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LA SIDRA 201 (Xineru'21)

“Hay que apostar por las singularidades del territorio... Asturies es tierra de sidra”

Julio Bobes atendiómos nes oficines del Clúster d’Empresarios de Turismu Rural.

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JULIO BOBES ES EL PRESIDENTE DEL CLÚSTER DE EMPRESARIOS DE TURISMO RURAL, IMPULSOR JUNTO A LA DOP DE LA SIDRA, DEL PROYECTO ‘SIDRATURISMO’; UNA INICIATIVA PARA ATRAER VISITANTES A ESTA TIERRA TENIENDO COMO PRINCIPAL RECLAMO LA CULTURA SIDRERA ASTURIANA

Enriba, el presidente del clúster n’un de los patios del edificiu de La Llaboral, onde s’alcuentren les sos oficines.

“Agora’l turista sigue la premisa de primero guetar qué facer nel llugar al que quier dir y llueu mirar ónde queda”

En primer lugar, ¿qué tipo de entidad es un clúster?

Un clúster es una agrupación empresarial. Una asociación vela por los intereses de sus asociados y la diferencia con el clúster es que este último busca la rentabilidad de las empresas que lo componen. Además, un clúster incluye a todas las partes que forman la cadena de valor de un producto: agencias de viajes, transportes, alojamientos, consultorías, empresas de actividades, entre otras. En nuestro caso también contamos con llagares y queserías.

¿Qué proyectos han realizado dentro de ese clúster?

El primer proyecto que hicimos fue el de ‘Cooperar sin competir’. Una serie de talleres en los que, entre otras cosas, se buscó concienciar de la importancia de la colaboración y de la cooperación. Muchas veces los empresarios pensamos que el de al lado es nuestro rival, y no es así. Luego llevamos a cabo un proyecto de digitalización, otro llamado de ‘Huella de Carbono’ y también ‘La Semana Verde’, orientado a escolares. Con el de Sidraturismo comenzamos hace aproximadamente dos años.

idea?

Lo primero que hay que explicar es que un miembro del clúster no tiene por qué participar en todos los productos. Lo que se fomenta son jornadas de coworking, de trabajo conjunto, en las que se realizan lluvias de ideas. Unos miembros del clúster, Marta García y Julián Castañón del llagar Castañón, explicaron las visitas que hacían en la bodega. Y se vio que había muchas posibilidades al respecto. En el clúster hay empresarios con alojamientos rurales en la Comarca de la Sidra, y también en las alas. A varios les interesó el proyecto. Se conformó entonces un grupo de trabajo. Ese tipo de grupos tienen la labor de crear la idea. De preguntarse qué hace falta para que se lleve a cabo. Pues por ejemplo, alojamientos, agencias de viajes para vender los productos, los propios llagares. Una vez hecho esto y cuando arranca el proyecto, el resto de socios o personas que no lo son, pueden sumarse.

¿Y la DOP Sidra de Asturies?

En estos proyectos nosotros buscamos la calidad. Preferimos la calidad a la cantidad. Entonces, ¿qué mejor entidad que la DOP? Más adelante buscamos encajar el proyecto en partidas presupuestarias. Y vimos que podía tener cabida dentro de los proyectos que impulsa la Consejería de Medio Rural en el ámbito de la innovación. Presentamos el proyecto en el 2018. Más adelante fuimos a Intur, la Feria Internacional del Turismo de Interior, que se llevó a cabo en Valladolid en noviembre del año pasado. En la feria había una sección específica sobre enoturismo y algunos representantes del clúster hablamos con diferentes comercializadoras… ¡A todas les interesaba! Dijimos: blanco y en botella.

Julio Bobes respondiendo a les nueses entrugues.

“Ún de los llemes del clúster ye: solu llegarás rápido, xuntos llegaremos lloñe”

Si Toro trabaja el enoturismo, Rueda también, La Rioja, por supuesto, entonces… ¿nosotros aquí, teniendo algo tan diferencial, no somos capaces de realizar un proyecto de Sidraturuismo? Eso sería muy triste. Uno de los lemas del clúster es: solo llegarás rápido, juntos llegaremos lejos. Y ahí está la clave. Vamos a sumarnos unos cuantos y trabajaremos con paso firme.

El proyecto actualmente está en la segunda fase. En la tercera, ¿cómo se vería concretado, qué se podría ofrecer al público?

