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Jaime Alberto Zapata Cano-Juan Pablo Granados Valle

BIBLIOGRAFIA

Herrera Ángel (1993). Los Señores del Zenú. Credencial Historia, 44, Bogotá. Monsalve, n. G. (1984). Venecia, su Historia y su geografía. Medellin. Pinzón, H. T. (1993). Relación y visitas a los Andes siglo XVI. Monografía. (2011). Síntesis Histórica, Monografía de Venecia en sus 100 años. Medellín : Divegráficas Ltda.

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APARTADÓ, UN PUEBLO DE MUCHAS PROCEDENCIAS

APARTADÓ, A TOWN OF MANY ORIGINS

RESUMEN

He aquí las explicaciones sobre cinco orígenes de Apartadó. El primero es indígena y relata la historia mítica de una población a orillas del Río Apartadó. El segundo, se dio en la bonanza extractiva de la Tagua, la ipecacuana y la balata en Churidó, actual corregimiento de Apartadó. El tercer, proviene de la época de la Violencia que deriva en Puebloquemao. El cuarto, parte de la construcción del puente carreteable sobre la vía al mar. El quinto y último, con la vigencia de la carretera al mar y su dinámica, es casi el único con documento escrito de fundación.

Palabras clave: Apartadó, Rio de Plátano, Churidó, Puebloquemao, Carretera al Mar.

SUMMARY

Here are explanations of five origins of Apartadó. The first is indigenous and tells the mythical history of a town on the banks of the Apartadó River. The second is from the extractive bonanza of the Tagua, ipecacuana and balata in Churidó, the current township of Apartadó. The third comes from the time of the violence that led to Puebloquemao. The fourth, part of the construction of the road bridge over the road to the sea. The fifth and last one, with the validity of the road to the sea and its dynamics, is almost the only one with a written document of foundation.

Key words: Apartadó, Rio de Plátano, Churidó, Puebloquemao, Road to the Sea.

JUAN CARMELO MARTINEZ

RESTREPO

"Juan Mares"

Presidente del Centro de Historia de Apartadó, Licenciado en Español y Literatura de la Universidad de Antioquia, cofundador del Taller de Escritores Urabá Escribe e integrante de la Corporación Kalukunas Vigías del Patrimonio Cultural de Apartadó. Email:juanpoteas@yahoo.es

APARTADÓ, UN PUEBLO DE MUCHAS PROCEDENCIAS

Introducción

Sí, mi pueblo tiene cinco orígenes porque en sus habitantes existe cinco explicaciones culturales sobre su nacimiento y formación. No se puede decir que una es la cierta y las demás falsas por el hecho de ellas estar basada en documentos escritos por no ser suficiente para desmentir a quienes creen en las demás. Son sus creencias, un conocimiento incrustado en su manera que concebir la existencia de su pueblo.

Un origen legendario aborigen

Todo origen viene de algo anterior:recuerden que el átomo contiene protones y neutrones,

así la historia, se compone de muchas partículas.

Cuenta la tradición oral de los ancianos que, en los tiempos remotos, cuando llegaron de los ocupantes procedentes de Europa al Golfo de Urabá, los aborígenes residentes al píe del mar huyeron espantados selva adentro. Bien la conocían por vivir y recorrer las tierras del Golfo desde hacía miles de años. En una de esas retiradas llegaron al río que hoy conocemos, en la traducción del Katío al español como Apartadó. Se sintieron resguardados y erigieron un poblado en su margen, en los alrededores de la finca La Popala, hoy día convertida en barrio casi rural. Allí vivieron mucho tiempo y han dejado la huella de su permanencia en sus enterramientos, cerca al más reciente cementerio privado, el quinto en su orden histórico1. Así medraron,

1 Así tenemos que de igual modo en La Popala quedó el primer cementerio de guacas que a estas alturas históricas ya no queda más que el rastro de algunas hachas líticas y unas chaquiras que andan por ahí sueltas, más unos metates también saqueados. Aún se pueden conseguir algunos sin saber su origen exacto; están guardados en manos curiosas como algunos elementos que conserva quien esto relata.

porque el río que les era vital daba alimento y agua. Su nombre en la etimología, katía-emberá fue el de “río de plátano”.2

La Fundación de Estudios e Investigaciones Sociopolíticas, Económicas y Culturales – Fundación Proyectar dice lo siguiente:

