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Garantizar la libertad de enseñanza y criterio docente

CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS A ENFRENTAR MATERIAS DIFÍCILES

Hacerle frente a contenidos escolares complejos es un reto que los pequeños pueden asumir con la ayuda de sus encargados y padres de familia, desde casa. El ciclo escolar continúa, y con ello, todos los retos que se han sumado a lo largo de los meses. Entre ellos se encuentra la siempre llegada de nuevos contenidos y, en consecuencia, las distintas maneras que los estudiantes emplean para enfrentarse a ellos.

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Algunos contenidos pueden resultar difíciles para algunos niños. Por esta razón, es común ver las reacciones de frustración o desanimo en los pequeños de la familia, pues les toca hacer frente a tópicos desconocidos, y a veces, complejos. Marlene Grajeda, pedagoga y oficial de educación en la Fundación Infantil Pestalozzi, no descarta las dificultades durante el proceso de aprendizaje, pero apunta que, en la mayoría de los casos, la problemática puede radicar en el método de enseñanza a los estudiantes.

“Ciertamente hay diferencias individuales; hay quienes aprenden con mayor rapidez. Pero las dificultades pueden tener distintos orígenes”, amplía. Además, comparte que entre las causantes suele figurar que los docentes no toman en cuenta las formas de aprender de los niños. Otra de las razones que apunta, tiene que ver con la construcción sobre bases débiles. “Queremos que los niños elaboren bien un párrafo, pero no hemos explicado cómo se elabora una oración”, infiere. Lo anterior ocasiona que a los niños les cueste una o varias materias, dice Grajeda. A esto se suma la insistencia por parte de algunos formadores y padres de familia, que se enfocan en una enseñanza memorística. “Con esto no retamos el pensamiento de los niños. Hay que desarrollar problemas para que aprendan de manera autónoma”, complementa la especialista, al referirse a otra de las causas esenciales cuando los pequeños se enfrentan a temáticas aparentemente complejas.

Grajeda recomienda que, si se salta a un mecanismo en el que no haya tanta repetición, los niños podrán alcanzar una independencia en la que no tengan la necesidad de acudir al docente o encargado de familia, cuando no entiendan los tópicos.

Enfrentar el problema

Marlene agrega que al avecinarse e incrementarse las dificultades académicas en los pequeños estudiantes, son necesarios dos tipos de apoyo. Primero, los padres de familia o encargados expliquen a los niños que no se trata de una prueba vital; al contrario, se debe dialogar con ellos y hacerles entender que una prueba o temática compleja no definen la vida. “Al comprender esto, baja el estrés y hace que puedan estar más preparados. Hay que desarrollar una visión positiva de la situación”, expresa. En segunda instancia, la pedagoga sugiere que las personas a cargo de los pequeños se informen de los temas en cuestión, para así darles soporte cuando tengan dificultades. Grajeda indica que una vez se logre, se puede retar al estudiante a interpretar con sus palabras qué entendió. Esto, para corroborar la información que va estudiando en el niño. Además, es recomendable establecer y organizar horarios de estudio. Según indica Grajeda, en este tiempo se pueden dinamizar métodos de aprendizaje como sacar ideas principales del texto, armar esquemas, y destacar notas. Ante este tema surge otra duda: ¿Es recomendable incrementar el tiempo de estudio para una materia que cuesta más? La especialista en pedagogía responde que esto es relativo por la capacidad de concentración.

“Los tiempos varían. No es lo mismo un niño de entre 6 y 7 años a uno de 12. Hay que evitar que el cerebro se fatigue”, explica. Por esta razón, los encargados deben estar conscientes del lapso en el que el niño capta, y por ende, retiene la información. La pedagoga indica que el tiempo que los pequeños logren atender, debe ser equivalente a un período posterior de descanso. En ese interludio, se puede realizar una actividad que los relaje para que el cerebro se recupere y retome energía.

Sin embargo, el reto no deja de ser grande; apunta Grajeda: “Ahora que los niños están confinados, pueden tener mayor dificultad para concentrarse”. Ante esto, la especialista recomienda que se acorten los tiempos de estudio, así incrementar las actividades físicas y la convivencia familiar.

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