15 minute read

y 6

Next Article
La entrevista

La entrevista

4

decir, fue más tardía que la de los varones. Pero el acercamiento etnográfico revela características singulares de estos flujos acelerados, entre ellos la rápida consolidación de redes familiares e interétnicas. Identificamos, asimismo, el entrelazamiento de dos patrones de movilidad femenina. Uno similar a la migración de hombres solos, sin dependientes y de limitada circularidad entre ambos países. Otro, de mujeres recientemente casadas o ya madres de un primer hijo que, en algunos casos, llevaron con ellas. Es decir, la incorporación al mercado de trabajo, la primera unión conyugal, la llegada del primer hijo y la migración de primera salida se traslaparon en sus trayectorias de vida. Esta dinámica y los particulares perfiles de los hogares que van reconfigurándose a lo largo de un ciclo demográfico son factores claves para desentrañar la selectividad del retorno.

Advertisement

Aunque hubo un mayor número de retornados durante los años de la crisis que en los años anteriores, no hubo un retorno masivo en ninguna de las dos localidades. La tasa de permanencia de los migrantes pahuatecos en Estados Unidos en la coyuntura de la crisis económica fue de 74 por ciento (regresó 26 por ciento), mientras que la de los zapotitecos fue de 64 por ciento (regresó 36 por ciento). Con estos resultados enfrentamos una paradoja. Más allá del hecho de que el sector de la construcción experimentó las mayores pérdidas de empleos durante la crisis económica, los pahuatecos, que trabajaban principalmente en la construcción, fueron más propensos a permanecer en Estados Unidos que los zapotitecos. Creemos que tal paradoja puede ser explicada por el menor costo de la vida en Carolina del Norte en comparación con Nueva York.

Del total de retornados a Pahuatlán, un mayor porcentaje de mujeres regresó durante la crisis. Esta diferencia se explica por el relativamente mayor número de madres jóvenes con hijos preescolares que había residido en Estados Unidos por periodos cortos de tiempo. Regresaron con parejas e hijos, es decir, esto representó un retorno familiar. Esta selectividad en el proceso de retorno responde a las mayores dificultades que las mujeres enfrentan para combinar el trabajo asalariado con el cuidado de hijos pequeños. En contraste, la mayoría de los hombres que regresaron lo hicieron solos. Por su parte, las mujeres zapotitecas, con más años de residencia en Nueva York, fueron más propensas a permanecer en ese lugar. Hallazgo que relacionamos con el predominio de hogares que están en una fase intermedia del ciclo demográfico, con hijos ya insertos en el sistema educativo. Además, el sector servicios en Nueva York, en el que hombres y mujeres de esta localidad se insertaron, experimentó alguna contracción, pero no expulsó masivamente a los trabajadores.

* eugeniadaubeterre@gmail.com, alison.lee@udlap.mx, lrivermar@gmail.com

Marianne H. Marchand *

¿Vamos a ver una nueva ola de caravanas de migrantes centroamericanos?

Desde hace más de una década existen flujos constantes e importantes de migrantes centroamericanos cruzando México, con el objetivo de llegar hasta Estados Unidos. Durante mucho tiempo las autoridades mexicanas no vieron estos flujos como un gran problema porque entraron y salieron del territorio nacional. Sin embargo, esta postura cambió durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, cuando el gobierno federal fue presionado por los Estados Unidos para fortalecer la frontera sur, lo cual en la práctica significaba un despliegue, entre otras medidas, de la policía federal para interceptar a los migrantes centroamericanos y obstaculizar su tránsito hacia la frontera norte.

Como resultado del llamado Plan Sur (2014), los migrantes centroamericanos cambiaron sus formas de transitar el país para evitar su detección por las autoridades y empezaron a abordar menos “La Bestia”, utilizando otras rutas en el transporte público, camiones de carga, o inclusive yéndose a pie parte del camino. Además, la creciente violencia e inseguridad en el país afectó también a los transmigrantes quienes, siendo un blanco del crimen organizado y algunas autoridades, fueron víctimas de secuestro, de trabajo forzado o nueva esclavitud, de trata de personas, explotación sexual o desapariciones forzadas.

Es en este contexto que en 2018 surge una nueva forma de transmigrar al país: la de las caravanas de migrantes centroamericanos. Como han sugerido varios académicos, las caravanas reflejan un nuevo modelo de transmigración y, aunque existían antecedentes de caravanas que transitaron el territorio nacional, como las caravanas de las madres de los migrantes desaparecidos, las caravanas de migrantes centroamericanos en 2018 y 2019 fueron distintas. En un artículo1 reciente analicé el fenómeno de las caravanas y me enfoqué, entre otras, en la pregunta de ¿por qué los transmigrantes empezaron a moverse en caravanas? Para los y las migrantes centroamericano/as participar en las caravanas presentaba varias ventajas. La primera tiene que ver con la inseguridad. Es precisamente para crear una forma más segura de migrar a Estados Unidos que se organizó la primera caravana en San Pedro Sula, Honduras, en octubre de 2018. Otra razón por la cual los y las migrantes empezaron a moverse en grupos grandes fue el costo creciente que se tenía que pagar a los polleros, que en ese entonces oscilaba en alrededor de 12 mil dólares para llegar a los Estados Unidos desde Honduras.

