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MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA Y ETNOLOGÍA

La historia de los museos en Guatemala dio inicio en 1796, con la creación del primero cuyo nombre fue Gabinete de Historia Natural. Este fue fundado por miembros de la Real Expedición Científica, organizada por Carlos IV. Entre sus colecciones incluía objetos de arqueología, mineralogía y botánica. Tuvo una vida muy corta pues dejo de funcionar en 1801.

Posteriormente, el Gobierno de Guatemala emitió el 29 de Octubre de 1831 un decreto para la creación de un nuevo museo, indicando que en ese lugar debía depositarse toda especie de curiosidades de las ciencias y las artes. Para tal efecto, se ordenó a las autoridades departamentales reunirlas. La custodia quedó a cargo de la Sociedad Económica de los Amigos del País. De ahí en adelante, se crearon y desaparecieron pequeños museos que el mismo gobierno formaba y años después los desaparecía, pero fue hasta 1898 que con el propósito de festejar la Revolución de 1871, el gobierno emitió un decreto para la creación de un museo nacional, siendo éste realmente el principio del Museo Nacional de Guatemala, que funcionó hasta los años 1917-1918, cuando lo destruyó un terremoto. La emisión de un nuevo decreto de fecha 14 de Julio de 1922 le dio forma legal. Este decreto amplió las actividades del museo y por su medio se oficializaron las áreas correspondientes a la arqueología, la lingüística y arte antiguo. En ese momento se hizo conciencia sobre su necesidad en el país y como consecuencia, en 1931 tuvo su origen el actual Museo de Arqueología y Etnología ubicado en la antigua Iglesia del El Calvario, en la ciudad capital.

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El Museo se trasladó al Parque La Aurora y se inauguró en el salón principal en Junio de 1931. Entre sus colecciones se encontraban diversos objetos arqueológicos provenientes de varios sitios del país, algunos de ellos producto de excavaciones controladas realizadas por proyectos extranjeros. Debido a problemas de remodelación del salón donde estaban ubicadas las instalaciones, en 1947 se trasladó al lugar que actualmente ocupa en el Edificio No. 5, Finca La Aurora, zona 13. En este lugar, del año 1972 a 1977 se reforzó y se acondicionó el edificio por problemas estructurales, concluyéndose el montaje total hasta 1980, en que reabrió sus puertas.

Con el terremoto del 4 de Febrero de 1976 las colecciones de arqueología y etnología no sufrieron daños ya que se encontraban en bodega. Para esa época el Museo contaba con una importante colección de objetos arqueológicos tales como cerámica, jade, concha, lítica, huesos y otros procedentes de la Costa Sur, el Altiplano y las Tierras Bajas de Guatemala.

Museo Nacional de Arqueología y Etnología 2

También es de extraordinaria importancia la colección de objetos etnológicos que se han ido adquiriendo durante varios años. Entre estos, sobresalen las colecciones de tejidos, máscaras, cestería, jarcia, cerámica vidriada y otras. Las colecciones se han enriquecido paulatinamente, convirtiendo al Museo en un centro de historia muy importante para el país.

Debido a la difícil situación financiera que atraviesa el Museo, la dirección facilitó el acercamiento con instituciones privadas cuyos fines incluyen el apoyo a la actividad cultural de Guatemala.

Entre las acciones para el efecto, el 17 de Junio de 1994 la Fundación G&T para la conservación, el desarrollo y la divulgación del patrimonio cultural de Guatemala, firmó con el Ministerio de Cultura y Deportes un convenio de cooperación para con el Museo Nacional de Arqueología y Etnología.

El Museo cumple con una tarea fundamental en el desarrollo de la cultura guatemalteca y cada día asume mayor participación en el campo de la educación, la divulgación y la conservación. El objetivo principal de la función educativa es contribuir con la formación de la identidad cultural del guatemalteco, por medio del servicio de visitas al Museo, actividad especialmente dirigida a estudiantes de educación primaria y secundaria. A nivel nacional, la función divulgativa consiste en mantener exposiciones permanentes y programar temporales. A nivel internacional, estriba en participar con la exposición de piezas que se dan en calidad de préstamo a los países que lo solicitan.

La conservación es la función que se inicia con la recolección de objetos para el enriquecimiento de las colecciones, hasta llegar a los procesos de preservación, restauración e inventario de los mismos, con el fin de exhibirlos.

La tarea es difícil, sin embargo se tiene la voluntad de unir esfuerzos y trabajar intensamente para lograr un museo que cumpla con las características de una institución actualizada al servicio de la educación, la investigación, la conservación y la divulgación del patrimonio cultural de todos los guatemaltecos.

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