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Alicia Alfaro
by lamerindad
a la búsqueda de sus orígenes
José Luis Lizarbe y Eduardo Cortijo
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Alicia Alfaro Bouvier pudo realizar su sueño. Con la llegada del otoño se presentó en Tafalla dispuesta a saber y conocer. Su abuelo Carmelo, tafallés nativo, salió de nuestra ciudad para la Argentina hace casi 125 años. Hijo del maestro masón Florencio Alfaro Jimenez, abandonó la ciudad por la que desde las aulas tanto faenó su padre.
¿De que familia provienes, Alicia?
Mi bisabuelo tafallés fue Florencio Alfaro Jiménez. Aunque nacido en Ollobarren en 1840 llegó a Tafalla en 1863 al aprobar la oposición de maestro. Fue miembro de la logia masónica y ferviente republicano con gran actividad en la ciudad como refleja la historia de Tafalla. Casó con la tafallesa Francisca Pérez Alcalde y tuvieron 5 hijos; Bernardo (1876) Eusebio (1878) Ruth Julia (1881) Sixto (1884) y Carmelo (1886) que fue mi abuelo. Los cinco nacieron en la casa número 3 de la calle de Santa María en la que una placa indica alguna de las semblanzas de Florencio. A los 57 años sufrió una enfermedad que motivó su salida a Madrid, falleciendo el 3 de diciembre de 1897. Francisca solicitó una ayuda por los gastos ocasionados pero fue denegada por el Ayuntamiento. La corriente mayoritaria no fue muy positiva con Florencio y familia por sus ideas laicas y republicanas, lo que influyó para que tres de los cinco hijos partieran para América.




Alicia Alfaro con el rótulo de la calle que llevó el nombre de su bisabuelo. 2021
¿Qué hijos emigraron?
Eusebio y Sixto serán los primeros en subirse al barco. Salen casi al final del siglo XIX. El miedo a la guerra de África marcó a muchos jóvenes que marcharon para tierras de Argentina y otros países. Mi abuelo Carmelo pasó a pie la frontera a Francia y embarcó en Burdeos en 1904. Quedarían en Tafalla la bisabuela Francisca y los tíos abuelos Bernardo y Ruth.
¿En dónde se establecen los Alfaro en Argentina?
Los vasconavarros al llegar a Buenos Aires salían al campo. La ciudad quedó para los italianos. Los Alfaro fueron para Mercedes, ciudad del noroeste de la provincia de Buenos Aires. Eusebio abrió un negocio de Ramos Generales en donde se vendía de todo, desde alimentación, ropa y bebidas hasta enseres, útiles y artículos para el trabajo. La firma se llamó Redondo y Alfaro, los apellidos de los socios. El abuelo Carmelo estuvo con su hermano Eusebio unos años.
¿Cómo formó su familia Carmelo Alfaro?
Al dejar Mercedes salió a Buenos Aires. La capital bullía en trabajo y los inmigrantes llegaban a miles. Argentina se convirtió en una gran potencia. Al encontrarse Europa en la primera gran guerra los barcos llegaban a la tierra de libertad y promisión. Carmelo laburó como tenedor de libros (administrativo y contable) en la delegación de la Ford. Con la depresión de 1938 fue enviado por la firma de automóviles a Lincoln, en la Pampa. Cuando quiso jubilarse tuvo que nacionalizarse ya que era una condición que nunca antes se planteó. Casó con una gallega, Amparo Serantes Aradas, nacida en A Coruña en 1890 y tuvieron cuatro hijos; Arturo Carmelo, Ruth, Florencio y Carlos Alberto (1929) que fue mi papá. Vivieron en el bonito barrio de Flores.
El ser hijos de un destacado masón y republicano, ¿incidió en la vida de los hermanos?
Ninguno de los Alfaro casó por la iglesia y se mantuvieron contrarios a las normas religiosas. Tampoco fueron partidarios de políticas determinadas pero sí estuvieron firmes frente a la injusticia social. Cuando llegó el peronismo supieron valorar los logros sociales pero percibieron los males de una política populista repleta de corrupción que ha llevado a la Argentina a lo peor de su historia. Durante la república española se sumaron a quienes la defendieron frente a los franquistas apoyando en lo que pudieron al tío Máximo y familia que fueron dañados por ser verdaderos demócratas.
¿Pudo venir para Tafalla alguno de los Alfaro?
El tío Eusebio que fue soltero tuvo una muy buena situación económica y llegó en distintas ocasiones entre 1900 y 1930. Carmelo regresó en dos ocasiones, 1923 y 1928. Al llegar la crisis de 1929 la situación se complicó, Argentina fue cerrando sus fronteras, la emigración se detuvo y los emigrantes miraron para adentro.
¿Frecuentaron a los paisanos tafalleses?
Hubo una gran relación con el tafallés Luciano Bengoechea García. Al parecer eran amigos desde niños y se encontraron en Argentina, posiblemente el viaje lo planearon juntos. La familia no frecuentó los centros vasconavarros pero nos inculcaron el cariño por la vieja Vasconia. El abuelo llevó la boina hasta el final de sus días. Practicaron la pelota en el Club Gimnasia y Esgrima del barrio de Palermo. Compitieron en el frontón lo que les acercaba a la cultura vasca.





Alicia Alfaro en Tafalla.