Moverse en caravana implicaba mayor seguridad y que no fuese necesario pagar un pollero, lo que provocó que se incorporaran familias enteras al movimiento.

Cabe mencionar que existen otras dimensiones que sustentan el argumento de que las caravanas representan un nuevo modelo de transmigración. Como se puede observar en la infografía adjunta, hubo un aumento significativo de mujeres centroamericanas que transitaron por México entre 2017 y 2019. Casi 20 mil mujeres más salieron de los tres países del Triángulo del Norte en 2019; un aumento de 75 por ciento comparado con 2017. De igual manera, el incremento de niños y niñas que cruzaron la frontera sur está reflejado en los menores de edad presentados ante las autoridades mexicanas (véase la infografía). En el caso de Guatemala, hubo un aumento de 33 por ciento entre 2018 y 2019 y para los otros dos países del Triángulo del Norte, El Salvador y Honduras, el aumento fue de 140 por ciento y 104 por ciento, respectivamente2 .

Las caravanas como modelo de transmigración se distinguen también por haber sido convocadas en las redes sociales. Muchos de los migrantes se enteraron de la fecha próxima y de dónde saldrían las siguientes caravanas por facebook y whatsapp. Tal vez no es tan sorprendente el que hoy en día las redes sociales jueguen un papel importante en la organización de flujos migratorios, no obstante, su “poder de convocatoria” fue impresionante.

Un aspecto que se genera alrededor del fenómeno de las caravanas es una lucha “biopolítica”, concepto definido por el filósofo francés Michel Foucault como la administración de vida (de una población) por el Estado para generar mayor productividad. En el caso de las caravanas se puede distinguir varios intereses biopolíticos “encontrados” que están relacionados a diferentes sectores: las distintas entidades y niveles de gobierno; las organizaciones de la sociedad civil que se pueden diferenciar entre los defensores de los derechos de migrantes no religiosos por un lado y las redes de casas de migrantes que en su mayoría son gestionadas por la iglesia católica, por otro lado; los actores y organizaciones internacionales; y los Estados vecinos de México.

Para las autoridades federales el objetivo principal fue el de controlar los flujos de migrantes y registrar su presencia en el país por medio de las visas humanitarias, lo cual implicaba una actividad biopolítica central, es decir la administración de la vida de estas personas. Las autoridades locales y estatales, por su lado, tenían como interés principal el que las caravanas siguieran su camino hacia la frontera norte con el menor impacto (permanente) en sus entidades.

En cuanto a las organizaciones civiles, identificamos que empezaron a crear distintas vertientes de una “biopolítica desde abajo.” Por ejemplo, la organización latina Pueblo Sin Fronteras (PSF), ubicada en Estados Unidos, estuvo involucrada

6

5

desde el inicio en la organización de las caravanas. No solamente apoyaba las caravanas porque proveyeron mayor seguridad a los y las migrantes, sino que también utilizaron las caravanas como un instrumento político para generar una crisis humanitaria-política en la frontera norte, que exhibiera cómo la política migratoria de Trump violaba a los derechos humanos de los migrantes. Aunque al principio PSF y las redes de casas migrantes colaboraron, después de unos meses rompieron dicha colaboración. De hecho, el padre Solalinde, reconocido por su labor en defensa de los derechos de los migrantes, criticó abiertamente a PSF por utilizar a los migrantes para sus propios intereses políticos sin priorizar el aspecto humanitario. Además, actores vinculados con las casas migrantes en el país criticaron a PSF por hacer crowdfunding en apoyo a las caravanas, revelando que la organización nunca compartió estos fondos con las redes de casas de migrantes. Es a partir de esta ruptura que se generan dos vertientes de “biopolítica desde abajo”, una que se concentra en las redes de casas migrantes promoviendo el aspecto humanitario, es decir diseñar acciones para que los y las migrantes estén seguro/as en su paso por México. La otra “biopolítica desde abajo” es promovida por las organizaciones de defensores de migrantes no-religiosas como PSF, cuya agenda va más allá de intervenciones humanitarias e incluye (o utiliza) a los migrantes para avanzar en sus objetivos políticos. Obviamente, en la realidad cotidiana existen muchos puntos compartidos y de traslape entre las “biopolíticas desde abajo” que permiten colaboraciones futuras.

