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UN FUTURO ESPERANZADOR.

Por: Alejandra Vasquez

El 21 de junio conmemoramos el “Día internacional de la educación no sexista” y aunque para muchos esta celebración puede parecer una novedad en realidad fue declarada en Latinoamérica desde 1981. En Colombia contamos con el “Programa Nacional de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía” que garantiza la obligatoriedad de la educación sexual, “impartida en cada caso de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los educandos según su edad”, un programa que con mucha tardanza empieza a mostrar resultados como la disminución del embarazo adolescente en sectores urbanos. Ahora bien, este programa se ha quedado corto en varias facetas del desarrollo integral sexual.

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La coeducación (enseñar de la misma manera a niños de ambos sexos), es el camino. Antes de llegar al público, los niños, se debe iniciar por la instrucción a los maestros y padres de familia. Los profesores deben replantear a nivel curricular y al mismo tiempo modificar roles de género dentro su organigrama laboral, por ejemplo, el 55% de los maestros son mujeres, pero solo el 37% ocupan cargos directivos, evidentemente los niños necesitan ver más mujeres lideresas. A nivel académico, contamos con obstáculos para llegar a la educación no sexista; asuntos como la falta de nombramiento de mujeres referentes en la ciencia y la historia ya que el modelo curricular tradicional se ha encargado de omitir y minimizar avances realizados por mujeres, incluso muchos de los descubrimientos femeninos quedan en el anonimato o peor aún se les atribuye sus logros o sus parejas. Las niñas y los niños necesitan tener referentes que los identifiquen.

Desarrollo integral, ese es el párrafo más importante para agregar al “Programa Nacional De Educación” y más allá de la normatividad, la aplicación de este modelo educativo tiene un espectro bastante amplio. Debemos garantizarles a los niños un espacio no masculinizado, un espacio en que no realicen deportes diferentes o se les exija más a los niños en matemáticas y a las niñas es manualidades. Los niños tienen derecho a desarrollarse como individuos, a tener espacios que promuevan la experimentación de diferentes roles sociales y que no se limiten a la división de género, las diferencias crean jerarquías, por esta razón se ha alimentó el soberbio machismo y fomento la idea que las mujeres son menos hábiles que los hombres, un pensamiento absurdo.

Por otro lado, están los padres, el contexto familiar y de crianza es bastanteimportante en la educación no sexista, el compromiso que deben adquirir las familias es crear entornos seguros, de respeto y libre desarrollo de la personalidad.

El ejercicio de la confianza debe ser lo más importante a la hora de educar a un niño o niña, consiste en motivar e impulsar a los menores a realizar tareas que rompen el paradigma de género, colores en su ropa o juegos que generalmente están limitados socialmente como femeninos o masculinos.

Se ha demostrado que los niños que reciben apoyo y halagos de sus padres tienen un mayor desarrollo en sus habilidades, son más competitivos, cultivan autoestima e incluso valentía.

Las nuevas generaciones de padres se han mostrado bastante flexibles al adquirir conocimientos de educación consciente, además la lucha del feminismo por la equidad de género cada día suma más victorias, todo apunta a que sin duda en 10 años estaremos en un lugar muy diferente. Esperemos que la educación no sexista haga parte de la sociedad igualitaria que todos queremos.

"La educación no sexista es la base para construir una sociedad igualitaria, donde el conocimiento se valore sin importar el género y donde todas las personas tengan las mismas oportunidades de aprender, crecer y desarrollar su potencial "