Quién no ha pensado alguna vez

¿Quién no ha pensado alguna vez...?

Fotografía de Adelino Lyon de Castro

¿Quién no ha pensado alguna vez que ojalá todo fuera como antes? ¿Quién no ha pensado alguna vez en desaparecer? ¿En cambiar por completo su propia vida y olvidarse de la realidad? ¿Quién no ha pensado alguna vez en morir? Pero, ¿qué es morir...? Se puede morir de muchas maneras, pero, ¿que sienten las personas que mueren por que ellas lo desean? Suicidarse...

Muchos piensan que así se consigue la paz, la tranquilidad. Que el sufrimiento desaparece. Pero, ¿es verdad? ¿Es cierto que cuando mueres no sientes nada? ¿Qué simplemente...te vas? Muchos hemos querido desaparecer en algún momento, pero no se siente lo mismo cuando estás realmente mal.

Cuando cruzas la línea, el límite. Alguien que quiere desaparecer está desesperado, roto por dentro, “sin vida”. No es tan sencillo.

La gente que quiere morir, tienen miedo a la muerte, aunque parezca que no, que se sienten seguros a la hora de suicidarse, que es lo único que quieren. Pero realmente, lo que desean es que les salven. Lo que quieren es sentirse acompañados, quieren sentirse como los demás. Odian ser diferentes. Quieren encajar. Tan solo que les saquen de donde se han metido. El suicidio es algo así como un gran problema en el que te has metido poco a poco sin querer, pero que hasta que no llegas al fondo, a lo más oscuro, no te das cuenta de que has perdido hace mucho la salida.

Recuerdo unas palabras que me dijo un amigo antes de desaparecer. Podría citarlas tal y como él me las dijo, pero esto solo es un simple resumen:

“Yo lo único que necesitaba era alguien que me salvara. Alguien que estuviera conmigo, que me apoyara. Alguien que me acompañara, que lo diera todo porque yo estuviera a su lado. Alguien en quien apoyarme...”

Aquellas palabras me hicieron pensar sobre lo que es la vida ¿por qué estamos aquí? ¿Para qué existimos? ¿Por qué he nacido yo y soy como soy y no nació otra persona en vez de yo? Podría pasarme horas pensando en el porqué de estas cosas y jamás llegaría a una respuesta.

El suicidio es un tema complicado y delicado. Es algo que solo los que lo hemos vivido, da igual si indirecta o directamente, entendemos. Es una de las pocas cosas de esta vida que no merece la pena vivir, ya que en el suicidio se esconde mucho dolor, muchos pensamientos que jamás llegan a salir.

Preguntas sin resolver. Mentes que parecen acertijos. Laberintos sin salida, que tienen tan solo dos puertas, la luz o la oscuridad. Depende de cual escojas puedes seguir vivo o desaparecer. No es un tema que haya que tomarse a broma, ya que detrás de una simple palabra, tres silabas, ocho letras, hay un mundo del cual es difícil salir. Pero no imposible.

La pregunta que me hago muchas veces, y que jamás sabré, supongo: ¿Es cierto que cuando mueres no sientes nada? ¿Que simplemente...te vas? ¿Qué no queda nada de nosotros cuando morimos?

El mundo es muy cruel, si realmente cuando alguien muere, alguien que se suicida, ya no queda nada, solo el simple recuerdo que alguna vez existió.