En junio de 2019 la administración de Trump amenazó con subir los aranceles de las importaciones si el gobierno mexicano no detenía las caravanas en el sur del país. A partir de ese momento el gobierno del presidente López Obrador empezó a mandar a la recién conformada Guardia Nacional a la frontera sur, resultando en su militarización y la desaparición de las caravanas masivas. Adicionalmente, la pandemia de Covid-19 afectó los flujos migratorios de una manera sin precedentes, situación que cambió con la llegada de Joseph Biden a la presidencia de Estados Unidos, disparando de nuevo los flujos migratorios desde Centroamérica.

No obstante, hasta este momento las caravanas no han vuelto a ser organizadas en la misma dimensión. ¿Quiere decir que el nuevo modelo de transmigración de las caravanas fue temporal? Es difícil de contestar la pregunta contundentemente con sí o no. Parece que por el momento los migrantes centroamericanos están transitando el territorio nacional en grupos pequeños, por miedo a que las autoridades los detengan en el camino y por las medidas relacionadas a la pandemia que restringen la movilidad en grupos grandes. No hay que descartar la posibilidad de que las caravanas vuelvan, una vez que se regrese a una situación de “normalidad” post-pandémica. Lo que sí nos enseña la última década es que los y las migrantes han cambiado repentinamente sus formas de transitar el país y que algunos comienzan a considerar a México como su destino final.

Agradezco a Larissa Rosales López, Vanessa Muñoz Salgado, Henriette Mbawmbaw Duran, Andrea Guzmán Rodríguez, Fredel Granados Chávez y Adriano Romero Dueñas por su apoyo con la preparación de este artículo.

1 Marianne H. Marchand (2021) The caravanas de migrantes making their way north: problematising the biopolitics of mobilities in Mexico, Third World Quarterly, 42:1, 141-161, DOI: 10.1080/01436597.2020.1824579

2 Desafortunadamente, no hay datos desglosados de cuántas mujeres, hombres, niños y niñas migrantes centroamericanos ingresaron a México en el periodo de 2018-2021. Por ello las cifras que manejamos en este artículo son aproximaciones. * marianneh.marchand@udlap.mx

Ada Celsa Cabrera García *

Mujeres migrantes

La pandemia ha venido a agravar el de por sí complejo contexto de criminalización y persecución hacia la migración indocumentada, así como de control fronterizo que existe hoy a nivel ante el actual contexto prestan servicios considerados como esenciales durante la pandemia como son los de cuidado en términos de salud, domésticos y sociales. Estas autoras contrastan, al mismo tiempo, la exclusión que estas mundial. Esto adquiere rasgos particulares y más profundos para el caso de las mujeres migrantes, de pandemia mujeres viven con respecto a este tipo de servicios y apoyos y observan que la pandemia amplifica las quienes a raíz del confinamiento han visto minados dinámicas inequitativas por cuestiones de género distintos espacios de socialización que les han per- para ese grupo y, además, genera nuevos sesgos mitido sortear dificultades que en el día a día com- que las impactan. parten con otras mujeres. El difícil acceso a espacios de salud dignos en las

En 2020, los datos sobre la migración mundial indicaban que de un total de 272 zonas de destino para la atención de cuestiones sanitarias asociadas a las mujeres, millones de personas en el mundo que se consideran migrantes internacionales 48 como la salud reproductiva y el seguimiento de embarazos, las coloca en condiciopor ciento son mujeres; mientras que de las 19.6 millones de personas refugiadas nes de mayor inseguridad frente al virus. Esto se observa a partir de experimentar en el mundo 50 por ciento son mujeres (OIM, 2020). Sobre esto es importante decir una dificultad de acceso a los medios básicos de protección, por la propensión a que existen profundas diferencias sobre la manera en que la migración es experi- vivir en condiciones de hacinamiento y por la sobrecarga de actividades de cuidado mentada por hombres y mujeres. Como parte de esas distinciones, se encuentran (OIM, 2020). las brutales experiencias de violencia en el tránsito migratorio, si bien es difícil recoger estadísticas para ese tipo de procesos, existen investigaciones que indican que entre 24 por ciento y 80 por ciento de las mujeres migrantes y refugiadas experimentan algún tipo de violencia sexual en su tránsito (ONU Mujeres, 2020). LA TENDENCIA A QUE LAS ACTIVIDADES LABORALES A ello, habría que sumar que, en esta situación de pandemia, y el difícil acceso que en el tránsito se tiene a condiciones sanitarias requeridas para evitar el con- REALIZADAS POR MUJERES MIGRANTES INTERNACIONALES tagio de Covid-19, existe una particular exposición de las mujeres migrantes hacia contraer dicha enfermedad tanto en el contexto de tránsito como de destino migratorio. SE ENCUENTREN ENTRE AQUELLAS DENOMINADAS DOMÉSTICAS

