Inteligenciaartificialen laeducación, oportunidadoamenaza

Los sistemas de lenguaje artificial han demostrado una capacidad extraordinaria para analizar y crear información, desde responder preguntas basadas en una recopilación amplia de información hasta mantener conversaciones fluidas.Prohibiralgoqueresultatan útilyqueenmediodelamediocridad de muchas de nuestras clases y exposiciones, resulta claramente superior, generará algo aún peor, el usoabusivodelamisma.

Pero aquí yace la paradoja de nuestrotiempoactual,aunqueestos sistemas pueden ser utilizados para eludir el aprendizaje y el trabajo personal, también pueden ser una herramienta determinante para m

En lugar de rechazarlas y prohibirlas por completo, deberíamos explorar maneras de incorporarlas en nuestras clases de manera responsable. Primero, es importante reconocer que cualquier tecnología tiene potencial para el abuso. En el caso de la IA, uno de los usos indebidosmásevidentesesutilizarlapara generar respuestas en exámenes o tareas. Sin embargo, la respuesta a estos desafíosnodeberíaserlaprohibición,sino la educación sobre el uso adecuado de la tecnología y la adaptación de nuestras

Podemoshacerquelasevaluacionessean menos susceptibles a la ayuda de la IA. Podemos diseñar pruebas que evalúen el pensamiento crítico, la solución de problemas y otras habilidades que las máquinas aún no pueden replicar completamente. Podemos incorporar componentes de presentación oral y discusión en clase para evaluar la comprensión del estudiante de los temas deestudio.

Por otro lado, la IA puede ser una valiosa herramienta educativa si se usa correctamente. Las herramientas de lenguaje regenerativo como ChatGPT pueden proporcionarrespuestasapreguntas de los estudiantes, proporcionando así una fuente adicional de aprendizaje. Pueden ayudar a los estudiantes a revisar y practicar material, y pueden facilitar la enseñanzaindividualizadaalpermitir a cada estudiante aprender a su propio ritmo y de acuerdo con su propioestilodeaprendizaje.

En lugar de temer a la IA y tratar de prohibirla, debemos aprender a aprovecharla para mejorar la educación. Necesitamos enseñar a nuestros estudiantes no solo, ¿cómo usar estas herramientas?, sino también, ¿cuándo y por qué usarlas? Necesitamos fomentar una cultura de integridad académica que valore el aprendizaje por encima de las calificaciones. Y necesitamos adaptarnos y evolucionar nuestras prácticas educativas para satisfacer l id d d d da