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Misión es acción
P. Jorge Luis Montero García, mg
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Hablarle de Dios a alguien que no cree en Él puede ser complicado; uno de los retos más grandes que enfrentamos los misioneros es cómo vivir nuestra experiencia de Dios con personas que tienen una visión diferente.
Desde hace algunos años me encuentro en la Misión de Japón, un país con una tradición e historia milenarias. Los japoneses están orgullosos de su historia y tradiciones, y suelen ver con mucho recelo todo lo que venga de fuera, incluso la religión, por lo que el cristianismo es una minoría.
Gracias a Dios, ya no nos encontramos en la época de la persecución religiosa. Ahora se vive una libertad que hace siglos era impensable.
Cuando llegué, me enfrenté con dificultades como el idioma o las diferencias culturales, que no me permitían comunicarme. Durante los primeros años, era muy
agosto 2022 I complejo llevar a cabo una pastoral, así que mi ser misionero se limitaba a la escuela de japonés. Mis compañeros eran de varios países y la mayoría no creía en Dios, jamás habían ido a una iglesia. Mi gran reto fue cómo vivir en ese ambiente y hablarles de Él. En estos años, he comprendido que, sin menospreciar el estudio de la Teología y las grandes ciencias, el acercamiento se hace a través de la vida cotidiana, sin grandes complicaciones dogmáticas; por ejemplo, con mis compañeros de la escuela, al compartir todos los días las mismas frustraciones después de una semana que parecía más una batalla campal con el idioma, que nos dejaba exhaustos. De hecho, se puso de moda una expresión que aprendí en las iglesias japonesas: “神に感謝” (kami ni kansha) “gracias a Dios”. Al principio, lo decía en tono de broma, pues surgió un día en que la maestra no nos dejó tarea; ella simplemente dijo: “今日は宿題がありません” (kyo wa shukudai ga arimasen) (“hoy no hay tarea”) y mi respuesta fue “神に感謝” (kami ni kansha) (“gracias a Dios”), mis compañeros me preguntaron qué significaba y, después de algún tiempo, no sólo yo, sino ellos e incluso las maestras lo decían. Esta simple expresión me permitió hablar de Dios con mis compañeros y maestros. Padrinos y Madrinas, los invitamos a leer el artículo completo escaneando el siguiente código:
