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INDICADORES DE DESARROLLO HUMANO EN GUATEMALA

El desarrollo humano propone ir más allá de la expansión de la riqueza y traducir el progreso en mejorar la calidad de vida humana en armonía con la sostenibilidad del planeta.

La búsqueda de los objetivos del desarrollo humano tiene una amplia coincidencia con los contenidos de la democracia. Tal y como se explica en la imagen, cuando se producen círculos virtuosos con el desarrollo humano, el proceso de democratización conlleva una fuerte participación, movimientos sociales consolidados e identidades fuertes, con demandas que son atendidas de forma justa, oportuna y transparente por instituciones deliberativas que operan en el marco de un sistema de justicia que opera en el marco de un sistema de justicia y respeto a los derechos humanos.

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En la última década, Guatemala avanzó muy poco en su desarrollo humano. Cada vez más empleos se vuelven vulnerables, con salarios bajos y sin protección social. Un 70% de la población trabaja en la informalidad. Aproximadamente 80% de la población indígena vive en pobreza y se ha registrado una reducción de la clase media de un 26% (2006) a un 21% (2014).

Como se observa en la gráfica, los avances en el desarrollo humano del país han sido muy lentos. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) se incrementó en un 17% de 2000 a 2014.

No obstante, fue en la primera mitad de la década de 2000 que logró mayor crecimiento. Entre 2000 y 2006, el IDH mejoró a una tasa anual promedio de 2.3%.

Posteriormente, el crecimiento se ralentizó a un poco menos de 0.3% anual, entre 2006 y 2014.

Fuente: INDH-PNUD Guatemala, con base en cifras de INE, Banguat, FMI y BM.

El bienestar hace referencia a la ampliación de las oportunidades reales de la gente, para que puedan prosperar hacia un estado de plena realización y satisfacción en todos los ámbitos que consideren valiosos (como la salud, la educación, realización laboral, armonía consigo mismo y con el entorno, la alegría de vivir) en el cual logren desarrollar su potencial como seres humanos.

En este capítulo se examinan las percepciones de la población acerca del desarrollo humano en el país y las formas cómo abordan sus desafíos. En el análisis se incluyen resultados de la Encuesta de Desarrollo Humano 2015, que pregunta acerca de qué considera la población más importante para el bienestar, cómo lo logran en sus hogares y cuál debe ser el papel del sector público. En la siguiente gráfica se registran aspectos que las personas consideran necesarios para vivir.

Fuente: INDH-PNUD Guatemala, Encuesta Nacional sobre Desarrollo Humano 2015.

Nota: Partiendo de la información que provee la Encuesta Nacional sobre Desarrollo Humano 2015, el estrato socio económico se estimó a partir del nivel educativo y ocupación del jefe de hogar. Solamente en el caso de los hogares sin información sobre el jefe de hogar, se utilizó una batería de bienes para determinar el estrato.

Examina la formación reciente del Estado en Guatemala. No es posible entender la situación actual del país y las expresiones de la ciudadanía sino se enmarcan en el contexto histórico.

El Informe sostiene que el proceso de democratización en Guatemala, a partir de 1985 y el fin del conflicto armado interno en 1996, facilitó condiciones para establecer una agenda de país con mayor justicia y equidad. No obstante, de forma contradictoria, se debilitó la capacidad pública para cumplir con los compromisos, reduciéndose las funciones del Estado con privatizaciones poco transparentes.

La calificación de un Estado como fuerte o débil hace referencia a la naturaleza íntima de su constitución, a la manera como realiza el cumplimiento de sus funciones fundantes en relación con la sociedad nacional e internacional. Para darle un tratamiento apropiado, se requiere verlo como un continuum que va del Estado democrático fuerte, que es el poder autónomo que realiza satisfactoriamente sus funciones democráticas, tales como mantener el orden de la sociedad, la seguridad, la justicia y el bienestar de todos los ciudadanos que forman la nación, la promoción del desarrollo y la defensa de la soberanía. Y, consecuentemente, Estado débil será aquel poder que tiene un bajo nivel de eficacia, una estructura financiera deficiente y que no articula plenamente las funciones estatales

mencionadas.

El Estado puede ser grande pero no fuerte, cuando está influenciado por intereses particulares.

