Mujer08032018

SUPLEM EM M EN E N TO O E SP S P EC E C IA IAL L DIRE ECT CTOR TOR ORA RA GE GEN GENE NE ERAL: CARME ME EN LI LIRA A SAA A DE JUEVES 8 D E MA M A RZ Z O DE 2018

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

ABRIR CAMINOS

Día Internacional de la Mujer 8 de marzo de 2018

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Recorrido por el Laboratorio Central de Control de Calidad del Agua en Coyoacán Foto Guillermo Sologuren

Ellas siguen abriendo brechas en el mercado laboral, la política, la educación y la maternidad

Mujeres: el recuento de más de un siglo de avances TEXTOS: LAURA POY ÁNGELES CRUZ MARTÍNEZ JESSICA XANTOMILA

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n 1884 el Código Civil en México señalaba que las mujeres debían obediencia a los hombres en lo doméstico, en la educación de sus hijos y en la administración de sus bienes. Más de un siglo después la mayoría de ellas tiene acceso a la educación y el empleo, y puede ejercer sus derechos políticos. El camino recorrido ha sido largo y no exento de obstáculos, reconocen especialistas, pero ellas siguen presentes abriendo brechas.

En el país habitan 63.3 millones de mujeres y 60.2 millones de hombres. Por cada 100 varones hay 105 personas del sexo femenino, según una estimación del Consejo Nacional de Población (Conapo) en 2017. La tasa de fecundidad a escala nacional es de 2.2 hijos.

Juliette Bonnafe, especialista de programas de ONU-Mujeres México, destaca que “hay avances, aunque nos falta mucho. Siempre es importante destacar lo que hemos logrado hasta ahora, porque sí hay cosas que contar en México”. Entre ellas, reconoce, está la mayor participación de la mujer en el mercado laboral, pues 43 por ciento de ellas son trabajadoras, aunque las condiciones salariales aún son desventajosas y los puestos de mando no se reparten equitativamente.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2017 señala que de las mujeres que trabajan, 68.1 por ciento son asalariadas, 6.9 por ciento laboran sin cobrar sueldo y sólo 2.5 por ciento son empleadoras. En cuanto a los hombres trabajadores, 68.5 por ciento son asalariados y 3.4 por ciento realizan actividades sin paga, pero 5.9 por ciento son empleadores, lo que representa más del doble que las mujeres.

En cuanto al sueldo, 36.5 por ciento de los varones con empleo reciben hasta dos salarios mínimos, cifra que se incrementa a 49.8 por ciento de trabajadoras.

En cuanto al campo político, Bonnafe considera que hay gran avance: “Desde las elecciones de 2015 se alcanzó en México una representatividad de 42.4 por ciento en la Cámara de Diputados, cifra mucho más elevada que en otras naciones”. Sin embargo, aclara que en otras esferas de poder político la participación de las mujeres es mucho menor, pues actualmente sólo hay una gobernadora y en la capital del país sólo tres de 16 son jefas delegacionales.

Por otra parte, según estadísticas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), de los 25 millones 780 mil 693 alumnos inscritos en educación básica en el ciclo escolar 2016-2017, 49.3 por ciento son mujeres. En el nivel medio superior ellas representan 50.4 por ciento de los 5 millones 128 mil 518 estudiantes, en tanto que de los 3.7 millones de universitarios, 49.5 por ciento son mujeres.

En lo que respecta a la maternidad, cifras del Conapo revelan que en 1990 la tasa global de fecundidad en México era de 3.3 hijos, pero en la década de 1970 era de 4.2. Sin embargo, la ENOE 2017 refiere que de las 47.7 millones de mujeres de 15 años o más, 26.6 por ciento no han sido madres, tres de cada 10 tienen de uno a dos vástagos y otro 30 por ciento, de tres a cinco.

En el grupo de 15 a 19 años destaca que una de cada 10 tiene ya de uno a dos hijos y entre las de 20 a 29 y de 30 a 39 años aproximadamente una de cada dos tiene de uno a dos hijos.

Pese a los avances, agrega Juliette Bonnafe, en México aún debe profundizarse el cambio cultural que permita considerar igual a un hombre y una mujer en todos los espacios. “Obviamente aún nos falta mucho camino por recorrer, aunque el país cuenta con un marco jurídico muy sólido, como la Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres de 2006 y la de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de 2007.”

En el contexto internacional, apunta, se incluye la ratificación de la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw, por sus siglas en inglés), instrumento clave para proteger sus derechos.

Además, la información que arrojan esquemas como la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) visibiliza la violencia que enfrentan las mujeres, lo que permite avanzar en el cambio cultural y la generación de políticas públicas, señala la especialista de ONU-Mujeres. Agrega que el país “es un ejemplo” en América Latina y el Caribe en cuanto a recabar datos.

No obstante, Silvia, madre de tres hijos, considera que la equidad entre los géneros aún tiene calificación reprobatoria: “Aunque hemos mejorado, las mujeres siempre seguimos un paso atrás. Yo quería que mis hijos tuvieran buenos valores y realmente vieran a sus compañeras como iguales. Y desde mi papel como mamá creo que puse mi granito de arena para que hoy las mujeres sí puedan trabajar y ser madres”.

A sus 54 años asegura: “No le tengo que pedir permiso a mi marido para nada de lo que quiero hacer; le aviso, pero no le pido permiso. Eduqué a mis hijos para que reconocieran en las mujeres a sus iguales. Les dije siempre que no se les humilla ni se les trata mal, que si quieren respeto deben darlo, pero el camino sigue siendo largo”.

