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ILUSTRACIONES

Portada: Amy Carmichael a los 24 años (1892), en Broughton Grange, Keswick.

1. Descansando camino al bosque, pág. viii

2. Robert Wilson, «el querido viejito», pág. 9

3. Broughton Grange, pág. 10

4. Thomas Walker, pág. 19

5. Vista desde la Casa de Oración, pág. 26

6. Un carro tirado por bueyes, pág. 31

7. Amy y las niñas en la playa, pág. 50

8. Amma con sus amados niños, pág. 74

9. Una mujer india respetable, pág. 76

10. La Casa del Bosque, pág. 87

11. Amy en 1925, con 57 años, pág. 102

Láminas con fotos entre las páginas 102 y 110

12. Los niños con el perro de Amma

13. Junto al Lago Rojo

14. Las niñas en la década de 1940

15. Los niños observando el carro tirado por bueyes

16. Camino al bosque

17. La Casa de Oración

18. Parte de los edificios de Dohnavur

19. Monumento conmemorativo a Amy Carmichael en Dohnavur

20. Árbol en la entrada al «Jardín de Dios», Dohnavur, pág. 132

21. Amy en el escritorio de su habitación, pág. 163

Reconocimientos

El editor da gracias a Dohnavur Fellowship

[Comunidad Dohnavur] por el uso de las ilustraciones

5, 7, 8, 11, 12, 13, 14, 15, 16; al Sr. Paul Williams por el uso de sus fotografías 17, 18, 19, 20, y al

Dr. Jacky Woolcock por proveer la foto 21.

Las biografías de cristianos verdaderamente nobles sin duda son alentadoras, y a su vez, traen convicción. Desgarran el tejido mismo de nuestra complacencia y egoísmo. El servicio sacrificado de Amy Carmichael durante toda su vida encaja con ese patrón. Las mujeres de hoy que, al buscar ejemplos espirituales para seguir, lean la historia de Amy, enfrentarán sus propias deficiencias y amor por la comodidad.

Iain Murray afirma: «Un escrito compulsivo lleva a una lectura compulsiva». Podría añadir que una vida compulsiva empieza esa secuencia. Por cierto, Amy se sentía impulsada a amar y servir a su Señor para Su gloria.

Para todas las mujeres y los hombres (mi esposo John fue el primero en leer este relato) que experimenten este viaje a una tierra y un tiempo lejanos mi oración es que los eleve lejos de la influencia infecciosa de la cultura del mundo que domina nuestra época.

Patricia MacArthur Warmsprings

Santa Clarita

California

Noviembre de 2014

Prefacio

Las tensiones internacionales pueden redirigir rutas aéreas, como me sucedió este año. En lugar de volar por la ruta habitual desde Londres a Australia vía Bangkok, nuestro vuelo de Qantas se detuvo en Dubai, y luego fue hasta India, antes de dejar el subcontinente en Cabo Comorín, su extremo sur. A unos 50 kilómetros (30 millas) al norte de ese cabo, nuestro vuelo inesperado iba demasiado alto como para ver algo del lugar que conocía por su reputación. Allí, al principio del siglo xx, se generó un oasis cristiano de mayor poder que todo el paganismo antiguo de la India.

En el Antiguo Testamento, una promesa de bendición divina se expresó con las palabras: «y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que juegan». Algo así sucedió en Dohnavur en el siglo después de 1901. Allí, 1850 niñas y 670 niños

AMY CARMICHAEL: «BELLEZA EN LUGAR DE CENIZAS»

se transformaron en parte de una nueva familia. Además de jugar, había amor y enseñanza bíblica, los cuales cambiaban vidas y preparaban testigos para Jesucristo. «El más pequeño llegará a ser un millar» es una promesa que se cumple en la historia cristiana (Isa. 60:22).

No siempre me interesó Dohnavur. Por un lado, pensaba que era tan solo historia pasada. No sabía que después de que los vínculos estrechos entre Gran Bretaña e India terminaron en 1947, esta obra de gracia siguió hasta el día de hoy. Por otro lado, pensaba que los libros de Amy Carmichael, fundadora de Dohnavur, serían principalmente provechosos para mujeres cristianas. Me llevó tiempo descubrir mi error. Sus escritos no solo son una parte significativa de la historia misionera, sino que también muestran cómo las autoras mujeres pueden estar a la cabeza de la literatura devocional evangélica, así como están a la cabeza de la himnodia dedicada a la persona de Cristo.

Estas páginas no surgieron de la contrición, sino más bien del puro gozo y beneficio que generaron. Amy Carmichael es una de las evangélicas con un registro más amplio del siglo xx, y sus dos biografías principales, Amy Carmichael of Dohnavur [Amy Carmichael de Dohnavur], de Frank Houghton, y A Chance to Die [Una oportunidad para morir], de Elisabeth Elliot, siguen estando disponibles. Son libros espléndidos, y mis páginas no están dirigidas a los que ya los conocen. Sin embargo, a Amy Carmichael ya no se la conoce como antes, y sospecho que esto se debe a que muchos cristianos no saben el placer que se están perdiendo. En sus libros, no solo encontramos la gracia tierna que puede brillar en una mujer cristiana, sino también la suma devoción, la fortaleza y la resolución frente al mal que deberían inspirarnos a todos. Es un testimonio que nos conduce a una comunión más profunda con Cristo, y a reconocer la clase de mejores cristianos que deberíamos ser. Muchos amigos participaron de la producción de este libro. Entre ellos, Ian S. Barter, Stephen Taylor, bibliotecario de la Evangelical Library, en Londres (un recurso invaluable para escritores), Ezekiel Devairakkam, Jacky Woolcock, Tahany Hanna, Margaret Holland (miembros de

Dohnavur Fellowship), la iglesia Grace Baptist Church, de Carlisle, Pa., mis colegas de Banner of Truth Trust, y, como siempre, mi esposa.

Iain H. Murray Edimburgo

Noviembre de 2014

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