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ISLA DE REUNIÓN

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FORMENTERA

FORMENTERA

___________________ Las “canarias” francesas ___________________

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Texto y Fotos: Sergi Reboredo

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E

nclavada en el azul intenso del océano Índico, salvaje por su exuberante vegetación que incluye un excepcional relieve volcánico y montañoso, y con una exquisita gastronomía. Eso y más es Reunión. Algo así como las “Canarias” francesas.

Con la misma normalidad con la que los españoles viajamos a las islas Canarias, a pesar de estar situadas más al sur de lo que suelen señalar los mapas del tiempo de la televisión (pues están en realidad a la altura del Sahara Occidental), los franceses lo hacen a la isla de Reunión, a pesar de estar ubicada en medio del océano Índico, entre las islas de Madagascar y Mauricio. De hecho, Reunión a primera vista se asemeja muchísimo a las Canarias, sobre todo por el clima cálido y el paisaje volcánico, aunque resulta algo más salvaje. Quizá, paisajísticamente se asemeja más a Hawái, pero con la ventaja de que Reunión está algo más cerca, y de que se puede pagar en euros.

Saint Denis, la capital.

Políticamente, Reunión es un pedazo de Francia perdido en el Índico, un pedazo de tierra tan exuberante y escarpado que parece recién emergido del interior del mar. El área más cosmopolita de su capital, Saint Denis, es Le Barachois, el paseo marítimo, en el extremo oriental de la ciudad. Aquí se ubican los bares y terrazas más elegantes de Reunión, así como Le Saint-Denis, el hotel más lujoso. Por cierto, en Saint-Denis se alzan impresionantes mansiones criollas. Para descubrir la ciudad, lo mejor es perderse por sus calles sin rumbo fijo. Entre otros puntos de interés destacan el ayuntamiento, considerado uno de los edificios más bellos de la urbe; la catedral de Saint-Denis y la prefectura, cuya construcción se inició en 1735 y sirvió como sede de la Compañía de las Indias Orientales.

Aunque a Reunión no se viene a buscar playas, las hay buenas, especialmente en la costa oeste.

Aunque a Reunión no se viene en busca de playas, es imposible resistirse a su atractivo. Las mejores están en la costa oeste, en St-Gillesles-Bains y en Boucan-Canot. Ambas están protegidas de los tiburones 18

(únicos animales temibles en esta zona, aparte de los mosquitos) por una barrera de coral. En cambio, la de Saint-Pierre (permanentemente animada) y la de Grande Anse se sitúan en el inicio del llamado “Salvaje Sur”. Aprovechando la visita por la costa, se puede hacer una parada en el bello cementerio de Marin, que recuerda parte del pasado pirata de la isla. Efectivamente, Reunión fue durante años un avispero de piratas que hallaron aquí refugio hasta que los franceses los echaron. En el cementerio de Marin se encuentran tumbas de famosos piratas, como la de Olivier Levasseur, que descansa junto al famoso símbolo pirata de la calavera con tibias cruzadas. Su tesoro todavía se encuentra en paradero desconocido. De hecho, antes de ser ajusticiado y de que le pusieran la soga al cuello, lanzó al público asistente a su ejecución un plano con un jeroglífico del lugar en el que se encontraba el tesoro donde estaba escrito Mes trésors à qui saura comprendre!. De momento nadie lo ha comprendido, y el tesoro, se estima, podría tener un valor de unos 80 millones de euros. La zona oriental de la isla es mucho más salvaje y agreste. Destaca entre Sainte Anne y Sainte Rose el puente colgante “PontdesAnglais”, accesible solo para peatones. Cerca de St. Philippe se encuentra Le Puits Arabe, también llamado el jardín volcánico, un buen lugar en el que hacer un picnic o una pequeña caminata de media tarde. Está ubicado junto a enormes acantilados formados por lava en los que crecen enormes palmerales en un entorno impresionante.

Maido: un volcán con encanto.

Accesible desde el este de la isla, la cumbre del Maido es una de las cimas que presiden la isla. Después de zigzaguear innumerables curvas, una carretera lleva a la copa de este volcán y a un mirador desde el cual se obtienen privilegiadas vistas a más de 2.000 metros de altura. Dos erupciones volcánicas sucesivas y siglos de erosión y hundimientos han esculpido en sus laderas tres exuberantes circos: Mafate, Salazie y Cilaos. Salazie es tal vez el circo más hermoso de todos, aunque no el más grande. Se accede por una carretera situada el noroeste de la isla. Innumerables cascadas caen desde lo más alto, precipitándose por las escarpadas pendientes que van a morir al mar. Al fondo, en lo más profundo, se encuentra Hell Bourg, un bellísimo pueblo de montaña de tradición termal, aunque un desastre natural truncó su proyecto de estación balnearia. El pueblo fue recuperado en los años ochenta y forma parte del catálogo de “los pueblos más bellos de Francia”.

Parapente en St. Leu.

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Trekking por el Volcan Pitón de la Fournaise. (abajo)

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Hotel Diana Dea Lodge

Selva de Belouve Forest. Chiringuitos junto a la playa en Saint Leu.

