Flujos y transferencias desde la abstracción.

Flujos y transferencias desde la abstracción

Patricio Rodríguez-Plaza

Michelle Piaggio

ZONA OKZIPITAL

Flujos y transferencias desde la abstracción - Patricio Rodríguez-Plaza / Michelle Piaggio

Bajo el título Flujos y transferencias desde la abstracción, Patricio Rodríguez-Plaza y Michelle Piaggio comparten una serie de dimensiones artísticas y teóricas en común, que van más allá de lo abstracto de sus obras. Así es, producto de sus motivaciones, con diferentes formaciones y experiencias en su proceso de investigación – creación de sus pinturas, es que cada uno de ellos se ha vinculado, desde y hacia la pintura, con otra área del conocimiento, aparentemente de naturaleza diferente, como es el amplio campo de la teoría y su aplicación en la escritura.

Esta integración teórico - práctica tiene razones históricas que la justifican y fundamentan ya pasada la segunda mitad del siglo XX. La búsqueda, exploración y desciframiento de ideas, tan necesaria en el ámbito del arte y de la cultura visual, siempre ha formado parte, de manera implícita o velada, de todo aquello que podemos percibir con nuestros sentidos. Por este motivo, las migraciones y los cruces entre lo teórico, lo práctico y las capas temporales que fluyen entre sí, representan un punto de inflexión y enriquecimiento muy significativo que forma parte, de manera indivisible e ineludible, de todo proceso de reflexión y producción artística.

Desde un amplio campo de referencias y visiones sobre lo abstracto, las obras de Rodríguez-Plaza y Piaggio son abordadas con diferentes metodologías de investigación teórico – prácticas. Al respecto, hay que considerar que en todo proceso de investigación en arte siempre está en juego la dimensión y profundidad expresiva, así como también, la expansión o modificación de un lenguaje tan escurridizo y esquivo como es la pintura.

Además, en este caso, como un instrumento guiado por componentes, elementos o recursos de características abstractas. Por ello, esta muestra intenta interpretar las filiaciones y antecedentes que permitan aproximarnos a una serie de vinculaciones con los contextos culturales y sociales; indagando en uno de los tantos sentidos que se desprenden de las obras, consecuencia de los procesos, materialidades y el azar siempre presente en toda investigación artística.

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La principal premisa es despertar interrogantes para acceder a las interpretaciones, hipótesis e infinitas lecturas que podrán ser realizadas desde diferentes puntos de vista. En consecuencia, el objetivo no está centrado en las certezas, determinismos ideológicos o la búsqueda de una verdad, sino por el contrario, se trata de aplicar la incertidumbre como una práctica de reflexión permanente, cuya metodología permita explorar, conocer y acceder a los aspectos que, a simple vista, resultan inabordables desde una sola perspectiva.

Así, por una parte Rodríguez-Plaza ha migrado desde la escritura a la práctica del pintar, aplicando consciente e inconscientemente su conocimiento y experiencia como teórico, sustituyendo el escribir por el pintar. Lo que podría llamarse una suerte de descripturalización de la palabra (Salabert 1985), o de una escritura expandida, resultando una acumulación de pinceladas a través de una disipación del signo transformado en mancha, cobijándo(se) en la superficie de la tela y dejando el vestigio de la propia desaparición del signo. O, desde otra perspectiva, procurando vaciarlo de toda referencia reconocible o desbordarlo de cualquier significado, para poder así redirigirlo (o recuperarlo) hacia una textualidad prelinguística.

Por otra parte, Michelle Piaggio desplaza la inmediatez del pintar hacia un análisis sobre la función del cuadro, sus límites y topografía, de posibles metáforas y nexos con lo político y cultural de la región. Este neoconstructivismo traslada la geometría ortodoxa y utópica a la necesidad de convivir con una trama incierta, cuyo tejido denota su procedencia industrial y uso dentro de un contexto social y cotidiano. Estas geometrías, que contienen y regulan los bordes del tramado textil, son los instrumentos que recortan y contienen la proliferación de una estética de matriz popular; proveniente de la cultura Virreinal del Perú, caracterizada por encuentros, acuerdos y desbordes que conviven en simultáneas contemporaneidades.

Roberto Farriol

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LO UNO Y LO OTRO El trabajo pictórico de Patricio Rodríguez-Plaza toma como punto de partida la visualidad de las nubes, utilizándola como un pretexto de creación, las observa y fotografía, para luego llevarlas a una reflexión plástica en que conjuga la materia, la geometría y los colores. Así, se deja seducir por la ambigüedad y sutileza de estas formas indefinidas y volátiles, portadoras de texturas y matices, que sugieren a medias su composición (pareciendo vapor pero siendo agua) y que se dejan influir por la luz del día, los vientos y la relación con los parajes que recorren, evocando una cosa y también otra, pero que al mismo tiempo no son ni lo uno ni lo otro. No obstante, la visualidad de este elemento no es llevada a la tela, sino que se toma su condición de posibilidad, su potencial de expresividad múltiple para desarrollar la obra, teniendo al gesto pictórico como medio expresivo en sí mismo.