Foto Yazmín Ortega Cortés

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Día Internacional de la Mujer 4

Recolección de muestras de ADN de maíz en las instalaciones del laboratorio de biogenética del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, ubicado en Texcoco, estado de México Foto Roberto García Ortiz

La presencia de las mujeres en las aulas sigue aumentando y son ellas quienes menos las abandonan

Educación: la senda que permite llegar al cielo

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uciana lo vio claramente en su sueño: un camino que se bifurca y dos grandes letreros. Uno podía indicar la ruta al cielo y otro al infierno. Pero, ¿cuál escoger cuando no se puede leer? Al despertar llamó a su hija Margarita y le dijo: “Quiero aprender a leer aunque sea vieja. No quiero equivocarme por no saber cuál es el camino al cielo”.

Como Luciana, millones de mujeres debieron enfrentar las “ideas de antes, cuando la escuela no era un lugar para las niñas, porque teníamos que atender la casa y a los hermanos”, afirma Flavia Salomón, asesora del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) y hablante de lengua triqui.

Tengo alumnas, narra, que a los 70 años recuerdan que de niñas hasta se escabullían de sus casas para ir a la escuela, aunque terminaban por descubrirlas y encerrarlas para que no escaparan.

Ahora, ya abuelas, dejan sus tareas en el hogar para asistir a círculos de estudio en los que aprenden a leer y escribir en su propia lengua materna.

Por décadas, reconoce Maritza Ordaz, delegada en Ciudad de México del INEA, el analfabetismo ha tenido rostro de mujer. De casi 4 millones de mayores de 15 años que no saben leer ni escribir en México, se estima que 60 por ciento son mujeres de más de 60 años, aunque también las hay adolescentes. Muchas de ellas

provienen de zonas rurales e indígenas que llegan a las urbes a buscar empleo.

Hoy el Sistema Educativo Nacional incluye a 18.3 millones de alumnas desde preescolar hasta doctorado. Representan 50.1 por ciento de la matrícula nacional. Investigadoras y especialistas destacan que aún no están todas.

“Debemos reconocer avances importantes en la búsqueda de escolarización con mayor equidad, pero esto se debe a las mujeres más que a una política pública, porque son ellas quienes están abriendo brecha”, afirma Sylvia Schmelkes del Valle, consejera y ex presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), quien advierte que para las indígenas y las que habitan en zonas rurales, el camino a la escuela aún está lleno de obstáculos.

Cuando las mujeres logran escolarizarse o intentan salir del rezago educativo destacan por su tenacidad, constancia y dedicación, afirma Maritza Ordaz. “Las cartas que reciben de sus hijos migrantes han sido un incentivo muy importante para que busquen alfabetizarse o concluir su educación básica. Otro aliciente es la búsqueda de mejores oportunidades laborales”. En México la escolaridad promedio de la población es de 9.1 grados, pero ellos alcanzan 9.3 y ellas 9.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para el ciclo 2016-

Distribución de la matrícula de mujeres y de hombres en licenciatura universitaria y tecnológica, según área de estudio. Ciclo escolar 2015-2016

Porcentaje

74.6

66.0 57.0

49.5 50.5

43.0 34.0

25.4

8 de marzo de 2018

La investigadora del Instituto en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, María del Carmen Jorge y Jorge, durante la conferencia en la que se informó cómo descifran códices aztecas con registros catastrales Foto Cristina Rodríguez

Total

Mujeres

Educación

Salud

Hombres

56.0

58.8

44.0 41.2

69.0

64.2

35.8

Ciencias Artes y Ciencias Agronomía y sociales, humanidades naturales, veterinaria administración exactas y derecho y de la computación

31.0

Servicios

72.7

27.3

Ingeniería, manufactura y construcción

Nota: incluye técnico superior y normal licenciatura Fuente: Anuies. Anuario Estadístico de Educación Superior. Ciclo Escolar 2015-2016. En: www.anuies.mx (27 de abril de 2017)

2017, la cobertura en educación básica es prácticamente de 100 por ciento de alumnos de 6 a 14 años a escala nacional. Tanto niñas como niños en edad de cursar primaria y secundaria asisten a la escuela, pero son las alumnas quienes permanecen más en las aulas y mantienen porcentajes elevados de eficiencia terminal, lo que es más evidente en secundaria, pues 90 por ciento de las estudiantes concluyen este nivel educativo, frente a 85.3 por ciento de los varones.

En el bachillerato, las estadísticas oficiales registran que la cobertura para los jóvenes de 15 a 17 años es de 76.6 por ciento para el ciclo 2016-2017. En el caso de las mujeres es de 76.2 y para los varones de 77.1 por ciento.

Aquellas mujeres que ingresan a educación media superior reportan una tasa de eficiencia terminal de 69.2 por ciento, frente a 60.5 por ciento de los varones. Son ellas quienes abandonan menos las aulas, con una tasa de 11.1 por ciento y de 15.6 por ciento de los jóvenes.

En la educación superior y posgrado sigue creciendo la presencia de la mujer, aunque todavía es inferior a la de los jóvenes. La SEP reporta que de 3.7 millones de alumnas en grado superior, 49.5 por ciento son mujeres. Las entidades con mayor número de universitarias son la Ciudad de México (268 mil 515), estado de México (218 mil 525), Puebla (118 mil 263) y Nuevo León (94 mil 618).

Schmelkes del Valle comenta que las profesiones y opciones de vida que eligen las mujeres aún son las tradicionales: “No optan por las ciencias duras o ingenierías. Es evidente la brecha de género cuando se analizan los campos de incidencia, pues en las matemáticas y las ciencias la presencia de la mujer es mucho menor”.

