La Gualdra 577

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Este 6 de junio cumplimos 12 años de haber conformado una gran comunidad gualdreña, y por supuesto, es nuestro mayor logro. Este espacio editorial se debe a sus colaboradores en primer lugar, pues son ellos quienes han construido, durante 577 números de ediciones de los lunes y más de 100 números especiales -editados en otras fechas-, la permanencia durante esta primera docena de años. Con este número especial celebramos nuestro Aniversario Gualdreño 12 e iniciamos con el año 13. ¡Muchas gracias!

de la zona arqueológica La Quemada, de Juan Carlos Basabe, intervenida por Juan Carlos Villegas.

Gualdra No.

Este 6 de junio cumplimos 12 años de haber conformado una gran comunidad gualdreña, y por supuesto, es nuestro mayor logro. Este espacio editorial se debe a sus colaboradores en primer lugar, pues son ellos quienes han construido, durante 577 números de ediciones de los lunes y más de 100 números especiales -editados en otras fechas-, la permanencia durante esta primera docena de años; esto es casi una especie de milagro si tomamos en cuenta que, para difundir la cultura se necesitan recursos económicos y humanos y nosotros sobrevivimos primordialmente gracias a la fuerza y buena voluntad de quienes nutren con sus textos e imágenes este suplemento cultural.

LaLa realidad de este país habla por sí misma, el presupuesto destinado a la cultura y las artes pocas veces -si no es que nunca- ha sido suficiente y eso es un dato que puede comprobarse, los datos históricos están ahí: sexenio tras sexenio, ya sea federal o estatal, el dinero que se invierte a promover y difundir, en todos los sentidos, actividades que tienen que ver con las artes, no es algo que haya interesado a los gobiernos, salvo pocas, muy pocas excepciones. Por eso, cuando un diario decide tener su propia sección cultural y mantenerla durante tantos años uno tiene que reconocer que va contra la marea, una marea que dicta que la divulgación de este tipo de contenidos no se traduce necesariamente a ganancias económicas.

Sin embargo, nosotros nos debemos a otro tipo de “ganancias”, si acaso se le puede llamar así; decía que en La Gualdra hemos conformado una comunidad a lo largo de estos 12 años y eso es verdad: somos una comunidad integrada por personas de diferentes partes del Estado, de México y de otros países. Hoy confirmamos que en Zacatecas La Gualdra ha creado un espacio en donde han confluido más de 12 docenas de personas que cada semana nos han mandado sus artículos, mediante los cuales, nos damos cuenta de lo que se hace, se lee, se crea, se ve y se planea en otros lugares del mundo. Eso me llena de mucha felicidad, pero, sobre todo, y como siempre lo he dicho, de un profundo agradecimiento con todos quienes aquí han participado y con quienes continúan haciendo que un suplemento cultural como el nuestro siga vigente: nuestros lectores, que también son mu-

chos, afortunadamente.

Hace un tiempo, una persona -recelosamente y con mala fe- me dijo que leía La Gualdra, y que se le hacía “provinciana”; lejos de sentirme ofendida, como seguro lo pretendía, su comentario me llenó de satisfacción; primero, porque aceptaba que nos leía; segundo, porque nunca hemos pretendido negar nuestro origen. Zacatecas pertenece a la provincia mexicana y desde aquí hemos hecho un esfuerzo muy grande por ser incluyentes en todos los sentidos, tanto en nuestros temas como con nuestros colaboradores -que no sólo son originarios de varias ciudades, sino que tienen ideologías, edades, géneros y trayectorias diferentes-; a ellos y ellas debemos que en este espacio prevalezca la libertad de hablar y decir de lo que ellos consideren conveniente, siempre y cuando no se infrinjan cuestiones éticas y se cumpla con la calidad que siempre hemos perseguido. Desde la provincia mexicana para el mundo, entonces, seguimos generando que sus voces se lean y que sus imágenes se vean; y, también, que prevalezca el diálogo con integrantes de otras comunidades.

Cumplimos 12 años y éste es un gran motivo de celebración; además de agradecer a los colaboradores que participan en este número especial y a todos y todas quienes nos han mandado textos e imágenes, quiero darle las gracias muy especialmente a los diseñadores que han hecho posible que semana con semana tengamos un número nuevo, gracias a Sandra Andrade, Carlos Castruita y a Enrique Martínez, quienes en distintos momentos me han ayudado los últimos 577 fines de semana a editar La Gualdra; a Araceli Rodarte y a Laura Dávila Sánchez, quienes comparten en la red los contenidos gualdreños; a don Hugo Zendejas, quien nos ayudó desde el área de redacción durante muchos años; a Miguel A. Núñez y Odín Salinas, quienes realizan los videos con contenidos gualdreños; y al Consejo Directivo de La Jornada Zacatecas, quien sigue considerando que un espacio editorial como éste es necesario. Gracias por acompañarnos durante estos primeros 12 años. Iniciamos con el año 13.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarín

