2 minute read

MANUEL GUTIÉRREZ BUSTO

¿Bebidas o sidra sin alcohol?

Manuel Gutiérrez Busto

Advertisement

Hemos visto aparecer en el mercado últimamente varias marcas de sidra desalcoholizada (aunque legalmente no se le puede llamar sidra) lo mismo que el vino u otras bebidas, refiriéndose en las etiquetas a estas bebidas de otra forma o por el nombre de la empresa que las comercializa, o poniendo explícitamente sin alcohol. Hay que partir de que lo primero es hacer sidra, fermentar el mosto y cuando tengamos el producto base, la sidra, eliminar el alcohol.

Los procesos de desalcoholización son complejos, pudiendo realizarse mediante ósmosis inversa, evaporación al vacío, destilación en frío, diálisis por membrana, destilación en columna; pero estos procesos físico-químicos son caros, por lo que no todos disponen del preciado elemento o máquina para desalcoholizar, siendo preciso encargar el mencionado proceso a un mayorista o experto en desalcoholizació. Al final nos entregan un producto desnaturalizado y nosotros en nuestro llagar podemos corregir, afinar y finalizar el producto que marcará la distinción sobre otras marcas, bodegas o llagares, siendo habitual que un desalcoholizador trabaje para varias bodegas o llagareros.

Existe una legislación a nivel europeo sobre este tratamiento y sobre todo el de los residuos alcohólicos que, o bien se destruyen, o bien pueden reutilizarse para otros menesteres. Es de sobra sabido el interés de la Hacienda pública en cargar al máximo los impuestos alcohólicos desde que existe la humanidad, así tenemos que los primeros documentos sobre la fabricación, tanto de la sidra como de otras bebidas, la conozcamos por los impuestos que se debían pagar. En la construcción de las pirámides los egipcios tenían su ración de cerveza, en la Iglesia Católica el vino por arte de magia en la transustanciación “dicen” que se convierte en sangre, a los piratas y bucaneros se les repartía su ración de ron, etc.

Las bebidas desalcoholizadas o de baja graduación (0,5% de alcohol) están en auge por un mercado que demanda estos productos, que van desde la cerveza, que está muy lograda, con algunas en el 0,0%, pasando por el vino, espumosos, y últimamente he visto una botella de una marca de ginebra muy conocida que ha sacado al mercado ginebra sin alcohol. La enfermedad, la vejez, algunas medicaciones incompatibles con el alcohol, son una buena opción para tomar bebidas sin alcohol y poder seguir alternando o con nuestro habitual ritmo de vida. Aquello que empezó siendo una alternativa cuando se impuso el carnet de conducir por puntos y las consiguientes pruebas de alcoholemia y las consabidas multas, fue el detonante que echó a andar las bebidas sin alcohol.

Volviendo a ceñirnos a la sidra, cada día son más los llagares que están sacando al mercado (por llamarlo de alguna manera y no llevar a equívocos) la sidra sin alcohol, que desde que salió la primera hace ya años, Isidra, ha ido perfeccionando su método y cada vez haciendo una bebida con más similitud a la sidra natural. Así como en la cerveza el producto final está muy conseguido, en la sidra creo que todavía nos falta tiempo para alcanzar ese nivel. Esto no quita que podamos aprovechar las circunstancias antes descritas para poder tomar sidra sin alcohol. Sin más, bienvenido sea todo producto derivado de nuestra bebida; será bueno para el sector, no solo el sidrero sino al agroalimentario, y alternativa para el consumidor.

This article is from: