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Hermanas Dominicas de la Congregación de Santa Cecilia con la colaboraciÓn del diÁcono Rafael y Ana Bougrat, Ricardo y Carolina CatalÁn, y Diana CatalÁn

Una invitación para

Orar en Familia Creciendo unidos cada día en la fe y el amor

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Publicado originalmente en marzo, 2015, como A Short Guide to Praying as a Family, por Saint Benedict Press, Charlotte, NC. Esta edición en español tiene una serie de adiciones que no están incluidas en la edición original en inglés.

Nihil Obstat: Padre John Martin Ruiz, O.P., S.T.L. Censor Librorum Imprimatur: David R. Choby, D.D., J.C.L. Obispo de Nashville 24 de junio de 2015

El Nihil Obstat y el Imprimatur son declaraciones oficiales aseverando que un libro o panfleto está libre de error doctrinal o moral. No implican que los que han otorgado el Nihil Obstat y el Imprimatur están de acuerdo con el contenido, opiniones o declaraciones expresadas.

Texto © 2015 LBP Comunicaciones de la Congregación de Santa Cecilia. Se reservan todos los derechos. LBP Communicaciones basa su nombre en el lema de la Orden de Predicadores (los Dominicos): “Laudare, Benedicere, Predicare”, que significa “alabar, bendecir, predicar”.

Todas las fotografías en esta obra © 2015 por el padre Lawrence Lew, O.P., a menos que se indique lo contrario.

“La Tradición de los Vitrales” © 2015 por Denis McNamara, Ph.D. Los textos de la Sagrada Escritura utilizados en esta obra han sido tomados de la Biblia de Jerusalén latinoamericana en letra grande: nueva edición revisada y aumentada. García Rodríguez, Santiago, and Carlos Maciel. 2007. Bilbao: Desclée de Brouwer. Utilizado con permiso. Todos los derechos reservados. Las citas del

Catecismo de la Iglesia Católica, segunda edición, © 2001, y del Catecismo de la Iglesia Católica: Compendio © 2007, Librería Editrice Vaticana—United States Conference of Catholic Bishops, Washington, D.C. Utilizadas con permiso. Todos los derechos reservados.

Se ha hecho todo el esfuerzo para obtener y dar las atribuciones apropiadas a las fuentes seleccionadas para este libro. Si alguna atribución es incorrecta, el publicador aceptará documentos por escrito apoyando la corrección para futuras publicaciones.

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación, o transmitida de ninguna forma, o por ningún medio, electrónico, mecánico, fotocopiado, o de ninguna otra manera, sin permiso escrito y anticipado de la editorial.

Publicado en los Estados Unidos por Saint Benedict Press, LLC PO Box 410487 Charlotte, NC 28241 www.SaintBenedictPress.com Impreso y encuadernado en los Estados Unidos de América.

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A Nuestra Santísima Madre María, Reina de las familias,

Ayuda de los débiles, y Estrella de la Nueva Evangelización

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CONTENIDOS Prólogo por Su Excia. Revma. Mons. Charles J. Chaput.......... 9 Agradecimientos.......................................................................... 11 Introducción: Cómo utilizar este libro..................................... 12 PRIMERA ETAPA: Oraciones vocales básicas.................. 19

Señal de la Cruz.............................................................. 21 Padre Nuestro................................................................. 27 Ave María........................................................................ 31 Gloria al Padre................................................................ 35

SEGUNDA ETAPA: Haciendo de su hogar un lugar sagrado... 39

Creando espacios sagrados en su hogar...................... 40 La Bendición...................................................... 44

Ofrecimiento del día ..................................................... 47

Agradecimiento en las comidas................................... 51

Oraciones en familia antes de dormir......................... 57

Reunión mensual de la familia..................................... 63

Orando con su cónyuge................................................. 71

El Rosario en familia...................................................... 75 El Novenario...................................................... 88 Las Posadas........................................................ 90 TERCERA ETAPA: Avanzando en la vida de oración....... 93

6

La oración fuera de la casa Al Ángel de la guarda..................................................... 95 Oración a San Miguel Arcángel.................................... 99 Oración antes de eventos deportivos......................... 103

