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El espejismo del suicidio:
Tu compañero de cuarto es un espejo que pareciera saber todo de ti, basta darle un vistazo para que te muestre la imagen de quién eres en cuerpo y alma, pero cada vez que vez que te devuelve la mirada te corta por dentro, rasgando cada fibra nerviosa de tu interior, haciéndote sentir diminuto, insignificante, indigno, verte a ti mismo cada día te va a llevar a la locura, pues ese espejo de delirio no es más que la percepción que tienes sobre ti mismo.
Una mañana despertaste y te miraste al espejo, ya habías comenzado a soñar con tu muerte, pues ves en ella la libertad de la que la vida te ha despojado, la libertad para sentir más allá del dolor y del sufrimiento, para por fin descansar en paz sabiendo que todo está bien. El espejo dibujó una soga para ti, prometiendo que si te la ponías al cuello y le dabas tu último aliento en esta vida, por fin alcanzarías esa libertad, y te despojarías de todo tu dolor para siempre.
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Y te suicidaste, pero no viste cómo el cristal del espejo se resquebrajaba en sus mentiras, en sus promesas vacías, incapaz de contener el cielo y el arcoíris del descanso eterno y feliz, el cual jamás te pensaba conceder cuando te quitaras la vida. Al final moriste en el rincón de un cuarto oscuro, frío y desolado, dejando un gran vacío en el mundo con tu terrible ausencia.
Todo por ese espejo de delirio, por esa diabólica percepción que te miente haciéndote sentir mal contigo mismo sin fundamento alguno; fue en un ataque de locura cuando te ataste la soga y saltaste del banco, pues te dejaste llevar por el espejismo de la libertad que te prometía el suicidio, libertad que no encontraste.
Moriste sin saber que eras un maravilloso ser, valioso, irremplazable y especial, que sólo se encontraba perdido, y sin embargo, era perfectamente capaz de recuperar su camino y comenzar de nuevo, le diste tu último aliento a esa soga sin saber que todos tus problemas podían haber sido resueltos sin una, y a nosotros nos has dejado en un cuarto helado con la única compañía de las tinieblas de tu ausencia que sólo oscurecen más este mundo que se ha sentido vacío desde que te fuiste de él.
Título: El espejismo del suicidio.
Autora: Marjaneh Vargas Barajas.
Técnica: Ilustración.
Medidas: 3,259 x 2,552 px.
There’s
no Wonderland in the Afterlife (No hay país de las maravillas después de la muerte):
Mi querida Alicia,
De la alucinación ya estás sintiendo la caricia, pues tan solo los pesticidas y venenos sostuviste, y jurarías que en ellos etiquetas que rezaban “Bébeme” viste. “Intoxícate” te dijeron las voces, antes de que por medir un kilómetro tu casa destroces.
Te dicen que ya no cabes aquí, y entonces el desprecio hacia tu estatura reconocí. “Bébeme y te encogerás, y por la puerta del conejo pasarás”.
Eso te explicaron las etiquetas antes de prometerte que una sonrisa te daría la suerte.
Para llegar al país de las maravillas y al fin descansar, pero mi querida Alicia, entiende que eso no va a pasar.
Pues la puerta del conejo blanco no existe, Y lo que te espera después no es el país de las maravillas sino la muerte.
Título: There's no Wonderland in the Afterlife.

Autora: Marjaneh Vargas Barajas.
Técnica: Ilustración.
Medidas: 1459 x 1834 px.