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HISTORIA EN VIVO

Bertha Hernández

historiaenvivomx@gmail.com

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Plutarco Elías Calles era un hombre astuto. Pasada la crisis que generó el asesinato del presidente reelecto Álvaro Obregón, llevó la política nacional por caminos novedosos. Creó el Partido Nacional Revolucionario; quiso que la política fuese de instituciones y no de caudillos que se matasen entre sí para ver quién se quedaba con la silla presidencial. Pero el candidato que designó fue un caballero al que nadie en el país respetaba, aunque fuera el elegido para dirigir los rumbos de la Nación desde Palacio Nacional.

HISTORIA EN VIVO

Atentan contra el presidente Ortiz Rubio ¡Pobre Nopalito!

La gente se moría de risa en los teatros, a finales de 1929. En ese politizadísimo mundo del teatro ligero, del género chico, a nadie se le iba una si de grilla y pleitos políticos se trataba. No había mes en que no se estrenaran zarzuelas o revistas donde se combinaba el esplendor de las más bellas tiples con el chisme del momento. Y en esas andaban los mexicanos entretenidos con las puestas en escena que se referían a los muchos aspirantes a la presidencia. A cada uno le tocaba su obrita: “Manrique presidente”, que medio intentaba meter a la grilla de alto nivel al diputado Aurelio Manrique, “Todos valen suela”, dirigida a la persona don Gilberto Valenzuela, “Cyrano de Villareal”, que promovía al general Antonio I. Villarreal, y había dos que se referían al presidente interino, don Emilio Portes Gil: “Según te portes, Gil”, y “Se acabaron los deportes”. Pero había otra, “El rubio Pascual”, que hablaba del inusitado, salido de quién sabe dónde, candidato a la presidencia de la República, don Pascual Ortiz Rubio.

Una vez más, la perra tentación; los atractivos espejismos del poder hicieron lo suyo. Don Pascual, michoacano, ingeniero de profesión, empezó su vida política cuando formó parte de aquella legislatura que encarceló el golpista Victoriano Huerta. Ya tenía, para 1929, experiencia en la grilla: de 1917 a 1920, fue gobernador de su estado, hasta que se pasó a secundar el Plan de Agua Prieta. Luego, los gobiernos de la Revolución con mayúsculas lo premiaron con títulos de embajador en Alemania y en Brasil. Ahí estaba, muy a gusto, cuando Plutarco Elías Calles se lo trajo para arrojarlo a los leones, es decir, lo convirtió en candidato a la presidencia.

En marzo de 1929, el presidente Calles “madrugó” a todos los asistentes a aquella primera convención del Partido Nacional Revolucionario. Todos creían que el bueno era Aarón Sáenz, pero se quedaron con un palmo de narices cuando se enteraron de que el presidente tiraba línea. El elegido era don Pascual. ¿¿¿¿Ortiz Burro????, preguntaron los más rudos, que ya le habían puesto el apodo a aquel muy educado ingeniero. Y con la maña que le caracterizaba, Calles envió a uno de sus grandes operadores políticos, Gonzalo N. Santos, a persuadir, por las buenas o por las malas, a todo mundo, de que el exembajador era el candidato más adecuado. ¿Adecuado para qué? Todavía alcanzaron a rezongar los más mordaces. La verdad, nadie lo conocía. Es más: lo conocían menos que al candidato opositor, José Vasconcelos, que tenía su nicho de popularidad en las clases medias. El complicado proceso electoral fue cuestionadísimo; se habló de fraude. Hasta la fecha, es todavía motivo de polémica. Pero el caso es que, casi sin saber cómo, don Pascual Ortiz Rubio se encontró con que era nada menos que presidente electo de México.

Y así, llegó el día de la toma de posesión, 5 de febrero de 1930. Todo, dijo la prensa, estaba planeado cuidadosamente: sería una jornada de fiesta y alegría. El presidente Ortiz Rubio se levantó temprano: su casa, en la colonia Condesa, estaba inundada de flores. Saldría, se reuniría con el presidente Portes Gil, y juntos se dirigirían al sur de la ciudad, a las orillas, que era donde se encontraba el Estadio Nacional. Allí se llevaría a cabo la ceremonia. Don Pascual disimulaba, pero estaba un poco nervioso: su gente pescó un rumor. Alguien intentaría atacarlo en algún momento de la jornada.