[…]Antes de 1930 todos los indígenas vivían en Murrí (Frontino) Antioquia. Después de 1930, debido a los problemas internos (…) comenzaron a emigrar hacia otros lugares. Fue así como en 1935 salió de Murrí, la familia de Pascual Bailarín para la zona de Urabá, se ubicaron en el Municipio de Mutatá en la Vereda Villa Arteaga, allí vivieron (…) hasta 1948 que tuvieron que esconderse por la violencia en el río León. En 1949 decidieron buscar otras tierras que ofrecieran mejores garantías (…), fue así como anduvieron por varios lugares como, Chigorodó, Carepa, y Currulao; en este último vivieron varios años y de allí pasaron al Municipio de Apartadó estuvieron aproximadamente 3 años ubicados en “Patadó”, que traducido al español quiere decir “rio de plátano”. Cuando comenzaron a llegar más colonos, cambiaron sus lotes de tierra por algunos enseres domésticos y artículos para la cacería ubicándose en la cabecera de Apartadó, específicamente en la vereda quebrada del Muerto. […]

Al pasar los años, mucho ha cambiado la historia; sin embargo, la huella indígena no se extinguió. Según una investigación para recuperar la memoria sobre el pasado de Urabá del año 1990 que realizaron docentes de la Universidad Nacional de Colombia Sede de Medellín, “Dabeiba estaba poblado de indios”. Así lo informó el Ronco Jaramillo, un viejo arriero de los caminos “riales” y lo mismo a él se lo había dicho el contrabandista Cojo Gómez: “casi todo por acá, había mucha tribu, nosotros les comprá-

2 La marca katía-emberá predomina en el 95% de los ríos de Urabá. Incluye al nombre del hoy departamento del Chocó que significa perdiz e igualmente “cántaro fermentador de chicha”. La gran mayoría de los nombres de sus poblados tienen esta procedencia (Pinto García, C. 1974). (Estas comunidades aún perviven cerca al corregimiento de San José de Apartadó, Así: La Playa Ibudó (arena o playa de río), una segunda comunidad Embera –Chamí en el sitio llamado la Coquera y una tercera Embera-Chamí- zenú en las Palmas.). bamos gallinas y plátanos” (Universidad nacional de Colombia Sede de Medellín: 1990, 360). El Turbo de esas épocas era un rancherío infeliz, una callecita. Apartadó no existía, sólo había un rancherío que duró hasta que lo quemó la chusma conservadora por la violencia de los años cincuenta. Su nombre fue imperecedero, se llamó y se llama Puebloquemao”. He aquí esa otra historia:

Churidó, centro de economía silvestre

En el mundo, la tagua se hizo valiosa y nació el actual Churidó, “río de ratones” en dialecto katío, hoy día corregimiento de Apartadó. Fue un centro de su producción y comercio, semejante a otros lugares del Pacífico colombiano. Ocurrió a finales del siglo XIX y Churidó prolongó su florecimiento algunas décadas más. Se estableció como un puerto fluvial desde donde prosperó la tagua y el comercio de otros atractivos recursos de la fauna y la flora; su destino fue el mercado europeo y norteamericano. Al puerto Churidó llegó la tagua que los indígenas y no indígenas recogían en el monte, para que la adquirieran intermediarios y trasportaran a la costa por el río Apartadó. Por entonces la economía extractiva dinamizaba a Urabá y hacia ella llegaron pobladores en busca de trabajo y mejor fortuna. Unos se favorecieron de la bonanza taguera, otros simplemente se aprovecharon de sus esfuerzos.

James Parsons se confundió con la ubicación de Churidó y no supo que este sitio no fuera otro que el lugar del primer poblado a orillas del rio Apartadó (Rosselli Cock, 2010). Hoy día allí está Puebloquemao, en cambio Churidó es un caserío que llegó a ser Inspección de Policía; dicha institución rotó por tres lugares distintos.

El puerto fluvial de la balata, la madera y la tagua

La historia contada de primera mano,

no tiene artilugios: es vivencia pura.