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Preparándose para los sacramentos Preparándose en familia para la Misa....................... 107 Preparándose en familia para la Confesión.............. 117 Acción de gracias después de la Comunión............. 123 Utilizando agua bendita y otros sacramentales........ 127

CUARTA ETAPA: El poder de la oración........................ 131

Oración intercesora...................................................... 133 Oración por los difuntos............................................. 137 Ofreciendo sacrificios.................................................. 143 La Coronilla de la Divina Misericordia..................... 147 Adoración Eucarística en familia............................... 153

Preparándose para las celebraciones familiares............ 159

Presentación de tres años............................................ 160

Celebración de los quince años.................................. 162 QUINTA ETAPA: Haciendo de su vida una oración....... 167

Viviendo las virtudes................................................... 169 Oraciones jaculatorias................................................. 177 Otras maneras de orar................................................. 183

Apéndice: La tradición de los vitrales..................................... 188 Créditos de las imágenes.......................................................... 190 Acerca del fotógrafo.................................................................. 203 Acerca de la artista.................................................................... 204 Acerca de los autores................................................................. 207

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¡PERMÍTANLE ENTRAR , EL REY DE LA GLORIA!

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A

PRÓLOGO

rquímedes, el antiguo científico griego, dijo una vez que si él tuviera un punto de apoyo y una palanca lo suficientemente larga, un simple hombre podría mover el mundo. Los niños y las familias no son palancas, son seres humanos.

Son personas, no objetos. Pero las palabras de Arquímedes siguen siendo útiles. La formación que los esposos se dan el uno al otro y a sus niños—si se realiza con amor, valor, ternura y persistencia— puede mover el mundo y cambiar la sociedad.

Es por esto que el mayor regalo que un padre les puede dar a sus niños es amar a su madre. Y por supuesto lo mismo aplica a las madres amando a sus maridos. El ejemplo personal es el maestro más poderoso en el mundo. Los niños ven todo, y a menudo entienden mucho más de lo que los adultos piensan. Si los padres se aman, los niños ven y aprenden lo que es el amor. Aprenden la fidelidad en vez de las promesas incumplidas; la paciencia en vez de la inquietud; la simplicidad en lugar de la confusión; la humildad en vez del orgullo; el valor en lugar de la cobardía; la honradez en vez de las excusas; el perdón en lugar de la venganza; el hambre de justicia en lugar de la apatía.

Y si los padres aman a Dios, los niños ven y aprenden lo que es la fe. Los padres que rezan

unidos enseñan, de la manera en que viven, que Dios es verdadero; que Él está presente, escuchando y ansioso de ser parte de nuestras vidas.

Ayudar a los niños a aprender el hábito de la oración se convierte así en una de las lecciones más importantes que una familia puede compartir. Una vida de oración nos hace plenamente humanos porque nos hace verdaderos; nos saca de nosotros mismos, una y otra vez, para conversar con el Autor de la vida—el Dios que nos hizo y nos ama, y que creó todo lo que conocemos.

N

o es ningún secreto que por muchos años he admirado a las Hermanas Dominicas de Santa Cecilia. La razón es simple. En la gran familia de Dios que llamamos la Iglesia, las hermanas incorporan con su ejemplo diario cada virtud que hace a la familia hermosa y llena de vida. Pero también enseñan con lo que dicen y escriben, editan y publican—y este volumen, Una invitación para orar en familia, es una maravillosa y muy práctica prueba de ello.

Arquímedes nunca encontró la palanca que necesitaba. Las hermanas nos recuerdan que las familias cristianas ya tienen una. La oración en familia puede mover al mundo.

Su Excia. Revma. Charles J. Chaput, Arzobispo de Filadelfia 9

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N

ALGUNAS NOTAS PRÁCTICAS

uestra vida familiar hoy día está llena de ocupaciones y exigencias; precisamente esto es lo que hace que orar en familia sea tan importante.

Cuando Dios es el centro de nuestra vida familiar, todas las demás prioridades toman su debido lugar.

Debemos poner a Dios en primer lugar, y luego a nuestro cónyuge e hijos. Nuestros familiares y el trabajo vienen después de ellos. Los niños aprenden a poner a sus hermanos antes que a sus amigos, y asistir a Misa antes que cualquier otra actividad. Cuando su familia ora unida, ustedes no sólo están poniendo a Dios en el centro de su familia, sino también están mostrándoles a sus hijos cómo entrar en una relación personal con Él, para que Él llegue a ser un compañero y amigo a lo largo de toda la vida.

