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Ética en la política

En consideración a que el ejercicio de la democracia trasciende el acto electoral y a fin de adoptar criterios y compromisos dentro de una educación para los ciudadanos, que enseñe a pensar críticamente y ofrezca un camino de maduración en valores, se ha emitido un comunicado de actual y gran importancia.

En este documento, se expresa: “Se lamenta que el país atraviese de nuevo por un ambiente político electoral con las mismas prácticas clientelistas, de denuncias de corrupción, de despilfarro de fondos públicos, de mal uso de los recursos del Estado para favorecer actividades político-partidistas y el excesivo dinero en las campañas”.

Se añade: “Los ciudadanos, a la hora de elegir entre los candidatos a puestos de elección popular, debemos tener criterio para discernir, cómo ver hoja de vida y familiar, planes realistas, promesas de campaña y fuentes de financiamiento; descartar a ciudadanos corruptos. No permitamos que la actividad política sea capturada por quienes solo se preocupan por sus propios intereses y su facción”.

Estos análisis y exhortaciones son bienvenidos, ya que además de ser oportunos son necesarios, en momentos tan complejos que atraviesa la sociedad. Las reflexiones transcritas pertenecen a la Conferencia Episcopal Panameña y pueden y deben ser oídas y aplicadas en todos los vastos territorios donde hace presencia el catolicismo Se trata de realidades y orientaciones positivas, lejos, muy lejos de esos tiempos donde desde los púlpitos se introducía ingredientes políticos en los sermones; curas y monjas participaban en campañas electorales a favor del candidato que recibía la bendición de esa poderosa institución que, como en la Edad Media, controlaba las conciencias y amenazaba con el fuego eterno a los desobedientes de sus mandatos, vigilados por la ‘santa’ Inquisición, que no tenía nada de santa.

tir sobre este tema, preocupados por la elección presidencial que ocupa todo el debate público y, la mayoría de candidatos tendrán propuestas tibias, que ráyen lo políticamente correcto y, no representen posturas a favor o en contra, sino más bien grises, exceptuando Yaku Pérez, que tratará de apalancar buena parte de su candidatura en la consulta, como la propuesta del partido verde, en el que se está convirtiendo ‘Somos Agua’. Creo que es un tema funda- mental, que ha ocupado mucho tiempo la agenda de necesidades de los colectivos ecológicos y, que necesitaba un cierre y, eso es lo que le otorgó el dictamen de la Corte Constitucional aprobando la convocatoria a consulta.

Yo, abiertamente apoyo la idea de mantener bajo tierra los recursos petroleros que otorga el bloque 43 del Yasuní ITT y, no por alguna clase de ingenuidad medioambiental y, ecologismo infantil como espetó Correa, sino porque la crisis climática es real y, como sociedad no podemos acabar con el más grande pulmón del Ecuador y, el sitio más biodiverso del mundo, que lo ideal sería que China regrese al Acuerdo de París, sería lo ideal, en vez de lanzar cohetes para que los millonarios busquen salidas de escape de este mundo que acabaron pero, mientras tanto no podemos mirar a otro lado y consumirnos el único planeta que tenemos. A la par, es fundamental, entender que es solo uno de los bloques, que la naturaleza es sujeto de derechos en Ecuador y que el impacto en el presupuesto general del Estado es de un dígito porcentual, siendo posible encontrar otras fuentes de financiamiento, siendo más lo que perdemos que lo que ganamos. Los que aducen las medicinas y seguridad, solo usan demagogia para intentar vender el no. Siendo sinceros, ¿alguien siente algo distinto en el país desde que desde 2017 en adelante se empezó a explotar crudo de ese lugar? Las desigualdades parecen las mismas y el Estado se ha vuelto incluso más inoperante.

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