Llegaron los Cardales, los Cuello, los Rambay tras la raicilla o ipecacuana y siguieron luego con la tagua sacada en canoas de un poblado aun sin un nombre específico (Parsons: 2010, 172). Luego los Cardales contaron sus hazañas y se atribuyeron y se les cree que fundaron un poblado. Lo hicieron cuando arribaron a explotar la selva, en busca de la balata, la ipecacuana y las maderas, río abajo hasta llegar a bahía Colombia. Luego fue la tagua y la caza de la danta, el manatí, los loros y cuanta fauna comercial con los barcos venidos de todas partes del mundo. Era el furor de la extracción. Contaba uno de ellos que cuando llegaron al sitio de Apartadó ya estaban allí las gentes primitivas. Vivían los aborígenes, a quienes les pidieron permiso para establecerse con su propio campamento. Figuró un rancherío de muchos bohíos fundado por algún Carupia, Domicó o Bailarín anónimo. En todo caso debe haber sido un cacique que guió a su familia para establecerse por estos lares y sembraron las primeras matas de plátano, las que más tarde son referente por su abundancia desde esos días. Por lógica presumible, tenían otro rancho para cuando los inviernos arreciaban con los desbordes del río por los lados donde tenían el cementerio.

¿Saben ustedes que es Puebloquemao?

Es un barrio de Apartadó llamado así porque su nombre se ha ido consolidando al atribuirse la fundación a José Cardales, uno de los migrantes de su apellido que se estableció en estos suelos, entrado por Puerto Cacó, luego Bodegas, después Puerto Caribe y actualmente el Corregimiento Puerto Girón. Luego llegaron más pobladores y se formó un barrio. Ya los ranchos no son de palma de tagua y bahareque como en sus comienzos, sino que se han ido transformando en casas de adobe, cemento, cinc y eternit. Por sus propias razones allí estuvo el cementerio; el tercero del que se tenga noticias y que se lo llevó el río en una de sus inundaciones. 3 Vale anotar que, a pleno 2021, este barrio en mención sigue siendo la misma callecita de entonces.

Según Octavio Castrillón, en su entrevista a la abuela, las personas que arribaron al caserío venían de San Onofre, Islas Barú, San Antero y de Cartagena.4 Por otro lado, Julio Martín Jaramillo cuando entrevista a Don Medardo Moreno expresó: “Mis padres llevaban varios años de estar merodeando por estas tierras cuando llegué a este mundo” (Jaramillo Ruiz, 1997, 48). En efecto, eran colonos de finales del siglo XIX y comienzos del siguiente que abandonaron los pueblos sabaneros de Córdoba, Sucre y Cartagena y se asentaron buscando fuentes de subsistencia en tierras habitadas por aborígenes rivereños al Rio de los Plátanos. En realidad, no se sabe a ciencia cierta cuál fue la causa de su migración, pero José Cardales murió a causa de un flechazo de un aborigen de esa comunidad. Esto se sabe y se cree según narraciones orales transmitidas a Julio Martín Jaramillo, por habitantes de Churidó.

3 El primero fue el de los aborígenes; el segundo, el de Churidó que aún existe; el cuarto, es el del centro de Apartadó; y el quinto, el recién construido en las cercanías de la que fue finca la Popala, 4 Octavio J. Castrillón S., Urabá 500 años. (Medellín: Pregón, 1993).

De un campamento a un pueblo

Los asentamientos siempre se dieron buscando el agua;

así asumían los avatares de la naturaleza.

Trascurría la década de 1950 y estaba en curso la concreción del viejo anhelo antioqueño de comunicar el interior de su territorio con el mar. Ya existía una cadena de pueblos en dirección a Urabá y requerían estrechar sus nexos con el interior; era el momento en el cual la aislada región comenzaba a dejar de estar absorta en sí misma e influida sólo por gentes de la costa y la sabana norte del país y el bajo Atrato chocoano. El medio para romper el hielo era construir una costosa, riesgosa y prolongada carretera, la cual había implicado numerosos conceptos a favor y en contra. Ahora había vencido el primer criterio.

Este contexto fue trasladado al caserío que se había ya desarrollado en el poblado de la “carretera”, a partir del puente principal y cerca de donde hoy queda la iglesia Divina Eucaristía. Se bautizó con el nombre de barrio Fundadores (un eufemismo, para no denominarlo barrio Sepúlveda, en honor del apellido de sus pioneros). En este sentido, María Nieves Noches Martínez citó a Arnaldo Betancur, un habitante de Nueva Colonia oriundo de Churidó que dio una entrevista el 15 de noviembre del 2000 y dijo que Apartadó surgió de Churidó: Este último seguía siendo el principal poblado y le pertenecían: Vijagual, Río Grande, el poblado junto al río Apartadó, Zungo y Bodegas (Martínez, 2013). 5