Eva Milena Serna Marín. 1º Bachillerato E

¿Quién no ha pensado alguna vez si conocemos algún día la paz eterna? ¿Si nuestro saber es finito o infinito? ¿O hacia dónde vamos como personas? ¿Qué es el tiempo? ¿Por qué existe algo en vez de nada? ¿Con qué fin hacemos las cosas si sabemos que vamos a morir? ¿Cuánto cambiamos a lo largo de nuestras vidas y si cambiamos solos o nos cambian? ¿Por qué obedecer? ¿Por qué somos así? ¿Hay una realidad universal? ¿Por qué cada persona tiene distinta reacción ante un mismo problema? ¿Puede ser algo real y falso a la vez? ¿De qué sirve realmente lo que hacemos a lo largo de nuestras vidas? ¿Qué es lo bueno? ¿Y lo malo? ¿Si somos distintos por qué nos enseñan por igual? ¿Somos dueños de nuestro destino? ¿Existe la felicidad o nosotros la inventamos? ¿Por qué nos influenciamos más por lo ''bueno'' que por lo ''malo''? ¿Todas las lágrimas son iguales? ¿Estas, por qué salen cuando estamos tristes? ¿Tenemos límites? ¿Qué es y qué significado tiene realmente la palabra ''Siempre''?...

Y miles de millones de más preguntas de las cuales no obtendremos una respuesta fija a pesar de que haya muchas suposiciones. Nunca sabremos porqué estamos aquí ni hacia dónde vamos. Tampoco si lo que nos rodea es lo que creemos o nos hacen creer. Y me pregunto, si algún día todo volviera a empezar...¿Sería todo de la misma forma que es ahora? ¿Y con el mismo valor? ¿Las mismas metas?

Podría poner lo que yo pienso sobre cada pregunta, pero sería inútil, ya que puede que lo que piense, no sea ni una sola parte de la realidad que vivimos. No debemos descartar aun así, ninguna suposición, ya que, hay posibilidad que lo que creamos imposible se acerque a esta verdad mentida por algo que nunca descifraremos. Digamos como resumen, que todo y todos, estamos en un callejón sin salida del pensamiento.

Naiare Rodríguez Pérez

1º Bachillerato BCD

¿Quién no ha pensado alguna vez que la muerte es lo único sustancial en la vida; Que tal vez, al morir, acaba nuestra vida y empieza la vida trastornada de otras muchas personas a las que les importabas; Que puede que la muerte sea lo único que vamos a realizar todas las personas de la tierra; Que a fin de cuentas, vivimos por y para el óbito?

La muerte es obvio que nos condiciona de por vida, toda la vida sabiendo, aunque sea en nuestro subconsciente, que vamos a morir, que un día todo acabará; pero no solo eso, también las muertes de los demás cambian y modifican la forma que tenemos de vivir, aceptar que alguien de tu entorno ha muerto, que ya no existe y por lo tanto, no volverás a ver a ese alguien; eso cambia tu forma de ver la vida. Claramente, nos llega a todos, a todos nos condiciona este maravilloso acontecimiento por las dos vías, la personal y la social, todo el mundo sabe que existe, y puede que sea el único acontecimiento universal; dicho de otra manera, todos tenemos el deber de desaparecer.

Para finalizar, la muerte es, a fin de cuentas, un fenómeno impresionante y aterrador, el suceso más relevante en la historia de tu vida, hay que aprender a vivir con ella, a vivir con un reloj, esperando o ignorando la hora (lo que cada uno prefiera).

Guillermo Marín. 1º Bachillerato E.

¿Quién no ha pensado alguna vez que todo pasa por algo?

A lo largo de la historia vemos que hemos tomado decisiones concretas que nos han llevado hasta nuestro presente, ¿Por qué el hombre se puso de pie? ¿Por qué Aníbal levantó el sitio de Roma? ¿Por qué en 1789 se sublevó el pueblo francés contra la aristocracia? ¿Por qué coincidieron en el poder Kennedy y Jrushchov? ¿Por qué la moneda cayó de cara para el capitalismo? Hay momentos en la historia que deciden el futuro, ahora bien, ¿y si ese futuro ya está decidido?

Planteemos que todo pasa por algo, que somos meros puntos en el transcurso de una obra divina y nuestra existencia está programada para llegar a un futuro ya escrito. Esto significaría que no gozamos de una libertad real, muchas veces no sabemos por qué hemos hecho algo a priori ilógico, hacemos lo que debemos de hacer para que la historia siga su curso ¿es el destino?