Ortiz Rubio jura ser un buen presidente. Se va a Palacio, participa de los brindis con el cuerpo diplomático y su equipo cercano. Luego, vuelve a salir, en un auto cerrado, desdeñando el vehículo abierto en que, se supone, saldría. “Ya nos falló”, dijeron después que se escuchó entre la muchedumbre que estaba en el patio, al ver en qué viajaría el presidente.

Pero, apenas sale el auto de Palacio Nacional, ocurre lo inesperado. De entre el gentío, sale un hombre que dispara sobre el auto. Gritos, carreras, pánico. Josefina, la esposa del presidente, histérica, grita “¡¡Nos mataron, agáchate!!” Ella siente algo; ve correr su propia sangre. Don Pascual no está mejor: tiene una herida en el rostro, y sangra con abundancia.

Un motociclista, con la ayuda de un cadete, alcanza a atrapar al agresor. Una vez más, como en el lejano atentado contra don Porfirio Díaz, alguien grita, “¡no lo maten!”. Mientras, se llevan a Ortiz Rubio y a sus acompañantes a que los atiendan.

“Se me extrajo la bala, que estaba cerca de la carótida”, escribió después don Pascual. El aspirante a magnicida hizo seis tiros, pero solo uno hirió al presidente; otra bala dañó a doña Josefina, y el resto de los disparos dieron en los asientos del automóvil. El vehículo cubierto le había salvado la vida a la pareja.

El culpable se llamaba Daniel Flores, y tenía 23 años. Moreno, de pelo crespo, con ojos claros. Lo interrogan: votó por Vasconcelos y cree que las elecciones “no se hicieron de manera correcta”. Nació y vive en Charcas, San Luis Potosí. Viaja a la capital a vender cortes de suela. Luego, se compra un sombrero y una pistola, con la que atacó a Ortiz Rubio. ¿Por qué? Como suele ocurrir en estos casos, Flores dijo que “no sabía”; que al ver pasar al nuevo presidente le dio algo como “una oleada de indignación” y sacó la pistola para disparar-

A Flores lo encarcelaron y lo torturaron. Trajeron a la capital a sus padres y a sus hermanos, y también los atormentaron. Cuatro años pasó en prisión. Ortiz Rubio lo quiso ver, frente a frente apenas se repuso del incidente, pero nada sacó en claro. La versión más extendida fue que, apasionado vasconcelista, el muchacho había intentado desquitar la frustración de la derrota. Pero los rumores eran muchos: que si Calles, que si Portes Gil eran los autores intelectuales del atentado. Daniel Flores amaneció muerto en su celda en abril de 1934. Se dijo que de enfermedad, de las muchas que contrajo en la cárcel. Gonzalo N. Santos anotaría en sus Memorias que había dado orden de administrarle la “ley fuga”, pero que un subordinado que hilaba más fino, solucionó el “encargo” con una inyección.

Pronto corrió el chisme de que, al ser trasladado a la Cruz Roja para recibir atención médica, el auto del presidente saltaba mucho. Entonces, el aterrado y doliente don Pascual empezó a lamentarse: “¡Qué calles! ¡Qué calles!”. Cierta o no, la historia dio para que en el teatro María Guerrero se montara una obra, pícara y de título muy majadero, que jugaba con el incidente, la mano de Plutarco Elías en el resultado electoral y el desdichado ataque que le había destrozado los nervios al presidente Ortiz Rubio.

De ahí en adelante, nada sería especialmente bueno para aquel pobre hombre, al que habían arrojado sin consideraciones al foso de cocodrilos que era la política mexicana de 1929 y 1930. ¡Pobre Nopalito! Solamente aguantó dos años haciendo como que era presidente. Luego, mejor renunció y se fue para su casa.

Definitivamente, en aquellos primeros días de su mandato, nadie respetaba a don Pascual, y esa sería la tónica de su breve presidencia. Algún maldoso inventó el término “apascualado”, por decir “atarantado” o algo peor. Se metió en algunos líos memorables, como aquel desatado por su secretario de Educación, cuando quiso poner a Quetzalcóatl a competir con Santa Claus. Reconoció, abiertamente, el peso de Calles por encima de su investidura. A veces, cuando alguno de sus colaboradores le consultaba algo, respondía: “¿Ya lo consultó con el general Calles?”

La perversa cereza del pastel fue un epigrama que, pleno de mala fe, escribió el entonces joven Salvador Novo:

La bala que disparó Daniel Flores contra el presidente Ortiz Rubio se le incrustó en la mandíbula. Don Pascual se sumió en una neurosis permanente. Daniel Flores disparó justo cuando el auto en el que viajaba Pascual Ortiz Rubio iba saliendo de Palacio Nacional.

