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Reconocer el acoso escolar

El suicidio de una estudiante de un tradicional colegio de la capital puso en vitrina un grave problema que empaña la educación del país y la calidad de vida de muchísimos jóvenes: el acoso escolar. En este caso, al igual que en varios otros acaecidos recientemente, quedó en evidencia un sistema displicente que ni siquiera alcanza a percibir la gravedad y la inminencia de las amenazas que se ciernen sobre los estudiantes.

Los cambios de comportamiento y las nuevas tecnologías hacen que la convivencia entre jóvenes transcurra bajo dinámicas irreconocibles para las generaciones pasadas. El hostigamiento y la agresividad se llevan a cabo en ámbitos diferentes —más difíciles de controlar—, y los jóvenes expresan tanto la hostilidad como el sufrimiento de otras maneras. Si las autoridades y los docentes no conocen estas nuevas realidades ni son capaces de reconocer a tiempo los casos críticos, seguiremos lamentando tragedias, tanto las visibles —agresiones, suicidios o, quizás, tiroteos— como las invisibles —carreras truncadas, deserción, secuelas de por vida la para la salud mental—. Los educadores necesitan capacitación sobre las aristas psicológicas y legales de este problema.

Ecuador sufre todavía de una arraigada cultura de violencia en su educación, que confunde maltrato con enseñanza, sufrimiento con aprendizaje y crueldad con convivencia. Este mal se perpetúa cuando las autoridades de una generación, que se formaron bajo ese clima, lo toleran y lo normalizan entre los jóvenes de la siguiente. Para detener ese círculo vicioso es necesario dejar de romantizar el maltrato y, peor aún, de disfrazarlo de tradición.

EDUARDO F. NARANJO C. eduardofnaranjoc@gmail.com

Sacha

El mejor campo petrolero que tiene actualmente Petroecuador en producción es Sacha. Pese a 40 años de explotación sigue siendo un yacimiento con mucha riqueza que ofrecer, siempre codiciado por ‘empresas’ internacionales que saben de su potencial. Hoy vemos nuevos intentos para apoderarse de este bien altamente rentable, que a pesar de todo lo que se diga ha sostenido la economía nacional.

Nuevamente van a la carga con el abogado lobista que funge de ministro de Energía. Preparan la forma de traspasarlo a una empresa privada, con el cuento de que se obtendrá más beneficios con la inversión que supuestamente harían, pero el costo beneficio para el país será negativo. Son conocidas las estrategias privatizadoras, ilusiones que nunca llegan a los ciudadanos pero rápidamente enriquecen a ciertas élites, como testifica la historia política ecuatoriana.

Un campo petrolero ciertamente no es un asunto fácil de trabajar. Requiere conocimiento, experiencia y trabajo coordinado de especialistas petroleros, químicos, eléctricos, geólogos, electrónicos, economistas, mecánicos, etc., conjunto humano que es administrado desde las gerencias. En nuestro caso, lamentablemente, somos testigos curados de numerosas acciones direccionadas a intereses particulares, que acechan todo el tiempo para tomar el botín con membrete de redentores de la economía y gracias al apoyo mediático interesado y políticos corruptos.

Una asociación transparente y bien lograda con empresas petroleras internacionales de experiencia, podría ser una oportunidad para lograr mayores réditos económicos, pero casi toda contratación de magnitud esta previamente viciada, por intereses de lobistas que venden imagen y ninguna garantía, peor todavía en un país abandonado a su suerte, donde el hastío hace que excelentes técnicos de la petrolera, agobiados, se vayan. Permanecen solo convencidos profesionales que intentan aportar al país, pero siempre engañados por la maniobra política.

ROCÍO

SILVA Cutuchi.

La pasa cafés

Eran los tiempos, en que, dentro de las actividades relacionadas con el desempeño de consultorías en Desarrollo Social, se debía establecer puentes comunicacionales y estratégicos con diferentes actores sociales, para el logro de un proyecto que avanzara en la descontaminación del río

Con ese fin, estábamos presentes en una reunión en la Asamblea Nacional: funcionarios zonales del Ministerio de Ambiente, los asambleístas de Cotopaxi y Tungurahua, consultores externos (como era mi caso); la sesión de trabajo tenía una agenda previa; no entendí muy bien, a que se debía la presencia de una mujer joven, con la indumentaria muy elegante, propia de las indígenas de Cotopaxi; a ratos se decía representante del prefecto Umajinga o

Umaginga o Humaginja…nunca supe, en que quedó el proceso legal del cambio de las letras de su apellido, con lo cual, según tan fino criterio ético del prefecto de marras, no podría probarse el nepotismo, imperante en su paso por la prefectura cotopaxense. Pero, volvamos a esa sesión, la señorita ataviada con sombrero de fieltro verde oliva, en cuyo costado del cinto lucía una pluma de pavorreal, era también llamada por la asambleísta Lourdes Tibán, como su ase- sora, en medio de sus muy propios chascarrillos y alusiones con doble sentido. Sí, la señorita en mención era Cecilia Velasque, cada intervención suya era determinante, aunque huérfana de criterio técnico o social. No se sacó de esa reunión nada en pro de la descontaminación del río Cutuchi. Luego de la misma, lo único que nos quedó en la imagen a mis colaboradores técnicos y a mí, fue el llamativo tamaño de sus uñas (fin del comentario).

Ha pasado mucha agua bajo el puente, mejor dicho, mucha contaminación – y no solo del río- y en estos días Cecilia Velasque, subcoordinadora nacional de Pachakutik, ha señalado que aquello de: “A mí no me van a venir a ofrecer de pasa cafés, a mí me dan ministerio completo o nada”, tiene un sentido figurativo durante una reunión de evaluación en el quinto piso de la Asamblea Nacional, entonces, considero que “pasar cafes” afectaría su manicure,,,aclaro “sentido figurado”.

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