A ello se suma que se ha detectado diferencia en el trato hacia las alumnas en las aulas, pues “suelen ser ellas quienes se mantienen por más tiempo como observadoras ante ejercicios prácticos, porque los docentes tienen cierta inclinación en la distribución de roles”.

Si bien reconoce que existe un cambio, es insuficiente para garantizar que el acceso a la escuela sea igual para ellos y ellas. Como Luciana, las mujeres aún luchan por hacer de su escolarización el camino que les permita llegar a su cielo.

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Educación tras las rejas, a contracorriente

Día Internacional de la Mujer

La mayoría de reclusas, con bajo grado de escolaridad

La profesora Teresa Ramírez imparte su clase de bachillerato a las reclusas del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla Foto Marco Peláez

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n México cerca de 10 mil mujeres están recluidas en cárceles estatales. Del total, 12 por ciento no ha cursado ningún grado escolar (incluido 7.9 por ciento que no sabe leer ni escribir). Sin embargo, las oportunidades educativas para ellas existen tras las rejas, aunque tanto la infraestructura como la forma en que operan las prisiones responden más a las necesidades de los hombres.

Datos oficiales estiman que 71 mil 779 (38 por ciento) de las 188 mil 262 personas encarceladas en centros de readaptación de los estados realizan actividades de capacitación o han continuado sus estudios.

A pesar de que la mujer representa 5 por ciento de la población que purga condenas en el país, sobre todo por delitos como lesiones, homicidio, robo simple, fraude, posesión de narcóticos con fines de comercio o suministro, robo a negocio y violencia familiar, un porcentaje de ellas mantiene actividades educativas. No obstante, autoridades y organismos públicos reconocen que las condiciones les son más adversas.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en su Informe especial sobre las mujeres internas en los centros de reclusión de la República Mexicana, advierte que la “infraestructura, la organización y el funcionamiento de los establecimientos de reclusión giran preponde-

rantemente alrededor de las necesidades de los varones”.

Detalla que en 64 de los 77 centros de readaptación social visitados en el país “se presentaron irregularidades relacionadas con la inexistencia o insuficiencia de actividades laborales remuneradas, educativas y/o deportivas”, situación que, agrega, se debe a las carencias de instalaciones adecuadas, como talleres, aulas y áreas deportivas suficientes y debidamente equipadas, así como de personal técnico que se encargue de llevar adelante dichas tareas.

A escala nacional se estima que de toda la población penitenciaria, tanto hombres como mujeres, 16 mil 846 cursaban secundaria; 11 mil 963, la primaria, y 4 mil 291, alfabetización.

A finales de 2016, en el campo de las artes y humanidades había 10 mil 817 alumnos inter-

nos, entre ellos mujeres. Otros 9 mil 143 optaron por cursar estudios de ciencias sociales, administración y derecho, y al menos 7 mil 34 buscaban formarse en el área de la educación.

Si bien el número de mujeres reclusas que enfrentan un proceso judicial o que ya han sido sentenciadas se ha incrementado en las pasadas décadas, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) detalla que de las mujeres privadas de la libertad cuatro de cada 10 tienen entre 18 y 29 años.

De ellas, 37 por ciento logró concluir la secundaria, pero 11.9 por ciento no tienen ningún grado de escolaridad (7.9 por ciento, analfabeta). Otro 26.6 por ciento concluyó la primaria; 13.3 por ciento, la preparatoria; 3.3 cursó una carrera técnica o comercial; 5.7 por ciento una licenciatura; 0.1 por ciento tenía maestría, y no identificados 2.1 por ciento.

A pesar de que toda la población reclusa debe acceder a servicios que promuevan su reinserción social, como las actividades educativas, las cifras recabadas por el Inegi reportan que sólo 9.7 por ciento del personal técnico y de apoyo del sistema penitenciario realiza labores pedagógicas.

En el censo de infraestructura se detectó que si bien 82 por ciento de las instalaciones penitenciarias contaban con aulas escolares y 71 por ciento con espacios designados como bibliotecas, las mujeres aún enfrentan múltiples desafíos para acceder a las mismas condiciones que los varones para continuar sus estudios.

Foto Víctor Camacho

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Día Internacional de la Mujer

La cadete de segundo año Andrea Cruz Hernández desciende de la aeronave Bonanza F33 de la Fuerza Aérea Mexicana Foto Francisco Olvera

Cuentan con redes femeninas de apoyo o negocian con su pareja la “democratización” de las labores domésticas

Hijos, trabajo y hogar… esferas por conciliar

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umplir con las labores del hogar, el cuidado de los hijos y desarrollarse profesionalmente es uno de los retos que las mujeres enfrentan. Aunque las dos primeras actividades no son exclusivas, sí siguen sobrellevando el mayor peso.

El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) señala que ellas realizan más de tres cuartas partes del trabajo doméstico y de cuidado: le dedican en promedio 36.5 horas a la semana.

En años recientes el porcentaje de mujeres en el ámbito laboral se incrementó en casi tres puntos. En 2005, de las 39.1 millones de mujeres de 15 años y más que habitaban el país, 40.6 por ciento eran económicamente activas.

En el segundo trimestre de 2017, de 48 millones de mujeres, 42.9 por ciento trabajaban, según cifras recopiladas por el Inmujeres.

Olivia Tena Guerrero, sicóloga y doctora en sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), integrante del Pro-

Indicadores seleccionados del trabajo no remunerado que realizan las mujeres y los hombres de 12 y más años de edad 2015P

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Población que realiza trabajo no remunerado en los hogares (millones) Horas por persona a la semana que dedica la población a labores domésticas y de cuidados

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Isabel García cocina en su cuarto del asentamiento irregular El Gallito en Ecatepec, estado de México Foto José Carlo González

Valor del trabajo no remunerado de los hogares (Porcentaje respecto al PIB) Mujeres

Hombres

50.4 42.8 39.0 13.6 18.0 6.2 P. Preliminar

Fuente: Inegi. Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares.

