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Actuar con coherencia

El sistemático intento de desprestigiar a la prensa profesional que, durante décadas, llevó a cabo un sector de la clase política tuvo una consecuencia inesperada: la proliferación de información manipulada. Fue como si, de tanto escucharlo, una serie de militantes, activistas y mal llamados ‘periodistas’ terminaron de convencerse de que la verdad no existe, que el objetivo último de todo lo público —incluido el periodismo— es la conquista del poder y que en el campo de la información todo se vale en nombre de la ideología. Al creer que todo el mundo miente, calumnia y solo persigue poder, asumen la irresponsabilidad de actuar de la misma forma.

A esos débiles andamios morales se sumó la proliferación de tecnología barata, plataformas sin control editorial y la crisis de los medios tradicionales, cuyo modelo de negocio análogo y predigital sigue derrumbándose. El resultado es una ola de información manipulada y de pobre calidad, que sirve a oscuros intereses bajo un falso pluralismo y que se torna cada vez más efectiva gracias a sofisticados sistemas de medición. El costo para la democracia es muy alto.

A largo plazo —en tanto el tiempo siempre premia a la verdad y a la bondad— los medios profesionales, transparentes y bienintencionados prevaleceremos, así como la democracia. Pero de la misma manera que a nosotros nos corresponde seguir generando periodismo de calidad, a las fuentes les corresponde privilegiar el acceso a información, al sector privado, sus recursos, y al público el saber distinguir entre el periodismo responsable y aquel ‘mercenario’. La Patria y la democracia se construyen con coherencia.

El agua

La lucha por el acceso y dominio del agua dulce, imprescindible para la vida humana y su desarrollo, ha comenzado con diversos actos en ejecución, por parte de la potencia mundial que quiere dominar al planeta y la vida humana y que sabe, perfectamente, que solo el 1% del líquido vital que es indispensable para satisfacer las necesidades de supervivencia, está disponible.

El agua dulce, aparentemente, es abundante por lo que suele afirmarse que la oferta mundial bastaría para garantizar la satisfacción de la supervivencia, mantenimiento y desarrollo, pero la verdad es que este recurso vital existe y es copioso en unos lugares y totalmente escaso o inexistente en otras partes de la Tierra. Así, América del Sur disfruta del 26% de los recursos hídricos “para un 6% de la población mundial”, pues solo en la cuenca del Amazonas se concentra el 15% de todas las existencias mundiales. Asia que tiene un 60% de la población mundial solo dispone de un 36% de agua dulce.

En la actualidad hay unos 550 millones de personas que viven en zonas con escasez del líquido y en el futuro, la problemática se ahondará, hasta causar graves conflictos nacionales e internacionales debido a la presión demográfica, al desperdicio sistemático, la contaminación y la disminución natural de los recursos hídricos.

Jordi Cortés afirma que el problema del agua es que el 97% del total está formada por agua salada perteneciente a mares y océanos. No es del todo acertado sostener que el agua es un recurso escaso en el planeta. El elemento realmente escaso es el agua dulce, es decir, aquella que es imprescindible para el desarrollo de la vida terrestre. El agua dulce constituye solo un 3% del total del agua presente en el planeta. Es preciso cuidarla y jamás desperdiciarla por ningún motivo.

Es técnica-filosófica y hasta humanamente imposible que existan posturas e ideologías tan amplias e irreconciliables como para tener tantas candidaturas incapaces de aglutinar propuestas y visiones sociales lo desmedidamente diversas como para mantener alguna posibilidad seria de debate. De lo contrario, caemos en lo que tenemos, un duelo de personalidades que además de ser inútil rebaja la política a variante de la farándula.

La abstención del gobierno resulta una medida saludable y hasta patriótica si se me permite la exageración porque dada la coyuntura un candidato menos es un triunfo colectivo. La de Maruri en pro de Otto, además de coherente, es ahorrativa. La de Iza resulta extraña para un líder que daba la apariencia de contar con una agenda concreta, radical y dirigida, pero que al rato de los ratos abandona la vía decente para mantenerse en la clandestina trastienda del agitador. O Iza solo sabe ladrar, pero no morder o el movimiento indígena comienza a escindirse lo cual es una buena noticia porque resulta impropio de una democracia honesta aglutinar esfuerzos en un partido étnico. El pachamamismo se fracciona.

Hablando de fraccionamiento, Noboa y Hervas arrancan una carrera apresurada con partidos que no sabemos muy bien qué ni a quién representan, pero colaboran con el show. No sabemos si cantan o corean.

Espero en Dios que la tardanza en revelar los cuadros del correísmo responda a un fenómeno parecido en sus filas, aunque es menos probable ese comportamiento en la naturaleza ovina.

En fin, parece mentira que sea más fácil encontrar acuerdos entre los que se asumen demócratas que entre los que no lo son.

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