La manera más efectiva de comenzar a implementar la oración en familia es incorporarla en su rutina diaria, es decir, orar en el transcurso de cosas que ya ustedes hacen. Por ejemplo, al entrar al auto para ir a cualquier lugar, podrían fácilmente añadir la oración “Ángel de Dios” (p. 95). Al compartir las comidas juntos; fácilmente pueden añadir el “Agradecimiento en las comidas” (p. 51). Llenar su día con oración lo colma con la presencia, la bondad y el amor del Señor.

En el transcurso de implementar las oraciones que seleccionen, los alentamos a ser atentos y 16

amables, porque ustedes no quieren que sus hijos o su cónyuge tengan un rechazo a la oración. Ustedes quieren que la oración familiar sea una experiencia positiva. También recuerden que no todo tiene que ser perfecto. Los niños van a inquietarse. Los

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jóvenes pueden actuar como si no les importara.

Otros pueden experimentar ansiedad al apartarse de los aparatos electrónicos (la televisión, los videojuegos, los teléfonos celulares, etc.). Tranquilícense y mantengan la paz en la familia. No se desanimen.

Sean más pacientes consigo mismos y con su familia si se desvían del plan trazado.

La vida también puede desviarlos a ustedes.

Así, cuando hay un cambio de rutina, simplemente ajusten la oración. Por ejemplo, si están viajando en auto, y es el momento para la “Oración en familia antes de dormir”, tal vez quiera acortarla en consideración al cansancio de los miembros de su familia. Un simple movimiento del corazón al Señor en gratitud y amor es mil veces mejor que muchas palabras dichas sólo por el sentido del deber.

H

agan el mejor esfuerzo por orar juntos.

“Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mateo 18:20). Examinen las oraciones que están eligiendo para orar juntos. Involucren a sus hijos para que participen, especialmente los mayores, pidiéndoles sus consejos e ideas. A todos les gusta estar incluídos.

Si creen que podrían experimentar resistencia por parte de sus hijos adolescentes, háblenles con anticipación en privado y pregúntenles lo que piensan de empezar a orar unidos en familia. Escúchenlos.

Quizás podrían pedirles que dirijan algunas de las oraciones. O, en otros casos, tal vez podrían darles

la opción de participar o no; pero háganles saber que les gustaría que ellos participaran, ya que son una parte importante de la familia. Su familia será bendecida por el Señor cuando toman el tiempo y el esfuerzo de orar. Él responde a nuestra debilidad con su misericordia y amor. Él recompensará su generosidad con su infinita generosidad.

F

inalmente, recuerden el poder de la comunidad. No están solos. ¡Hay más de un billón de católicos en el mundo! Seguramente existe otra familia en su vecindario o en su parroquia a la que también le gustaría empezar a orar en familia. ¿Por qué no buscan a uno o más amigos que tengan este mismo deseo, y se apoyan unos a otros para implementar la oración con sus familias?

Tal vez podrían iniciar un grupo pequeño en la parroquia con este propósito. Podrían ser un motivo de ánimo y apoyo el uno al otro, y podrían compartir sus experiencias y preocupaciones, recibiendo consejos y ánimo mutuamente.

Esperamos que estas páginas ayuden a su familia a crecer en el amor por Dios y por la oración.

Esperamos que les ayuden a enseñar a sus hijos acerca de la belleza y el significado de la vida, de cómo amar y ser amado por Dios y entre unos y otros. Conforme viajen y profundicen su relación con el Señor, que estas atesoradas oraciones católicas les acompañen para que su familia— una iglesia doméstica—siempre esté unida en el amor de Dios.

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AVE MARÍA Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

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de María en la distancia, el niño en el vientre de Isabel saltó de gozo, llevando a Isabel a entender la presencia misteriosa y gloriosa de Dios en el vientre de María. María fue elegida por Dios para ser la Madre de Jesús. Así, Isabel saludó a María con las palabras: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno” (Lucas 1:42).

M

D

ios te salve, María, llena eres de gracia.