Ahora miremos el otro lado, si no existe el destino ni un ente superior, ¿es el azar el que movió todas las decisiones clave a lo largo de la historia? Dejar a esta imprevisible fuerza como “decisiva” parecería irresponsable, ¿fue suerte que Colón llegara a América por error? A mí me da que pensar…

Hay un tercer punto de vista, ¿es el hombre el que decide el futuro escribiendo el presente? ¿Es legítimo que una especie decida sobre el futuro de otras? El hombre, desde que se colonizó el planeta y se proclamó especie superior, es el único animal que ha tenido potestad para decidir sobre el futuro. Si damos esto como cierto, habría que plantearse qué nos diferencia del resto de animales. “El hombre es un animal dotado de razón”, ¿es, pues, la razón la que nos permite decidir? ¿La que nos hace poseedores del futuro? Solo el tiempo nos dará una respuesta ¿será el hombre racional capaz de salvarse de una extinción masiva similar a la de los dinosaurios? ¿Está el destino escrito y acabará nuestra especie para que otra asuma el trono de la Tierra? ¿O nos salvaremos por “suerte”?

Alvaro García. 1º Bachillerato E

¿Quién no ha pensado alguna vez en su propio funeral?

Siempre se imaginan lluviosos y fríos, pero yo creo que el mío será en un atardecer soleado.

No sé si me incinerarán, como he pedido desde que tengo uso de razón o si me comprarán un bonito ataúd de roble. Si un coche fúnebre hortera y recargado de flores me llevará al cementerio de mi pueblo, o si mis padres cargarán mi urna en su Ford Mondeo.

Y a todo esto, ¿quién asistiría? Mis tíos cercanos, lejanos, tíos que no conoceré jamás pero que sufrirán mi pérdida. Imagino que no traerían a mi abuela, no creo que, a su edad, pueda soportar algo así.

Amigos de la infancia, los que lamentan haber perdido el contacto, los que están por compromiso, los que no pueden parar de abrazarse. ¿Alguien lloraría? ¿Alguien se emocionaría al depositar las flores en mi nicho?

En mi epitafio se leería la frase: “A ti nunca te dio miedo la muerte, nosotros te creímos eterna”. ¿O quizá no?

No sé, no quiero saberlo, al menos por ahora.

Sara del Olmo 1ºBachillerato E

¿Quién no ha pensado alguna vez si existimos realmente?

La realidad es un conjunto de ilusiones que todo el mundo vive. Reflexionamos, pensamos, reímos, lloramos, vivimos. La existencia se asocia a un cuerpo, lo que implica la formación de un yo y con ello el preguntarse qué hago aquí. Que hacemos aquí. Vivimos día a día, construyendo nuevos caminos, abriendo puertas para el futuro. Pero, ¿realmente existimos? Somos robots controlados por seres, quienes nos preparan para crear un nuevo mundo, o esta historia la vivimos en un pasado, pero no somos capaces de recordarla, aunque podemos tener breves recuerdos, llamados déjà vu.

Probablemente estemos sumergidos en un sueño profundo, con la incertidumbre de no saber cuándo llegará nuestro despertar. Como bien decía Calderón, la vida es sueño.

Hay miles de hipótesis que podemos plantearnos para comprender nuestra existencia. Pero en realidad, nadie sabe qué hacemos aquí. Nuestra existencia pasa a lo largo de los años, y lo único que tenemos que hacer, es aprovechar la oportunidad de vivir esta experiencia.

Alodia Gimeno 1º Bachillerato BCD

Quién no ha pensado alguna vez en el porqué de las palabras, por qué una mesa se llama mesa, o por qué una rueda se llama rueda, o lo que es más, cómo surgieron los idiomas, y cuál fue el primero ¿o es que no existió un primero sino que surgieron todos a la vez? Pero si surgieron a la vez ¿Quiénes se pusieron de acuerdo para que cada elemento se llamara de una manera? Y de este modo regresamos a la pregunta inicial: ¿Por qué un elemento u objeto se llama por el nombre que se le da y no por otro?

Judit Benitez 1º Bachillerato A

¿Quién no ha pensado alguna vez en el tiempo?

