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págOtro Otoño
OTRO OTOÑO …
La felicidad tiene mucho de acto voluntario. A pesar de las cosas que se interpongan en nuestro camino, buenas o malas, dependemos de nosotros mismos. Agarrar la vida, saborear los momentos, sentir, vivir... Ver pasar las estaciones es, al mismo tiempo, hermoso y desolador. Al pasar el tiempo se gana, se vive y a la vez, ¡cuánto se pierde!
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Dices: “He vivido, tengo un pasado”. Va pasando la vida; olvidamos cosas, y recordamos otras, cosas que con el paso del tiempo parece que duelen menos, pero siguen ahí, y en cualquier momento surgen. Sí, pasa el tiempo, pero no nos quitarán las ilusiones, ya que eso nos dará ánimo para seguir. No podemos vivir de las ilusiones de otros, queremos las nuestras, aunque sea difícil.
El otoño es una estación que me entristece y que, contradicción a la vez, me gusta; creo que es el mejor momento de la naturaleza, quizá más que la primavera. La primavera a veces resulta excesiva, vital, arrolladora.
El otoño es como el buen vino, durante el verano ha madurado, ha envejecido... y nosotros con él.
Está lleno de colores, las vides tienen un color rojo intenso, precioso y suave; los chopos, con sus hojas de un amarillo imposible, atrapando el sol, en un intento de que no se vaya del todo. Los árboles están aún llenos de hojas de colores únicos, pronto se tornarán marrones, oscuras, y empezarán a caer… Aparentemente los árboles se quedarán sin vida y soñarán con volver a brotar. El suelo se cubrirá de hojas secas, entre ellas habrá alguna lozana, verde... y pensaré: no es justo, no tendría que haber caído, no era aún su tiempo; tendría que haber sido la última en caer. La naturaleza es igual que la vida… ¡Imprevisible!

Fotografía de Ainhoa Ollero Naval www.colorindecolorado.wordpress.com
El otoño tiene un encanto único. Todos pedimos seguir, ver más otoños, envejecer, quedarnos un poco adormecidos, pero NO sin Ilusiones. Las estaciones pasan, la vida también, pero estoy segura que los momentos que en la vida se nos escaparon no se fueron del todo, yo los guardo en mi mente y en mi corazón. Estoy segura que, de una manera u otra, los recuperaremos, como los otoños que aún nos quedan por vivir.
Si no puede ser así, la única solución sería volver a soñar… María Luisa Castán
En este número de Ráfagas les presentamos a una
montisonense hasta la médula, nacida el día de Año Nuevo en “las cuatro esquinas” (zona centro de Monzón), descendiente de la familia Llorens/Gallifa, familia muy arraigada en Monzón. Enfermera de profesión y Especialista en Enfermería Geriátrica, actualmente dirige la Residencia Municipal de Ancianos Riosol. Se trata de Dña. Valentina Vilarrubí Llorens, a la que a través de estas líneas intentaremos que los lectores conozcan un poco mejor.
Valentina Vilarrubí Llorens

¿Serías tan amable de presentarte a los lectores de Ráfagas?
Me llamo Valentina Vilarrubí Llorens, nacida en Monzón el día uno de enero de 1974, hija de Jorge Vilarrubí y Maria Pilar Llorens, y soy la menor de cuatro hermanos. Toda mi vida ha transcurrido en Monzón y me siento muy orgullosa de ello.
¿Cómo fue y dónde transcurrió tu infancia y primeros estudios?
Recuerdo que tuve una infancia muy feliz, hasta que, a la edad de diez años, se produjo el fallecimiento de mi padre. Siempre he vivido en el Barrio del Palomar, primero en la calle Binaced, en uno de los pisos que tenía mi abuelo Jaime, y después ya nos bajamos a vivir a la casa con él, cuando se hizo más mayor. Con respecto a los estudios cursé la Enseñanza General Básica en el que, a día de hoy es Colegio Minte, colegio del que me siento muy orgullosa, y contenta que aún siga su evolución en Monzón. Terminada la E.G.B. pasé al Instituto de Educación Secundaria José Mor de Fuentes donde cursé el bachillerato.
Valentina, Terminado el Bachillerato ¿qué te hizo tomar la decisión de con 10 años estudiar la carrera de enfermería, y dónde cursaste los estudios?