janea_e@hotmail.com

En doce letras: ¡Tks La Gualdra! Por Anne Leyniers

El doce de la suerte

Por Beatriz Pérez Pereda

12 coberturas especiales del Desayuno en Tiffany’s, mon ku en La Gualdra

Por Sergi Ramos y Carlos Belmonte Grey

Arqueología de La Gualdra a 12 años de su descubrimiento

Por Carlos Alberto Torreblanca Padilla

Esa edad

Por Pilar Alba

Noche Docena

Por David Pérez-Becerra

La familia del zinc

Por Eduardo Campech Miranda

El número 12, un ciclo en el tiempo Por Simitrio Quezada

Los doce conceptos de Mayflower para el mundo

Por Daniel Sibaja

Crucigrama

Por Armando Salgado

Uno más Uno hasta llegar a la docena multiplicada [Para La Gualdra en su duodécimo aniversario]

Por Sigifredo Esquivel Marin

Raymundo

Jánea Estrada Lazarín Dir. La Gualdra lagualdra@hotmail.com

Roberto Castruita Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas Ilustraciones jvampiro71@hotmail.com

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade Dir. General

Cárdenas Vargas Dir. La Jornada de Zacatecas direccion.zac@infodem.com.mx

En doce letras: ¡Tks La Gualdra!

6 Por Anne Leyniers*

Arte, cultura y humanidades son los grandes ejes temáticos desarrollados en La Gualdra a través de una gran variedad de colaboraciones. El suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, dirigido por Jánea Estrada Lazarín desde hace doce años, brinda a sus lectores un promedio de ocho páginas informativas a un ritmo semanal.

Hoy celebramos este medio de comunicación abierto que constantemente invita a participar a representantes de la comunidad zacatecana y de más allá de los límites regionales, especializados en múltiples disciplinas humanísticas, artísticas y culturales. El grupo de participantes está compuesto de historiadores y teóricos de las artes, literatos, filósofos, historiadores, arqueólogos, artistas, críticos, pensadores y organizadores, creadores y gestores, que difunden eventos y comentan acontecimientos, libros y películas, espectáculos y exposiciones, celebraciones y conmemoraciones…

Otros colaboradores prefieren dejar libre curso a su imaginación, defendiendo puntos de vista, exponiendo opiniones. Ellos optan por polemizar, cogitar o divagar, poetizar el mundo, compartiendo con brío sus exploraciones intelectuales y descubrimientos sensibles.

El suplemento es un canal de expresión libre, un espacio de difusión acogedor y benévolo, donde se realiza una radioscopía cultural zacatecana dirigida al público en general, a todo lector interesado en informarse sobre la actualidad patrimonial y evenemencial. El formato es amable: son unos textos de extensión reducida, animados por una voluntad divulgativa, con afán informativo y objetivo recreativo. El reto es simple y complejo a la vez porque requiere abstraerse del marco rígido académico y del flujo literario para entrar al estilo periodístico, en un formato sintético. Se trata, con pocos reglones acompañados de ilustraciones, de fomentar la lectura, animar el lector a ver una película, visitar una exposición, explorar su propio patrimonio, descubrir y apreciar sus creadores, pensadores e investigadores locales, conocer la multitud de eventos que se llevan a cabo, asistir a festivales y más. También se invita a recordar a compañeros que se fueron, festejar a recién llegados en el círculo cultural zacatecano, apreciar a visitantes de paso por la capital y el Estado, difundir eventos externos, nacionales y planetarios. En otras ocasiones se enfoca en fomentar el recuerdo del Zacatecas de antaño, proyectar el que se delinea y sobre todo

saborear el actual que nos rodea diariamente…

Se considera como un privilegio el poder gozar de un espacio específico, reservado a la difusión y reflexión culturales. Y más todavía pensando en que varios órganos informativos, desafortunadamente, han recortado al área cultural estos últimos años, considerándola como un gasto inútil, mientras que otros la tienen atrofiada o prefieren ubicar las noticias culturales en la sección de sociales. Así, en muchas ocasiones, se confunden conceptos, mutilando el potencial de florecimiento de la parte creativa, intelectual, artística y cultural de nuestra sociedad provinciana, la cual, sin embargo, es ávida de poder disfrutar de un digno escenario que rinda cuenta del extenso abanico de producciones artísticas y culturales que emanan constantemente de nuestra comunidad y broten sin cesar en la plaza.