Por poner un ejemplo, ofreciendo productos que incluyan alojamiento en fines de semana y además visitas a llagares. También degustación de sidra y quesos. Rutas. Hay que buscar los elementos diferenciales. Asturies es tierra de sidra y también de quesos. Yo realizo visitas con escolares a la quesería Bedón, a los niños les gusta la experiencia, la cuentan en casa, prueban los quesos, incluso marchan con alguno, y luego vuelven con sus padres. Ahora mismo estamos diseñando unos mínimos de calidad que deben de tener los llagares. En otros territorios, en actividades de enoturismo, hay visitas a bodegas por las que se cobran treinta euros. Y otras que son a diez. Pero es que la de treinta ofrece más cosas o hace descuentos

“Guétase tamién desestacionalizar el turismu; por exemplu pa ver el floriar del pumar o cellebrar l’Amagüestu”

en determinados productos o paquetes. Hay diferentes fórmulas. Nosotros queremos tener un mínimo de calidad para ofrecer una buena experiencia para todos los clientes.

También buscan desestacionalizar el turismo…

Exactamente. Por ejemplo, para ver la floración de los pumares o el Amagüestu. Hay muchísimos lugares de Asturies en donde se celebra. Se pueden pensar actividades para esa fecha y ofrecer a los diferentes municipios. Hay una cosa clara: antes el turista buscaba un sitio y luego qué había para hacer en ese sitio. Y desde hace cinco o siete años para acá, esto ha cambiado totalmente. Ahora es: busco qué hacer y luego miro dónde me quedo. Para los que tienen alojamientos o para las agencias de viajes, el tener recursos y disponer de ellos es clave.

Desde su experiencia, ¿qué le puede aportar la cultura sidrera asturiana al turismo?

Por supuesto el producto y toda la cultura que lo envuelve y lo sustenta. Hay que darle la importancia que tiene y valorarla. Nos pasa con el turismo de naturaleza. Cuando vamos a las reuniones a nivel nacional de turismo activo, nos tienen por un referente. Asturies, en poco espacio, tiene de todo. Pero no se apostó por ese turismo. Y eso tiene que cambiar. Hay que apostar por lo que no se pueda llevar a otro lado, por lo que nos hace diferentes, como los Lagos de Covadonga o nuestros parques naturales. Esos no los puedes llevar a otro lado. Están aquí y aquí tienes que venir. Lo mismo pasa con la cultura sidrera. Donde soy singular es donde nadie compite conmigo y ahí está la clave: apostar por las singularidades del territorio.

¿Con cuántas empresas cuenta el proyecto?

Cuando arranquemos seremos sobre ocho llagares y un buen grupo de alojamientos rurales. Y en cuanto empiece a funcionar el proyecto, estoy seguro de que se sumarán muchos más. Para mi zona, en el oriente, yo ya tengo diseñada una ruta con visitas a uno o dos llagares por la senda costera.

¿Qué les diría a los llagares para que se sumen?

Que en este proyecto van a comprobar que se puede vender mucho más su producto. Uno de los datos que nos dio la gerente de la ruta de La Rioja Alavesa es que en las visitas a las bodegas se vendía entre el 30% y 40% del producto. Por ejemplo, se dio en las noticias que la IGP de Ternera Asturiana vendió más este año a pesar de la crisis de los restaurantes. Esto nos tiene que hacer pensar. El restaurante es una vía de comercialización, supermercados es otra, y también hay otra, que es el turismo.

¿Por qué el auge del turismo experiencial?

Lo comparo con el Museo Jurásico de Asturies. Una persona puede entrar al Muja y si nadie le explica nada, lo recorre en treinta minutos y termina. Pero si va con un guía que se lo explique, igual dos horas se le hacen cortas. Para mí es fundamental la experiencia. No les mismo salir a caminar a que me ofrezcan una actividad de trekking. El Bosque de Muniellos es maravilloso, pero si además al visitante le van contando a qué se dedican los habitantes, las especies que puede encontrar en el recorrido y para qué se utilizan medicinalmente, la riqueza del producto es mucho mayor.

¿Podría ayudar que la cultura sidrera asturiana sea declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Unesco?

Van a ir de la mano. Yo creo, incluso, que este proyecto puede ayudar a darle un empujón. La cultura sidrera ya es un patrimonio de los asturianos. Pero si lo damos a conocer a todos los visitantes que vienen, se le daría más impulso.

¿Cuál considera que es el principal problema al que se enfrenta el proyecto de Sidratrusimo y cuál sería la solución?

Que no se pongan trabas. Que vayamos todos en la misma dirección. Todos queremos vender más, pero se trata de tener un turismo de calidad, no de cantidad.

Testu: E. Urquiola Semeyes: David Aguilar Sánchez

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