En www.inegi.org.mx (30 de marzo de 2017).

grama de Investigación Feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de esa casa de estudios, y Georgina Cárdenas Acosta, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios de Género, advierten que para las mujeres coordinar el trabajo, la maternidad y las labores domésticas de manera individual trae consecuencias físicas, emocionales y profesionales.

Muchas mujeres, asegura Cárdenas Acosta, inician su jornada a las cinco de la madrugada para preparar comida, organizar a sus hijos y llevarlos a la escuela antes de partir rumbo al trabajo. Después de al menos ocho horas de labores y una más para regresar a sus hogares, llegan a hacer otras actividades relacionadas con lo doméstico, como lavar, planchar y seguir atendiendo a los hijos.

Para Tena Guerrero, tratar de conciliar estas tres esferas trae consigo depresión, ansiedad, problemas musculoesqueléticos y fatiga.

A estos se suma el sentimiento de culpa por no estar con sus vástagos y también la presión en sus trabajos al esforzarse constantemente para poder destacar.

Si una mujer se ve en la necesidad de dejar solos a sus hijos para trabajar sigue siendo percibida como “una mala madre” y se considera que los menores están expuestos a la delincuencia. Pero si renuncia a su desarrollo profesional por quedarse en casa también es criticada. “Se habla de una madre sobreprotectora”.

Esta culpa no sólo es por parte del entorno, sino también se gesta en el interior de las mujeres.

“Es siempre sentir que estamos en falta”, dice.

“En sus trabajos se ven presionadas para demostrar que son iguales o mejores que los hombres en sus labores, esforzándose lo doble que ellos, también por la crítica por ser madres.”

Hay quienes prefieren trabajar medio tiempo para estar con sus hijos. Otro porcentaje cada vez mayor primero se desarrolla profesionalmente y después da paso a la maternidad.

Esto, comenta Tena Guerrero, “es un costo que los hombres no tienen y que muestra gran injusticia y desigualdad”.

Mujer en la Ciudad de México Foto Guillermo Sologuren

El hecho de que las mujeres se desarrollen sobre todo en el sector informal implica desventajas al carecer de seguridad social o acceso a guarderías. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, al segundo trimestre de 2017, 54.6 por ciento de las mujeres económicamente activas de 15 y más años no tienen trabajos formales.

Esta misma encuesta refiere que al primer trimestre de 2017, 78 por ciento de las mujeres trabajadoras subordinadas y remuneradas no disponían de servicios de guardería o cuidados maternos.

Ante este contexto, Cárdenas Acosta señala que quienes buscan conciliar su vida laboral con la familiar necesitan redes de apoyo, las cuales recaen en otras mujeres, ya sea contratando a alguien externo, pero sobre todo son las abuelas, tías o hermanas. Requieren además negociar con la pareja “la democratización de las labores domésticas”, lo que no siempre es fácil.

Ambas especialistas indican que para que las mujeres logren conciliar estas tres esferas debe haber un cambio estructural basado en políticas públicas que incorporen más a los hombres dentro de la crianza y el cuidado, pero también “que el Estado se incluya a sí mismo como un corresponsable”.

Además de las guarderías, escuelas de tiempo completo, permisos de paternidad y maternidad, es indispensable que tanto en los centros escolares como en los hogares se enseñe que hombres y mujeres “tienen las mismas responsabilidades”.

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Día Internacional de la Mujer

Marcha Alto al feminicidio, del Ángel de la Independencia al Hemiciclo a Juárez Foto Yazmín Ortega Cortés

Deben reconocerse como seres fuertes que superaron la violencia de pareja

Del amor a los golpes: escapar es posible

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encer el miedo y salirse de casa para escapar del agresor no es fácil. Es una decisión que requiere valor para dejar a quien amas, pero te violenta, y también para buscar ayuda.

“Muchas veces denuncié el abuso de mi esposo, pero ninguna autoridad me hizo caso, siempre me decían que no procedía porque era un problema familiar”, recuerda Patricia. Cuatro años de golpes la hicieron buscar apoyo. Lo halló en un refugio gestionado por otras compañeras. “Fue como encontrar una ventana abierta para escapar del horror”.

Angélica, de 39 años, madre de un niño de siete y una pequeña de tres, señala que “cuando estás en una relación de abuso y tienes hijos pequeños eres más vulnerable. La ley dice que tengo derecho a una vida sin violencia, pero no te da las

herramientas para ayudarte a escapar del agresor”.

Quienes logran superar esa etapa coincidieron en que si bien “el camino es largo y complicado”, es posible transitarlo y alcanzar la libertad.

“Antes de que me casara hubo señales –rememora Angélica– pero una trae una historia de vida, y cuando vienes de un hogar donde hubo violencia física o emocional es casi imposible escapar. Comienza con insultos y acabas por perderte tú misma. Yo dejé de escribir, que es lo que más amo, y de escuchar la música que me gustaba. Tardé años en reencontrarme y darme cuenta de que yo seguía por ahí, perdida dentro de mi cuerpo”.

Patricia destaca que escapar del círculo de la violencia no es fácil, pero se puede. “Yo dejé a mi pa-

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Prevalencia total de violencia contra las mujeres, 2016 De las mujeres de 15 años y más….