Estas ocho palabras anuncian el alba de nuestra salvación. Son las primeras palabras dichas por el Ángel Gabriel a la joven judía María, al invitarla a ser la Madre de Jesucristo, el Hijo de Dios (cf.

Lucas 1:26-38). María le dijo “Sí” a Dios. Dijo “Sí” a llevarlo en su vientre, dar a luz y criar a Jesucristo.

El Señor la preparó para este papel, llenándola de gracia. Ella es la Inmaculada Concepción, nacida sin pecado original y llena de gracia.

Mientras llevaba a Jesús en su vientre, María fue a visitar a su prima, Isabel, que también estaba encinta en ese momento. Cuando Isabel oyó la voz 32

aría es un simple ser humano igual a nosotros, pero lo que la hace tan digna de nuestra alabanza e imitación es su “Sí” a lo que el Señor le pidió a ella. Al igual que ella lo hizo, nosotros recibimos diariamente la gracia de decir “Sí” a Dios y a todo lo que Él nos pide. Pero, ¿aceptamos nosotros la gracia de manera tan completa como ella lo hizo? Mientras más decimos “Sí” a Dios, más santos llegamos a ser. No siempre es fácil decir “Sí” a lo que Dios nos pide, a las personas y las circunstancias de nuestra vida, pero María nunca falló en hacerlo. María nunca pecó. Además, porque ella es la Madre de Jesús y porque Jesús es Dios, María es llamada también “la Madre de Dios”.

N

ingún ser humano está más cercano a Jesucristo que su madre, María. Y, dado que las Sagradas Escrituras nos dicen “[orar] los unos por los otros” (Santiago 5:16) y pedir que otros recen por nosotros, nosotros les pedimos a aquellos que están cercanos a Dios que rueguen por nosotros. ¿Cuánto más debemos pedirle a la Madre de

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Jesús que ruegue por nosotros? Le suplicamos que le pida a Jesús que Él nos dé las gracias y las bendiciones que necesitamos. Cuando tenemos alguna necesidad, podemos pedirle la ayuda a María para que ruegue por nosotros; pero especialmente necesitaremos su ayuda “en la hora de nuestra muerte”, el momento en que estemos muriendo. Las tentaciones pueden ser especialmente fuertes en ese momento y por lo tanto pedimos la ayuda y protección poderosa en esa última hora de nuestra vida y las vidas de todos los miembros de nuestra familia.

Pedimos también que María esté allí para consolarnos, así como ella consoló a Jesús estando allí para Él en las últimas horas cuando estaba muriendo en la Cruz.

mente los que están en peligro de muerte. Podrían rezar el Ave María por cualquier persona, cosa, o evento que ustedes crean podría necesitar la ayuda de María.

C

uando ustedes recen esta oración, empiecen con la Señal de la Cruz. Luego, recen el Ave María. Finalmente, terminen con la Señal de la Cruz. Si están diciendo el Padre Nuestro en familia en la noche antes de irse a dormir, podrían también rezar el Ave María inmediatamente después.

Cuando recen más de una oración, es costumbre empezar con la Señal de la Cruz, rezar las oraciones (dos o más) y luego terminar con la Señal de la Cruz. El Ave María se puede usar en cualquier momento a lo largo del día. Por ejemplo, algunas familias lo rezan cuando están en el auto y oyen una ambulancia o ven un accidente, rogando a María por todos aquellos involucrados, especial33

SEGUNDA ETAPA

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HACIENDO DE SU HOGAR UN LUGAR SAGRADO Creando

espacios sagrados en su hogar

Ofrecimiento Agradecimiento Oraciones

del día

en las comidas

en familia antes de dormir

Reunión

mensual de la familia

Orando

con su cónyuge

El Rosario

en familia

39

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ORACIONES EN FAMILIA ANTES DE DORMIR Dios, tú mi Dios, yo te busco...

Así como te veía en el santuario, contemplando tu fuerza y tu gloria —pues tu amor es mejor que la vida, por eso mis labios te alaban— así quiero bendecirte en mi vida, levantar mis manos en tu nombre...

Si acostado me vienes a la mente, quedo en vela meditando en ti, porque tú me sirves de auxilio y exulto a la sombra de tus alas; mi ser se aprieta contra ti, tu diestra me sostiene.

