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KAMINALJUYÚ

La ciudad prehispánica de Kaminaljuyú se encuentra ubicada en el Altiplano Central maya, en el valle central de Guatemala, el cual se caracteriza por suelos fértiles, abundante agua en la forma de manantiales y ríos que corren por los profundos barrancos que rodena al valle. Esto favoreció en la antigüedad la preferencia para establecerse en este lugar.

El primer mapa de Kaminaljuyú fue elaborado por Alfred Maudslay, quien contabilizó más de 200 edificios en el valle de Guatemala. Kaminaljuyú es una palabra quiché que significa “cerro de los Muertos”, y fue acuñada por Antonio Villacorta en 1927, porque era común encontrar entierros en los montículos que se destruían como consecuencia del crecimiento urbano de la ciudad de Guatemala. Todos los trabajos arqueológicos llevados a cabo en Kaminaljuyú parten de programas de rescate o salvamente, que permitieron las primeras investigaciones de J. Antonio Villacorta, Samuel Lothrop, Manuel Gamio, Gustavo Espinoza, investigadores de la Institución Carnegie, la Universidad Estatal de Pensilvania y, en los últimos años, arqueólogos del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala. Mediante múltiples rescates aislados se han explorado secciones del sitio, aunque se han publicado pocos resultados. La arquitectura de Kaminaljuyú, consistente en plataformas de barro con estructuras de bajareque o palapas en la parte superior, fue una de las principales razones de que el sitio se destruyera fácilmente. La arquitectura de tierra no se conserva porque este material se usó para construir adobes, ladrillos y favoreció la apertura de carreteras.

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Las investigaciones han permitido conocer que el sitio tuvo una larga ocupación: comenzó hacia 800 a.C. y continuó con una serie de apogeos y declives hasta su casi total abandono alrededor de 900 d.C. Uno de los primeros apogeos corresponde al Preclásico Tardío, entre 400 a.C. y 200 d.C. En esta época los habitantes del sitio, que se habían asentado alrededor del extinto lago Miraflores, realizaron obras hidráulicas de gran envergadura para poder regar los campos de cultivo, ubicados al sur. Asimismo, contaban con un complejo sistema de distribución de agua, como lo han revelado recientes hallazgos del programa de investigación permanente en el sitio. El agua fue un elemento fundamental para la sociedad del Preclásico en Kaminaljuyú, como lo muestran las imágenes de los monumentos de piedra esculpidos en basalto de esa época. Tales monumentos cuentan historias sobre los gobernante y sus poderes, como el Monumento 65, en el que se ven gobernantes sentados en tronos y cautivos a sus lados. De igual manera, en la estela 11 se ve un gobernante que lleva en el tocado la deidad del pájaro principal, elemento característico de la cosmovisión maya, así como la representación del agua. La iconografía relacionada con el agua está presente en monumentos, vasijas y tumbas del sitio.

Estela 11 De Kaminaljuy

Posiblemente el control del agua para propósitos agrícolas, rituales y de subsistencia favoreciera el crecimiento de una elite que dominó el territorio y la población de Kaminaljuyú en el Preclásico. Sin embargo, hacia finales de este periodo (150 d.C.) se tiene evidencia de un evento de terminación. En varios sectores del sitio se han encontrado depósitos de cerámica que formaban parte de vasijas que se tiraron al suelo y se rompieron en pedazos, dispersándose y luego formando parte de un incendio. Se cree que los monumentos de Kaminaljuyú fueron simultáneamente quebrados y desechados de la misma manera. Sin embargo, éstos fueron reutilizados en tiempos posteriores y aparecen dispersos en conceptos tardíos.

Es posible que tales sucesos hayan sido parte de una petición masiva a los dioses para mejorar las condiciones ambientales.

Estudios del medio ambiente antiguo han documentado que cerca de 100 d.C. hubo una sequía que afectó al sureste de Mesoamérica. Al ser Kaminaljuyú una sociedad que dependía del agua para su subsistencia, la sequía pudo tener un gran impacto en la sociedad. Algunos investigadores, como Marion Popenoe sugirieron que era una época de dificultades por el desecamiento del lago Miraflores. Esta situación habría sido aprovechada por una población invasora que llegó desde el Altiplano Occidental de Guatemala y conquistó Kaminaljuyú. Los trabajos recientes muestran que, si bien hubo un evento de terminación, la población se recuperó y continuaba construyendo edificios hacia el inicio del Clásico, aunque con una serie de modificaciones. Sectores como la Acrópolis y la Palangana en la parte norte del sitio crecieron, así como la zona residencial un poco más al norte. Todavía hoy pueden apreciarse los imponentes restos de esos edificios. Asimismo, cerca de 350 d.C. se sabe que hubo contactos con el Centro de México, particularmente con Teotihuacan, como lo testimonian en Kaminaljuyú algunos edificios construidos en estilo talud/tablero y la presencia de cerámica Anaranjado Delgado.

