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Embajador
La periodista de Canal 13 nos cuenta su historia con su perro, quien llegó a su vida durante la pandemia. Sobre el estigma que pesa sobre los perros de raza, su amor por los animales y sus entrevistas a celebridades como Brad Pitt y Chayanne conversamos en esta entrevista.
María Jesús Muñoz y Milo
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María Jesús Muñoz nos recibe en su departamento junto a Milo (3). Sociable, cariñoso y juguetón, de inmediato se acerca moviendo la cola. La periodista viene de una familia perruna y cuando estaba en el colegio, una compañera de trabajo le dio en adopción a su mamá una perrita. “Era mestiza, negrita, le pusimos Chila, ella me acompañó durante mi enseñanza media, se graduó conmigo, también durante la Universidad. Falleció cuando tenía 16 años, fue muy triste porque le dio cáncer. La teníamos de cachorra, estuvo toda su vida con nosotros, la vimos crecer, se metía adentro de la cama y en el invierno era un guatero exquisito, muy regalona. Teníamos un amor total por ella”, recuerda.
MÍA: LA PRIMOGÉNITA
Se casó el año 2010, y siempre había querido tener una perrita en su casa. “Fue muy bonita la historia de Mía, con mi ex marido fuimos en su búsqueda. La vi y tuvimos una conexión inmediata, dije esta perrita es mía, ella me miró, hicimos contacto visual y literalmente, nos enamoramos. Llegó el día anterior al terremoto (27 de febrero 2010), la primera noche se quedó en el sector de la cocina y durante el terremoto la tomé y nunca más se fue de la cama (ríe). Era nuestra guagua, hacíamos todo por ella, era mamá primeriza así que le compraba muchas cosas y nos las pescaba. En ese tiempo me tocaba viajar harto y le aprovechaba de traer cosas, un pinche, un arnés, un vestido y a ella no le gustaba usarlos (ríe), solo me dejaba peinarla. Con ella descubrí que los animales son muy fieles, que cuando estás triste ellos lo notan. Por Mía supe que existían distintas especialidades médicas porque cuando tenía
cuatro años le diagnosticaron epilepsia. La llevé al Instituto Neurológico, la vio el Dr. Green, y me dijeron que afortunadamente la epilepsia de ella era muy leve, por lo que no era necesario medicarla. Le venían convulsiones a lo lejos, debía tener cuidado con exponerse a cambios de luz y los sustos también le gatillaron convulsiones. La traté con acupuntura, biomagnetismo y cuando le venía una convulsión le ponía los imanes y paraban. Mi mayor temor era que le diera una cuando estuviera sola, pero mis papás eran sus abuelos, y cuando viajaba se quedaba con ellos, era muy raro que estuviera sola”, dice.
UNA PARTIDA REPENTINA
La periodista recuerda que le tocó viajar por trabajo. Al regresar vio a toda su familia reunida, lo primero que pensó fue que habían robado a su perrita. “Hay que ser muy miserable para robar un perro, pero existe esa gente. En la casa de mi mamá lloraban, no entendía qué pasaba y me dijeron que la Mía había muerto, para mí fue un shock terrible. Estaban paseando, un perro iba a atacarla, le ladró y a ella le dio un ataque cardíaco, no resistió… Tenía 8 años”.
¿Cómo lo enfrentaste?
Horrible, fue como estar viviendo una pesadilla. Creo mucho en el tema de las conexiones, y en el viaje, estaba en el Central Park, vi un perro y sentí algo raro. Llamé para acá y nadie me contestaba. Cuando llegué mi hermana me dijo lo que había pasado, finalmente la enterramos en su casa, en el sur, fue muy triste. A ella le gustaba ir a la casa de mi hermana, estar al aire libre, compartir con sus primos perrunos, era un lugar que le encantaba. Por este y otros temas fui al psicólogo y me planteó que debía vivir el duelo. En ese tiempo estaba casada y mi marido llegó con un perrito, el Ian, pero me separé y se fue con el papá, como la canción de Jesse y Joy ¿Quién se queda con el perro?