Con más razón, se agradece hoy el interés y la dedicación en difundir cultura de calidad, como lo asume La Gualdra, entre otros actores determinantes en Zacatecas. Gracias también al espíritu de libertad de expresión que reina en el suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, con desempeño democrático, en un ambiente cordial y profesional. Cuando el mundo parece entrar en una peligrosa fase de uniformización reductora, dirigido por autoritarismos, pisoteando derechos humanos y desapareciendo adquisiciones sociales, se puede felicitar de poder disfrutar de semejante espacio de expresión. Felicidades y larga vida a La Gualdra, su directora y el equipo completo de colaboradores que permiten que exista.

* Historiadora del Arte y Arqueóloga. Difusión, Unidad Académica de Estudios de las Humanidades, UAZ.

/// Retrato de Safo. c. 22-79 d.C. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

El doce de la suerte

Por Beatriz Pérez Pereda

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Si convenimos, como Galileo Galilei, que las matemáticas son el lenguaje de Dios, dentro de todo ese idioma con el cual nos explicamos la realidad, la naturaleza (porque eso son las largas ecuaciones y otras mediciones que hacemos del universo, una forma de asir y explicarnos el cosmos y aquello que percibimos), el número doce tiene un papel relevante: medimos el tiempo en un lapso de veinticuatro horas, sí, pero dividimos al día en dos grandes bloques de doce horas, el día y la noche, y si echamos números, una hora podemos dividirla en bloques de doce que al sumarlos nos dan los sesenta minutos, por eso los

relojes (aquéllos que todavía usan relojes y no se conforman con ver la hora en el celular pueden confirmarlo) van del uno al doce y, claro, doce son los meses del año. Los mayas medían el tiempo en ciclos de doce años y la luna gira doce veces alrededor de la luna en ese baile de máscaras que conocemos como resonancia orbital. Doce son las notas musicales.

Nuestra religiosidad también está plagada por este número, doce fueron los apóstoles de Jesús e igual número los hijos de Job, doce son las puertas del cielo según el libro de Apocalipsis. Quienes tenemos un sentido religioso más etéreo y semanalmente revisamos qué nos depara el futuro según las constelaciones, sabemos que doce son los signos zodiacales, y dato importantísimo para mi generación, doce

son las casas zodiacales en que pelearon los caballeros al servicio de Atena para salvarla.

¿Ven? El número doce es un número fantástico y a los humanos nos encanta. Históricamente está asociado a la perfección, la pureza y la unidad, muchos de los mitos e historias que más resonancia tienen en nosotros ostentan en su construcción este número, en la leyenda del Rey Arturo doce eran los caballeros de la mesa redonda, en la mitología griega éste era el número de los dioses del Olimpo, podríamos seguir por varias hojas enumerando las coincidencias de este número: yo tenía doce años cuando por primera vez leí poesía y ahora ésa es la forma en la que vivo la vida.

¿Qué posibilidades hay que un suplemento

cultural alcance su aniversario número doce? Pocas, sin embargo, La Gualdra celebra su duodécimo aniversario contra todo pronóstico, en un país donde la nota roja y cruel llena a nuestro pesar los encabezados, o tal vez precisamente por eso, porque necesitamos un descanso de la violencia, no para obviarla o negarla, sino para recordar que hay motivos para ser valientes, para hacer comunidad, para resistir. La cultura, el arte, o como usted quiera llamarle, es una de esas formas de resistencia. Doce también son las uvas que uno come en año viejo para materializar nuestros deseos. Justo ahora no es Navidad sino una primavera calurosa, pero mis doce uvas, mis doce deseos, son uno solo: doce años más a La Gualdra

/// 12 signos del zodiaco

/// Jacques de Bensançon, El rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda. Lancelot du Lac, h. 1494, París. BnF, Réserve des livres rares, Vélin 614, fol. 3.

coberturas especiales del Desayuno en Tiffany’s, mon ku en La Gualdra

un especialista en el teatro y la literatura.

La Gualdra cumple doce años y nosotros aquí casi el mismo tiempo. En estos años nos hemos enfocado por lo general a comentar películas, hacer entrevistas a directores, actores y productores, a cubrir diversos festivales de cine (Cannes, Berlín, Venecia, Biarritz, Toulouse, Morelia, Guadalajara), pero también hemos hecho otros eventos y números especiales que no forzosamente tenían que ver directamente con el cine y en varias ocasiones con colaboraciones de colegas. Para este número hemos rescatado doce de esas coberturas especiales para recordarnos los bellos años que hemos aquí pasado:

1. Festival de Teatro de Aviñón. El más grande festival de teatro del mundo ha sido cubierto por nosotros durante dos años, 2018 y 2019, este último con la colaboración del director de la asociación Contraluz, Jean-Francois Grima,

2. Festival Guitare-en-Scène, 2013-2014. Celebrado en la pequeña ciudad fronteriza francesa localizada al pie de los Alpes, SaintJulien en Genevois, durante un par de años fuimos a cubrir un festival de guitarra y pudimos entrevistar, entre otros, a Mark Knopfler y a Bryan May.