Debido a su ubicación estratégica entre el paso del Altiplano norte y las Tierras Bajas mayas y la costa del Pacífico, Kaminaljuyú tuvo un papel protagónico en el intercambio de productos. Desde sus inicios, la abundancia de obsidiana sugiere que el sitio controló la producción de herramientas de ese material. Se han explorado numerosos talleres en Kaminaljuyú y se ha descubierto que la fuente de obsidiana del Chayal fue la principal de aquella época. Asimismo, se cree que Kaminaljuyú también controló el intercambio de jade que venía del Motagua, así como de productos de la costa como la sal y el cacao. Se sabe de la relación estrecha entre Teotihuacan y Kaminaljuyú por estudios del contenido de carbono 13 en huesos humanos de las tumbas del sitio. Esos análisis demostraron que un individuo enterrado en Kaminaljuyú había pasado tiempo en Teotihuacan, junto con otros personajes enterrados allí que provenían de las Tierras Bajas mayas y la zona oriental de Mesoamérica. Lo anterior indica que Kaminaljuyú fue un centro de poder con relaciones de larga distancia no solo en cuanto a productos sino también con individuos, las cuales debieron consolidarse mediante alianzas matrimoniales, económicas y actividades de intercambio.

Hacia 600 d.C., la etapa de influencia y relaciones con Teotihuacan había terminado. En el sitio aún había depósitos de agua en algunos sectores, principalmente en pequeñas lagunas adaptadas para la cría de peces. La arquitectura del Clásico Temprano que había sido de talud/tablero, fue modificada, los tableros de las fachadas de los edificios fueron reemplazados con escalinatas y alfardas. Al igual que en el pasado, continuó el uso de materiales perecederos en estructuras situadas en las cimas de los edificios.

Se sabe poco del Clásico Tardío, aunque la última ocupación quedó claramente documentada para 900 d.C., cuando el sitio fue desocupado y al parecer la población se trasladó a los cerros y montañas en las afueras del valle. El mismo valle no se vuelve a ocupar hasta que la ciudad de Guatemala es trasladada por cuarta vez, en 1773. En aquel tiempo esta área era conocida como valle de la Virgen del Carmelo o de las Vacas. De ese entonces es la primera representación gráfica de Kaminaljuyú: un mapa, con fecha 1773, que muestra el valle de nuestra Señora del Carmen, al cual se traslada la ciudad de Guatemala después de los terremotos de Santa Marta en Antigua, Guatemala

Bárbara Arroyo, “El Altiplano Central maya, Kaminaljuyú y sus vecinos”, en Revista de Arqueología Mexicana#134, Editorial Raíces, México, julio-agosto de 2015.

Museo Miraflores

El Museo Miraflores es un museo situado en la zona 11, en el Paseo Miraflores de la Ciudad de Guatemala. Posee una colección que comprende piezas arqueológicas recuperadas en los sitios arqueológicos de Miraflores y Kaminaljuyú (Municipalidad de Guatemala, 2014).

El museo fue fundado en el año 2002 por la Fundación Miraflores y ocupa un área de unos 1200 metros cuadrados. En su espacio también están comprendidos tres montículos preservados -identificados como B-V-3, B-V-4 y B-V-5-, bajo los cuales se encuentran ruinas arqueológicas (Municipalidad de Guatemala, 2014).

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La colección del museo está formada por alrededor de 500 piezas provenientes de Kaminaljuyú, las cuales fueron obtenidas en las excavaciones del Proyecto Miraflores, entre 1994 y 1996 (Municipalidad de Guatemala, 2014).

Además, presenta una exhibición de 60 fotografías arqueológicas tomadas entre 1994 y 1996, así como textiles indígenas de altiplano. El museo ofrece servicios de visitas guiadas, tienda de suvenires, café jardín, talleres, cursos y conferencias (Municipalidad de Guatemala, 2014).

El museo cuenta con un túnel que lo conecta con el Centro Comercial Miraflores, dentro de éste hay once especies de animales vivos, la recreación de un entierro maya, cuyos restos datan de 1,500 años atrás, una máscara de jade elaborada con concha, obsidiana y mosaicos de jade de 1.300 años de antigüedad aproximadamente. El objetivo del túnel es preservar el patrimonio cultural y dar al visitante la oportunidad de descubrir la riqueza de la cultura maya. El túnel tiene una profundidad de 12 metros (Roldan, s.f.).

El Museo Miraflores está localizado en la 7ª avenida calle 21-55 zona 11 Paseo Miraflores, en la ciudad de Guatemala y está abierto al público de martes a domingo (Roldan, s.f.).

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