LA LLEGADA DE MILO
Tras la partida de Mía, María Jesús no se sentía preparada para volver a tener un perro. “Es una
responsabilidad importante, además, me había separado. Tengo unos amigos que tienen Pomerania, yo conocía la raza porque sigo a la Thalía y ella tiene uno (ríe). Nunca había interactuado con ellos y estos amigos un día me dijeron que me iban a traer un perrito para que los conociera. Llegaron a mi casa, vi a Milo, era un pom pom y tuvimos una conexión inmediata, me lo pasaron, me daba besos, pero aún era muy pequeño, así que no se pudo quedar conmigo y me lo pasaron un tiempo después. Milo llegó en plena pandemia, así comenzó nuestra historia y ha sido una aventura.
¿Qué sentiste cuando lo viste?
Me enamoré, en un minuto me vino una cosa como ¡soy mamá de nuevo! ¡soy mamá de nuevo! (ríe) y es una tremenda responsabilidad. Volver a estar pendiente del tema de las vacunas, no tan aprehensiva como con la Mía, que como buena mamá primeriza partía al veterinario altiro, con el Milo no, es fundido. Sé que las comparaciones son odiosas, pero la Mía era más independiente, este es mamón total. Si salgo reclama un rato y después se va a acostar, cuando vuelvo es como si no me hubiera visto en mucho tiempo.
ES MUY SOCIABLE…
Sí, es revoltoso, sociable, cariñoso. Le gustan los niños, fue muy maldadoso de cachorro, pero entendía al decirle ¡no! Por ejemplo, iba a empezar a morder la mesa o iba a marcar, le dije que no y nunca más.

¿Qué cosas les gusta hacer?
A Milo le gusta ir a la playa, rabea con las olas, le gusta ir a la casa de mi hermana en el sur. Todavía no hemos viajado en avión, me gustaría, vemos series, bueno, yo las veo y él se acuesta a mi lado. Va a carretear conmigo a lugares petfriendly, también pregunto si lo puedo llevar cuando voy a la casa de alguna amiga, siempre me dicen que sí y termina robándose la película. Mi hermana tiene dos Golden (Retriever), y se ve chistoso corriendo al lado de ellos, también tiene un Terrier chileno, corren todos juntos y tiene su vida perruna total. Le dicen niñito sonriente porque siempre está con su sonrisa, es muy tierno.
Viajas mucho por trabajo ¿Qué haces con Milo?
Se va a la guardería de los tatas, es súper regalón, es el más fundido de mi papá. Es más, te puedo decir que a mí me deja por mi papá, a ese nivel, es un traidor. Le gusta mucho salir, y si no lo llevo se enoja, pero es un perrito tranquilo.
CRIADEROS Y COMPRA DE PERROS
Milo es un perro de raza ¿has recibido críticas por no adoptar?
El tema de la gente que critica la compra de perros es súper válido. Es un poco difícil hablar de los criaderos porque Milo viene de uno, pero llegué a ellos en un momento particular de mi vida, estaba viviendo un tema personal fuerte. El tema de la compra de los perros sé que no es bien visto, pero todos los perros tienen derecho a ser amados, de raza o no de raza amo a los perros igual. Admiro mucho a la gente que ayuda y trabaja en las fundaciones, pero me da rabia que te estigmatizan, de una u otra manera por tener un perro de raza, qué tiene que ver, un perro de raza también necesita amor y contención, se transforma en tu amigo fiel como dice la canción. Es un perro, y no por ser de raza lo vas a querer más o menos. También he tenido perros mestizos, todo depende del amor que le entregues, hay gente que puede adoptar un perro y cuántas veces lo han terminado devolviendo. De los criaderos, en general, creo que hay que verlos, no me gusta que vendan perros en los centros comerciales. No me gusta que la gente trate a los perros como cosas, ellos necesitan cariño, amor, que los pasees, que los cuides, también tienen su genio, sus mañas, sus días.
¿Se conversa sobre los criaderos?
Es un tema que se toca. Tengo varios amigos que tienen perros de raza, Westy, Shih Tzu, Bulldog, todos ellos son de criadero y se preocupan de dónde vienen, de la mamá, del papá, te los van a mostrar. En mi caso conocí a los padres de Milo a través de los dueños del criadero, pero por un tema de pandemia nunca pude ir.
