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L. HERNÁNDEZ NAVARRO

Pablo Alarcón Chaires (1964-2022) y el ambientalismo luminoso

VÍCTOR M. TOLEDO

El ambientalismo verdadero, legítimo y profundo es, sobre todo, un acto luminoso donde el ser humano se entrega en cuerpo y alma a la defensa de la vida. Es luminoso porque enciende las llamas de la esperanza en un mundo de tinieblas. Pablo Alarcón Chaires fue un ambientalista excepcional cuya trayectoria dejó una estela de luminosidad. Su misma irrupción y su partida en el torrente vital fueron excepcionales. Nació el día en que se celebra la muerte (2 de noviembre) y murió en una fecha marcada por la renovación de la vida: el 2, 2 de 22, Día de la Candelaria, del nuevo año chino y, por si fuera poco, del fuego nuevo purépecha. Ser en equilibrio cuya serenidad ocultaba una pasión desbordada por la creación científica y artística y por la justicia. Su silencio, hoy nos percatamos, en realidad encerraba un grito libertario. Por más de 20 años me acompañó en mil batallas, y hoy que está ausente aparece a los ojos de todos como una figura gigantesca. En el recuento de sus acciones identifico nueve campos. Fue notable investigador científico, brillante artista, divulgador, filósofo profundo, conservacionista consecuente, ecotecnólogo, masón, defensor de los derechos humanos y de la naturaleza y apasionado impulsor del chamanismo. Nada lo detuvo. Siempre se puso en acción para llevar a cabo sus sueños.

Como académico del campus de la UNAM en Morelia además de profesor hizo aportes sustanciales en etnoecología (la relación de los pueblos indígenas con su entorno natural) con detallados estudios entre los purépechas y nahuas de Michoacán y los cucapás de Baja California. Sus aportes fueron centrales en dos proyectos claves de nuestro laboratorio: El atlas etnoecológico de México y Centroamérica y el Observatorio de conflictos socioambientales de México. Su producción rebasa todo cálculo. Publicó 17 libros y decenas de artículos científicos y de divulgación. Destaca su obra Otras epistemologías (2017) producto de su tesis doctoral en pensamiento complejo donde tuvo oportunidad de interactuar con el gran pensador francés Edgar Morin. Buena parte de sus artículos periodísticos, ensayos y discursos están reunidos en el libro Catarsis (2012). Como biólogo no sólo se ocupó de los caracoles y las tortugas marinas, sino que impulsó, junto con su esposa y sus hijos, un área de conservación voluntaria de 20 hectáreas con bosques de pino cerca de Tiripetío, Michoacán, que luego convirtió en centro de animación y concientización en educación ambiental. Tras el paso del tiempo, Tsíntani, nombre del centro, se convirtió en un referente de talleres, cursos, seminarios y exposiciones de arte y de tecnologías ecológicas.

Esta es sólo la mitad de la historia. Pablo tuvo también una decidida participación como activista político en la defensa de los derechos humanos y los de la naturaleza. Su filosofía fincada en la masonería, herencia directa de su padre, le hizo escribir candentes artículos y pronunciar encendidos discursos en favor del laicismo y contra la influencia religiosa.

Ello lo llevó a conectarse con otro miembro notable de esa corriente: el doctor José Manuel Mireles, indiscutible líder de las autodefensas michoacanas, considerado el “Zapata” de la Tierra Caliente. Convertido en su principal interlocutor, Pablo mantuvo correspondencia con Mireles preso (2014 a 2017), lo que permitió la confección de su libro Todos somos autodefensas. En su presentación, Pablo asentó: “[este libro] fue escrito en la soledad de cuatro paredes, ahí donde la injusticia confinó a un ciudadano osado y valiente quien junto con otros, había decidido la forma en que iba a morir ante una delincuencia que penetró y se colocó en las esferas del poder”.

Su involucramiento en la defensa de la naturaleza está certificado por numerosos artículos y conferencias, sus denuncias por la expansión de la franja aguacatera y la creación de la Red de Ambientalistas de Michoacán. En su último artículo hace una frontal denuncia del nuevo gobierno estatal que repite los vicios y deshonestidades de los neoliberales en materia ambiental.

He dejado al final lo que considero es la parte de su vida que le dio fuerza motriz: la dimensión espiritual. Él no solamente fue un observador y admirador externo de los pueblos indígenas. De una u otra forma terminó integrándose a una cosmovisión mucho más profunda y esencial. Son célebres los numerosos actos rituales realizados con Don Julio, un marakame (chamán) wirárika y sus conexiones y actos con otros “hombres y mujeres de sabiduría”. Por ello logró construir un puente colgante en el bosque, una escultura dedicada a los ambientalistas asesinados, un túnel de llantas recicladas, varias máquinas ecológicas, cientos de fotografías de la naturaleza, un temazcal. Su vida ejemplifica la que ya están siguiendo millones bajo un ambientalismo luminoso. Sólo hay que lamentar que su muerte, trágica e injusta, haya suprimido una vida llena de luz. Escribo esto con dolor infinito, pero también con inmensa gratitud, por todo lo que nos deja.

Su vida ejemplifi ca la que ya están siguiendo millones bajo un ambientalismo luminoso Rusia-Ucrania: la invención de la realidad

LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO

El viernes 4 de marzo, miles de manifestantes contra la alianza atlántica y contra Putin marcharon por las calles de Atenas contra la “guerra interimperialista en que los trabajadores deben escoger entre campos de ladrones rivales”. La marcha fue convocada por grupos y partidos de izquierda.

