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¿Las coincidencias existen?

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Invierno a Verano-

Invierno a Verano-

Julio 2018

2:00pm

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Un verano muy ardiente y el sol picándome en mi espalda de lo caliente que estaba, me encontraba rumbo a mi casa, iba saliendo del gimnasio, me gustaba ir al gimnasio ya que veía muchos chicos lindos con los cuales me hacía escenarios falsos en los cuales podría llegar a ligar con alguno de ellos, aunque la realidad era que nunca lo haría debido a que soy muy poco sociable.

Me describiría como una persona introvertida, un poco inmadura y tímida, tímida al punto de recordar cuando tuve que caminar tres cuadras por no querer gritarle al chofer donde me tenía que bajar porque no servía el timbre y me daba vergüenza decirle donde me bajaba, ese día será inolvidable para mí.

Al llegar a casa salude a mis padres, y fui directo a la ducha, pero antes de eso recibí un mensaje, así que decidí abrir mi celular. Me percate que era Marco, un moreno veinteañero y una sonrisa muy ardiente, lo conocí en una aplicación de citas, hicimos match y desde entonces hemos estado charlando, nunca lo he querido ver en persona debido a que me da pena y miedo de no ser aceptado tal cual soy y cabe admitir que puse unas fotos en donde parezco literalmente otra persona, así que no se sí sea buena idea vernos en persona. Le respondí el mensaje saludándolo y me metí a la ducha.

El agua escurría por mi espalda, mi piel se ponía chinita cuando sentía caer el agua fría en mi cuerpo al desnudo, lo disfrutaba a excepción de que a mis huesos les calaba un poco, aunque siempre intento mantener un equilibrio para disfrutar el agua fría chocando contra mi piel caliente, cerré la llave y me envolví mi suave toalla con figuras de caricaturas, busque en mi armario la peor combinación que a los dueños de la cafetería se les podía ocurrir para vestir a sus empleados, un pantalón verde militar junto con una playera beige, aunque, por tan fea que estuviera yo sabía hacerla lucir.

2:40pm

Salí de casa corriendo ya que mi asistencia la tenía que marcar dentro de quince minutos y siendo sinceros creo que no lo iba a lograr, subí a la primera ruta de camión que vi pasar, al fin de cuentas cualquiera me dejaba afuera del centro comercial, baje por enfrente para no cometer el mismo error de tener que caminar por vergüenza a gritar

“¡BAJEEEN!”, desde mi perspectiva eso solo lo hacía gente que en su vida habían conocido la vergüenza y en mi caso la vergüenza y yo íbamos juntos a todos lados.

Llegue corriendo a la cafetería que está dentro de la gigantesca mansión donde encuentras gran variedad de locales y cosas por comprar.

2:54pm

Un minuto antes y no lograba obtener mis puntos de puntualidad, toda la semana había llegado temprano y no lo arruinaría por un minuto.

¡Ismael, limpia el desastre de la mesa cinco! escuche que la jefa me había dado una orden.

Al llegar a la mesa me percate que un tipo había tirado su café en toda la mesa, así que precedí a limpiarlo.

Disculpe tendré que molestarlo, podría permitirme- le dije un poco tímido, por lo general solo me ponían a preparar cafés, pero nunca a interactuar con los clientes,

— ¡Claro!- me contesto con una sonrisa blanca como los tipos de comerciales de pasta de dientes, el tipo era guapo no voy a negarlo, y por alguna extraña razón sentí un presentimiento proveniente de este tipo.

Le conteste con una simple sonrisa.

Acabe de limpiar la mesa y el tipo volvió a su lugar, al retírame sentí un jalón de mi muñeca que provenía del tipo de la mesa.

— ¿No me recuerdas?- me preguntó

En ese momento mi cerebro empezó a trabajar al mil por hora, el hámster en mi cabeza quedo agotado.

— Am, disculpa, la verdad no respondí intentando hacer memoria de quien carajos era ese tipo.

— ¡Oh hombre! exclamó ¿cómo no vas a reconocerme?, piénsalo bien Isma, fui tu mejor amigo en toda la maldita secundaria.

¡BRUNO! respondí gritando de la emoción, ese hijo de perra había sido mi cómplice en la secundaria ¿cómo has estado, que ha sucedido en tu vida?