49%

violencia emocional

41.3%

violencia sexual

29%

violencia económica o 66.1% han sufrido patrimonial o al menos un incidente discriminación de violencia emocional, en el económica, física, trabajo sexual o discriminación a lo largo de su vida en al menos un ámbito y ejercida por cualquier agresor

34%

violencia física Fuente: Inegi

reja, pero eso no fue suficiente. Él insistía en ir a mi casa a molestarme. Se metía sin permiso. Me pegaba cuando me encontraba en la calle, no tenía ninguna vergüenza. Vivía aterrada. No le importaba que llegaran las patrullas, porque al final nunca le hacían nada”.

Sin embargo, eso cambió: “hoy me estoy recuperando, por eso lo denuncié. Tengo apoyo de mis abogadas y vamos a iniciar el procedimiento. El primer paso fue llegar al refugio, no es fácil, porque no es tu espacio, tus hijos no están en su casa. Todos nos estamos acoplando. Los veo mejor. Nadie puede ni debe vivir en la violencia”.

Espacio Mujeres, donde está resguardada Patricia, es uno de los 43 albergues que integran la red nacional de refugios para víctimas de violencia de género en el país; actualmente atiende a 14 mil 500 mujeres y niños que enfrentan a sus agresores y buscan ayuda.

Wendy Figueroa Morales, directora de esta red, explica que quienes acuden a los refugios lo hacen con mucho miedo, “con la incertidumbre de qué va a pasar”, con estrés postraumático, ansiedad, paranoia, sentimientos encontrados, culpas y presiones familiares, como pensar que están dejando a sus hijos sin padre o la idea de que no van a salir adelante.

Es un proceso, afirma, que implica “quitar todo este estereotipo de que estuvieron meses, cinco o 10 años, porque les gustaba. Se deben reconocer como seres fuertes que sobrevivieron durante todo ese tiempo y que las estrategias que implementaron fueron las más efectivas para que hoy estén con vida”.

Muchas logran dejar atrás la violencia, pues en seis de cada 10 casos, conforme avanzan en su recuperación, disminuyen sensiblemente los niveles de depresión y estrés postraumático.

El 70 por ciento de las personas que atienden logran resignificarse como mujeres, se apropian de sus derechos, de su ciudadanía, la ejercen y comienzan a ser independientes “con un proyecto de vida donde la violencia en ninguna expresión es tolerable, y se transforma y transmite a sus hijos”;

otro 20 por ciento regresan con sus parejas, pero ponen límites y ellos deciden iniciar algún proceso terapéutico.

El 10 por ciento vuelve a las relaciones de las que escaparon en un inicio, “porque no hay ninguna red de apoyo ni familiar ni institucional que

les permita continuar con su proyecto de vida”.

Recuerda que cuando las mujeres logran tener un espacio en el cual reacomodarse y trabajar con sus emociones pueden recuperarse y volver a ser ellas mismas.

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Activistas realizan un performance con el título Rompiendo la impunidad, en los límites del estado de México y la Ciudad de México, para exigir alto a la violencia contra las mujeres y los feminicidios Foto Jair Cabrera

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DĂ­a Internacional de la Mujer

de marzo

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DĂ­a Internacional de la Mujer

Se han fortalecido los espacios y mecanismos para proteger a mujeres y niñas, brindándoles apoyo y orientación para que sus vidas estén libres de violencia, a través de: • 39 Centros de Justicia • 350 Centros para el Desarrollo de las Mujeres • 24 Casas de la Mujer Indígena

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Día Internacional de la Mujer

Marcha contra la violencia hacia las mujeres, del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino Foto Yazmín Ortega Cortés

El espacio virtual sin fronteras da cuenta de que es un problema mundial

En redes sociales se multiplican las voces contra el acoso

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n años recientes las denuncias contra el acoso y el feminicidio en México encontraron en las redes sociales una vía para ser escuchadas. #NiUnaMás fue un reclamo de justicia para las víctimas que fueron asesinadas. #MiPrimerAcoso hizo visible lo que viven miles y #SiMeMatan dio cuenta de la revictimización que sufren las mujeres ante las autoridades cuando son violentadas. Hace poco fue #MeToo, con el cual miles denunciaron –no sólo en nuestro país, sino en el mundo– el acoso sexual que vivieron en sus trabajos, escuelas y en las calles.

Las manifestaciones en redes sociales se viralizan rápidamente y son una nueva forma de visibilizar la violencia contra ellas. Uno de sus principales aportes es que logra que más gente decida alzar la voz; también permite que los hombres formen parte del debate y reflexionen sobre su comportamiento, así como que las autoridades respondan al problema.

Así lo consideró Lucía Núñez Rebolledo, académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México. “La denuncia siempre va a

Violencia por ámbito A lo largo de su vida: 25.3% En los últimos 12 meses: 17.4%

A lo largo de su vida: 26.6% ESCOLAR

LABORAL

En los últimos 12 meses: 22.5%

Violencia contra las mujeres

14 PAREJA

15 años y más

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A lo largo de su relación actual o última: 43.9% En los últimos 12 meses: 25.6%

Fuente: Inegi

COMUNITARIA

A lo largo de su vida: 38.7% FAMILIAR

En los últimos 12 meses: 10.3%

En los últimos 12 meses: 23.3%

ser importante, porque está diciéndonos que hay un problema que antes no se veía y ahora se hace público para que todos hablemos de eso.

“Nos ayuda a repensar nuestras formas de relacionarnos con las y los otros, y creo que también es como un llamado no solamente a los hombres, sino también a las mujeres.”

En las redes sociales este mecanismo es mucho más fuerte y puede generar “un cambio social”, aunque “la batalla está en muchos frentes”, pero un punto importante y principal “es la conciencia de cada uno y esto se hace solamente reflexionando, debatiendo y escuchando, y las redes ayudan mucho en eso”, mencionó Núñez Rebolledo.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016 señaló que 66.1 por ciento de las mujeres han sufrido al menos un incidente de violencia emocional, económica, física, sexual o de discriminación a lo largo de su vida.