Uno de los varios campamentos pertinentes fue aquel que se eri-

5 Bodegas fue antes Puerto Cacó y actualmente tiene el nombre de Puerto Girón, uno de los corregimientos de Apartadó; donde posiblemente quede o asome el puerto marítimo de Puerto Antioquia. gió en el margen del río que necesitaba cruzarse. Allí se requería un puente grande para luego continuar al otro lado. La mano de obra fue abundante y el improvisado asentamiento fue lo suficientemente atractivo para que se dotara de fondas que alimentaron a los trabajadores y empleados. Hasta allí llegaba la vía recién abierta y por ella arribaron los carros de escalera como punto final para transportar la madera que los aserradores cortaban en la selva. Aunque décadas atrás había pasado la fiebre de la tagua, la balata y la ipecacuana, de nuevo la selva era atacada para favorecer otro ciclo histórico desprovisto de ingeniería, topografía y obreros constructores a cambio de trochas y colonos dedicados a la extracción de riquezas naturales.

Los camiones escaleras venían de Dabeiba y Cañasgordas y en ellos llegaban las mujeres que eufemísticamente se les llaman de manera equivocada las de “la vida fácil”. Los fines de semana eran de fiesta, trago, baile, música y mucho más. Había dinero para gastar en abundancia y en compensación de soportar las dificultades y riesgos. La estadía era mucho más dura para los del interior que para los que eran de Urabá. A lo lejos se oía cómo la situación política del país cambiaba: fue el momento coincidente con la llegada de Rojas Pinilla a la presidencia de la república y el intento por apaciguar la fiebre de la violencia con el coronel Pio Quinto Rengifo como gobernador de Antioquia.

Y el puente sobre el río no dio espera y se construyó. La carretera siguió adelante y el campamento perdió fuerza; su dinero y jolgorio quedó a otro lado y dejó un rezago de gentes que no eran los mismos de antes. El interior de Antioquia estaba presente y se combinó con antiguos residentes, al tiempo que otros antioqueños más arribaban graneados. La cantidad de personas re-

unidas justificó que para atender el orden público se trasladara la Inspección de policía de Churidó que dependía de Turbo al nuevo poblado. En el censo de 1951 el total de la población fueron 17.000 habitantes y el territorio jurisdiccional se estimaba en 13.560 kilómetros cuadrados (Roldán: 2003, 217).

Los que llegaban del interior estaban dispuestos a residir en una región que consideraban como una tierra inclemente porque la veían provista de posibilidades. La percepción no era exclusiva de ellos al predominar en el centro del departamento respecto al acceso a la tierra su fertilidad y las fuentes de trabajo. Es decir muchas expectativas en curso y ellas para Urabá y Apartadó significando una fase definitiva en la posibilidad de sus transformaciones.

Figura 1. Mapa satelital del Municipio de Apartadó.

Fuente: Google Maps

El último origen

La historia la mueven los hombres y entre ellos unos

con mayor visión o decisiones

fundamentadas en mejorar las condiciones

primero individuales y luego colectivas.

Es regularmente admitido que la fundación de Apartadó corresponde a esta época. Su gestación se atribuye a los hermanos Sepúlveda: Víctor, Saúl, Vidal, Nicanor y Matilde. Era ella una familia influyente, tanto que el decreto de la gobernación de Antioquia 2470 del 10 de diciembre de 1957 legalizó su predominio en la región. Se les asumió como los comandantes de la denominada chusma liberal que se enfrentó a los “pájaros” y chulavitas que se recorrían la cordillera de Abibe y contemplaban la planicie avizorando el golfo. Los Sepúlveda tenían tres campamentos entorno a caserones grandes que servían de armería: uno por el Alto de Carepa, otro por los lados de Saiza y un tercero en las cercanías de Tucurá.6 Desde ellos se enfrentaban a quienes las apoyaban al conservatismo, a semejanza como lo hacían otros alzados en armas en diversos poblados del noroccidente antioqueño.

El cuentero del Alto Sinú, Miguel Ángel Hernández, alias Cabeza de Vaca, también supo de los Sepúlvedas según otra versión, la de Doña Matil-

6 Este último fue conocido por Olga María Restrepo Mejía, la madre de quien esto escribe en una campaña para crear una escuela y recogiendo firmas, con la intención de enviar dos memoriales tanto a la gobernación de Antioquia como a la de Córdoba para que metieran una carretera de Tierralta a Saiza o de la Carretera al mar a Saiza entrando por Carepa. Carretera que se consolidó hasta donde fue construida la Represa de Urrá por el lado de Córdoba. La consolidación por Carepa a Saiza ha sido más lenta y sin embargo existe una trocha carreteable.

de: contó que cuando a los hermanos se les alteraba el genio por cualquier desacuerdo y se iban a los peinillazos y ella los levantaba a plan y terminaban por aquietarse. Sin duda era una mujer de armas tomar, tanto como los suyos pues bueno aclarar que, aunque no les faltaba la peinilla al cinto. Nicanor casi nunca lo usó, su preferencia fue el revolver para dirimir sus asuntos e imponer el orden en las veredas donde tenía poder. Por su parte Vidal era un diestro con la tijera; era peluquero.