Pues en principio no tenía muy claro que carrera elegir, pero como siempre me he sentido feliz con el cuidado y la entrega a los demás, me decanté por hacer enfermería, aconsejada por mi madre y mis hermanos, pues mi padre ya había fallecido. Decidimos que el mejor sitio para obtener esta formación era Pamplona. En el año 1992 fui a estudiar la carrera a la Clínica Universitaria de Pamplona, donde estuve hasta el año 1995.
Aprobada la carrera de enfermería, ¿dónde comienzas tu actividad laboral y tu vida matrimonial?
Cuando acabé los estudios tuve la oportunidad de quedarme a trabajar en la Clínica Universitaria, pero el estar cerca de la familia y en Monzón me pesaba mucho más, y tome la decisión de volver. La verdad es que en el ámbito laboral he tenido bastante suerte, pues al poco tiempo me llamaron del Centro de Salud de Monzón, para en verano hacer guardias, cubrir vacaciones, etc. Me fui introduciendo en el campo de atención primaria y después de estar año y medio en Monzón como enfermera, me salió un contrato de cinco años en el Hospital de Barbastro; allí trabajé en varias plantas: Pediatría, Medicina Interna, ... También estuve en Valentina y Lorenzo durante la entrevista el equipo de Recursos Humanos de la dirección del Hospital.
Tengo que decir que estos cinco años fueron muy enriquecedores, por las distintas experiencias que viví.


En el año 2000 contraje matrimonio con Javier Lardies Sancho, y tenemos dos hijas, Ana y Julia.
Continuando con el tema laboral, en el año 2001 salió una plaza de enfermera para la Residencia Municipal de Ancianos Riosol. Me presenté a la oposición y saqué la plaza, y en el año 2002 empecé a trabajar en la Residencia Riosol, y de eso hace ya diecisiete años.
¿Cómo llegas a tu actual puesto de Directora en la Residencia Riosol?
En el año 2012 el entonces Gerente de la Residencia, Gerardo Olivan, decide tomar Entrada principal a la Residencia una excedencia por un tema de cargo político; la plaza queda vacante y nos ofrecen, a las enfermeras que estábamos en activo en la Residencia, acceder al puesto. Hicieron una selección, porque tenía que ser una persona con experiencia en el funcionamiento de la Residencia, y al final accedí con mucho miedo y responsabilidad, y en este año 2020 se cumplen ocho años como Directora.
Las Hermanas de Santa Ana han sido siempre un pilar fundamental en el funcionamiento de la Residencia, ¿has coincidido mucho tiempo con ellas? ¿Por qué motivo se marcharon de la residencia?
La verdad es que siempre han sido un gran apoyo. Desde que aprobé la oposición y entré como enfermera eran, como tú dices, el pilar de la casa. Ellas vivían en la cuarta planta y, al estar las veinticuatro horas del día, era súper beneficioso, tanto para los residentes como para el personal. En el año 2012, cuando cojo la dirección de la residencia, tuve la mala suerte que, por un tema de restructuración dentro de la Congregación de Santa Ana, desaparecen de la residencia porque las reubican en pisos para que se cuiden entre ellas, por motivos de edad. Esa decisión supuso a nivel personal un mazazo porque yo tenía mucho apoyo con todas ellas, recuerdo a la Hermana Paulina, Aniceta, Adela, Rosario (que era enfermera), etc.
Valentina en su despacho A medida que se ha ido ampliando la Residencia ¿se han incrementado los residentes?, ¿cuántos hay en la actualidad y cuántos trabajadores?
En el año 2000 se amplió la residencia a 120 plazas, y fue necesaria la contratación de enfermería pues hasta entonces eran todos los residentes válidos; en 2012 se amplió, con tres habitaciones, a 126; y la última ampliación se hizo en el año 2015. Entre válidos, semi-válidos, y asistidos, tenemos 149 residentes.
Proporcionalmente, en base al aumento de residentes, ha ido aumentando el personal, y actualmente estamos una plantilla de 82 trabajadores.
Esta revista se edita en el Hogar de Mayores del IASS, y habrá personas interesadas en conocer los pasos a seguir para ingresar en la Residencia Municipal de Ancianos Riosol. Y conocer si hay mucha lista de espera.