3. Festival de Jazz de Montreux. Durante varios veranos, desde 2013, hemos ido a cubrir el festival de jazz más importante de Europa, el de Montreux. Hemos podido escribir de Carlos Santana, por ejemplo.

4. Homenaje Xavier Robles, agosto 2022. Hace un año ya que murió el escritor de libros cinematográficos Xavier Robles. Con el apoyo de su mujer Guadalupe Ortega y su hija Paloma Robles organizamos un número especial de su obra.

5. José María Riba, homenaje, 11 mayo 2020. También, a modo de homenaje, publicamos una serie de artículos sobre José María Riba, uno de los programadores de cine y or-

ganizador de festivales fílmicos en Francia más estimados, respetados y profesionales que hayamos conocido.

6. El humor en tiempos del corona, Nancy Berthier, 25 mayo 2020. Durante la pandemia por el Covid-19, la catedrática Berthier se puso a escribir una serie de relatos centrados en los memes que iban apareciendo durante el confinamiento.

7. Las Series, Paula Markovitch, marzo 2019-abril 2020. Durante un año la escritora y cineasta argentina escribió una seria de artículos sobre las series televisivas. Esto debido al boom de plataformas que parecían amenazar al cine.

8. Ayotzinapa, crónica de un crimen de estado, Xavier Robles y Guadalupe Ortega. En abril del 2016 tras la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa organizamos la presentación del documental realizado por Robles y Ortega en la Universidad París 3 y luego el propio autor nos envió algunos artículos críticos del cine actual.

9. Apuntes del tiempo, Guillermo Nemirovsky.

En marzo del 2021 comenzó la colaboración durante algunos meses del profesor de traducción, en sus textos comentaba de forma sencilla los complejos meandros de la lingüística.

10. Carlos Saura, por Marianne Bloch. Con la muerte del director español pedimos a la investigadora especializada en él de escribir un homenaje a unos de los cineastas más reconocidos por su compromiso y búsqueda fílmica que mezclaba el musical con la política.

11. La Red de Investigadores de Cine (REDIC) cumple 10 años, por Álvaro Fernández. En febrero del 2019 se cumplieron 10 años de esta importante RED cuyo objetivo es impulsar la investigación audiovisual y uno de sus creadores en encargó de recordarlo.

12. Peso Pluma, la imagen del nuevo narcopop “suavizado”. Lo más reciente diferente, fue el comentario aparecido en mayo de este año sobre el cantante de corridos tumbados PP. De aquí, aún hay críticas. Esperamos que podamos sumar muchos eventos más en los próximos años.

6 Por Sergi Ramos y Carlos Belmonte Grey

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Arqueología de La Gualdra a 12 años de su descubrimiento

6 Por Carlos Alberto Torreblanca Padilla

En un carro triunfal hecho de auroras, y envueltas en flotantes muselinas, con impudor de audacias femeninas han llegado las nuevas doce horas.

“De primavera”, Evaristo Carriego

Apartir de una prospección arqueológica entre los suplementos culturales zacatecanos, se identificó un montículo de papel denominado La Gualdra, sugiriendo pretérito acontecimiento. Se trazaron algunas calas de exploración y pozos de sondeo entre el cúmulo de hojas que se habían depositado con el tiempo, descubriendo una veta informativa para reconstruir una etapa de la histo-

ria cultural de Zacatecas. Los análisis sugieren que se emplearon distintos pigmentos para trazar símbolos e imágenes sobre una pulpa celulosa y fibras vegetales molidas y suspendidas en agua para posteriormente secarlas. Algunos especialistas comienzan a identificarlos en estos códices a un singular grupo cultural debido a que guardan rasgos similares. Las distintas técnicas para datar estos papeles establecieron la fecha 6 de junio de 2011 como la fase inicial. Hasta el momento se tiene una secuencia cronológica de 12 años, con dos importantes etapas. La primera etapa denominada Papel o Celulosa (2011 a 2021 d.C.), fue cuando surgió una sociedad crítica y propositiva encabezada por Jánea Estrada, que con el paso de los años se fue consolidando. En la segunda etapa llamada Digital (2021 a 2023 d.C)

se abandona el texto impreso dando paso a lo digital, manteniendo su prístino origen. En esta secuencia se identificó una variedad de escribas que dan testimonio de su época recordando a los 12 apóstoles quienes emitieron epístolas desde los lugares donde se encontraban. Otros investigadores sugieren que esta sociedad gualdreña corresponde a las 12 tribus de Israel que por alguna desconocida razón llego a estas tierras. Los estudiosos de la cultura náhuatl han hecho una analogía recordando que, en el tonalpohualli, el día 12 llevaba como símbolo una hierba seca o Malinalli. El dios Patecatl lo presidia junto a su esposa Mayahuel, es decir, las deidades de la medicina y el pulque estaban presentes, lo cual es muestra de que La Gualdra vendría a curar y repartir la sagrada bebida a sus lectores.

