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Poesía, pág

EQUILIBRIOS DE MUJER

Calzó sus zapatos rojos y se confundió con la noche arrebatándole su magia, su encanto y su silencio. Quiso, desde la cúspide, sentirse libre, efímera y ligera como el vuelo de una mariposa; ágil y transparente como sus alas. Quiso otear el alma de otras almas desde escondites furtivos, desde fragancias ajenas, desde nuevos horizontes. Quiso ser más y más... Entonces, en la ambición de sus deseos, descubrió que sus atormentados pies no percibían la tibieza de la arena de las playas desiertas, ni la frescura de sus aguas cristalinas, ni tan siquiera la confortante caricia de otros pies amigos. Entonces descubrió que no hacía falta volar más alto para alcanzar el cielo. Y desde ese día, ya no usa tacones...

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