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EL POST-ESTRUCTURALISMO
2. El formalismo
2.1 El formalismo ruso
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por: Carmina Paredes Neira
Se les conoce como formalistas a una sociedad conformada por un grupo de teóricos que estudian la lengua poética y publican sus primeros trabajos en 1916.
Eichenbaum, en el texto La Teoría del Método Formal, explica de qué manera comenzó y evolucionó el trabajo de los formalistas, tiene como objeto principal “mostrar cómo, al evolucionar y extender el dominio de su estudio, el método formal ha sobrepasado los límites de lo que se llama generalmente metodología, y se ha transformado en una ciencia autónoma que tiene por objeto la literatura considerada como una serie específica de hechos” (Jakobson, Tinianov, & Eichenbaun, 1978, pág. 22).
El Método Formal se caracteriza por el deseo de crear una ciencia literaria autónoma a partir de las cualidades intrínsecas de los materiales literarios, los formalistas tienen como finalidad la conciencia teórica e histórica de los hechos que pertenecen al arte literario como tal y se concentran sobre los problemas concretos planteados por el análisis de la obra de arte.
La consigna del primer grupo de formalistas fue liberar “la poética” de los simbolistas, de las teorías del subjetivismo estético y filosófico y llevarla por la vía del estudio científico de los hechos; postulan como afirmación fundamental que el objeto de la ciencia literaria debe ser el estudio de las particularidades específicas de los objetos literarios que los distinguen de otra materia. Roman Jakobson señala que “El objeto de la ciencia literaria no es la literatura sino la literaturidad, es decir, lo que hace de una obra dada una obra literaria”. L. Yakubinski sirvió como punto de partida al trabajo de los formalistas sobre los problemas fundamentales de la poética al desarrollar en sus publicaciones la confrontación de la lengua poética con la lengua cotidiana, comparando una serie literaria con otra de hechos y elegir aquella que tuviera una función diferente; de tal manera que formula la siguiente afirmación “los fenómenos lingüísticos deben ser clasificados desde el punto de vista de la finalidad propuesta en cada caso por el sujeto hablante”, es decir, si los utiliza con la finalidad puramente práctica de la comunicación (lengua cotidiana) o los utiliza en un sistema lingüístico en los que la finalidad práctica retrocede a segundo plano y los formantes lingüísticos obtienen entonces un valor autónomo.
La lengua cotidiana está impuesta por las circunstancias mientras que la lengua poética es intencional, se trata entonces de dos fenómenos diferentes y esta diferencia es relevante para comprender tanto la construcción de una poética como la tendencia de los futuristas a crear una lengua “transracional” como revelación del valor autónomo de las palabras. Los ensayos futuristas de poesía transracional adquirieron gran importancia pues sirvieron como demostración contra las teorías simbolistas.
A partir de esta diferenciación se llega a la conclusión de que la lengua poética no es únicamente una lengua de imágenes y que los sonidos del verso no son solamente los elementos de una armonía exterior sino que existen en el verso fuera de todo vínculo con la imagen y que tienen una función verbal autónoma, concretando el principio de sensación de la forma comprendida como fondo.
Potebnia y sus discípulos ven en la poesía una forma particular de pensamiento: “el pensamiento por medio de imágenes” para ellos las imágenes tienen la función de permitir agrupar los objetos y las acciones heterogéneas y explicar los desconocido por conocido.
Al ocupar la poética teórica el centro de interés fue necesario pasar de la cuestión de los sonidos del verso a una teoría general del verso; del procedimiento en