La interrogación matérica que realiza dialoga con la línea, teniendo esta última un rol preponderante en la composición, ya que otorga direccionalidad y estructura las fuerzas del cuadro. Estas figuras son incorporadas como franjas que operan como demarcaciones de la obra desde la ausencia de color y, en ocasiones, desde la ausencia total de pintura. Pero también aparecen delgadas líneas que, de inmediato, se entregan a la relación con las pinceladas que se expanden por la obra, instalándose como ejes estilizados, como una delgada frontera o punto de partida que, pese a que está llevada a su mínima expresión, tiene una aguda presencia. Así, para Rodríguez-Plaza, este elemento se instala como una declaración de lo que la obra, al fin y al cabo, es: pintura sometida a procesos de investigación sobre el comportamiento de los materiales, de sus relaciones con la tela que la soporta, con la forma que la contiene, con las dimensiones que la enmarcan y con el rendimiento de los colores planteado desde breves pinceladas.

Ha pensado este elemento, en parte, como una cita o reminiscencia a la franja blanca pintada a lo largo del Muro de Berlín en 1986, para recordar su condición divisoria y violenta.

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A mi parecer, en sus obras emergen juegos de transparencias visuales y conceptuales.

Por un lado, el tratamiento del color cuando pinta toda la superficie sugiere el encuentro de capas de pigmento que parecieran ser traslúcidas, como si fuesen atravesadas por luces y atmósferas a la manera cuando las nubes bajan y se convierten en un filtro para la mirada. En otras propuestas, en las que opta por mantener la tela cruda en las áreas ausentes de color, este elemento revela su condición de soporte, rompiendo con la posibilidad de pensar la obra desde una ensoñación que pueda hacer olvidar que lo observado no es un paisaje ni la sugerencia de este, sino que nada más que pintura sobre tela. Así como el pigmento se presenta abierto a las posibles construcciones de la mirada, la definición de ejes compositivos, por medio de divisiones al interior del cuadro, ofrece alternativas interesantes de interpretación y percepción en un permanente juego visual de relaciones entre arriba y abajo, anversos y reversos, profusión y desnudez, suma de color y transparencia.

La investigación que propone en sus cuadros es una búsqueda de rendimientos de la materia, convocada desde pinceladas gestuales y una paleta pictórica abierta a la experimentación, así como de las posibilidades de composición geométrica en las relaciones entre líneas al interior de la pintura y el cuadrado que las contiene, como una síntesis plástica en que la obra se mantiene abierta en un estado de devenir nube, pintura, soporte, de ser lo uno y lo otro.

Bernardita Abarca Barboza

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Pintura XV (2018) / Óleo sobre tela / 50 x 50 cm.

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Pintura XVI (2018) / Óleo sobre tela / 100 x 100 cm.

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Pintura XVII (2018) / Óleo sobre tela / 50 x 50 cm.

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Pintura XVIII (2017) / Acrílico sobre tela / 50 x 50 cm.

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Pintura XIX (2018) / Óleo sobre tela / 20 x 20 cm.

Pintura XX (2018) / Óleo sobre tela / 20 x 20 cm.

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CHOLO PINK Michelle Piaggio, cuando se refiere a la propuesta estética de su trabajo, la llama “Cholo pink”, recurriendo a la potencia de la palabra “cholo” en la cultura peruana, portadora de una carga identitaria y que alude al mestizaje producto de la colonización, que resulta en una red compleja de connotaciones y apropiaciones del término a lo largo de la historia de ese país. La acompaña con el término en inglés que refiere al rosado y que, en los procesos de globalización actual, se ha vuelto un anglicismo para referirse a la versión saturada de este color. Desde este juego de conceptos conforma su proyecto artístico como un diálogo matérico, cromático y formal, en el que convoca el encuentro de visualidades relacionadas con aspectos culturales y procesos de identificación del Perú.

Sus creaciones se estructuran a partir de capas de pintura (entre las que incluye acrílicos, esmaltes, aerosoles y marcadores), textiles, brillos y elementos geométricos, en un encuentro en que el color tiene un rol decisivo para realzar la presencia de las texturas y los patrones presentes en las telas incorporadas. Al mismo tiempo, es clave en la conformación de las figuras situadas en el cuadro y en los rebordes, donde no solo atribuye la condición de cuerpo al lienzo intervenido, sino que además participa de las fuerzas compositivas. De este modo, el cromatismo es un componente articulador de la obra que hace emerger y resaltar los estratos que la conforman, en una propuesta que, desde la paleta elegida, desarrolla cruces entre la estética barroca peruana y la cultura chicha. Con este fin, incorpora tonos asociados a la ornamentación colonial como los dorados, bronces y plateados, los que recuerdan a los marcos repujados en oro o plata; los altares profusos de las iglesias cubiertos de pan de oro; las vestimentas de arcángeles arcabuceros y de la Sagrada Familia en las pinturas de la Escuela cuzqueña, así como también a la permanencia de estas influencias en iconografías actuales. Los pigmentos metalizados se vinculan con áreas flúor, chillonas, que en su pregnancia se instalan como finas siluetas, franjas contenidas o pequeñas figuras que, no obstante, son las directrices del recorrido visual de la composición. Motivo por el cual estos elementos son acompañados por la neutralidad del gris, que le otorga valor a las formas presentes desde el color.

