ESTIMADOS LEGIONARIOS Acabamos de celebrar el Centésimo Quincuagésimo Primer Aniversario del Combate del “2 DE MAYO” y siempre es bueno traer a la memoria las enseñanzas de esa épica jornada. Una enseñanza vital que un siglo más tarde se convirtió en la “doctrina de la disuasión” basada en el equilibrio de fuerzas como la más efectiva política y estrategia de los estados para preservar la paz. El combate del 2 de mayo de 1866 evidencio que la victoria fue el resultado de 2 factores: Primero: el patriotismo, valor y sacrificio del pueblo que unido a su fuerza armada combatieron y vencieron al enemigo. El segundo, la capacidad de las armas disponibles. Uno solo de los factores no es suficiente para vencer.
EDICIÓN : JCLAY B.
Y esto se logró gracias a la previsión de dos Presidentes: don Ramón Castilla que durante su segundo gobierno comisiono al Crl Francisco Bolognesi para que viajara a Europa a comprar cañones de ánima rayada, fusiles, y diversos implementos bélicos. Adquiriendo los cañones Armstrong que tenían un alcance de 4,000 mts y lanzaba proyectiles de 300 libras. Y don Juan Antonio Pezet (1863-1865) que también envió al Crl Bolognesi a adquirir cañones, en circunstancias que la flota española hacia sus correrías frente a nuestras costas. En 1865 Bolognesi retorno a Europa donde adquirió los cañones Blakely con un alcance de 3,500 mts y lanzaba proyectiles de 500 libras. Los mismos que según un cronista de la época llegaron a pocos días del combate. Es por ello que los Artilleros Peruanos disponían en ese momento de los cañones más poderosos del mundo. Estos hechos muchas veces no se tienen en cuenta por los gobernantes de turno y luego las consecuencias son fatales como lo sucedido en la llamada Guerra del Pacifico, que fue el producto de la imprevisión y la miopía de los gobernantes de esa época. En este caso tuvimos el personal pero no el material de guerra.