistas trabajaron día y noche en obtener la vacuna. La esperanza tuvo puesta en su sapiencia y la pronta llegada de una cura se puso en marcha.

Mientras el mundo se organizaba, las muestras de esperanza de la gente no tardaron en mostrarse. Durante las distintas cuarentenas a los que los países se sometieron, como postales, nos llegaban videos viralizados a nuestros teléfonos. Balcones y patios de Italia o España donde vecinos cantaban o hacían distintas demostraciones de optimismo, mientras sumaban aplausos a los trabajadores de la salud. También se repitieron en nuestro país y las redes sociales fueron vehículo para que nos diéramos apoyo en los momentos más difíciles hasta que el pico de contagios primero, y la curva después, se aplanaron.

Aferrarse a una esperanza, la creencia frme, que antes o después, las cosas saldrán de manera positiva. La esperanza es un horizonte, es también esa tabla de la que nos aferramos en los peores momentos. Hay interpretaciones religiosas, políticas, científcas, comerciales o psicológicas que defnen a la esperanza. Cada individuo, cada sujeto social, tiene su propia esperanza.

La Real Academia defne a la esperanza como un estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea. Su etimología dice que esperanza viene de esperar, del latín sperare (tener esperanza) y ésta de spes, esperanza; y agrega: confanza o deseo que algo deseado sucederá.

LA ESPERANZA ES UN ESTADO DE FE Y ÁNIMO. ES PARA LAS PERSONAS UNA NUEVA POSIBILIDAD EN SU VIDA, A DIFERENCIA DEL OPTIMISMO QUE SE BASA EN LA EXPECTATIVA DE RESULTADOS FAVORABLES RELACIONADOS CON EVENTOS O CIRCUNSTANCIAS DE LA PROPIA VIDA O DEL MUNDO EN SU CONJUNTO. PARA LA ESCRITORA NORTEAMERICANA LAINI TAYLOR LA ESPERANZA PUEDE SER “UNA FUERZA MUY PODEROSA, CUANDO SABEMOS LO QUE DESEAMOS Y LO SOSTENEMOS COMO UNA LUZ EN NUESTRO INTERIOR, PODEMOS HACER QUE LAS COSAS SUCEDAN, CASI COMO SI FUERA MAGIA.

Ejemplos de emprendedores que en las malas redoblan la apuesta son los espejos donde mirarse. Apuntalar a la esperanza con decisión e ir por ese sueño, aunque los eternos retornos de una economía esquiva sean obstáculo, no dejarse ganar por la desesperanza. Las tormentas se superan y los que siempre apostamos por un país que sea digno de ser vivido, lo hacemos con la esperanza que mañana será mejor.

PARADÓJICAMENTE, EN EL AÑO QUE CONVIVIMOS CON EL CORONA, ES OPORTUNO SUBRAYAR LO QUE EL INVESTIGADOR MÉDICO Y VIRÓLOGO ESTADOUNIDENSE JONAS SALK DECÍA: “LA ESPERANZA RESIDE EN LOS SUEÑOS, EN LA IMAGINACIÓN Y EN EL CORAJE DE AQUELLOS QUE SE ATREVEN A CONVERTIR SUS SUEÑOS EN REALIDAD.” EN LOS MOMENTOS DE CRISIS ESTAMOS OBLIGADOS A LEVANTARNOS, A SER CREATIVOS, A ESA ESPERANZA PONERLE METAS. APOSTAR A UN FUTURO MEJOR Y ESTAR DISPUESTOS A HACER LO NECESARIO PARA QUE OCURRA.

En tanto, si para el flósofo Aristóteles la esperanza “es el sueño del hombre despierto”, un proverbio japonés destaca que “es mejor viajar lleno de esperanza que llegar”. Sin embargo, el político checo Václav Havel ha dado una defnición original: “no es la convicción de que algo va a salir bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte”. El refrán popular afrma que “mientras hay vida hay esperanza”. Así, hay innumerables frases de flósofos, escritores, políticos o religiosos que nos inspiran.

Un pediatra afrma que la esperanza la ve en la sonrisa de un bebé, el cardiólogo que realiza trasplantes de órganos asegura que la esperanza está en marcha cuando el corazón del donante vuelve a latir en otra persona. Los trabajadores de la salud que pusieron el cuerpo durante la pandemia fueron la esperanza de cada familia y fueron ellos el ejemplo de superación aún en los momentos más extremos.

En tanto la flosofía, diferencia la esperanza del optimismo infundado. Hay quienes creen que tarde o temprano las cosas saldrán bien, sin ninguna certeza. Es allí donde esperanza y optimismo se funden en sinónimo y es lo que algunos flósofos llamaron positivismo. Pero si defnimos desde la religión, nos dirá que la esperanza es “esperar con fe”, en los momentos más complicados de la vida, el hombre siempre ha tenido esperanza.

Nos educan y forman para ser fuertes, deseamos hacer de nuestros proyectos una realidad cuyo mejor combustible es la esperanza en llevar a cabo esas metas que nos proponemos. La pandemia nos interpeló, nos obligó a una nueva normalidad, la esperanza de salir lo mejor posible fue con distancia social, barbijo y lavado de manos. Asumimos la responsabilidad de quedarnos en casa con la esperanza de volver a proyectar esos sueños. A volver a levantarnos en la adversidad, convencidos de un mañana mejor, porque el hombre es tiempo y es esperanza. g

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