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aumento de inundaciones se debe al incremento de lluvias?

Emmanuel Zúñiga, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, señala que una de las explicaciones para este fenómeno está en el desarrollo urbano

Elisa Domínguez Álvarez Icaza*

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Más de 250 millones de personas se han visto afectadas por inundaciones en el mundo. El fenómeno apunta hacia los patrones de precipitación anual para explicar por qué parecen aumentar cada año, no obstante, las respuestas no han sido satisfactorias.

En ese sentido Emmanuel Zúñiga, investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, propone buscar explicaciones en el desarrollo urbano. Al transformar y apropiarnos del territorio para el crecimiento de las ciudades y la agricultura, señala, comienza a reducirse las coberturas permeables, es decir, se reduce la capacidad de infiltración de los suelos, y con ello, aumenta el riesgo de inundaciones.

En México, más del 65% de los municipios han sido afectados al menos por un evento de inundación en los últimos 20 años. Antes, el porcentaje era mucho menor. Específicamente en las regiones costeras del Golfo de México y Pacífico mexicano, cuando se expandieron los campos productivos y los asentamientos humanos. aumentaron significativamente estos eventos.

Lo preocupante es que “si no entendemos el proceso multifactorial y dinámico de las inundaciones, seguramente los desastres seguirán incrementándose”, señala el investigador.

CRÓNICA DEL DESBORDAMIENTO

Una inundación se define como la acumulación de agua en un espacio usualmente seco durante un tiempo determinado. Su origen puede ser de tipo hidrometeorológico, como las lluvias o las mareas de tormenta; de tipo geodinámico, como los tsunamis; o antrópico, como las fallas en la infraestructura hidráulica.

En la naturaleza, las inundaciones forman parte del ciclo natural de las cuencas. Son benéficas al proveer servicios ecosistémicos y fomentar la formación de hábitats. Sin embargo, el proceso de transformación y apropiación humana de los ecosistemas terrestres implica verlas como algo negativo, debido a su frecuencia y magnitud.

Cuando el suelo cambia y se reduce la infiltración —su capacidad de absorción de agua— los escurrimientos fluyen hacia las partes más bajas, acumulándose en las zonas de mayor depresión o saliéndose de los cauces. Simultáneamente, al encauzar los ríos, se reduce el espacio físico por el que puede transitar el flujo, lo que provoca desbordamientos más rápidamente.

Los suelos urbanos tienen una capacidad de infiltración nula, escurren todo. Los agrícolas sólo absorben el 40% de todo lo que llueve, mientras que los suelos naturales son capaces de regular hasta el 60%. “Ese 20% hace la diferencia entre que haya un desastre o no”, apunta el académico.

NO ES CULPA DE LA LLUVIA

Una de las más recientes investigaciones de Emmanuel y sus colaboradores se sitúa en Veracruz. Por su localización geográ- que la Vía Láctea es una galaxia de brazos múltiples, de los que dos son simétricos. fica, el estado recibe lluvias casi todo el año. Sus zonas de planicie reciben los escurrimientos de las zonas altas, provenientes de Puebla, Hidalgo y Oaxaca.

Además, la compleja orografía favorece los escurrimientos debido a las pendientes que limitan la infiltración de los suelos. Hidrológicamente, es un sistema complejo de ríos, humedales y manglares, que es propenso a inundarse de manera natural.

No obstante, esta abundancia de agua adquiere una connotación negativa cuando el contexto natural es modificado por todas las actividades humanas.

La investigación del doctor Zúñiga se centró en las regiones de los ríos Papaloapan, Pánuco y Coatzacoalcos, ubicadas al norte, al centro y al sur del estado. Las tres son las áreas con el mayor número de registro de este tipo de desastres. Se esperaría que coincidieran en cantidades de lluvia, tipos de cuenca u orografía y estado de conservación de las cuencas hidrológicas. La sorpresa es que son totalmente diferentes. En el norte dominan las planicies, las intensidades de lluvia son menores y existen niveles de degradación altos en las cuencas. En la región central hay mayores elevaciones, lluvias moderadas y cuencas hidrológicas con un deterioro moderado. En el sur, el territorio es plano, las precipitaciones son extremas y las cuencas están menos degradadas .

*Colaboración de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM

Astrónomos chinos determinaron que nuestra galaxia, la Vía Láctea, no tiene cuatro brazos espirales que se extienden desde el centro, sino que tiene la forma de una galaxia común de múltiples brazos.

Investigadores de la Academia de Ciencias de China y del Ob- servatorio de la Montaña Púrpura, ubicado en la ciudad de Nanjing (este), usaron datos astrométricos de alta precisión para rastrear e identificar los brazos espirales de la Vía Láctea.

Sus hallazgos, aparecidos en la publicación científica The Astrophysical Journal, muestran

“Las conclusiones hacen que la Vía Láctea deje de parecer especial”, indicó el investigador Xu Ye, citado por la agencia estatal Xinhua. Xu señaló que el equipo se está “preparando para realizar mediciones de mayor precisión en el futuro”, con el fin de “desvelar finalmente la estructura de la Vía Láctea”.

Existen tres tipos de galaxias en el universo: las de la primera categoría tienen largos brazos espirales simétricos y las llamadas floculentas poseen segmen- tos cortos e irregulares.

Entre medias, existen las galaxias de brazos espirales múltiples, de las cuales el 83 % cuentan con dos brazos simétricos y otros irregulares en las partes exteriores. La Vía Láctea se ha clasificado tradicionalmente dentro del 2% existente de galaxias de brazos espirales múltiples que tienen cuatro brazos espirales que se extienden hasta sus regiones exteriores . (EFE en Pekín)

La galaxia no tiene cuatro brazos espirales que se extienden desde el centro, sino tiene múltiples brazos.

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