En el caso específico de #MeToo, Núñez Rebolledo dijo que la denuncia sobre acoso sexual que empezó con celebridades de Hollywood ha permitido que otras mujeres “se quiten el temor, el miedo y la vergüenza”. Antes no se hablaba del tema, pero al ver que otras lo hacen, se animan y comparten sus experiencias.

La Endireh 2016 reveló que 66.8 por ciento de las agresiones en la calle son sexuales, como piropos groseros u ofensivos, intimidación, acecho, abuso sexual y violación. En el ámbito laboral, 47.9 por ciento de la violencia que sufrieron las mujeres fue de tipo sexual.

En cuanto a la respuesta que ha dado la autoridad al problema del acoso, Nuñez indicó que ésta tiende a crear o modificar leyes, pero se requiere de un debate más profundo.

Sobre la reacción de los hombres, dijo que reflexionan sobre sus relaciones como padres o pareja. “Les ayuda a cuestionarse a sí mismos, a decir: ‘hace 20 años podía chiflarle a una mujer, ahora puede ser que me voltee a ver y me regrese una frase en la que me diga por qué me dices esto’”.

Adriana Cota Sánchez, socióloga e integrante del programa multidisciplinario Cuerpos que Importan, de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Xochimilco, resaltó en entrevista que en las redes sociales se ha dado paso también a que se exponga la violencia que existe a escala mundial. “Hay identificación y sobre todo deja de ser visto como un problema local”.

Reconoció que logra que las mujeres se identifiquen, se atrevan a denunciar y se organicen para generar movilizaciones masivas, como la del #8M en 2017 por el Día Internacional de la Mujer, cuando miles de ellas salieron en todo el mundo para manifestarse.

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Día Internacional de la Mujer

Foto María Meléndrez Parada

Desde abril de 2007, cuando se despenalizó en CDMX, esta política pública ha dejado "una experiencia invaluable": Teresa Incháustegui

El aborto: un derecho que salva vidas

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as personas libres eligen lo que es mejor para sus vidas, lo que conviene a su desarrollo y para cumplir sus responsabilidades. Esta premisa básica alcanza una dimensión extraordinaria cuando se trata de aquellas mujeres que ejercen plenamente su derecho a decidir.

A más de 40 años del inicio de la lucha feminista que pugnó por la equidad y el acceso a los espacios de educación y trabajo en condiciones de igualdad con los hombres, los avances son evidentes en estos y todos los ámbitos en que ha incursionado la población femenina.

Sin duda uno de los factores que ha sido pieza clave en los logros de las mujeres es el acceso, en un principio, a los métodos anticonceptivos y después a la interrupción del embarazo en condiciones de calidad y seguridad.

En el país esto sólo es posible en Ciudad de México, donde esta práctica se despenalizó en abril de 2007. Las mujeres que así lo desean tienen acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE) en clínicas que dependen del gobierno capitalino y en la medicina privada.

Las instituciones públicas brindan servicios de carácter gratuito, seguro y efectivo, que han sido utilizados durante los pasados 11 años por 191 mil mujeres. El único requisito es que tengan menos de 12 semanas de gestación.

La experiencia que ha dejado esta política es invaluable, aseguró Teresa Incháustegui, directora del Instituto de las Mujeres de Ciudad de Mé-

xico. Contrario a lo que plantearon los opositores a la despenalización del aborto respecto de que las adolescentes se volcarían a solicitar el servicio, en estos años se ha visto que casi 48 por ciento de quienes han recurrido a la ILE son mayores de 25 años y 65 por ciento ya eran madres de uno a tres hijos.

Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) señala que tres de cada 10 familias en el país son encabezadas por una mujer, quien funge como la principal fuente de provisión de recursos económicos. Más de la mitad de ellas tiene de 30 a 54 años.

En Ciudad de México las mujeres están al frente de 37 por ciento de las familias y realizan 70 por ciento de las actividades de cuidado en el hogar. Incháustegui infirió que al menos tres de cada 10 que acuden a la ILE son jefas de hogar. Esto significa que al decidir están en condiciones de seguir sus actividades laborales y como responsables del sostenimiento de su familia. En cuanto al 52 por ciento de las mujeres que han recurrido a la ILE y no han cumplido 25 años, ellas tienen la posibilidad de prepararse para un mejor momento de convertirse en madres.

La funcionaria resaltó que la mayoría de quienes han interrumpido un embarazo son residentes de Ciudad de México (134 mil 618), casi 50 mil viven en el estado de México y el resto –alrededor de 6 mil– han llegado de las entidades del país donde no existe el derecho a decidir sobre su cuerpo o está muy acotado por disposiciones legales, algunas de las cuales podrían

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Foto José Antonio López

➞ llevarlas a la cárcel. De hecho, en varios estados de donde provienen hay mujeres sujetas a proceso penal, algunas ya con sentencia por esta causa.

LEGAL, PERO DIFÍCIL DE LOGRAR, EL ABORTO POR VIOLACIÓN En los 32 estados de la República es legal la interrupción del embarazo si éste es resultado de una violación. Este precepto se encuentra en los có-

digos penales locales y debe aplicarse incluso en las 17 entidades cuyas constituciones incluyen la protección de la vida desde la concepción. La Suprema Corte de Justicia de la Nación ya lo resolvió así para que no haya duda; sin embargo, muy pocas mujeres logran ejercer este derecho, pues son criminalizadas, sujetas a procesos penales y con frecuencia sentenciadas a condenas de hasta 30 años de cárcel.