Logre la bala asnicida (no por perdida ganada ni por ganada perdida) debilitar la quijada para atenuar la mordida.

Pobre, pobre de don Pascual.

FE DE ERRATAS

Por un error de edición, el texto “Sangre y fuego en la Ciudadela: un intento de golpe de Estado”, de Bertha Hernández, aparece la fecha 1813 en referencia al cuartelazo; la fecha correcta es 1913.

crónica 9 Turismo

Domingo, 21 marzo 2021 nacional@cronica.com.mx

La semana del Segundo TianguiS VirTual

[ César García Pavón ]

Esta semana, los días 23 y 24 de marzo, se llevará a cabo el Segundo Tianguis Turístico Digital, durante el cual Sinaloa será el estado anfitrión. Se trata de un mecanismo ideado para no dejar un vacío por la imposibilidad de efectuar un evento presencial por las medidas de aislamiento social que exige la pandemia. Las nuevas tecnologías digitales han adquirido un papel protagónico en diferentes ramas de la economía y el turismo no es la excepción. De hecho, la digitalización de la industria es ya un proceso irreversible que se acentuará en los años próximos.

Según las cuentas dadas a conocer por el gobierno la opción ha resultado exitosa al grado de que llegó para quedarse, ya que la relación costo-ganancia supera con mucho a los tianguis presenciales que supone la movilización, alimentación y hospedaje de miles de personas. La Secretaría de Turismo calcula que en la segunda edición del Tianguis Turístico Digital se tenga una derrama económica mayor a los 115 millones de dólares, con lo cual se superará la cifra registrada el año en el primer evento. “Definitivamente si pensamos que se va a rebasar las expectativas que tuvimos el año pasado, más de 115 millones de dólares.

El Tianguis Turístico Digital surgió como alternativa ante la pandemia de coronavirus, donde se prohibieron las reuniones masivas para evitar la propagación de los contagios. Para la segunda edición de este evento ya se tienen registrados 512 compradores, 374 empresas de 31 países y 116 expositores, con lo cual se espera rebasar las cifras del año pasado. El Tianguis Turístico Digital es una herramienta moderna y eficiente, además de ser una estrategia que tiene elementos medulares para enfrentar los retos de la nueva normalidad.

El gobernador del estado anfitrión, Ordaz Coppel de Sinaloa, manifestó que en su entidad hay un trabajo en equipo para mostrar al mundo de lo que son capaces de hacer a través de nuevas herramientas y fórmulas para mirar hacia adelante y recuperar lo que se haya perdido. También destacó que Sinaloa es uno de los destinos con mayor inversión en la actualidad, y puso como ejemplo la construcción del acuario más grande de Latinoamérica, y uno de los 10 más grandes del mundo con inversión del gobierno estatal y federal, se denominada Acuario Mar de Cortés.

cpavon@gpoeuroamerica.com

Juan Manuel Asai

No es sencillo seguirle la pista al proyecto del Tren Maya. Parece un rompecabezas cuyas piezas simplemente no embonan. En días recientes, al tratar de justificar la decisión de que pase a ser patrimonio de las fuerzas armadas, entre los argumentos usados por la autoridad se manejó el hecho de que el Tren se construye en una zona muy peligrosa. Por ahí operan cárteles, hay pistas clandestinas de aterrizaje de aeronaves que vienen cargadas desde Colombia, se registra tráfico ilegal de personas y de venta ilegal de ganado. Si alguien en el gobierno piensa que esa descripción atraerá turistas comete un grave error. Si es una zona de alto riesgo para qué arriesgar a cientos de paseantes que, en shorts, sandalias y tomando cervezas quieran pasarse un rato agradable. No tiene sentido. En todo caso primero pacíficas las zonas, la limpia de malandros y después llevas a los turistas. También, como he dicho en diferentes espacios, lo de vincular el Tren con las pensiones del personal militar, es un disparate. Las pensiones son un derecho que se han ganado los soldados por servir a la patria. Sus pensiones tienen que ser parte innegociable del Presupuesto de Egresos y no estar atadas a la suerte de un proyecto que tal vez genere ganancias, o tal vez genera pérdidas, que puede sufrir los estragos de un huracán, de una epidemia, de protestas de pueblos que se sientan agraviados por su construcción. Las pensiones militares no pueden depender del volado que representa el Tren Maya. En realidad, toda esta comedia de equívocos tiene un propósito: que el próximo gobierno no se atreva a concesionar el tren a la iniciativa privada. El presidente López Obrador piensa que como nadie se querrá confrontar con el Ejército el tren nunca se privatizará, lo cual es un plan tan malévolo como absurdo. ¿Qué tiene de malo que una empresa privada maneje un Tren con turistas que quieren ver pirámides mayas? No tiene nada de malo, pero la mala conciencia lo hacer como un acto de traición a la patria. Es un tren de turistas, no de transporte de litio. Yo me considero aliado del Ejército mexicano al que respeto. Lo reconozco como pilar de la democracia, pero la Constitución le asigna tareas específicas a las que tiene que dedicarse todos los días sin distracción alguna. Distraer a los soldados en tareas que no son las señaladas por la Carta Magna es un atentado contra la seguridad nacional por los caprichos políticos de un señor que dentro de tres años se irá a tirarse en una hamaca de su finca de Palenque. El Ejército está para otras cosas. Considero que el instituto armado está para responder aseveraciones como la siguiente: El general Glen VanHerk, jefe del Comando Norte de los Estados Unidos, señaló que del 30 al 35% del territorio mexicano es controlado por organizaciones criminales. Lo demás es grilla.