Florencio Alfaro Jimenez y su mujer Francisca, actuales gigantes de la Comparsa Asier Marco.
¿Cómo era el abuelo en la cercanía?
Abuelazo total. Cariñoso, simpático, chistoso, un amor de hombre. Todos los días comía su ensalada, decía que era tradición de Tafalla. Hasta muy mayor hacía su deporte y llevaba las cuentas al dedillo. Hizo vino casero con sus hij os y gustaba comer de todo. En sus años laborales pamperos los veranos los pasaban en Necochea, decían había varios amigos de Tafalla. La nostalgia la llevó como pudo, el emigrante nunca deja de mirar al lugar de donde vino. Carmelo vivió hasta los 96 felices años y permaneció lúcido hasta el fi nal.
¿Conoció la familia la dedicación de una calle en Tafalla al abuelo Florencio Alfaro?
Claro, el gobierno de la ciudad en 1931 cambió algunas calles y una de ellas, en la que nacieron los 5 hij os de Florencio y de Francisca pasó a tener su nombre. Con el golpe de estado de Franco volvió a su nombre de Santa María, que hoy sigue portando. Signifi có mucho para los hij os que 34 años después de su muerte alguien recordara al maestro barbudo que luchó por la justicia social, las costumbres sanas y el laicismo frente a un poder férreo religioso y monárquico.
¿Cual es tu familia?
Carlos Alberto, mi papá, fue arquitecto de los ferrocarriles argentinos. Casó con Lucrecia Susana Bouvier, nacida en Buenos Aires en 1936 e hij a de franceses, de Tarbes por una parte y de Saint Marcelin, distrito Ródano/Alpes por otra. A la casa del barrio de Once, barrio comercial siempre animado llegamos seis hij os; Carlos Marcelo (1964), Alicia Susana (1966), Laura Gabriela (1967), Claudia Marisel (1969), Pablo Alberto (1971) ya fallecido y Diego Javier (1976). Los nietos suman hasta siete. En mi caso tengo dos hij as, Virginia y Leila. Mi papá falleció en 2016.
¿Cómo se mantuvo el contacto con Tafalla?
Máximo Arizu Arzoz, republicano represaliado era primo de los Alfaro y hubo cartas a ambos lados del océano. Mi papá conoció Tafalla en julio de 1999, estuvo de paseo un tiempo disfrutando de esta linda tierra. Luego llegaron mis hermanos Carlos Marcelo y Diego. Hoy estoy yo. Cumplí mi sueño y promesa.
¿Cómo te sentiste en Tafalla??
Muy bien atendida por los primos Marco Arizu. Angel y Eduardo me mostraron la ciudad y alrededores y me trasmitieron una gran cercanía. Pisar la plaza y ver su fuente como la vi tantas veces en fotografías no me es desconocida. Por Eduardo Marco conocí la fi gura del gigante de mi bisabuelo Florencio en la comparsa de Asier, su hij o y de Marisa, lloré de emoción. Por el historiador José Mari Esparza supe de historias y tantas cosas que me cuesta almacenar y llevarme en el regreso.
¿Cómo pasaste estos días?
Visité Donosti, Barcelona, Madrid e Iruña pero quise disfrutar Tafalla. Aproveché al máximo con los primos para saber y conocer, pasear sus empedradas calles y callecitas viejas, me sorprende tengan tanta casa de piedra, es maravilloso. Luego habrá tiempo para desarrollar mi historia y añadir a la que mi papá, por herencia del abuelo Carmelo llevaba almacenando.
Alicia Susana Alfaro saboreó el pueblo de sus antepasados, vibró y lloró con el baile del gigante Florencio Alfaro, su bisabuelo, y prometió narrarlo desde la distancia.
Muchas Gracias Alicia. Eskerrik asko •



CONSERVANDO LAS ÚLTIMAS VIÑAS VIEJAS DE TAFALLA Y PUEYO

Bodegas Máximo Abete, de San Martín de Unx, presenta un nuevo vino que surge fruto de su colaboración con dos pequeños viticultores de Tafalla y uno de Pueyo. Con este proyecto, la bodega trata de poner en valor estas antiguas parcelas de garnacha que con el paso de los años han ido desapareciendo de nuestro paisaje. Este vino forma parte de una colección centrada en la recuperación y conservación de viñas viejas plantadas en vaso en San Martín de Unx y otras localidades cercanas, y tiene como objetivo mantener el patrimonio vitícola de la zona.
La colaboración, que comenzó en el año 2015 con Jaime Guillén, ha dado lugar a diferentes sinergias con otros viticultores como Ramón Martínez y posteriormente Félix Sánchez (Txirolas) y Feliu Esquiroz. Para reconocer la dedicación y pasión por las viñas de estos viticultores, la etiqueta del vino refl eja los nombres de sus tres parcelas: Txirolas, Quintana y Bilarraga.
Elaborado de manera natural, sin añadir ningún tipo de producto enológico, el vino ha realizado la fermentación malolática y una posterior crianza de 12 meses en barricas usadas de gran volumen. 2267 botella numeradas son las que se han obtenido de la añada 2019, que es la primera cosecha que sale al mercado y que ha sido califi cada con la sobresaliente puntuación de 92 puntos en la prestigiosa Guía Peñin.

Ya disponible en bodega y en nuestros colaboradores habituales de Tafalla
