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PRÓLOGO DR. JULIO ESCOBAR
EL HOMO SAPIENS -DE LA CURIOSIDAD CREADORA A LA CIVILIZACIÓN TECNOLÓGICA-
PRÓLOGO
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Dr. Julio Escobar
La hiperespecialización acecha a todos los que se sumergen en el trabajo científico y tecnológico. Es como una arena movediza que amenaza con tragarnos en el detalle estrecho de nuestro campo de conocimiento. No siempre es fácil alzar la cabeza y mirar alrededor para entender dónde estamos y por qué. Aquí resulta refrescante la mirada de Harley James Mitchell sobre el camino recorrido desde la cuna de la humanidad hasta la llamada cuarta revolución industrial.
El recorrido nos permite una mirada de afuera hacia dentro, como si viviéramos en una placa Petri y nos dieran la oportunidad de vernos a través de un microscopio, desde el caldo de cultivo hasta el organismo individual. Es un libro dedicado a la comunidad científica y comprendernos siempre ayuda a mejorar. En un país pequeño, hasta los especialistas son llamados a ser generalistas, a colaborar con la evolución social hacia mejores oportunidades, por eso conviene entender las causas que se ciernen sobre el momento actual para intentar entender dónde estamos y por qué.
De la mano, el autor nos lleva entre resultados de investigaciones y planteamientos de pensadores a través de la épica evolución del Homo sapiens. Nos infunde un fuerte sentido de pertenecer a la impresionante tradición creativa humana, las tachaduras fecundas con las que ensayamos, corregimos y avanzamos. Nos enfrenta a la pesadilla de Victor Frankenstein, no solo la científica de crear tecnología incontrolable, sino peor aún la social, de haber creado una sociedad que exige tecnología por sí misma sin importar las consecuencias para el planeta o para quienes la adoptan.
Me interesó ver cómo transitamos del mandato genético de crear, primigenio, individual quizás, evidente desde el surgimiento de la especie Homo sapiens, hasta el mandato sobrepuesto de una organización social que nos obliga a crear para crecer la producción, como una aeronave que necesita velocidad para no caer.
La obra nos presenta un tránsito vivaz de la prehistoria al presente, lleno de contradicciones entre ventajas y desventajas, de complejidades en identificar causas y efectos en la relación bidireccional individuo-sociedad que hace posible el avance tecnológico. Aprendí giros de la historia que desconocía, amigo Mitchell, e ideas que alimentarán horas de conversaciones con amigos de tertulia.
Las citas de una gran variedad de escritores, escogidas por el lente de nuestro autor, nos aportan mucho material para reflexionar. Allí sale a relucir quizás el sentido de que un exmagistrado presidente de la Corte Suprema de Justicia de Panamá vuelque su mirada hacia la ciencia; no solo representa su interés por humanismo en el contexto tecnológico actual, también representa el proceso de debate de ideas concretas y abstractas que seguramente le resulta totalmente familiar.
Complace leer en esta gran gira por la evolución tecnológica, a veces entre líneas y a veces en las líneas, la aspiración que la ciencia beneficie a la especie humana como un todo en lugar de solo a unos cuantos, y que al acrecentar el conocimiento científico-tecnológico no nos volvamos más ignorantes sobre su impacto en nuestra sociedad global y las otras especies del planeta.
Entre las muchas citas memorables que quedarán en mente, escojo agradecer al autor este esfuerzo intelectual dedicado a la comunidad científica cerrando con su cita de Jawaharlal Nehru que dirijo a quienes tienen algún tipo de influencia o poder de decisión en nuestra sociedad: “...acaso, que siendo tan pobres como somos, podemos darnos el lujo de no invertir en ciencia?”.