El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) ha dado seguimiento a este problema y ha acompañado a varias mujeres en sus procesos judiciales.

La ILE en Ciudad de México es “un oasis en el desierto”, señaló la abogada Yolanda Molina, integrante del equipo jurídico de la organización civil. En esa entidad hay derechos plenos en esta materia, pero desaparecen con sólo traspasar los límites hacia el estado de México o Hidalgo.

Aunque no siempre es fácil por desconocimiento y el costo que implica, las mujeres de cualquier lugar de la República que enfrentan un embarazo no deseado pueden trasladarse a Ciudad de México y practicarse el aborto.

Lo ideal sería que, además de la causal de violación, las mujeres puedan interrumpir la gestación si enfrentan alguna situación prevista por la ley: cuando hay peligro para su salud y la del producto, si éste presenta alguna malformación incompatible con la vida, como la anencefalia (ausencia de cerebro), o por razones económicas, como en Yucatán.

Pero no ocurre así. Según la entidad de que se trate existen requisitos que dificultan el acceso a la interrupción del embarazo, los cuales van desde la obligación de presentar una demanda penal cuando hubo violación u obtener la autorización del comité de ética de un hospital cuando se solicita el aborto por alguna causal médica.

Molina advirtió que eso supone tiempo, por lo que la voluntad de la mujer queda sujeta a lo que decidan otras personas, con el riesgo de que antepongan sus creencias religiosas y nieguen la posibilidad de la interrupción del embarazo.

También resaltó que nada de esto debería ocurrir, cuando menos en los casos de violación, si el personal médico cumpliera lo que señala la Norma Oficial Mexicana (NOM) 046 Violencia familiar, sexual y contra las mujeres: criterios para la prevención y atención.

Este ordenamiento señala que cuando las mujeres no desean interponer una denuncia ante el Ministerio Público pueden firmar una carta, bajo protesta de decir verdad, en la que aseguren que su embarazo es resultado de una violación. Eso es suficiente para que los médicos estén protegidos legalmente y puedan interrumpir la gestación.

Lamentablemente, aseveró Molina, esto no se cumple. Las mujeres desconocen esta posibilidad y los médicos también o prefieren no arriesgarse.

“ALGÚN DÍA SERÉ MADRE, PERO NO AHORA”

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ndo trabajo. Mi novio igual. Me “No estoy lista, porque apenas terminé la carrera y estoy busca ía dependo de mis papás. Tengo habría gustado, porque quiero ser mamá, pero no ahora que todav a comida. Quiero trabajar y ejercer algunos ingresos, pero es poco; si acaso para los pasajes y algun un bebé. mi profesión; soy abogada y ahora no quiero hacerme cargo de platiqué con mi novio y él dijo que “La verdad nunca lo dudé. Algo falló y quedé embarazada. Lo opción era arriesgarme. Nada más me apoyaría en todo, pero ya había decidido no seguir. La otra de pensarlo se me enchina la piel.” cuando acudió a una clínica del Así resume Nayeli su experiencia de hace apenas unos meses, legal del embarazo. Esta joven no gobierno de Ciudad de México, donde solicitó la interrupción hijo si no tienes las condiciones siente haber hecho algo “malo”; al contrario, “para qué tener un algún día seré mamá”. para cuidarlo y mantenerlo. Mejor primero nos preparamos. Y sí:

Directora General: Carmen Lira Saade • Gerente General: Tania Paulina Olmos Sánchez Coordinadora de Edición: Elena Gallegos • Coordinador de Arte y Diseño: Francisco García Noriega • Coordinador de Publicidad: Marco Hinojosa Diseño: Brenda Moncada Hernández • Edición de textos: Martha Elena Acevedo y Norma Hernández • Retoque digital: Francisco Del Toro y Jorge García Archivo de fotografía: Alejandro Pavón y Sabrina Quiroz • Portada: Mario Netzul Editado por Demos, Desarrollo de Medios, SA de CV. Av. Cuauhtémoc núm. 1236, colonia Santa Cruz Atoyac, delegación Benito Juárez, Ciudad de México, CP 03310, teléfono: 9183 0300.

Impreso en: Imprenta de Medios, SA de CV. Av. Cuitláhuac núm. 3353, colonia Ampliación Cosmopolita, delegación Azcapotzalco, Ciudad de México, teléfonos: 5355 6702, 5355 7794.

Prohibida la reproducción parcial o total del contenido de esta publicación, por cualquier medio, sin permiso expreso de los editores. Ciudad de México, 8 de marzo de 2018.

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Fotos Secretaría de Marina

Ruth Tress Salvatori es una de las primeras oficiales de navegación en la Armada de México

“Quiero abrir oportunidades para quienes vienen detrás de mí”

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u padre, marino militar, le contagió el gusto por navegar: “Desde muy pequeña me llevó a conocer los barcos y siempre estuvimos apegados al mar. Conforme crecí me di cuenta de lo que hacía en su trabajo y me gustó. Cuando vi la oportunidad de estudiar en la Heroica Escuela Naval Militar, no lo pensé y busqué participar”.

Hoy su trabajo consiste en hacer las “derrotas” (rutas de navegación) y las cartas náuticas. Vigila las condiciones del clima, la marea y las corrientes. Es quien constata las buenas condiciones de los equipos del barco para hacer posible la navegación.

Su base naval está en el puerto de Acapulco, Guerrero, de donde zarpa para realizar su labor con la Armada de México, que le otorgó el grado de teniente de corbeta tras concluir su licenciatura y formarse por cuatro años en la academia de la Guardia Costera de Estados Unidos, con la que navegó hasta Alaska y Japón.