Poco después, amainada la tormenta, para los años sesenta, Saúl y Nicanor Sepúlveda le conversaban a Luis Eduardo Martínez Giraldo, padre del que aquí escribe, para que se viniera a la “Carretera” a un punto donde ellos estaban creando un pueblo.7 Le decían que como él era un auténtico campesino podría ser favorecido con un buen lote para que construyera su vivienda. Argumentaban que había tierras muy fértiles y que se le facilitaría levantar esa recua de hijos que tenía (éramos 10 de 19 que fuimos y aún hoy pataleamos 13).8

El auge de la carretera era tal que hubo una continúa migración. Los campesinos de Córdoba llegaron por la trocha, Sinú arriba. Subían por Rio Verde a Saiza y de aquí al alto Carepa (del Katío loro pequeño), para ba-

7 Doy testimonio porque desde 1968, cuando realicé mi primera aventura, me vine con un sobrino de los Sepúlveda a un rancho de un familiar por los lados del alto de Carepa. Allí se hablaba del futuro de estas tierras y del pueblo que estaban fundando sus tíos. Ya en pleno auge del progreso y las tragedias conocí a Ricaurte, hijo de doña Matilde Sepúlveda que unos años después fue muerto, no supe la causa del suceso. 8 Cabe mencionar que el término “Carretera” era el referente para los emigrantes del Sinú y la sabana sucreña hacia una región donde había tierras y trabajo. Vine a saber más tarde que las personas venidas del Chocó también hablaban de la Carretera como fuente de futuros promisorios porque ya los antioqueños le estaban metiendo mano a la tierra. Nadie decía: vamos para Urabá o para el Golfo, o para el Darién antioqueño, decían: “vamos para la carretera”. jar a un poblado naciente: era apenas un caserío disperso que pertenecía a Chigorodó. Se culebreaba por la ribera del río del mismo nombre y por esta misma trocha venía más gente, esta vez de Ituango: trepaban hacia el Nudo de Paramillo y ladera a ladera llegaban a las vertientes de los ríos que se desprendían tanto hacia Córdoba como hacia Antioquia. Por esto, tanto Tucurá como Saiza fue y es un 95% antioqueño andino.

Por aquellos días Apartadó no era corregimiento de Turbo, el corregimiento como tal era Churidó que estuvo provisto de Inspección de Policía. Según Heriberto Zapata Cuéncar ella rotó por tres lugares distintos. Afirma que ya en 1907 en Apartadó existía; pudo ser así, pero lo cierto es que para esa época la carretera al Mar estaba lejos de nacer y el poblado era Churidó. En Puebloquemao nunca hubo tal puesto de Policía. El traslado de la Inspección de Churidó a Apartadó ocurrió con el trazo de la carretera, quedando Churidó aislado.9

Establecido el trazado de las primeras calles de lo que iba a ser el hoy Apartadó, se hicieron casas en su mayoría apoyadas en palafitos en medio casi de un humedal, en el cual se tenía que prever los desbordes del río y la borrasca que no faltaba cada año. La ubicación impropia se justificó porque al píe estaba un río que no era del todo navegable en época veraniega, pero servía, puesto que se transitaba en balsas la madera para transportar la tagua y antes la balata y la raicilla. Además, de vez en cuando, en pequeñas embarcaciones, se iba a comerciar y pescar al río León.10

9 Dicha inspección funcionó por muchos años donde actualmente funciona el Concejo Municipal de Apartadó, hasta ser ubicada en la parte de atrás del actual Palacio Municipal. 10 Hasta hace 20 años el río y unos botes de tablas se emplearon para sacar la arena de las construcciones; esta práctica fue prohibida por factores de salubridad y erosión de sus márgenes.

A Octavio Castrillón, nacido y criado allí, su abuelita le describió el caserío cuando su familia llegó del Bajo Cauca (Castrillón J., 1993). Con sus datos el dibujante Manuel Hernández L. definió la ubicación y los nombres de algunos de los primeros habitantes y determinó los lugares. En la figura número 2 los ranchos de los primeros pobladores aparecen numerados, también la Inspección de Policía, la escuela prefabricada que fue gestionada por don Gonzalo Toro en 1960 y quien en 1965 trajo su familia a fincar raíces aquí, la casa con billar, la cantina y la primera planta eléctrica.

He aquí varios de los personajes mencionados oriundos de muchos lugares: doña Gerbasia, don Ramón Joaquín Rengifo, don Ricardo Carrasquilla, don Gabriel O’Brien e Isabel Uribe, el Ronco Ramón Jaramillo, padre del autor del escudo, Julio Martín Jaramillo, Manuel Serna, (hombre fornido y de casi dos metros de estatura, peinillero, aserrador y agricultor. Murió asesinado en donde hoy existe la represa de Urrá), la familia de Octavio Castrillón, Isaura Bedoya (la partera de los primeros hijos de Apartadó), José Pulgarín, Prisca Retamozo Sajona, Neila y Jerónimo Sajona, las primeras maestras: Inés Castillo y Alicia Castaño, Antonio Castaño, Antonio Bustamante y Raúl Pineda Piedrahita, Gregorio Gaviria, Rosa Pulido y Telma Cardales, familia Moreno Cuello, Tomás Osorio y Olga Peña, Marcos Zapata y la familia Rambay.

Figura 2. Plano de Apartadó del año 1955. Fuente: Jaramillo Ruiz, J. M. (2005). Apartadó, tierra de todos. Monografía (2ª edición), Apartadó, Excélsior.

Todos los anteriores recibieron lotes oficialmente del gobierno. Esto sucedió en el año 1953 cuando era el Gobernador de Antioquia Pio Quinto Rengifo y el jefe de la carretera al mar el Ingeniero Pablo Agudelo. Los que entregaron la tierra fueron los hermanos Sepúlveda, pero luego la concesión de los lotes requirió aclaración en cabildo abierto, a instancias del médico Arturo Roldán y por intermedio del Taller de Arte Nueva Generación.11 En otras palabras, fue un nacimiento propiciado en parte por la carretera. Uno de los primeros favorecidos fue don Tomás Osorio, un señor proveniente de las riveras del Río León, donde hoy queda el corregimiento Puerto Girón. El nombre actual del lugar escogido para fundar Apartadó, recibe el nombre

11 Hermano de Antonio Roldán Betancur, más tarde gobernador de Antioquia.

de Barrio Fundadores. A continuación, dos bosquejos de Julio Martín Jaramillo Ruíz, autor del Escudo de Apartadó, según un retrato hablado de la abuela de Octavio Castrillón.

Figura 3. Perspectiva del año 1955. Fuente: Castrillón O. J. (1993). Urabá 500 años. Medellín Pregón.

Figura 4. Plano pintoresco de Apartadó y su rio navegable. Fuente: Jaramillo Ruiz, 1953. Sí, Apartadó nace a raíz de la colonización provocada con la apertura de la carretera al mar Caribe de Antioquia, y por la persecución política a partir de 1948, tras el asesinato del líder Jorge Eliécer Gaitán. Decir como lo hace Heriberto Zapata Cuéncar que la fundación se remonta a 1907 no es preciso; la iniciación formal de la comunidad data más precisamente de 1949, un año después de iniciada la persecución política. Años más tarde, el lugar se convirtió en un puesto de policía instalado en 1965 por la municipalidad de Turbo (Keep Correa, 2010: 407-420). En ningún caso fue un Corregimiento; de ser Inspección de Policía pasó a ser Municipio por la ordenanza del 7 de noviembre 30 de 1967.

El desprendimiento de la jurisdicción deTurbo ha hecho de Apartadó un hermano de los municipios vecinos de Necoclí,Arboletes, San Pedro de Urabá, Carepa, Chigorodó y el mismo Turbo. Los articulan las vías de comunicación, la economía bananera, los orígenes afines, sus rasgos culturales, entre otros rasgos para no citarse los presentes de las violencias vividas. Han sido localidades que luego de sus fundaciones les llegaron las oleadas urbanísticas a partir de varias invasiones.

Dos componentes históricos: La deseada tierra y el trabajador bananero

En Apartadó con el arribo masivo de familias se dio una gran presión sobre la tierra y ella adquirió una gran valorización con el auge de las fincas bananeras. La historia de sus invasiones no para y en ese contexto se destaca la versión de don Julio Vásquez Virviescas quien adquirió lotes como apoyo a los campesinos cacaoteros. A continuación de este episodio

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