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Narcisismo, tragedia y relaciones destructivas, la otra huella del pintor

De hecho, sigue acumulando récords de ventas, como en 2021, cuando se vendieron 3,500 lotes de sus obras, por 671 millones de dólares.

El mito de Picasso se construye entre Francia y España. Es la historia del niño genio que, desde los ocho años, pintaba como un maestro y, como muestra, conservó con él El picador amarillo , ese primer cuadro que fue un oráculo. También es el relato del joven de 14 años que fue admitido en la Escuela de Bellas Artes de La Lonja, en Barcelona; y, claro, del bohemio que dormía de día, pasaba las tardes en los cafés de París y pintaba por la noche.

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Su capacidad creativa era tal, que cuando murió, en 1973, dejó más de 45,000 obras, además de una millonaria herencia, incluidos dos castillos y tres casas. ¿Lo único pendiente? El testamento. Sus herederos fueron: Paulo, hijo del pintor y la bailarina rusa Olga Jojlova, quien falleció 1975; Maya WidmaierPicasso, cuya madre fue Marie-Thérèse Walter, y falleció en diciembre del 2022; Claude, hijo de Françoise Gilot, quien se ha dedicado a regir el legado y marca de su padre, a través de la Picasso Administration, y su hermana Paloma, reconocida empresaria y diseñadora.

El narcisismo, la tragedia y las relaciones destructivas también son parte de la huella del pintor. Tal como el minotauro que se repite en su obra, mientras más importante se hacía Pablo Picasso, más consumía a las personas a su alrededor. Su hijo

Paulo, así como su nieto, Pablito, fueron objeto de su constante desprecio; el primero fue víctima del alcoholismo, mientras que el segundo trató de tomar su propia vida al beber lejía y murió tras meses de agonía.

Marina Picasso, hija de Paulo y su primera esposa, Emilienne Lotte, lo expuso en el libro Picasso, mi abuelo, sobre quien ha explicado: “Nadie en mi familia pudo escapar a su total dominio. Necesitaba sangre para firmar cada una de sus pinturas”.

Las declaraciones de la nieta del pintor han sido retadas por su hermanastro Bernard, quien considera: “Cada uno puede pensar lo que quiera. Ella critica, pero tiene su apartamento en Suiza lleno de cuadros de Picasso”. Es cierto, Marina posee una de las fortunas más grandes de Ginebra y también ha destinado un enorme porcentaje de lo que ha ganado en las subastas para beneficiar a infantes desprotegidos.

Olivier Widmaier Picasso, también nieto del pintor, es concreto: “Muy simple: mi abuelo era el rey sol, un astro dominante”. Tal vez por eso las personas lo orbitaban hasta incendiarse, como le pasó a sus amantes y esposas.

“Hay que cesar de hablar de las mujeres que atravesaron su vida como si fueran ‘musas’. Algunas se suicidaron, otras cayeron en la locura. La única que salió bien librada fue Françoise Gilot, la única que lo abandonó”, resume Emilie Bouvard, la exconservadora del museo Picasso de París. c