Y antes de que contestara mi jefa apareció, Si lo disculpas está en su hora de trabajo dijo ella un poco molesta.

¡Oh, claro! respondió

Am, si puedes, hoy en la noche habrá una fiesta en la playa, ¿te veo ahí? pregunto con su linda sonrisa de modelo.

— Por supuesto, cuenta con eso le respondí.

Luego de ello, me pasó la dirección en un papel de servilleta y se marchó, pero antes de eso me guiño un ojo.

El día se podría decir que transcurrió tranquilo, no hubo mucha gente, ya que por lo general en vacaciones de verano no suele recurrir mucha gente debido a que la mayoría sale a vacacionar. Al salir del trabajo tome un camión y llegue a casa a bañarme de nuevo, salí y busque un atuendo fresco, una guayabera con unas bermudas y unas chanclas y salí rumbo a la dirección que Bruno me había mandado, pedí un carro para no batallar.

En el camino me quede pensando en el guiño que me lanzo, en todo el día no le puse atención a eso suponiendo que era coqueto siempre pero, ¿y si no es así?, no quise ilusionarme con una historia de amor entre los que fueron los mejores amigos de la secundaria así que evite hacerlo aunque inconscientemente me hice una pequeña idea.

9:46pm

Llegue a la fiesta, era en medio de la playa, algunas personas estaban en la orilla del mar, otras en la fogata, y también algunas en la barra de bebidas, todo el resto se encontraba bailando frente al DJ, decidí ir a la orilla del mar, se veía muy lindo, la fogata quedaba a unos cuantos metros de ahí así que el fuego iluminaba un poco, además el cielo estaba totalmente despejado, esa noche nunca la olvidaría, estaba bañado en estrellas, el fresco acariciaba mi piel al hacer aire e ignorando la música de fondo, y ruido de las olas era una melodía tan tranquila, el mar esa noche estaba tranquila, era un espectáculo inolvidable.

Una voz me saco de esos pensamientos.

— Hey, hola era Bruno, iba llegando a donde estaba yo..

— ¡EY! le respondí un poco nervioso, me había asustado un poco.

¿Quieres ir por un trago? me preguntó sonriente

Claro, vamos le respondí con una sonrisa.

A decir verdad eso me caería bien, cuando esa sustancia entra en mi cuerpo altera mi organismo y hace que se me olviden mis mayores temores.

Estuvimos platicando un rato sobre que había de nuevo en nuestras vidas y los panes que tenía cada uno en su futuro, me hizo bien platicar con él, aunque aún tenía duda si era heterosexual, había momentos en los cuales teníamos roces de manos o hacía comentarios como “no puedo creer que estés soltero, eres muy guapo”, y no tengo idea si lo decía sarcásticamente o no pero repito, no quiero hacerme ilusiones falsas.

Luego de platicar decidimos ir a bailar un poco, me presento a sus amigos y realmente me la pase muy bien, llegando a un punto en donde empezaba a sentirme un poco mareado, pero todavía aguantaba un poco. Hubo un momento en donde solo era yo de entre la multitud, la música entraba por mis oídos y mi cuerpo la sentía dentro de ella, en ese momento me deje fluir y sentir felicidad y paz, al reaccionar todos los amigos de Bruno estaban aplaudiéndome incluyendo a Bruno.

Me acerque a él y no sé de dónde salió mi atrevimiento pero me decidí a besarlo, vamos, era lindo, amable, y le tenía muchas ganas, además de que lo mío con Marco, el de la aplicación de citas, estaba lejos de ser algo.

Me sorprendí de que no me haya quitado, me siguió el beso y sentí mil mariposas en mi estomago, sentí las mismas emociones que cuando me subo a una montaña rusa, todo daba vueltas, fue rápido pero eterno, ganas de vomitar debido a la adrenalina y alcohol que corría por mi cuerpo.

2 semanas después.

Han pasado dos semanas y unos días desde el beso que me di con Marco, y la verdad es que después de ello ya no lo he vuelto a ver, el último recuerdo que me quedó de esa noche fue ese beso, al siguiente día desperté en mi cama y solo con una chancla, no tengo ni una puta idea de cómo regresé a mi casa.