Hay algo sobre la raza Pomerania que no supieras…
Siempre dicen que los perros chicos son propensos a enfermedades, no sabía mucho de la raza, la empecé a descubrir en el camino. Supe que algunos sufren alopecia, pensé en corarte el pelo por el calor y mi veterinario que es César Villalta, me dice ¡estás loca! no se le corta el pelo al perro. Eso le genera alergia y por algo su pelo es así. Lo que la gente no sabe es que este corte Boo que está tan a la moda y que piensan que es porque le quita el calor, se lo hicieron al perrito porque sufría alopecia. Se masificó pensando en que le hacías un favor al perro, pero quedan sin manto, sin embargo, el cuidado que hay que tener es peinarlo frecuentemente, ponerle sus vacunas y darles una buena alimentación.
¿Cuál es el lugar de Milo en tu vida?
Es mi guagua, mi niño, es todo. No tengo hijos humanos, es mi hijo perruno, es mi cable a tierra y llegó en una época de mi vida en que no sé si usar la palabra me salvó, pero me ayudó mucho. Me separé, llegó la pandemia, él fue sanador, una contención súper importante, yo amo a los perros. Después de la Mía me daba susto volver a estar con un perro, quedé traumada con su pérdida repentina, pero alguien me dijo que si había tenido la capacidad de amar tanto a un perro por qué no puedes darte esa posibilidad de amar de nuevo. Hay que ser responsables y si tuviera una casa me encantaría tener más perros. Uno nunca sabe lo que le depara la vida, quien sabe si me pongo a pololear y mi pololo tiene un perro, gato, pájaro y se agranda la familia. Para mí, el que entra a mi casa tiene que gustarle los perros, tengo una placa que traje de Nueva York que dice “sino te gustan los perros chao”, son las reglas de la casa, aunque empatizo con la gente que no les gustan (ríe).
¿Sientes que Milo llegó en el momento preciso?
Los perritos llegan por algo, llegó, es mi partner. Tiene una misión, encontrar esa felicidad plena y que la encontremos juntos, estamos en búsqueda de la felicidad, como diría el título de la película.

#ChayanneLover


La periodista comenzó trabajando los fines de semana en Canal 13, luego pasó a la semana a cubrir internacional y finalmente llegó a espectáculos. En ese ámbito su primer entrevistado fue la Roca (Dwayne) Johnson, área que la ha llevado a compartir con celebridades como Tarantino, Brad Pitt, Chayanne y Ricky Martin, entre otros.
¿Tienes algún artista favorito?
Todo el mundo lo sabe y los artistas también. Chayanne es mi número 1, yo amo a Chayanne, soy una #ChayanneLover y cuando lo entrevisto sale lo profesional que uno lleva por dentro, pero después se apagan las luces, no te cuento lo que sigue (ríe). Él es un amor, es mi amor platónico, lo sabe él y todo el mundo.
¿Y a quién te gustaría entrevistar?
George Clooney y Tom Cruise, nunca me ha tocado y me encantaría.
Cuéntanos cómo fue tu experiencia con Brad Pitt…
Fue impresionante, era por la película Había una vez en Hollywood. Tarantino no asistió y fue Brad Pitt solo, te juro por Dios que Brad Pitt es guapo y todo, no es mi favorito, no quiero sonar arrogante (ríe). Mi favorito es Clooney, pero nunca había visto un hombre tan bello, rasgos finos, encantador, amable. Subí la foto a Instagram y jamás imaginé el impacto que iba a tener la foto, hasta que incluso la gente de La Hora nos hizo una nota sobre cómo había sido la experiencia. En este tipo de entrevistas tomarte una foto cuesta mucho, pero cuando el artista te dice selfie...
Alguna anécdota que recuerdes…
La primera vez que entrevisté a Chayanne estaba haciendo la práctica. El editor en TVN era Freddy Stock, la Fernanda Farfán cubría espectáculos y justo tuvo un esguince en el pie, él sabía que Chayanne era mi debilidad. Me dijo que me iba a Buenos Aires una semana gracias a Chayanne “Tienes que ir a ver el espectáculo y entrevistarlo”. No lo podía creer, era mi primera entrevista fuera de Chile, con mi artista favorito, para mí era su mejor álbum donde estaba Torero. El camarógrafo también sabía que era mi favorito y le dice a Chayanne, ”hagámosle una broma a la Jesu y cuando termine tú la tomas en brazos y te la llevas”. Lo hizo, yo no podía más de felicidad, él es así, muy amoroso, lúdico, encantador.