Un tren militar

REPUDIO. La desaparición forzada de los estudiantes provocó distintas protestas en todo el país, centradas principalmente en Jalisco, tomando el lema de #NoSonTresSomosTodxs.

Poco avance, a tres años de desaparición de estudiantes de cine en Jalisco

[ Indira García ]

El 19 de marzo de 2018 desaparecieron tres estudiantes de cine en una zona de Tonalá, Jalisco: Salomón Aceves Gastélum, quien tenía 25 años en ese momento, era originario de Mexicali y baterista en una banda; Daniel Díaz, de 20 años, nació en Los Cabos y le gustaba andar en patineta; Marco Ávalos, de 20 años, era de Tepic pero se había mudado a Guadalajara para convertirse en cineasta. Han pasado tres años desde el trágico suceso, sin embargo ha habido pocos avances desde el 23 de abril de 2018 cuando la Fiscalía General de la República adjudicaron una “verdad histórica” al caso, asegurando que fueron asesinados y disueltos en ácido, aunque nunca se presentaron pruebas científi cas que pudieran respaldar las acusaciones.

El último día que supieron de ellos se encontraban grabando en un domicilio que, de acuerdo con la Fiscalía General de Jalisco, había fungido como casa de seguridad del Cártel Nueva Plaza, organización que ha tenido violentas disputas con el Cártel de Jalisco Nueva Generación. A pesar de que ahí habían localizado y asegurado armas y drogas en 2015, el lugar no fue incautado por las autoridades.

Según la Fiscalía la casa era propiedad de Mejía Oliden, pareja sentimental de la tía de Salomón Aceves. Los chicos habían decidió grabar ahí por recomendación de la tía, sin saber que el Cártel de Jalisco Nueva Generación vigilaba la zona pues creían que Mejía Oliden eventualmente iría al lugar.

Alrededor de las 20 horas del 19 de marzo del 2018 los chicos se habían retirado del lugar, sin embargo en la carretera fueron interceptados por hombres con armas largas que aparentaban ser miembros de la Fiscalía Estatal después de que uno de los autos en los que viajaban se descompusiera. En ese momento se llevaron a los tres jóvenes que desaparecieron. Han detenido a cinco presuntos involucrados en el caso, entre ellos Gerardo N y Omar N , quienes declararon que llevaron a los tres chicos a una segunda casa de seguridad, en la misma zona de Tonalá, donde los golpearon, torturaron y asesinaron para posteriormente disolverlos en ácido. La Fiscalía asegura haber encontrado 46 tinacos y 56 litros de ácido sulfúrico, pero hasta el momento nunca presentaron los resultados de los peritajes y análisis forenses. En su defensa las autoridades dijeron que no quedaron restos sufi cientes para hacer la comparación del ADN, sin embargo expertos en el tema científi co han desmentido en diversas ocasiones que pudiera ser posible esa versión.

La “verdad histórica” de la Fiscalía generó indignación a las familias y la sociedad, VICE hizo un reportaje en mayo del 2018 donde aseguraron que su investigación arrojó que cuesta menos de 200 pesos mexicanos disolver un cuerpo con ácido sulfúrico, pues el precio entre el kilo del químico valía entonces entre 4.20 y 5.70 pesos; solo hace falta un promedio de 20 kilos para eliminar los restos humanos.

El caso de los tres jóvenes sigue sin avances claros.

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