Salmo 63:2-5, 7-9

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U

n ritual nocturno de orar juntos en familia antes de acostar a sus hijos puede ser uno de los recuerdos más felices y preciosos que ustedes les pueden dar a sus hijos. Imagínense lo bien que ellos dormirán seguros en su amor y seguros en el amor de Dios.

Una vez que todos se han cepillado los dientes, puesto sus pijamas, etc., y están listos para irse a la cama, pueden seguir este sencillo formato de oraciones antes de dormir: 1. La familia se reúne en un lugar cómodo.

2. Cuando todos estén listos, Papá comienza con la Señal de la Cruz.

3. Entonces, cada miembro de la familia (ya sea por edad o comenzando con mamá o papá) hace lo siguiente: a. Da gracias por algo específico (por ej., “Gracias, Dios, por nuestros primos que nos visitan hoy en día”.) b. Menciona una intención especial por la que todos puedan orar (por ej., “Jesús, por favor ayuda a nuestro abuelo que se mejore”, o “Por la cirugía del tío Miguel”.)

4. Después, todos juntos rezan un Ave María por su vocación (vocación es ese llamado especial de Dios para su vida en el futuro; cada uno de sus 58

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hijos tendrá una única vocación—que podría ser la del matrimonio, sacerdocio, vida religiosa, o para la vida de soltero dedicado). Terminen todos juntos con la Señal de la Cruz.

5. Por último, cada miembro de la familia va a cada uno de los demás miembros de la familia (sin ningún orden en particular y con cierto grado de caos feliz) y a. Traza una cruz en la frente de la otra persona (como un signo de llamar la bendición de Dios en esa persona) b. Le da un abrazo o un beso de buenas noches.

E

sta es una maravillosa manera de terminar el día. Por otra parte, también ayuda a los padres a conocer las cosas que son importantes para cada uno de sus hijos.

Por ejemplo, ven que su hijo mayor ama a sus primos, porque eso es lo que salió en su oración de acción de gracias; ven las cosas que les preocupan, a través del hecho de que su hija menor oró por el tío Miguel durante las intenciones.

S

i optan por seguir el formato anterior para sus “Oraciones en familia antes de dormir”, pueden reemplazar el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre que decían con las oraciones iniciales, o pueden continuar rezándolas unidos.

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Las siguientes son las novenas más populares: .

1. La novena anual del Rosario en preparación de la fiesta patronal de la parroquia o del país (por ejemplo, la Novena a Nuestra Señora de Guadalupe en México)

EL NOVENARIO

A

menudo, se rezan novenas de rosarios en ocasiones especiales. Una novena es una serie de nueve días de oración. En este caso, es una serie de nueve Rosarios rezados sobre el transcurso de nueve días. ¿Por qué nueve? En la numerología Bíblica, tres es el número que significa perfección, porque son tres las Personas en Dios: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo. Nueve viene a ser el símbolo de la perfección perfecta, porque son tres grupos de tres; cada grupo de tres es un ofrecimiento en honor a cada una de las Tres Personas de la Santísima Trinidad. La novena usualmente comienza nueve días antes de una festividad especial, de manera que termine el día de la vigilia de la festividad.

88

2. La novena por los fieles difuntos, usualmente rezada en la casa o en la iglesia, por alguien que ha fallecido recientemente. Por nueve días después del funeral, la familia y los amigos del difunto se reúnen para rezar el Rosario para que el ser querido llegue pronto al cielo. Esta unión en oración entre la familia y los amigos es un gran consuelo para todos aquellos que están presentes. Esto ayuda especialmente a reconfortar a los miembros de la familia y a entregar al ser querido que ha muerto con fe y amor al Señor. Cuando es posible, la familia también pide que el querido difunto sea recordado en la Misa durante los nueve días de la novena. Véase la “Oración por los difuntos” (p. 137) para una explicación más detallada.

3.

L as Posadas: la novena de Navidad—Las Posadas son una novena de rosarios previos a la Navidad. Tradicionalmente, las familias de un vecindario planean y celebran juntas las Posadas, ya que la familia y el pueblo son ambos regalos de Dios y ya que el mismo Cristo se hizo hombre, nacido en una familia humana y perteneciente a un pueblo en particular.

