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Acá te contamos la historia detrás de las palomitas de maíz
TE HAS PREGUNTADO ¿POR QUÉ COMEMOS PALOMITAS EN EL CINE?
MIS CURIOSIDADES
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Acá te contamos la historia detrás de las palomitas de maíz, el pasabocas que se popularizó con el cine.
Es tradición pasar un rato con nuestros seres queridos viendo una película mientras comemos el snack más típico de las salas de cine: las famosas ‘palomitas’, el maíz pira o el ‘popcorn’. Resultaría extraño, incluso, asistir a una función y no encontrar ese pasabocas que por tantos años ha acompañado el paladar de las millones de personas que asisten al cinema.
Pero ¿sabías cómo nace la tradición de comer palomitas? Si no lo sabes, aquí te lo contamos.
La historia se remonta quizás hace ya 90 años atrás cuando en plena época de la Gran Depresión (entre 1929 y 1933), en Estados Unidos, el mayor distractor era el cine. Para ese momento, la pantalla grande se encontraba en pleno auge, una moda más que acaparó la atención no solo de las personas de mayores ingresos, sino de la clase trabajadora.


A medida que la industria se fue democratizando, aumentando el gasto de los hogares en este negocio, se convirtió en una necesidad encontrar un alimento que sirviese para las extensas horas de transmisión. Aunque en ese momento la crisis global golpeó las economías del mundo, un efecto colateral se vio sin duda en el cine, pues los asistentes exigían alimentos económicos y exequibles, en plena época de crisis de suministros.
De ahí a que uno de los alimentos más baratos era el maíz, una oportunidad que no dejó pasar Julia Braden, una amante al cine estadounidense, quien se las ingenió para vender palominas en los cines ante su bajo precio. Braden, en concreto, se dio cuenta que era un producto de alto margen y de fácil acceso, por lo que montó una venta de palomitas en el Hall del Linwood Theater, en Kansas City, para así vender un producto barato y apetitoso, que se hacía al instante.
El éxito fue tan grande que en 1931 Branden ya registraba cuatro puntos de venta de palomitas en la ciudad, lo que obligó a que su idea se expandiera por el país. Justamente, años después Julia se hizo millonaria con este negocio, una situación que llegó a los empresarios a ajustar el modelo e incluir ventas de palomitas en las salas de cine.
Y, bueno, el resto es historia. El ‘pop corn’ se hizo popular, se expandió por el mundo y se convirtió en un snack indispensable para los amantes del cine y los empresarios de la industria. Por eso, ¡Todo tiene su historia y las palomitas del cine no son la excepción!