Dejo a un lado la investigación arqueológica cuando la aguja ha pasado por segunda vez el número 12 en el reloj, indicando la conclusión de un día. En este mes de junio han trascurrido 12 meses, periodo que anuncia con algarabía un año más de exitosa vida de La Gualdra. Dentro de los 12 signos del zodiaco La Gualdra nació en la casa de Géminis, alusión a los gemelos Cástor y Pólux, pero yo creo que este sagrado suplemento cultural, por el brillo que ha proyectado tanto en el día como en la noche está vinculado con la estrella matutina y vespertina, con Quetzalcóatl y Xólotl, manifestándose en Venus. Por lo cual, es tiempo de felicitar a Jánea Estrada y sus chichimecas, o sea, todos sus colaboradores, por hacer que permanezca vigente y llegar a los 12 años de vida.

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Cumplía doce años, doce. A esa edad aún no sabes ni qué será de tu vida, pero ya no eres niña, porque ya no te da el mismo gusto salir a jugar con el patín o las muñecas. Tampoco te emociona que llegue la tarde para jugar a los superhéroes o la noche para contar historias de miedo; a esa edad ya no te asustas y empiezas a dudar de todos los relatos… de todos. Ya no te cuadra la idea de que existan tres reyes que sean magos, que te conozcan tan bien al punto de saber lo que deseas para que aparezca por arte de magia en la sala bajo tu zapato. Tampoco te asustas con la idea de que hay personas que van por los niños a las casas y se los llevarán en un costal para que paguen por sus travesuras. Dudas incluso de la vida después de la muerte, del cielo y hasta de los castigos por los pecados. A esa edad el miedo se transforma en recelo, mientras que las cosas tristes de la vida se convierten en certezas. Cumplía doce años, doce; y ya las calcetas, las coletas en el cabello o los moños grandes me estorbaban, me veía al espejo pensando: qué sigue ahora después de esto. Qué pasaría ahora que me daba cuenta de que corrían los años, que los

6 Por David Pérez-Becerra

Poco después de las doce de la medianoche, con un tiempo sereno y claro, la luna creciente se oscureció por completo. Durante doce minutos la oscuridad se hizo tan pesada que ninguna estrella irrumpió en ese vacío profundo. Nadie recordaba haber visto semejante evento en otro tiempo. Era la noche docena

Solamente los ojos del anciano parecían no inquietarse. Para él, aquella oscuridad tremenda no hacía más que anunciar el resplandor dorado de la conciencia. Aquel anciano de luengas ropas blancas, numerario apocalíptico, había

días se pasaban rápido y los momentos felices cada vez eran más pocos. A esa edad en la que el pastel y los globos ya los disfrutan más lo otros que tú, en la que preferirías estar en tu cuarto escuchando música, pensando en

la vida y sola. Justo eso pensaba cuando iban a dar las tres de la tarde, estarían por llegar los invitados, tendría que subir a arreglarme… cuando sonó el teléfono. Mi madre respondió, escuchó el mensaje y dejó caer la bocina: la abuela ha muerto, dijo, y soltó el llanto. Se cancela la fiesta, pensé no sé si con emoción o tristeza. Lloramos un rato abrazadas y esperamos la información del sepelio. Todo se cancela. Avisamos a los invitados. Metimos el pastel

al refri, guardamos los bocadillos y nos fuimos a cambiar. Cumplía doce años, doce y ya nadie se acordaba. A esa edad en la que sabes que ya no será lo mismo; en la que sientes un pequeño dolor en la parte baja del estómago, en la que te das cuenta que tu ropa interior está manchada con un pequeño color marrón que más tarde será sangre. A esa edad en que comienzas a ser mujer y sigues el legado de las abuelas que se mueren.

pasado doce años sin alimento, ayuno ritual durante el cual dividió el mediodía en doce horas, el año en doce meses y el cielo en doce casas, creando un orden palmar, una constitución dodecanaria que incluso imitaron los Caballeros de la Mesa redonda y los Pares de Francia. Esta lógica se correspondía a una sencilla práctica que el anciano había fundamentado al utilizar su mano izquierda como un ábaco, contando con el pulgar, las doce falanges del meñique al índice.

Pero aquella noche, el anciano necesitaba someter su voluntad a la férrea condición de los cronopios, lo que le implicaría más que los doce trabajos obrados por Heracles. Debía conjurar la memoria de los hombres que habían sobrevivido a la pestilencia y al devenir del imperio decimal en que se sumergía el mundo.