En cuanto a las actividades que las mujeres desempeñan en el ámbito laboral una vez que han llegado a su destino migratorio, los datos indican que en 2017 41.6 por ciento de personas trabajadoras migrantes en el mundo eran mujeres y, Y DE CUIDADOS LAS COLOCA EN CONDICIONES PARTICULARMENTE de todas ellas, 73.4 por ciento era trabajadoras domésticas migrantes internacionales (ONU Mujeres, 2020). En ese sentido, las mujeres migrantes enfrentan retos EXPUESTAS AL CONTAGIO DE COVID-19 cotidianos al trabajar en actividades domésticas como son: no poseer contratos laborales o que tengan la caracterísitica de ser sumamente precarios; un difícil acceso a los medios de asistencia y protección que se adapten a su situación como migrantes, muchas veces indocumentadas; el aislamiento que pueden experimentar en el país de destino por condiciones culturales y ahora por la pandemia; des- Por otro lado, también es claro el aumento de la xenofobia hacia las mujeres conocimiento sobre los derechos laborales que poseen y sobre la legislación en migrantes que, por su condición de extranjeras, tienden a ser asociadas con la porgeneral; además de un incremento en las responsabilidades que implican la carga tación del virus. Esto se vincula con la manera en que históricamente se ha identide los trabajos de cuidado (ONU Mujeres, 2020). Este último es un rasgo que com- ficado, discursivamente, al extranjero como fuente y explicación de los problemas parten con gran parte de las mujeres en todo el mundo en este contexto de pan- que enfrentan los ciudadanos. Para Rodier (2015) no solo la industria de la seguridemia, quienes han visto potenciadas las actividades domésticas y de cuidado a su dad obtiene beneficio de los controles migratorios, pues estos dispositivos tienen cargo pero que, para aquellas bajo la condición de ser migrantes y sobre todo para también una naturaleza ideológica. Según esta autora, se designan culpables para aquellas indocumentadas, se hace mucho más complejo. Según la OIM (2020), a explicar las amenazas y justificar las acciones implementadas para buscar la trannivel socioeconómico la pandemia y las medidas de confinamientotambién han quilidad de la ciudadanía, así el extranjero es el más fácilmente equiparable a la puesto en riesgo los ingresos de las mujeres migrantes, generando condiciones de amenza de la delincuencia, el infiltrado, el terrorista, etcétera; hoy agregaríamos mayor dependencia hacia los empleadores; alejamiento de los servicios de protec- a este conjunto de discursos la amenaza del portador o infectado por el virus. ción social. En este sentido, la OIM (2020) ubica la existencia de un rechazo xenofóbico

La tendencia a que las actividades laborales realizadas por mujeres migrantes intensificado en el contexto de pandemia, mismo que se refleja en procesos de internacionales se encuentren entre aquellas denominadas domésticas y de cuida- estigmatización como extranjeras y potenciales portadoras del virus las convierte dos las coloca en condiciones particularmente expuestas al contagio de Covid-19. en blanco de amenazas, lo que pone en riesgo el acceso de las mujeres migrantes Foley and Piper (2020) realizan un estudio sobre los impactos y las implicaciones de a espacios de atención a la salud. Por su parte, ONU Mujeres (2020) también enla pandemia en mujeres migrantes trabajadoras con énfasis en aquellas que cuentra que la discriminación que experimentan las mujeres por su condición migratoria es en gran medida derivada de la estigmatización que suele relacionar a la portación del virus con personas extranjeras. Bibliografía Finalmente y, por desgracia, se ubica una intensificación de los niveles de violencia en el actual contexto de confinamiento, afectando de manera particular a las

Foley, Laura; Piper, Nicola (2020). COVID-19 and Women Migrant Workers: Impacts and Implications. International Organization for mujeres migrantes. Esta se expresa a distintas escalas, desde la manera en que las

Migration (IOM). condiciones de aislamiento aumentan la exposición de las mujeres a la explotación sexual (OIM, 2020), así como la manera en que el confinamiento ha obligado a

OIM (2020) Los riesgos adicionales de la COVID-19 para las mujeres migrantes, y cómo abordarlos. muchas mujeres a recluirse con sus abusadores o potenciales abusadores sumada a

ONU Mujeres (2020) Mujeres migrantes y refugiadas en el contexto de la COVID-19. la mayor exposición a la violencia por la incertidumbre laboral (OIM, 2020).

Rodier, Claire (2015) El negocio de la desesperación ¿qué oculta la tragedia de los refugiados? Buenos Aires, Capital Intelectual. * ada.cabrera.g@gmail.com

This article is from: