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RINCÓN DEL LÍDER Prefiero caminar con Dios en la oscuridad que andar solo en la luz.

En El Refugio Secreto, Corrie Ten Boom relata los tensos momentos que su familia experimentó en Holanda durante la invasión alemana. Una noche, Corrie daba vueltas inquieta en la cama mientras los bombarderos pasaban zumbando por encima de su cabeza y las bombas estallaban cada vez más cerca, escuchó que su hermana estaba en el piso de abajo, en la cocina.

Como no podía conciliar el sueño, se levantó y fue junto a su hermana Betsie a compartir una taza de té. Ambas conversaron en medio de la noche hasta que el sonido de las bombas se disipó a lo lejos. Sabían que las explosiones habían asolado un área cercana, pero ahora todo estaba en calma.

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Corrie fue a tientas en la oscuridad hasta su cuarto donde tanteó la almohada antes de acostarse. Al hacerlo, algo filoso le cortó la mano. ¡Resultó ser un trozo de metal aserrado de unos veinticinco centímetros! Llamó a gritos a su hermana mientras corría escaleras abajo con el trozo de metralla en la mano.

Mientras Betsie le vendaba la mano, no dejaba de repetir:

– Sobre tu almohada…

– Betsie, si yo no te hubiera escuchado moverte en la cocina… – comentó Corrie.

– No digas eso, Corrie – interrumpió Betsie con firmeza–. En el mundo de Dios no existe el “si…”. El centro de su voluntad es nuestra única seguridad.

Más adelante Corrie llevó ese mensaje al mundo: “La voluntad de Dios es nuestro refugio secreto”.

“Aun cuando atraviese el negro valle de la muerte, no tendré miedo, pues tú irás siempre muy junto a mí, protegiéndome y guiándome”

Salmo 23:4

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