Encendió una hoguera y mientras el fuego avivaba, sacó de entre sus ropas el dodecaedro que le había regalado Dédalo antes de su muerte en Sicilia y en cuyas caras pentagonales estaban

escritos los doce nombres de Dios. El curioso sólido guardaba en su interior los últimos gramos de mercurio bermejo del reino del Preste Juan, sustancia que poseía la virtud de desvanecer la memoria de todas las cosas pasadas. Entonces dijo: el que tenga oídos, que oiga, aunque el que oye, no escucha, ni entiende. ¡Emociones! ¡Acciones! Es menester reencontrar, reconocer y reconciliar el milagro de la vida. Apenas había dicho esto, el anciano cayó de rodillas y arrojó al fuego aquel raro elemento, que una vez vaporizado, empañó aquella traslúcida prisión que mantenía aislados a los hombres, descubriendo que la esclavitud a la que eran sometidos no era más que aquella destructiva coerción de tener que superarse constantemente a sí mismos.

Por Pilar Alba

/// Anónimo. Frontal de la Seo de Urgel o de los Apóstoles. Siglo XII. Pintura sobre tabla. Museo Nacional de Arte de Cataluña.

La familia del zinc

6 Por Eduardo Campech Miranda

En el barrio eran conocidos como Los apóstoles o La familia del zinc. El padre pasó gran parte de su vida en los Estados Unidos. Regresaba cada marzo, así que no es raro que toda la prole naciera en diciembre. El primer apodo surgió no sólo por el número de ellos, sino porque habían asumido el docetismo como dogma de fe. Todos los días enviaban cadenas y mensajes cuestionando la realidad del cuerpo de Jesucristo; además, estaban seguros de que Noé había errado en su encomienda para enfrentar el diluvio. Si no es así, exponían, ¿cuál fue la razón para salvar a las moscas y cucarachas?

Los hermanos tenían características y personalidades que podían distribuirse en grupos. Antonio, José, y Francisco, eran de tez blanca, sangre azul (“así la tenemos cuando está dentro, pero en cuanto le da el aire se vuelve roja”), no sentían atracción por nadie. David, Juan, y Javier, además de compartir la convicción del plasma añil, eran brillantes en todas y cada una de las iniciativas que emprendían. Daniel, José Luis, y Carlos podían adaptarse a las condiciones más extremas, sin embargo, también eran manipulables. Finalmente, Jesús, Alejandro y Miguel, tenían un carácter más bien denso, las canas eran testimonio de ello. Por eso les llamaban La familia del zinc

El sobrenombre se los puso un docente adocenado, amante de la tabla perió-

dica. Ese conocimiento era el cimiento de su humor negro. Al padre de Los apóstoles, le decía el Copérnico, pero no por el matemático y astrónomo medieval, sino por el elemento químico, del cual se sabe poco o nada. Hartos de las constantes agresiones que transgredieron las bardas escolares, La familia del zinc abandonó los estudios. Primero comercializaron cadoces, pero la preferencia por otros crustáceos comestibles, como el camarón, les llevó a la quiebra.

Jesús, Alejandro y Miguel, insistentes en la compra y venta de mercancías, vendieron docenos, por sugerencia de David, Juan y Javier. Sus ingresos crecieron con relativa rapidez. Antonio, José y Francisco emprendieron el camino eremítico; Daniel, José Luis y Carlos iniciaron su trayectoria política: “No somos uno, no somos tres/ si tu cuerpo tose/seremos doce”. José Luis desarrolló la capacidad de amedrentar a sus adversarios con indirectas, Daniel coordi-

naba las publicaciones en redes sociales y Carlos decidía cuándo habría que creer a un medio de comunicación y cuándo no, cuándo era mucho y cuándo era poco. Hasta que un mediodía, volvieron a encontrarse a aquel docente, con unos años de más, y cubierto de tierra de pies a cabeza. Los apóstoles decidieron adoptarlo como un hermano más. Pero con una condición: ya no serían La familia del zinc, ahora serían El grupo del boro

El número 12, un ciclo en el tiempo

6 Por Simitrio Quezada

Alo largo de la historia, el número 12 ha estado unido al tiempo y su medición. Son 12 los meses, 12 las horas del día y 12 las de la noche. Cada hora tiene 5 bloques de 12 minutos; cada minuto, 5 bloques de 12 segundos.

Los antiguos egipcios estaban convencidos de que el sol se trasladaba a través de 12 puertas en el cielo. Los babilonios tenían un sistema numérico sexagesimal basado en el 12.

Lo más interesante de esto es que el calendario maya se basa en ciclos de 12 años.

En esa lógica, hoy La Gualdra llega al fin de un primer ciclo.