Estos días he vuelto a hablar con Marco, y hoy tenemos una cita, por lo visto iremos a la cafetería en donde trabajo, el decidió ir ahí y a decir verdad los postres no son tan desagradables, creo que lo único que me gusta de mi trabajo es la comida que vendemos. Quedamos de vernos a las 8:00pm y ya eran las 6:30 así que empecé a arreglarme.

Hoy era domingo, mi día favorito de la semana y mi día de descanso, me levanté de mi cama y me fui en dirección a la ducha, hoy fue un día lluvioso y con neblina, se me hizo raro en plena semana de verano, pero bueno, el clima siempre es impredecible en esta ciudad, al salir me puse una sudadera lila, pantalón negro y mis converse negros, un poco casual pero muy cómo para mi gusto.

7:40pm

Salí de casa y camine a la parada, si esta fuera una situación distinta iría corriendo al trabajo, pero sé que no hay prisa, no hay bonos de puntualidad esperándome, así que voy a mi paso.

Llegue al centro comercial y me dirigí a la dichosa cafetería, faltaban cinco minutos para las ocho, me gusta ser puntual y me decidí a esperarlo, claro si es que llegaba, le envié un mensaje anteriormente explicándole como me podría distinguir aunque al llegar a la cafetería note que estaba vacía y no la juzgo, ¿quién vendría a una cafetería un domingo a las ocho de la noche en vacaciones? Decidí ir por un café para hacer tiempo en lo que llegaba, me regrese a mi lugar a tomar mi café y saque mi celular para jugar algo y que se vaya más tiempo el tiempo de espera.

¿Ismael? dijo una voz que provenía de un lado mío. Yo reconocí esa voz.

¿Bruno? pregunte asombrado, ¿qué hacía aquí? Y ¿por qué aparecía justo el mismo día de mi cita?

No me digas, tu eres mi cita respondió sonriendo

Am, no disculpa, yo estoy esperando a Marco le dije haciendo una mueca de disculpa.

A lo que él respondió con una risa.

Si am, creo que mejor me siento dijo mientras se sentaba bien, espero no te molestes, pero decidí cambiar mi nombre en la aplicación por miedo ya sabes a que saliera algo mal, pero al llegar vi que eras la única persona aquí y llevabas una sudadera lila.

¿Qué?, ¿por qué hiciste eso? pregunté un poco indignado, Dios, como no lo reconocí antes.

Bueno creo que tu tampoco estas en plan de ponerte molesto, no te pareces mucho en esas fotos contestó riéndose.

Era verdad, edite un poco esas fotos por lo mismo, así que solo solté una risa y una sonrisa se postro en mi cara.

Bien, está bien, tienes razón, pero, tengo una duda ¿Por qué después de ese beso que nos dimos, ya no me buscaste más?, digo sabías que podrías venir a la cafetería porque aquí trabajo pregunte con curiosidad.

Pues, luego de besarnos te fuiste corriendo, y no supe más de ti, así que supuse que no te había gustado, de hecho a mitad de camino se cayó una chancla terminó de decir mientras jugueteaba con sus manos.

Ahora todo tiene sentido con esa chancla.

— Yo, am, discúlpame de verdad, estoy muy avergonzado con eso, lo último que recuerdo de esa noche fue ese beso le dije apenado.

— Hey, no hay de que avergonzarse, he de confesar que luego de eso recogí tu chancla y la llevo en mi carro con la esperanza de poder regresártela un día confesó ¿me acompañas por ella? preguntó.

Claro que sí respondí con una sonrisa que iba de oreja a oreja.

Caminamos a su carro en silencio, y antes de salir tomó mi mano, y en ese momento sentí mil mariposas volar en mi estomago. Salimos y vimos que estaba empezando a llover y al llegar a su carro me abrió la puerta y luego entro el por la otra.

Ten, aquí esta me dijo entregándome mi chancla mientras sonreía. Gracias respondí apenado.

¿No crees que todo esto fue una simple coincidencia? me preguntó mientras veía la lluvia chocar con el vidrio de su parabrisas es decir que yo fuera a esa cafetería estando muchas otras más, además de que estuvieras trabajando en ese turno me dijo extrañado. Creo fielmente que las coincidencias no existen, pero si así fuera, eres la coincidencia más bonita que me podría haber pasado le respondí tomándole la mano y sonriendo.

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