La Residencia Riosol es de titularidad pública, perteneciente al Ayuntamiento de Monzón, nosotros somos un patronato dentro del Ayuntamiento, y los requisitos indispensables para poder acceder a la residencia es estar empadronado en Monzón, o en algún pueblo de la comarca del Cinca Medio.
La forma de gestionar la entrada, es a través del Servicio Social de Base de la comarca del Cinca Medio; allí tenemos a nuestra Asistenta Social, Alegría Isla Climente, que gestiona todas las entradas, y capta las necesidades que hay en la ciudad de Monzón o en la Comarca Cinca Medio.
En esta situación que nos está tocando vivir, con la maldita pandemia del COVID19, las residencias de mayores sufren con mayor frecuencia el ataque de este virus. La Residencia Municipal de Monzón en ese aspecto, está resultando ejemplar pues que sepamos ningún residente ha sido contagiado. Cuéntanos, como entre todos los que formáis la familia Riosol, estáis consiguiendo esta situación tan deseable.
Pues desde el mes de marzo de este año, que es cuando se declara el estado de alarma, ha sido un día a día, de muchísimo trabajo, una ansiedad constante, un no saber a qué nos enfrentábamos, pues no hay un precedente de esta pandemia y lo hemos pasado realmente mal.
Si que es verdad que, si tienes un buen equipo de trabajo, todo se supera, y yo puedo decir que si lo hemos superado es gracias al equipo que hay en la Residencia, desde el primero hasta el último de todos los servicios, (lavandería, Zona habilitada en los jardines, para las visitas de familiares cocina, limpieza, trabajadores externos de fisioterapia o terapia ocupacional, administración, cuidadores-gerocultores, enfermeras, conserjes, y dirección) Gracias a este gran equipo hemos podido superar hoy con éxito esta pandemia.
Con éxito, y me explico, en marzo cerramos muy pronto la Residencia porque con un familiar de un residente tuvimos como un primer contacto con el virus; entonces el cerrar pronto nos provocó muchos beneficios, pues hasta el mes de agosto no se había detectado ningún caso en la Residencia; este mes hemos tenido dos trabajadores que han dado positivo, pero realizamos 240 pruebas de PCR a todo el personal y a todos los residentes y todos salieron negativos.
De esto podemos sacar la conclusión que se están haciendo las cosas bien, que las medidas de prevención funcionan, y hay que esperar que el virus desaparezca o que finalmente tengamos una vacuna que nos dé mayor tranquilidad. También quiero decir que, aparte del equipo de la residencia, el equipo municipal, con nuestro Alcalde, Don Isaac Claver, el Concejal de Asuntos Sociales y Presidente de la junta del Patronato Municipal de la Residencia Riosol, Don Salvador Sarrado, y el resto de Corporación Municipal, nos han ofrecido su apoyo económico y moral, que en estos momentos era muy importante. Hemos comprobado que, ante una adversidad, todos los partidos políticos se unen.
Y los residentes, ¿cómo están llevando la situación? Al no poder salir, no ver a la familia con la frecuencia deseada etc.
Bueno quiero decir que, si tengo el mejor equipo, también tengo a los mejores residentes y a sus familias, y esto lo digo y lo siento de corazón.
Hay que entender que esta situación está siendo muy dura. Desde el mes de marzo cuando estábamos en estado de alarma, la residencia permaneció cerrada; se instauró un servicio de vídeo llamadas; posteriormente abrimos la residencia cuando parece se

normalizaba la situación, y preparamos en el jardín una zona con todas las medidas de seguridad, para realizar visitas a los residentes, según la normativa que expresa el BOA (Boletín Oficial de Aragón). Se trataba de hacer una apertura segura, pues no nos podíamos arriesgar a, por recibir visitas, poner en riesgo la vida de los residentes.
Luego tuvimos que volver a cerrar porque la situación en la Comarca del Cinca Medio se complicó, eso fue a finales de junio primeros de julio, y en este mes de septiembre, si Dios quiere, volveremos a reanudar las visitas en nuestra zona de jardín.