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as posadas nos recuerdan el largo viaje de María y José a Belén, muy lejos de su propia ciudad de Nazaret. Este viaje es también un recuerdo del viaje del Hijo de Dios desde su hogar en el cielo hasta acá abajo en la tierra. ¿Encontrará Él los corazones que le den la bienvenida? ¿Encontrarán María, que lleva el niño Jesús en su vientre, y José, quien los protege a ambos, una bienvenida?

mostró concretamente mientras Él estaba en la tierra. Tercero, se reza la Letanía a la Virgen que nos ayuda a pensar como ella y a amar con su corazón, ya que consideramos sus virtudes y su generoso amor. Ella conoció a Cristo mejor que cualquier otra persona en la tierra, y nosotros le pedimos a ella que también podamos conocer mejor a su Hijo.

Al hacer la procesión de casa en casa, tocando a la puerta y escuchando, nosotros viajamos con Jesús, María y José. Preparamos nuestros corazones para la venida de Jesús.

La dramática tensión de estas preguntas es capturada por la progresión de las oraciones de cada noche. Primero, se leen las Escrituras que nos ayudan a recordar la realidad del amor de Dios por nosotros. Segundo, rezamos el rosario que nos ayuda a meditar sobre el amor que Cristo nos

A medida que el mundo se torna más activo y nuestras vidas cotidianas se llenan de actividades, nos inclinamos a ser egoístas y olvidamos a Nuestro Señor, negándole el refugio que Él más desea, el de nuestros corazones. En querer hacer, o ver, o comprar algo, podemos olvidar a Aquel que lo hace

LAS POSADAS

L

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todo, lo ve todo, ha hecho todo, y ha comprado a cada uno de nosotros con su Sangre. Las Posadas nos ayudan a recordar que nosotros somos las posadas; nosotros somos ese lugar en donde Jesús, María y José desean ser bienvenidos y descansar.

Debemos pedirle al Señor que abra nuestros corazones, debemos pedirle a nuestra Madre que nos enseñe cómo hacer un hogar para Jesús. Enséñenles a sus hijos el significado de las Posadas para que, en cada generación, Nuestro Señor sea bienvenido en nuestros hogares; que siempre consiga corazones que lo amen.

Juntos oremos sinceramente: Entren Santos Peregrinos, reciban este rincón.

Aunque es pobre la morada, os la doy de corazón.

Esta noche de alegría, de alegría!

De amor y felicidad Pues Jesús, José, y María, Nos vinieron a honrar. ecordamos, como dice otra versión de la R canción, que el verdadero hogar que Jesús quiere entrar es el de nuestros corazones.

Entren Santos Peregrinos, reciban este rincón.

No de esta pobre morada sino de mi corazón.

91

CUARTA ETAPA

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EL PODER DE LA ORACIÓN Oración Oración

intercesora

por los difuntos

Ofreciendo La Coronilla

de la

sacrificios

Divina Misericordia

Adoración Eucarística

Preparándose

en familia

para las celebraciones familiares

Presentación Celebración

de tres años

de los quince años

131

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Señor, Dios nuestro, que de la boca de los niños has sacado la alabanza de tu Nombre, mira con bondad a este(os) niño(s) que la fe de la Iglesia encomienda a tu providencia.

Que así como tu Hijo, nacido de la Virgen, al recibir con agrado a los niños, los abrazaba y los bendecía, y nos los puso como ejemplo, así también Padre, derrama sobre él (ellos) tu bendición, para que cuando llegue(n) a mayor(es), por su buena conducta entre los hombres y con la fuerza del Espíritu Santo, sea(n) testigo(s) de Cristo ante el mundo y viva(n) plenamente la fe que profesa(n) Por Jesucristo, Nuestro Señor.

R. Amén.

Oremos.

Jesús, el Señor, que vivió en el hogar de Nazaret, permanezca siempre con su(s) familia(s), la(s) guarde de todo mal y les conceda que tengan un mismo pensar y un mismo sentir.

R. Amén.1

PRESENTACIÓN DE TRES AÑOS

1

Secretariado de Pastoral Litúrgica de la Arquidiócesis de México, Vicaría de Pastoral, Rito de la presentación de los niños de tres años y acción de gracias, 9.