Pensar que algo tan efímero puede cambiar nuestro físico y mente, cómo poco a poco va arrebatándonos a nosotros y a nuestros seres queridos lo más preciado que tenemos, la vida, nos hace verlo como a un enemigo, pero alguna vez hemos pensado en todo aquello que nos brinda? Sólo el hecho de que esté escribiendo esta redacción me lo ha regalado él. Suena ilógico que defienda algo que poco a poco acabará conmigo, pero cuando pienso en él no recuerdo las velas que hay en la tarta el día de mi cumpleaños, si no en los momentos que he vivido en ellos. No puedo decir que no echo de menos mi infancia, pero crecer, madurar y aprender sobre la vida con los errores que he cometido y cometeré, lo veo como un obsequio. Tener hijos y verlos como yo fui, tener nietos y que mis hijos vean como fueron ellos, es algo que sólo el tiempo me regalará. Conseguir mis metas, mis sueños a base de la experiencia, que tu madre te diga "mi niña se va haciendo mayor", sonreír cuando me demuestran que me equivoco, no dar importancia a esas cosas que vemos como grandes... Me hace reflexionar que el tiempo es aquello que nos hace darle sentido a la vida, que nos hace aprovecharla al máximo, y que nos da momentos inolvidables.

Berta Peiró 1ºA

Quien no se ha preguntado alguna vez... ¿Merece la pena vivir? Cierto es que tenemos la dicha de estar vivos... ¿o no?, acaso hay que dar gracias por eso, vivimos para morir, habiendo disfrutado de una feliz vida, o por el contrario, de una amarga y dura existencia, el final es el mismo, y una vez terminado el juego, tanto el rey como el peón vuelven a la misma caja.

Dijo una de las grandes mentes del siglo pasado, que si quieres soportar la vida deberás estar dispuesto a aceptar la muerte, y efectivamente, admitir que la muerte es inevitable nos puede ayudar a tener una vida fructífera, al recordar que no tenemos nada que perder. Pues ya estamos indefensos y no hay razón alguna para no seguir a tu corazón.

Pero en el caso de que lo sigas ¿de qué sirve?. Aunque llegues a tener una vida feliz y prospera. La muerte te lo quita todo, y pese a lo que digan algunos filósofos o escritores, en absoluto esto es algo glorioso, sino el remate a una lamentable existencia, pues salvo en contadas ocasiones, así es, todos nos acordamos de la muerte de las ilustres figuras, desde las más recientes, como la de Emilio Botín, hasta del envenenamiento que sufrió Sócrates hará ya, más de 24 siglos. Pero alguien recordara nuestra muerte, o más importante aun ¿nuestra vida?, en el mejor de los casos, después de su muerte, una persona media podrá vivir unos 100 años más, hasta que el recuerdo de sus nietos también se desvanezca. Pero después de esto solo le aguarda el olvido.

Con el fin de evitar esto, grandes héroes como Aquiles o Martin Luther King buscaron temerosas causas por las que luchar y morir, yo sin embargo pregunto ¿Hay algo por lo que vivir?

Luis Alejandro Canhoto 1ºE

Quien no ha pensado alguna vez que somos una mínima parte dentro de un universo enorme, seguro que todo el mundo se ha comido la cabeza pensando en qué somos y por qué estamos aquí. Si lo pensamos bien, es muy interesante mirar a tu alrededor y ver a cientos de personas totalmente diferentes en un infinito lugar, mirar al cielo y pensar qué habrá más allá aparte de brillantes estrellas y grandes cometas, y si habrá algún fin o simplemente nunca se acaba, si tenemos una función aquí o sólo somos globos llenos de ilusiones por cada experiencia vivida. Pero la pregunta es si algún día llegaremos descubrir todo lo que nos rodea, si volvemos la vista atrás encontramos una incógnita, pero, ¿existirá la persona que en un futuro tenga todas estas respuestas? la verdad, no lo sé, sin embargo, de momento, podemos seguir soñando.

Raquel Charles 1ºA