Los residentes puedo decir que se Algunos residentes de la residencia posan con su directora portan genial y su comportamiento es ejemplar, están aguantando no ver a sus familias, no salir a la calle... sí que es cierto que en sus rostros empiezo a notar cierta tristeza y ansiedad, alguno de ellos me comenta que esta situación la están viviendo peor que cuando la Guerra Civil Española, porque en la Guerra veían quien te quería matar y te podías escapar, pero con este virus no sabemos dónde está el enemigo.
Ellos aceptan la situación y saben que por la edad son un grupo vulnerable, tanto es así que, en alguna ocasión que estaba abierta y teníamos que cerrar la residencia, a mí me costaba lágrimas en los ojos y ellos me decían, “pues muy bien lo que usted decida”, “en sus manos estamos, no tenga miedo”. Se nota que son una generación que han sufrido mucho, y ante la adversidad están más preparados.
Bueno Valen, llegamos al final de la entrevista y tienes a tu disposición la revista Ráfagas para comentar lo que consideres.
Creo Lorenzo que hemos hecho un recorrido amplio de lo que ha sido hasta ahora mi vida laboral en la Residencia Riosol, y quiero aprovechar esta revista que tiene tanta difusión, y que en mi casa somos unos fans, para agradecerte que hayas pensado en mí para entrevistarme, pues ha sido una grata sorpresa. Y aprovecho para agradecer a todos los trabajadores de la Residencia Riosol, al Ayuntamiento de Monzón y a los familiares de los residentes que, con su esfuerzo, ayuda, y comprensión, conseguiremos superar esta situación tan difícil.
La decisión que tomó Valentina de estudiar enfermería fue por “el cuidado y entrega a los demás “, y esa máxima la sigue llevando como bandera al frente de la Familia Riosol. Gracias Valen.
Lorenzo Alamán

VALENTINA BIEN DIRIGE CON ESFUERZO E ILUSIÓN LA RESIDENCIA DE ANCIANOS DE SU PUEBLO QUE ES MONZÓN
JOTERO DE MONZÓN
MUY GRANDES PROFESIONALES HAY EN ESTA RESIDENCIA QUE CUIDAN A LOS MAYORES DE ESTA MALDITA PANDEMIA
JOTERO DE MONZÓN
Pensaba, mientras leía esta historieta, que las personas mayores somos muy parecidas a la vasija de la historia que se cuenta debajo. A nuestros años estamos ya con “ rendijas” y vemos que se nos va la vida poco a poco. Pero quizás no somos conscientes del bien que hemos realizado a lo largo de nuestra historia, y pienso, es bueno que valoremos todo aquello que hemos realizado en nuestro entorno. Benditas las grietas que podamos tener y por las cuales vamos perdiendo vitalidad y vida para otros. “Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas, que colgaban de los extremos de un palo, que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Cuando llegaba, la vasija rota solo contenía la mitad del agua. Por dos años completos esto fue así diariamente. Esto le creaba a la pobre vasija un estado de vergüenza y se sentía miserable porque solo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía llevar. Después de dos años le habló al aguador diciéndole: -Estoy avergonzada de mí misma y me quiero disculpar contigo. -¿Por qué?, le dijo el aguador. -Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga. El aguador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo: -Cuando regresemos a la casa Ilustración extraída de internet del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final solo llevaba la mitad de su carga. El aguador le dijo: -¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa”. Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas, pero si permitimos a Dios que nos utilice para derramar el agua del compromiso solidario, el agua de la escucha gratuita, estamos colaborando a embellecer nuestro entorno, haciendo más humano y habitable nuestro planeta Tierra.


Cada 26 de agosto la Iglesia celebra la memoria de santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars quien, para la asistencia de los ancianos, fundó el Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Se le considera patrona de la ancianidad y en su honor, en referencia con lo anterior, va esta poesía de Francisca García García.
Hoy he visto la vejez que el espejo me ha mostrado y la huella que al pasar en mí marcaron los años. Titubeo al caminar, no son tan firmes mis pasos, mis manos se vuelven torpes, ya mi pulso va fallando, ya flaquea mi memoria, mi pelo se ha vuelto blanco y de mi vista de lince el brillo se va apagando.
Mi cuerpo, que esbelto era, ahora camina encorvado; ya he perdido la arrogancia de aquellos tiempos de antaño, ¡Ya se fue mi juventud, el tiempo me la ha robado!
José Ignacio García Ruiz. SDB