Flujos y transferencias desde la abstracción - Patricio Rodríguez-Plaza / Michelle Piaggio

Junto con lo anterior, utiliza la trama textil como elemento constitutivo de la obra, recurriendo a telas cuya producción es masiva, industrial, sintética y económica, las que, por sus diseños, suelen ser destinadas a la confección de visillos —aquellas cortinillas delgadas que dejan ver hacia adentro o fuera de un espacio según de donde provenga la iluminación—, de modo que este elemento posee una connotación doméstica y popular.

Piaggio selecciona hilados que presenten patrones que le permitan hacer emerger esas formas en su condición de relieve, lo que, sumado al tratamiento pictórico, nuevamente remite a la tridimensionalidad de los objetos virreinales, reforzando que obra y soporte conforman un todo. Por lo que se trata de un cuerpo portador que se hace presente al ser abordado por la pintura en su totalidad, incluyendo lo rebordes como caras visibles que participan de la propuesta. Así, provoca un realce mutuo entre las combinaciones de colores del fondo y la trama texturada, a lo que añade brillos y purpurinas que refuerzan la presencia de cada capa de materialidad, dejando fuera la idea de un fondo sobre el que ocurre algo sin llegar a tocarlo. Al respecto, la luz tiene un papel importante, ya que realza la pieza, como si revelara lo que la tela había contenido, tal como lo hace el visillo en una ventana cuando bajo la luz permite acceder a aquello que velaba la oscuridad, resaltando las pinturas metalizadas, purpurinas y escarchas.

Los diversos componentes se expresan desde sus condiciones formales, materiales y como portadores de sentidos. En un entramado de niveles visuales que propician una dinámica vibrante y fluida, que despliega múltiples ángulos para observar la obra desde cada especificidad presente, así como desde las relaciones posibles entre ellas, generando una matriz flexible que invita a ser escudriñada.

Bernardita Abarca Barboza

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CC002 (2018) / Acrílico y esmalte sobre tela / Díptico 140 x 78 cm.

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TT003 (2018) / Acrílico y esmalte sobre tela / Díptico 110 x 80 cm.

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CRC005 (2018) / AcrĂ­lico, lapiz graso y esmalte sobre tela / 110 x 110 cm.

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CCC002 (2017) / Acrílico y esmalte sobre tela / Tríptico 40 x 40 c/u.

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CRC006 (2018) / Acrílico y esmalte sobre tela / 80 x 50 cm.

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CRC007 (2018) / Acrílico y esmalte sobre tela / 80 x 50 cm.

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Patricio Rodriguez Plaza.

HDR y Doctor en Arte y Ciencias del Arte, opción Estética. Université Paris 1 Pantheón-Sorbonne.

Francia.

Michelle Piaggio.

Magíster en Artes, mención Artes Visuales. Pontificia Universidad Católica de Chile.

Texto curatorial. Roberto Farriol. Maestría en Artes Plásticas. Université Paris 1, Pantheón Sorbonne.Francia.

Textos de análisis. Bernardita Abarca Barboza. Doctora (c) en Filosofía, mención Estética y Teoría del Arte. Universidad de Chile.

Organiza: Zona Okzipital Diseño de catálogo y fotografía de obras: Punto de Inflexión Fotografía de artistas: Roberto Chávez Portada: Patricio Rodriguez Plaza. Pintura XI (2018) / Óleo sobre tela / 40 x 40 cm.

Michelle Piaggio. CR03 (2017) / Acrílico y esmalte sobre tela / 40 x 40 cm.

Contraportada: Michelle Piaggio. CR04 (2017) / Acrílico y esmailte sobre tela / 40 x 40 cm.

Patricio Rodriguez Plaza. Pintura XXI (2017) / Acrílico sobre tela / 40 x 40 cm.

Página 3: Patricio Rodriguez Plaza. Pintura XII (2018) / Óleo sobre tela. 50 x 50 cm.

Patricio Rodriguez Plaza. Pintura XIII y XIV (2017) / Acrílico sobre tela. 25 x 25 cm.

Michelle Piaggio. TT003 (2018) / Acrílico y esmalte sobre tela / Díptico 110 x 80 cm.

Este catálogo fue impreso en Santiago de Chile, en el contexto de la muestra Flujos y transferencias desde la abstracción de Patricio Rodríguez-Plaza y Michelle Piaggio, realizada entre diciembre 7 de diciembre 2018 al 30 de enero del 2019, en Purísima 145, Barrio Bellavista, Santiago de Chile.

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PUNTO DE INFLEXIÓN