Y también es posible la existencia de Estados fuertes no democráticos, por lo que se utiliza el concepto Estado democrático fuerte.

Un Estado fuerte y democrático es aquel que no se sirve de la violencia para funcionar.

En Guatemala, el modelo económico amplía las desigualdades y no se traduce en mejor calidad de vida, un dualismo estructural que ha terminado por reforzar dos sociedades distantes entre sí, desde lo económico y social hasta lo político y cosmogónico.

La experiencia democrática contemporánea convive con las desigualdades y la pobreza. La cultura autoritaria permite formas de participación democráticas, en tanto no alteren el programa de crecimiento impulsado por las élites.

El Estado fue formándose como un edificio dictatorial con los criollos a la cabeza. Fue llamado Estado Liberal por su ideología laica y su concepción sobre la nación de ciudadanos, reunió el poder militar y la autoridad civil en la figura personalizada del caudillo y su ejército, subordinó a la población campesina, en su mayoría pertenecientes a los pueblos indígenas, ciudadanos y ciudadanas de segunda categoría con menos derechos y como fuerza de trabajo gratuita, con base en la gran propiedad terrateniente, en la hacienda. Con estos recursos a su disposición, los criollos, y luego los mestizo-ladinos, mantuvieron un Estado que fue siempre despótico

Fuente: Informe Naciones de Desarrollo Humano de Guatemala 2015/2016.

Se muestra cómo muchas luchas de comunidades se interpretan negativamente como conflictividad, calificándolas como resistencias al progreso. Este capítulo, se propone un cambio de enfoque para entender esa «conflictividad» en su dimensión histórica, procesual y territorial. Las luchas de la población que demanda una forma distinta de entender el progreso, más incluyente y con respeto al medio ambiente, son entendidas como luchas por el bien-estar, en el sentido más profundo del concepto. Y son búsquedas que no competen solo a las comunidades afectadas. De hecho, tienen relación con desequilibrios ambientales y sociales producidos por una forma desordenada de planificar el desarrollo y que impactan negativamente a todo el país.

Los conflictos son inherentes a las relaciones sociales en todos los niveles. El gran desafío de la democracia es encontrar mecanismos para resolverlos, no solo de forma pacífica, sino justa. Se ancla en la perspectiva de contiendas políticas para dar cuenta de los procesos sociales que llevan al conflicto, y en el enfoque de capacidades para explicar cómo las personas se organizan de manera colectiva para alcanzar lo que consideran es justo. El lente a nivel micro se utilizará para ejemplificar los mecanismos que utilizan las personas en sus intentos por transformar su realidad. Sin embargo, el informe se centrará en las dinámicas macro del país

5.1 Procesos sociales y políticos en los que se enmarca la conflictividad social: el nivel macro.

En Guatemala existen espacios físicos y territorios donde pareciera no haber conflictividad social. Donde los días transcurren sin mayor alteración en el ambiente y es posible hablar de paz y concordia local. Estos espacios están generalmente vinculados a la buena gestión comunitaria, al alto grado de cohesión social y a la convivencia pacífica muy común en comunidades indígenas, pero no exclusiva de ellas. Sin embargo, espacios de tranquilidad a menudo esconden algún tipo de conflictividad

social que puede interrumpir el ambiente tranquilo, expresándose de manera violenta.

Por otro lado, existen espacios geográficos en los cuales los conflictos se observan en la cotidianidad, con evidentes posiciones encontradas en la desconfianza y/o amenaza al externo, en rótulos o pintas en las carreteras que muestran de una

manera muy visible las tensiones en las que están inmersas las poblaciones. Ambas son escenas distintas de paisajes comunes en Guatemala.

Tanto la irrupción de un evento violento en un paisaje tranquilo, como la tranquilidad en un territorio en franco enfrentamiento son una muestra de lo complejo de las relaciones sociales en el país. Proceso de un conflicto: algunos mecanismos contenciosos o no contenciosos utilizados según niveles y principales actores

Fuente: Informe Naciones de Desarrollo Humano de Guatemala 2015/2016.

