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CONQUISTA TUS RETOS FINANCIEROS

¡Ánimo! Dios es el gran proveedor. Él no nos da más de lo que podemos soportar y Él promete no dejarnos jamás ni abandonarnos. Jesús les dijo a Sus discípulos que no permitieran que la ansiedad ganara fuerza porque tal preocupación carcome nuestra confianza en Dios.

«Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves? […] Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?» (Luc. 12:24,27-28).

Puede parecer demasiado simple comparar lo que está ocurriendo en nuestras vidas con las flores y los pájaros. Pero esto es lo que siempre pasamos por alto: para la persona no creyente, no hay nada milagroso en que las flores florezcan, o en que los pájaros encuentren comida. Pero Jesús atribuye estas cosas directamente a la intervención de Dios. Lo mismo es verdad en nuestras vidas. A menudo, Dios trabaja a través de medios comunes. La mayor parte de nosotros no recibimos la habilidad de interpretar sueños en la forma que José lo hizo, y es improbable que los mares se separen por nosotros, pero Dios sí trabaja en nuestras situaciones. Debes estar siempre consciente de Su poder único y los medios creativos de Su provisión.

Veamos por última vez la historia de José y sus hermanos. Para muchos de nosotros es más fácil identificarnos con sus hermanos que con José. Todos nosotros hemos cometido errores y hemos hecho cosas de las que no estamos orgullosos. Probablemente, nunca vendiste a alguien como esclavo, pero todos nosotros comprendemos lo que significa tener remordimientos. Al final de todo, después de que José vio las promesas de Dios cumplidas en su vida, él les dijo a sus hermanos, a los mismos hermanos que habían provocado todo el problema para él: «Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo» (Gén. 50:20).

La mano de Dios se estaba moviendo, aun en las acciones pecaminosas de los hermanos de José.

Piensa en eso. Nuestro Dios es tan grande y misericordioso que Él puede utilizar aun nuestro pecado y rebelión para producir bien. No importa nuestra situación financiera o los errores que hemos cometido en el pasado, Dios es capaz de cambiar las cosas.

Nuestra esperanza no depende del estado de la economía de nuestra nación o en el arreglo rápido de nuestra situación financiera dolorosa. Y ciertamente, no radica en nosotros mismos nuestra esperanza, descansa en nuestro gran Dios.

Pregunta De Reflexi N

Recuerda y escribe brevemente una vez en que pudiste ver la provisión de Dios manifestándose de forma milagrosa en tu vida.

Ora al Señor

«Dios, quiero reconocer que he vivido mi vida pensando que yo soy el principal proveedor de mi vida y de mi familia, que todo lo que he logrado hasta ahora ha sido por mi propio esfuerzo y que no le debo nada a nadie. Permíteme abrir mis ojos a la verdad de que cada día estás derramando Tu bendición sobre mi vida y que sin Ti no tendría ni sería nada de lo que soy. Que pueda entender que no hay situación lo suficientemente difícil para Ti. Amén».