Las protestas se realizaron también en muchas ciudades griegas, bajo la consiga de “luchar por la paz, la amistad y la solidaridad de los pueblos. Abajo las guerras capitalistas”. Quienes las convocaron, se oponen a que Grecia participe en la incursión bélica de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el conflicto entre Rusia y Ucrania.

Grecia forma parte de la alianza atlántica desde 1951. Se ha involucrado en todas sus conflagraciones armadas, excepto contra Serbia, en 1999, una guerra sin declaración previa del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En las izquierdas de ese país hay un amplio repudio a ese organismo, sin que eso signifique que avalen la invasión rusa de Ucrania. La demanda de salir de él, es generalizada. Durante los últimos 48 años, cada 17 de noviembre, miles de griegos se han movilizado para rendir honores a los estudiantes masacrados por los tanques de la junta militar que gobernaba en 1973 y contra la alianza atlántica. En un sondeo reciente, 63 por ciento de los griegos encuestados dijeron oponerse a que su país apoye a la OTAN en el actual conflicto.

Pero, según las grandes cadenas mediáticas, las protestas contra la guerra en muchas naciones integrantes de la Unión Europea, que se deslindan a tiempo de Putin y de la alianza atlántica, no son casi registradas por la prensa. Las únicas que merecen ser publicadas, son las que apoyan al gobierno de Volodymir Zelensky. Las demás no existen por decreto.

Se ha querido presentar al comediante Zelensky como un respetado estadista a la altura de los retos de la historia. Como si fuera una redición de El patito feo, el payaso televisivo se transformó en un imponente cisne político. Curiosamente, los mismos que han fabricado una nueva imagen del mandatario ucranio son quienes presentan a Vladimir Putin como un mediocre lunático megalómano, al que, el senador estadunidense Lindsey Graham, propone asesinar. Dice que “la única manera de que acabe esta mierda es que alguien en Rusia quite a este tipo [Putin] de en medio”, para hacer un “gran servicio” a Rusia y el resto del mundo.

Zelensky arrasó en los comicios de 2019. Su show televisivo de sátira política, Servidor del pueblo, centrado en mucho en la lucha contra la corrupción, le ayudó a construir una imagen de ciudadano ajeno a los partidos y la política institucional. En la primera vuelta obtuvo 30 por ciento de la votación. Arrasó en la segunda con 73 por ciento. Sin embargo, su popularidad comenzó a erosionarse rápidamente. Su primer año de gobierno fue caótico y lleno de escándalos. Poco antes de la ocupación rusa de Ucrania las encuestas le daban apenas 25 por ciento; 62 por ciento de los ucranios no querían que se religiera.

El relato olvida señalar que la neutralidad de Ucrania y el rechazo a ingresar a cualquier bloque militar que Zelensky decidió abandonar, está establecida en los documentos fundacionales del Estado ucranio moderno: la Declaración de Soberanía (adoptada el 16 de julio de 1990) y la Constitución (28 de junio de 1996).

La operación para inventar una realidad alterna lleva a que muchas agencias de prensa difundan masivamente fotografías de algunos vehículos blindados rusos destruidos por los militares ucranios, al tiempo que ocultan la información de la agencia de noticias TASS, que señala que, entre el comienzo del conflicto de Rusia con Ucrania el 24 de febrero y el 4 de marzo, las fuerzas rusas habían destruido 69 aviones en tierra y 21 en el aire.

El relato insiste, a pesar de la destrucción masiva de objetivos militares y de que las tropas rusas ocupan varias ciudades claves de territorio ucranio, en lo erróneo de los cálculos de Putin. La subestimación que hacen del aparato de inteligencia rusa es pasmosa. Aunque las evidencias de que Rusia está consolidando su invasión y de que más de millón y medio de ucranios han salido de su país, se empecinan en decir, una y otra vez, que las cosas no son así. Sin embargo, el Washington Post informa que Estados Unidos y sus aliados prevén como escenario un gobierno en el exilio, insurgencia interna y legión extranjera (https://wapo.st/3IQpCtl).

La salida de Angela Merkel dejó a la Unión Europea sin un liderazgo claro. La OTAN puede sancionar económicamente a Rusia, pero no prescindir de sus suministros de gas y petróleo. Puede hacer que sea expulsada de los torneos deportivos, pero no decretar zonas de exclusión aérea, a riesgo de extender la guerra. Los grandes consorcios de la moda pueden retirar sus tiendas y productos de Moscú, pero desde hace muchos años los rusos han sustituido importaciones.

El asunto no es nuevo. Desde la anexión de Crimea en 2014, Rusia ha sufrido cuatro momentos de grandes sanciones y ha salido adelante. Como señala Kevin Limonier, Móscú es una potencia soberana del ciberespacio. Dispone de un sistema casi completo de plataformas de servicios, independiente de los GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple).

La invención mediática de una realidad alterna es una herramienta de guerra, no de paz. Para comprender lo que sucede con la ocupación rusa de Ucrania, hay que llamar a las cosas por su nombre y poner sobre la mesa la verdadera correlación de fuerzas en el conflicto. Twitter: @lhan55

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