Son 12 los signos del horóscopo más difundido en nuestra cultura occidental. Son 12 los dioses que vivían en el Olimpo, 12 los apóstoles de Jesús (y cuando cayó el traidor, eligieron a alguien más para que el grupo principal de Jesús continuara teniendo 12 hombres).

Son 12 las históricas tribus de Israel. La baraja tiene 12 cartas de cada palo.

Para algunos numerólogos, el 12 simboliza el orden y el bien, la armonía, la perfección. Considerando esto,

abundo, el suplemento cultural La Gualdra está encaminada en una senda justa, de armonía. Congratulémonos por

/// El zinc pertenece al grupo 12 de la tabla periódica.

/// Monte Olimpo. Lugar de los 12 dioses de la mitología griega.

Los doce conceptos de Mayflower para el mundo

“Yt ú ¿qu é est á s haciendo?”, llegamos los perros a las doce con quince. “Y t ú ¿qu é haces?”, lanzamos varias preguntas. Las cortinas se movieron, el espejo estaba empa ñ ado y los cigarrillos segu í an escondidos. Era viernes, a mitad de su primera hora, y el Sabueso de Mayflower contó los segundos. “Ellos son los violentos y sin car á cter”, se dijo orgulloso, mientras sus dientes mordieron lenguas y las moscas rodearon su cabeza, en sus propias heridas.

Atendi ó su rabia en su reflejo. Una camisa a cuadros, unos tenis rotos con el cord ó n estirado, y con unas cuantas grietas, el cinturó n. “Si sonr í es de repente, Sabueso, y te vistes con tus doce mudas de ropa, despertar á s distinto, o no ser á s de nuevo el de antes”. Era todav í a jueves cuando reci é n se levant ó. Con el verbo interrumpir, cocin ó un plato de huevo con jam ó n y cebolla. Ese desayuno le supo a escombro.

Pero la perdi ó un mi é rcoles, y los doctores le dijeron “animal”. Los dos d í as siguientes fueron un infierno, tembl ó, rompi ó latas y se raj ó las palmas de la mano. Llenar í a el piso con su sangre. Recordar í a, siempre a las doce, que los maltratos son invisibles ante los perros en plena oscuridad, y ladran en vano, o ladran poco, sin embargo, las ambulancias toman siempre su ritmo com ú n. En casa ocultó a esa mujer pre ñ ada que lloraba por su dolor en el vientre y...

—¿Tú qu é est á s imaginando?, lo confieso, la desbarat é , ahora me toca ajustarme. Ella lo sabe, por eso huyó, lloraba de dolor y su vientre era una tumba. Ser í a igual a su madre, con sus ojos prestos, alocada, o quiz á corta de mecha.

Escuch ó al doctor se ñ alarle: “Eres doce veces diferente”. Entre dobleces de cortina, miró al sol a travé s de marrones y magnolias en dibujo, y é l estaba descalzo. “Sabueso de Mayflower”, le dijimos, “tu cara vibra con emociones doce veces distintas, escribirlo tan depresivamente pudo llevarte m á s abajo que la tierra, pero hoy te damos esta luz”.

—Doce veces otro, no lo soporto ni lo acepto.

Esa noche lo vimos entrar por su propia cuenta, mov í a la cola y se rasgaba m á s all á del est ó mago, por debajo de su torso y entre los muslos. Hueca la cabeza, rompi ó los cristales de la pared y las im á genes de é l eran, por evidencia, los conceptos a ñ icos de la cordura para el mundo.

*Mérida, Yucatán, 1997.

6 Por Armando Salgado

6 Por Daniel Sibaja*

Uno más Uno hasta llegar a la docena multiplicada

[Para La Gualdra en su duodécimo aniversario]

Por Sigifredo Esquivel Marin

Existen los números como medición y estructura lógico-matemática-algebraica de las cosas, pero también como singularidades únicas e intransferibles. Sin confundirse con ningún extremo, la numerología oscila entre ambos bordes del número numerante y el número simbólico secreto.

La numerología es una narrativa ficcional que intuye la lógica secreta de las series y su intrincada madeja de relaciones. Ahí cada número tiene su especificidad única y absoluta, pero también su dimensión relacional, plástica, sincrónica.

Mi amigo HH me dijo alguna vez que numerología, cabalismo y oniromancia son tres poderosas hermenéuticas de subjetivación experimental. Toda su obra poética y sapiencial ha sido escrita bajo el dictado del Espíritu Universal. Miles de páginas escritas antes de la Inteligencia Artificial dan cuenta de ello.

Uno es principio y fin, dos es desdoblamiento especular y alteridad y siempre es un y... Tres es la santísima trinidad cristiana o la síntesis hegeliana (que es exactamente lo mismo con mayor esnobismo). Uno y dos son tres, pero también son mucho más que tres: devienen multiplicidad arborescente.