Los últimos veinte años es la precariedad o ausencia de servicios públicos. Estas protestas no son casuales si considera la ausencia o déficit en servicios públicos esenciales, principalmente para poblaciones en pobreza y vulnerabilidad, que constituyen más del 60% de la población. En el capítulo, se registra que una de las principales causas de protestas sociales

registradas. Como se observa en la gráfica, las protestas que registraron el mayor incremento durante el período (19972013) son las llamadas luchas socioambientales, es decir, por los bienes naturales como el agua, los bosques, la contaminación etc.

Fuente: base de datos hemerográficos INDHPNUD, 1997/2013.

Guatemala es un país megadiverso y con gran riqueza natural. No obstante, la distribución del uso del suelo no obedece a criterios de sostenibilidad, conservación ni soberanía alimentaria. Un tercio de los suelos tiene capacidad agrícola pero poco más de la quinta parte de guatemaltecos no tiene acceso a alimentos para una nutrición mínima, en un país en el que 5 de cada 10 niños sufre de desnutrición crónica. Guatemala: Casos de conflicto agrario en proceso (diciembre 2015)

Fuente: SAA. Información disponible en: geoportal.saa.gob.gt/visor Las luchas por la tierra son históricas en el país, hoy en día han tomado algunos otros matices debido a los nuevos proyectos que incursionan en los territorios y que demandan el uso extensivo de la tierra y otros bienes naturales. Las nuevas dinámicas económicas han derivado en nuevos problemas que se suman a los anteriores: la contaminación de los afluentes de los ríos, el acaparamiento o desvío de sus cauces, la tala inmoderada o la minería son algunos de ellos.

Para diciembre de 2015 se sumaron 1,476 casos de conflictos agrarios en proceso en todo el país (ver mapa), principalmente en Petén, Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz. Algunos de los temas más recurrentes de las disputas son el uso del agua, condiciones laborales y la demanda insatisfecha de tierra para la economía campesina.

El capítulo 8, analiza los conflictos vinculados a la minería que se hicieron visibles en la primera década del siglo XXI. Para el año 2013, se identificaron al menos nueve conflictos por minería en el territorio nacional. Dos de ellos son de minerales no metálicos, y el resto de oro y plata. En la mayoría de los casos, los espacios en los que se desencadena el conflicto son territorios donde se superponen dinámicas más complejas y anteriores a la minería. Como se registra en la gráfica, son otras ramas de la economía las que más aportan al Producto Interno Bruto (PIB) y generan además mayor ocupación.

Al estudiar la relación entre el desarrollo humano y la minería en algunas áreas mineras de América del Sur, se ha observado que lo que produce mejoras en el desarrollo humano de dichas regiones es la inversión estatal, más allá de la inversión social que produzcan las mineras.

Fuente: INDH-PNUD Guatemala, con base en BANGUAT.

En este capítulo se argumenta que aun con un alto potencial para la generación de energía renovable, la energía moderna y eficiente sigue siendo un servicio inalcanzable para muchos. En el país más de tres millones de habitantes no cuentan con el servicio de energía eléctrica; quienes cuentan con él, en un país con más del 60% de la población viviendo en pobreza, se ven muchas veces en complicaciones para pagarlo. Alta Verapaz, el departamento más pobre del país, presenta el menor índice de cobertura eléctrica, tal y como se registra en la gráfica de abajo. No obstante, Alta Verapaz es el departamento con mayor número de hidroeléctricas y el segundo en potencia instalada para la generación de electricidad.

Fuente: Encovi (2014)

El capítulo 10 concluye que los procesos de democratización son fundamentales para desatar los ciclos virtuosos del desarrollo humano, y estos incluyen en su esencia el empoderamiento de la ciudadanía y el ejercicio de la agencia colectiva. Las distintas expresiones de demanda de las poblaciones van más allá del concepto de conflictividad, son expresiones de esa agencia colectiva en construcción y deben ser atendidas, potenciadas y canalizadas para la construcción de esa democracia que será la base política del bienestar común. La Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible proporciona un marco de acción para transformar las actuales condiciones de pobreza y desigualdad en el mundo. Además, constituye una oportunidad sin precedentes para enrumbar al país en la búsqueda de soluciones para los antiguos problemas estructurales que entrampan el desarrollo humano de Guatemala.

Fuente: Informe Naciones de Desarrollo Humano de Guatemala 2015/2016.

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