160

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N

uestros hijos son regalos cuya grandeza no se puede medir. Por esta razón los padres se llenan de alegría por el obsequio que Dios les dio en cada criatura, hecha a imagen y semejanza de Él. Al mismo tiempo los niños mantienen análogamente una imagen y semejanza con el padre y la madre teniendo rasgos similares que continúan siendo evidentes a medida que los niños se desarrollan, de manera que después de su Bautismo, crecen “en sabiduría, edad y gracia”. De acuerdo con la comprensión bíblica, “semejanza” significa, “llamados a la comunión con”, por lo cual cada nuevo ser humano es llamado a tener una relación de amor con Dios y con otras personas, especialmente dentro de la familia. Esta es la belleza y la verdad que cada madre tiene el privilegio de experimentar: ella lo ve en la primera sonrisa de su bebé. Ella llama al padre para que él venga y vea también esa sonrisa. Ese primer momento temprano de comunión entre el padre, la madre y el bebé será, con esperanza, seguido por miles de otros.

E

n el momento en que el hijo o la hija cumple tres años, tanto el padre como la madre reconocen más profundamente que sólo una palabra comienza a capturar el misterio de su hijo o su hija —REGALO. Él o ella es un regalo para su matrimonio y la familia, un regalo para cada uno de ellos personalmente, y un regalo para el mundo entero. Su hijo o su hija es este regalo maravilloso

porque precisamente él o ella viene del único Dios quien ama y desea que él o ella exista. Cuando las palabras fallan, el corazón y las manos pueden hablar, iniciando así la costumbre de presentar los niños al Señor. Esta hermosa práctica se puede ver desde los tiempos del Antiguo Testamento, en la Presentación del niño Samuel y la Presentación de la joven Virgen María. Hoy, esta bella costumbre continúa. Los padres presentan a sus hijos de tres años de edad, al Señor en Acción de Gracias, buscando su bendición especial para los niños, hechos suyo ya por medio del Bautismo. Ellos consagran a sus hijos a la Bendita Virgen María y haciendo formalmente el compromiso de continuar la educación de sus hijos en la fe católica. Ellos esperan que sus hijos siempre vivan para honrar y glorificar a Dios.

Si su familia está planeando presentar a su hijo o su hija de tres años de edad, una hermosa manera de prepararse para este evento es quizás meditando juntos en la oración de bendición que él o ella va a recibir ese día (véase p. 160). Esto se puede hacer en la Reunión de la familia o cuando ora con su cónyuge.

EL SEÑOR NO MIRA TANTO LA GRANDEZA DE LAS OBRAS COMO EL AMOR CON QUE SE HACEN. Santa Teresa

de Jesús

161

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ACERCA DE LOS AUTORES: LAS HERMANAS DOMINICAS DE SANTA CECILIA

H

ace ocho siglos, Santo Domingo de Guzmán, inspirado por el Espíritu Santo en respuesta a las necesidades de su tiempo, fundó una orden con la misión de predicar para la salvación de las almas. El amor de Santo Domingo a Dios y al prójimo sigue inspirando hoy a la Congregación de las Hermanas Dominicas de Santa Cecilia, ya que con alegría abrazan el llamado de la Iglesia a la nueva evangelización. Fundada en 1860 en Nashville, Tennessee, las Hermanas viven una vida contemplativa apostólica de comunidad, estudio y servicio apostólico en un marco monástico que fomenta la contemplación. A través del apostolado de la enseñanza, las hermanas tienen el privilegio de servir a estudiantes y familias en los Estados Unidos, Canadá, Australia, Italia, Escocia y Holanda. Bajo la protección y orientación de la Santísima Virgen María, las Hermanas tratan de vivir en fidelidad a la Iglesia y llevar a otros a Cristo.

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Hermanas Dominicas de la Congregación de Santa Cecilia

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con la colaboraciÓn del diÁcono Rafael y Ana Bougrat, Ricardo y Carolina CatalÁn, y Diana CatalÁn

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Venimos a Él como niños, sabiendo que Él nos da la bienvenida, nos abraza y nos bendice.

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Orar en Familia Creciendo unidos cada día en la fe y el amor