En el circo volcánico de Cilaos hay una población del mismo nombre donde es posible alojarse en algunos hoteles con encanto, como el Vieux Cep, y también destacan las coloridas mansiones criollas. Es una de las zonas asiduas para los amantes de la práctica de deportes de riesgo. Cerca de Hell Bourg también se encuentra el sendero que permite visitar el bosque de Belouve, un microclima selvático perfecto para hacer un trekking. Se trata de un bosque primario con una flora similar a la de Madagascar en la que crecen enormes helechos y tamarindos, preciosas flores y gran cantidad de orquídeas. Camino de vuelta es posible pararse en algunos miradores orientados hacia la costa en los que se puede hacer picnic. A derecha e izquierda se alternan algunas explotaciones familiares dedicadas al cultivo de las plantas aromáticas como la Maison del Geranium (www.maisongeranium.com). En ella es posible ver cómo se destilan algunos perfumes a partir de los geranios, tomar un buen café y comprar artesanía de calidad.

El secreto de Piton de la Fournaise.

Conforme uno se acerca al sector oriental de la isla va haciendo aparición una de las piezas angulares del turismo del enclave. Es el volcán Pitón de la Fournaise, uno de los más activos del mundo, ya que prácticamente casi todos los años se producen explosiones o emisiones de lava. Sus erupciones atraen a miles de visitantes y las coladas de lava se extienden desde el cráter situado a 2.631 metros hasta la costa Este originando un paisaje único, casi lunar. Es un tipo de volcán que prácticamente no resulta peligroso, ya que su actividad es escasa y muy predecible, aunque, claro, la vulcanología sigue sin ser una ciencia exacta. Cuando no está activo, que suele ser en la mayor parte del año, se practica senderismo, apto para todo tipo de públicos, siendo posible caminar por el cráter y por el cercano paisaje lunar de la Plaine des Sables.

Jardomes volcánicos Le puits arabe

Disfrutar de los deportes de aventura.

La isla es rica en propuestas de turismo de aventura. Por ejemplo, Reunión es uno de los mayores paraísos con los que se puede encontrar un aficionado al barranquismo. Hay datados más de doscientos barrancos pero todavía queda mucho por explorar, y lo ya conocido son lugares míticos que todos los aficionados a este deporte sueñan con visitar al menos una vez en la vida. Entre todos destaca el “Trou de Fer”, probablemente uno de los descensos más técnicos del mundo. Una buena alternativa para conocer la naturaleza de la isla si se está cansado de tanta agua es el mountain-bike. El alquiler de bicicletas y los recorridos en autobús están muy bien organizados, especialmente en la zona del Maido, para recorrer (y oler) los campos de geranios, y también en el volcán para atravesar las zonas lunares.

Bajo el mar y a vista de pájaro

Por otra parte, la isla es un lugar excelente para la práctica del parapente. Hay alrededor de quince zonas de vuelo, pero la pista en Colimaçons (St Leu) es una de las más adecuadas y concurridas. Termina en una suave pendiente con vistas a un campo de caña de azúcar a 800 m de altitud cruzando por encima de la autopista. El vuelo dura entre 15 y 25 minutos y se aterriza justo al lado de la playa de Kelonia. En la misma zona de aterrizaje se puede contratar el vuelo tándem con diferentes pilotos, algunos de los cuales hablan castellano. Finalmente, la isla de Reunión es un paraíso para el submarinismo. En Saint-Gillesles-Bains y Saint-Leu, ambos ubicados en la parte oeste de la isla, se sitúan los mejores lugares para bucear.

Grand Brûlé, es la parte costera de la última caldera formada por el Piton de la Fournaise

CLIMA

Debido a su orografía montañosa, en la isla de reunión el clima varía mucho según la región. Los veranos son cálidos y lluviosos entre diciembre y abril, y el invierno es fresco y seco entre abril y octubre. Las temperaturas en la costa rondan los 22ºC en invierno y los 27ºC en verano. En cambio en las zonas de montaña, el termómetro puede bajar hasta los 11ºC durante los meses más frios.

MAS INFORMACION

Île de la Réunion

www.reunion.fr

Atout France Oficina de turismo de Francia, c/ serrano, 16 -, 3o, 28001 Madrid, tel.: 91 548 97 41

QUIEN TE LLEVA

Desde España se puede viajar a la isla Reunión vía París por apenas algo más de 500 euros en temporada baja y por unos 1.200 euros en temporada alta. La compañía Air France (www. airfrance.com) vuela nueve veces por semana entre París y Saint Denis.

QUE COMER

En Reunión se come muy bien y muy variado. Es una mezcla de cocina francesa y criolla. El plato típico criollo es el “cari”, a base de cúrcuma, que muchos erróneamente confunden con el azafrán, pero que es un rizoma de la familia del jengibre. El “cari” lleva también ajo, cebolla, pimiento machacado y otros ingredientes. La vainilla, la miel y el chocolate son condimentos muy utilizados en la mayoría de platos. Toda bienvenida está acompañada del típico ponche a base de naranja, piña y otras frutas.

Restaurante Villa Angelique.Uno de los mejores restaurantes de la ciudad, especializado en platos de cocina francesa Una de los platos estrella es el Magret de canard et son gratin de patate douce et sa sauce “pena colada”. 16 euros. Elaborado por el chef Yves Atelin.

Chez Alice. Restaurante muy familiar que sirve cocina local. Las raciones son muy generosas. La especialidad de la casa son los platos de rougaille y los elaborados con chouchou. Rue des Sangliers, 1. Hellbourg

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