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La propia historia

Escribir la propia historia, exige rigor.

La historia cambia, cuando uno se propone cambiar la historia y no su propia situación. También se puede escribir de uno mismo y ponerlo como si fuera parte de la historia. Definitivamente, la historia de uno es una biografía, y la historia del conjunto la verdadera historia.

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Me cuestionan los personajes que abrazan una causa desde el anonimato. Aprovechan las oportunidades y después dicen que ellos son los protagonistas de la historia. “En la cancha se ven los gallos” Pero los gallos de verdad cuidan a las gallinas. No las venden. No las faenan. No las explotan vendiendo sus huevos. No se comportan como polluelos.

Entonces ¿cómo es la cosa?... ser protagonista de la historia o escribir su propia historia cambiando de partido, de barrio, de equipo, de casa, de religión, y después decir que son protagonistas de su propia historia.

Nadie escribe su propia his- toria. Quizás con su trabajo, pero será solo su biografía; y a lo sumo, la de su familia. Pero la historia de un barrio, de una comuna, provincia o país no se puede hacer solo. Se puede ser parte, pero nunca su propia historia. Eso es válido para el deporte. Para la construcción del somos en lo social. La construcción de algo mayor. Para cambiar la historia. La grande. La de todos. En vano se afanan los que buscan cambiar su propio destino a costa de un buen disfraz. Porque eso no se puede disfrazar. Salvo los que viven en la ficción del teatro. Cada noche un protagonista distinto.

Sí amigo, cuando usted dice que escribió su propia historia. Lo pillarán más temprano que tarde. Para muestra un botón: En la costa hicieron una figura humana de un árbol viejo…Cuando pregunté a unas personas mayores ¿quién era? Me dijeron varios mirando el infinito…

_ No sé… Yo lo conocí naranjo… Escribir la historia de un país

ROBERTO DE J. GÓMEZ. Periodista o de una ciudad, eso es distinto. Ahí se pueden vender gatos por liebre. Porque se parecen. Se puede también, porque cuando se es diestro en maquillarse, se puede pasar por otro… (rara vez) Pero apostar la vida es otra cosa. Se apuesta por más de uno. Unos más que otros, escriben la historia de un barrio, de un club, de un pueblo, de una comuna, provincia, o región o país. Esos hacen la historia. Me gustaban algunos políticos que entraban a la política siendo hombres y mujeres con fortuna y salían pobres porque se gastaron y desgastaron por los demás. rables de Gendarmería para seis indultados, asegurando que “Están todos los antecedentes en esos expedientes”.

Tengo mala impronta de los que llegan pobres, y salen ricos. De los que se cambian de barrio y de equipo. De los que dicen que saben y no saben. Los que solo saltan, no pueden bailar.

Creo en los que son capaces de dar un salto al vacío… porque tienen confianza en sí mismos y en que la historia se puede cambiar. En esos creo a ojos cerrados.

Así las cosas, la polémica por los indultos al parecer está lejos de terminar, o por lo menos, es una materia de la que la sociedad seguirá escuchando por algún tiempo.

De hecho, este martes, el Tribunal Constitucional rechazó los requerimientos que buscaban impugnar siete indultos (entre ellos, del exfrentista Jorge Mateluna) otorgados en diciembre.

Ante este rechazo del TC, Una de las autoridades que reaccionó fue la senadora Ximena Rincón (Demócratas) -quien interpuso uno de los requerimientos junto al senador Ignacio Walker. La legisladora por el Maule aseguró categórica: “Siete personas que tienen informe desfavorable de Gendarmería, están libres y eso todo el país lo sabe. Por tanto, si llega a ocurrir una tragedia, todos conocen al responsable”.

Toda esta verdadera “telenovela” deja en evidencia lo necesario que es revisar la facultad de indultar a condenados, que sea solamente por temas humanitarios, por ejemplo, para que situaciones como la que comenzó el 31 de diciembre pasado no se vuelva a repetir.

Hace algunos días el Registro Civil se querelló contra un funcionario que “traficaba” horas de atención en dicho servicio. Tal situación resulta indignante, principalmente por el hecho de que las personas pueden tardar meses en conseguir una hora para obtener su cédula de identidad o pasaporte. Este parece ser un problema endémico del Estado, que exige a sus ciudadanos realizar trámites en servicios como el Registro Civil, que no siempre cuentan con las condiciones óptimas para proveer el servicio solicitado, desatendiendo así su función pública. Ello

ERNESTO ERDMANN, CEO y cofundador ZeroQ genera una paradoja digna de ser analizada.

¿Por qué esta situación es menos frecuente en el sector privado? Por un motivo muy sencillo: existe competencia. Si el servicio es malo y lento, el usuario buscará otro lugar donde sea mejor. Ningún empresario puede pasar demasiado tiempo maltratando a sus clientes sin que estos emigren hacia alguna alternativa. El problema con el Registro Civil es que no hay alternativa, lo que genera desesperación en la ciudadanía y es tierra fértil para malas prácticas, como el “contrabando de horas” y otras, que podrían evitarse con un mayor uso de la tecnología. Lo que ha quedado visible es solo la punta de un gigantesco iceberg.

Hoy es posible implementar la reserva previa en línea desde el celular, con día y hora, para una atención más ágil, segura y confiable en sucursales. Además, la creciente aplicación de inteligencia artificial abre nuevas oportunidades de mejora en cuanto a la reducción de tiempos de atención y mayor satisfacción del usuario, elementos que son claves para recuperar la credibilidad de la función pública y superar situaciones negativas como las que hemos conocido en los últimos días.

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