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Superricos mexicanos, los más acaudalados de AL

DORA VILLANUEVA

DESDE QUE FUE declarada la pandemia de covid-19 en el primer trimestre de 2020, los cuatro mexicanos encumbrados en el listado de multimillonarios que integra Bloomberg –Carlos Slim, Germán Larrea, Ricardo Salinas y Juan Beckmann Vidal– han visto aumentar su riqueza conjunta en 46 mil millones de dólares hasta alcanzar 133 mil 40 millones durante la última semana del reciente mes de febrero, un crecimiento de 54.4 en el periodo. El monto de su patrimonio personal ronda 8.7 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país.

Mientras tanto, la riqueza de Slim aumentó 38 por ciento, la de Larrea 587.7 y la de Beckmann Vidal y su familia 33.5 por ciento. Salinas Pliego fue el único perdedor en ese grupo, al ver caer su patrimonio personal 20.4 por ciento, pero de cualquier manera se coloca en esa élite mexicana que forma parte de los 500 hombres más ricos del mundo enlistados por Bloomberg.

pasó de recibir 1.7 por ciento de ese gasto a 5.7 por ciento.

▲ En mayo de 2020, en plena emergencia de salud, clientes de un restaurante de París comen protegidos con burbujas de plexiglás. Foto Xinhua entonces presidente de Estados

Unidos, Donald Trump, anunciara una serie de medidas para enfrentar la emergencia en ese país, entre ellas el cierre de fronteras a viajeros provenientes de Europa, los índices de Nueva York cerraron con su peor caída en más de 32 años, desde el “lunes negro” de 1987, cuando las pérdidas de valor superaron 22 por ciento.

Ese 12 de marzo de 2020 prácticamente todos los índices bursátiles cayeron por encima de 9 por ciento. La volatilidad se extendió al menos tres semanas más, mientras los bancos centrales intervenían el mercado, compraban acciones y bonos de gobierno para amortiguar las caídas.

Como resultado, tres años después, el deterioro en las condiciones de vida para millones de personas no pasó de un exabrupto en los mercados. En febrero de 2023, el Dow Jones –que refleja el comportamiento de las 30 compañías más grandes de Estados Unidos–lleva un crecimiento de más de 78 por ciento respecto al punto más bajo de marzo de 2020 y de 54 por ciento respecto a su valor antes de la pandemia.

En esos mismos tres años la economía mexicana apenas ha logrado recuperarse del golpe que implicó la pandemia, en 2020 se desplomó 8.3 por ciento, a un nivel no visto en nueve décadas; el PIB per cápita –un indicador básico de la distribución de la riqueza generada en el país– acumulaba un revés de 2.3 por ciento entre los cierres de 2019 y 2022, y los ingresos laborales en cuatro de cada 10 familias son insuficientes para adquirir una canasta de alimentos, de acuerdo con información oficial.

Al margen de esos datos, Oxfam reportó que 21 de cada 100 pesos generados en el país entre 2019 y 2021 se fueron al uno por ciento de la población más acaudalada y apenas 40 centavos de esos mismos 100 pesos al 50 por ciento con menores ingresos. Así, a tres años de la pandemia, “los superricos mexicanos son los más ricos de América Latina y el Caribe, arrastrados sobre todo por el ‘efecto Slim’”.

“Solamente Carlos Slim, el hombre más rico de México, concentra más riqueza que la mitad de la población mexicana –unos 65 millones de personas– y que los otros 14 multimillonarios mexicanos juntos”, ejemplificó la organización.

La divergencia en la distribución de la riqueza en México se debe a los rezagos estructurales de las economía y a los efectos de la pandemia de coronavirus, que no fueron lo suficientemente compensados con una política social focalizada en atender a la población de menores ingresos, explican especialistas.

La política social de la actual administración se ha probado menos progresiva que en años anteriores, exhibe el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (Coneval). Durante 2020, entre la décima parte de la población que menores recursos tiene, 13.3 por ciento dijo recibir alguna transferencia del gobierno federal, por debajo del 20.9 por ciento registrado en 2018; mientras 10 por ciento de la población con mayores ingresos

De acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), estas cifras equivalen a que cada persona del 10 por ciento de la población con menores ingresos recibió 476 pesos de los programas sociales implementados por la actual administración, mientras cada una de las que forman parte del decil de mayores ingresos obtuvo 345 pesos, ambos ajustados a valores de enero de 2023.

En general, 40 por ciento de la población con menores ingresos pasó de recibir 63.3 por ciento de los recursos federales destinados a programas sociales en 2018, a 48.2 por ciento en 2020, reportó el Coneval, con base en datos que fueron recogidos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) directamente en los hogares. De acuerdo con especialistas, esto en gran medida se debe a la universalidad de la pensión a adultos mayores, que no distingue nivel socioeconómico para ser entregada.

“Pese a que entre 2018 y 2020 hubo un aumento significativo en el gasto en desarrollo social, esto no ha impedido que aumenten carencias fundamentales de la población (...) Quizá la pandemia ha tenido un papel que jugar, sin embargo, no se puede atribuir a ella el problema central, sino a que la asignación de los recursos de los programas sociales se ha ido sesgando cada vez más hacia la población que no es pobre”, comentó sobre el reporte de Coneval Rodolfo de la Torre, director de Desarrollo Social en el CEEY.

Axel González Gómez, investigador de México, ¿cómo vamos?, explica que en esta administración se han logrado avances importantes en materia de empleo, particularmente con la recuperación del

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