Ruth Tress Salvatori –quien nació hace 23 años en Puebla– recuerda que en esa travesía aprendió cómo operan los sistemas de navegación, la presión y las revoluciones con que funciona la maquinaria que mueve un barco. “Tenemos que estar listos para las situaciones no deseadas, para saber qué hacer y no entrar en pánico”.

En la mar no sólo es importante la buena marcha del navío, también la camaradería. “Es importante tener una buena relación con tus compañeros en el barco. Al principio el obstáculo más grande es aprender a estar sola y sin la familia, pero ahí cuentan mucho tus compañeros y el apoyo que te den”.

Para Ruth ser parte de las primeras mujeres oficiales de navegación es una gran responsabilidad. “Es dejar un buen camino para las que vienen después de mí y abrirles las oportunidades”.

Reconoce que cada vez hay más mujeres en el área en que se desempeña. En su unidad son tres oficiales a bordo, dos tenientes de corbeta y una guardia marina que realiza sus prácticas profesionales.

Su sueño es navegar un día en el buque escuela Cuauhtémoc y ser comandante de navío de la Armada de México. “Quisiera seguir preparándome para servir a mi país. A veces uno lo ve como el trabajo del día a día, pero la familia te recuerda que estás haciendo cosas extraordinarias, y eso te enorgullece.”

a este esfuerzo se han sumado organizaciones civiles y diversos sectores sociales, así como de manera permanente todo el aparato gubernamental estatal.

Envío el material del último eje de la campaña: los micromachismos.

En caso de necesitar otro tipo de datos o materiales, estamos en la mejor disposición de enviárselos. Saludos cordiales.

Atentamente Solkamiry Robles

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l Gobierno del Estado de Guerrero emprendió desde hace un año y medio la campaña denominada “Nunca Más”, que tiene como objetivo general sensibilizar a la población en general acerca de las distintas violencias que padecen las niñas y mujeres en Guerrero. Se ha puesto especial atención en los 8 municipios en los que se encuentra decretada la Alerta de Género;

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Foto cortesía de la entrevistada

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l caer la noche, con su cabellera roja y gorra de cuero, Djane Katana es el corazón del Patrick Miller o del Disco Forever 70, donde su mezcla de rolas, entre acetato y acetato, recrea lo mejor de la música disco.

Fue en 1978 la primera vez que la música la hechizó, y pasaba todo el día escuchando la radio. Tenía sólo 12 años cuando decidió que sería diyéi. En esa época vio a un amigo de su hermano, dueño de un sonido, poniendo música en una fiesta. “En aquellos años las pachangas se hacían en las casas, se movían muebles y se armaba la tocada toda la noche. Me enganché y estuve aprendiendo los siguientes cinco años”.

Pionera en el mundo de los diyéis en el país, Katana –nacida hace 51 años en la Ciudad de México– recuerda que su primera audición como profesional fue en el bar La Gruta de Ciudad Satélite. Fue la única mujer que se presentó, y se quedó con el puesto.

“Le pregunté a la persona que hizo la selección: ¿me escogiste porque soy mujer? Me contestó que no, que me eligió porque sí sabía utilizar los aparatos”, afirma con una sonrisa.

Katana, pese al cambio tecnológico, no perdió su amor por el vinil. “Hubo un tiempo en el que ya prácticamente no se usaba el acetato. Se veía como algo obsoleto, pero yo aposté por ese formato”.

Su carrera la ha llevado a tocar en antros y bares de todo el país. Ha alternado con artistas emblemáticas de la música disco, como Gloria Gaynor, Claudja Barry y el Grupo Rofo. Pese a que es conocida en el mundo de los diyéis, acepta que aún enfrenta desafíos por ser mujer. “Desgraciadamente te enteras de que le hablan al promotor y le dicen que no te contrate porque no la armas; hay que ignorar eso, porque cuando amas lo que haces no hay quien te detenga”.

Katana se llama en realidad Martha Virginia Castañeda Juárez. Tiene tres hijos.

En sus palabras, su carrera le permitió realizar un sueño: “vivir para la música”.

Entre acetatos su música de diyéi conquista Katana fue la única mujer en su primera audición y ganó el puesto

Sociedad moderna, en deuda con las mujeres: Karen Quiroga

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as mujeres encabezan hoy la mayor revolución social para lograr un cambio de comportamiento con el objetivo de mantener a salvo su propia integridad ante adversidades y riesgos que tienen en contra, indicó Karen Quiroga, precandidata del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la alcaldía de Iztapalapa, el municipio más poblado del país.

En Iztapalapa, 52 por ciento de sus habitantes son mujeres y en más de 132 mil hogares se tiene jefatura femenina, pero se requiere mayor empodera-

miento social que corresponda con la responsabilidad que enfrentan de trabajar como sostén económico, educar a los hijos, atender el hogar y participar en política, entre otras.

Para nuestra realidad en la demarcación, indicó en entrevista, necesitamos ser parte de manera más decisiva en esta nueva ola de acciones en favor de la equidad de género que aumenta libertades y la visibilidad de la problemática.

Las nuevas tecnologías y sobre todo el valor de las mujeres para exponer la situación, hace posible que la sociedad se entere de todo aquello que las violenta, pero esa misma sociedad tiene una deuda para reconocer el mérito de las mujeres, expresó Karen Quiroga, ex coordinadora de Prepa Sí.

El Día Internacional de la Mujer es un momento de reflexión de lo alcanzado, pero también de lo que hace falta en los hombres y la sociedad en general.

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Aunque desafortunadamente esa revolución que busca su protección ante casos como feminicidios, acoso y discriminación, entre otras, no se realiza a la velocidad que se requiere, ni tampoco de manera uniforme en toda la sociedad, dijo la también ex diputada local y federal.

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