1 minute read

¿Tengo qué?

Me han dicho que no tengo que arreglarme para nadie. Que no tengo que arreglarme para ver el brillo en tus ojos cuando notas el rosa artificial de mis mejillas. Que no tengo que arreglarme para ver cómo cae tu quijada cuando me ves en mí ropa favorita.

Advertisement

Que no tengo que arreglarme para tentarte a jalarme del cuello o de la cintura. Y sentir tu cálido aliento en mis labios entreabiertos preparados para recibir a los tuyos como un huésped que esperan hace tiempo.

Quiero permanecer contigo, como recuerdo en tu cajón, guárdame entre tus libros, como pétalo de una flor.

Quedarme contigo, aunque no esté junto a ti, en el aroma del café, podrás acordarte mí;

En el cansancio de aquel baile, en el pensamiento que trae aquella canción, guárdame junto a lo vivido, en un rinconcito de tu corazón.