La numerología cabalista y la topología lacaniana buscan lo mismo por distintos medios. Como todos los números, doce es un número sagrado.

Hemos olvidado los números y nombres sagrados porque nos hemos olvidado de la puerta hierofante que conduce a Dios. Podemos olvidar a Dios, pero Él nunca nos olvida. Su recuerdo es más grande que cualquier olvido, error y errancia humana. En realidad, el olvido de Dios no es sino el olvido de nosotros mismos.

En la numerología, la Virgen María se traduce en el doce. El doce simboliza la puerta del arcano sacro matricial. Pero para que la puerta devenga epifanía de lo sagrado, bucle de metamorfosis, es necesario el trabajo del Padre Creador a través de la mediación del Espíritu Santo. La santificación del nombre es el acto de creación misma como auto-realización de sí en el otro.

La docena es medida familiar, tribal, esotérica, cósmica.

En la antigua Biblioteca de Alejandría se encontraba un libro que aludía a las doce tribus que poblaron el mundo, el libro está perdido o destruido para ocultar secretas verdades e impedir el concilio ecuménico de los doce apóstoles que acabarían con todo litigio.

El Apostolado del Arcano del Tarot Egipcio de y desde la visión de la Cábala nos remite al Sacrificio como prueba y dolor. El Arcano doce es profundamente ambiguo, trae sufrimiento, ascesis, purificación, lucha interna y externa

fuerte, pero también experiencia, crecimiento, cambio.

1 + 2 = 3 (uno más dos es igual a tres: símbolo de unión creadora, parto de sentido).

Cabalistas, maestros iniciados y chamanes saben que 1 y 2 son mucho más, pero también mucho menos, que simples números, son piedra arquetípica de un multiverso en expansión.

Antiguos sufíes hablan de doce danzas de acoplamiento bajo las doce lunas justo a las doce de la noche cuando el aquelarre de brujas y sátiros estarían dispuestos y predispuestos para transgredir el principio de individuación.

Hay una prueba hermética de viejos alquimistas que buscan los doce elementos que configuran los componentes del caleidoscopio de las doce constelaciones; clave de todos los arcanos del universo.

La ciencia esotérica nos habla de doce planetas, el maestro Jesús tenía doce discípulos y una antigua escuela gnóstica aludía a doce salvadores.

Una tribu extinta de una isla ya también desaparecida bajo el mar nos habla de los rituales que hay que ofrendar a doce deidades justo a los doce años, se cree que justo a esa

edad se experimenta un ser de transmutaciones donde el niño deviene adulto y viceversa.

En el duodécimo archipiélago vikingo hubo un pueblo formado por seres hermosos y robustos que no podía emprender ninguna expedición sin que el viejo brujo consultara las doce runas cada doce horas. La pérdida, mutilación o robo de una runa, así como la adición de una extra simbolizaban catástrofe, ruina o tempestad. Las runas nunca se equivocan, el hombre sí.

Después de doce días, doce meses, doce años, doce siglos operan cambios irreversibles, algunas veces son casi imperceptibles, en el casi se juega el todo por nada.

El amor, el desamor y la inocencia del olvido encuentran en el doce la respuesta al enigma de la Esfinge Interior.

Hemos escuchado doce campanadas, bien pudieron haber sido dos o tres o cuatro o más, también haber sido menos. El efecto de adicción siempre está operando. También es correcto decir que el efecto de sustracción siempre está operando.

La tercera es la vencida, después del doce intentos fallidos.

Si ponemos suficiente atención podemos ver el número doce en todas partes, así como los cristianos, psicoanalistas y marxistas hegelianos ven donde sea el número tres o los cuaternarios que ven, de manera redundante, al cuatro por doquier.

Una vieja leyenda de la estepa africana nos habla del origen del mundo a partir de la reunión de once seres mitológicos que dieron forma y horma a todo lo existente, eran en realidad once más uno, porque por alguna extraña razón se coló al banquete celestial un dios maligno no invitado que llegó a poner el desorden, es decir, el comienzo del principio de la historia. Las leyendas tienen un sabor y un saber arquetípico que hacen de la ficción un juego de verdades. La verdad de la ficción mitológica reside en la fuerza simbólica para procrear el parto de sentido. El mito es la verdad en escena.

[Todo esto es un hermosos y trágico cuento que bien podría ser real y/o lo real bien podría ser meramente ficcional. Quizá sea como la narrativa de la profundidad que no es sino un efecto de superficie. Justo a las doce de la noche acabo de terminar el presente texto.]

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/// Leonora Carrington. Arcano XII. © Estate of Leonora Carrington/Artists Rights Society (ARS), New York.