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Las lecciones que dejó Moncayo

En una admirable muestra de respeto por los recursos públicos y la dignidad de los puestos gubernamentales, el general Paco Moncayo renunció a su cargo de consejero. Aunque insiste en que sus conocimientos y experiencia seguirán al servicio del Estado, juzgó que no tenía sentido seguir ocupando una plaza luego de que sus recomendaciones ya fueran tenidas en cuenta para el giro estratégico en materia de seguridad. Su paso por el Gobierno, breve pero relevante, dejó valiosas lecciones.

En un momento en el que, por el auge de la inseguridad, la desesperación se apodera de la ciudadanía y los populistas florecen, Moncayo hizo un llamado a la sensatez. Tuvo la valentía de recordarle al país que cualquier solución a este problema tiene que ser a largo plazo. Resistió a la tentación de las solu- ciones fáciles y las promesas demagógicas, y redireccionó la atención del Estado a los asuntos fundamentales en esta lucha: retomar el control de las cárceles, establecer un reglamento claro y pragmático para el uso legítimo de la fuerza, aumentar la cantidad de efectivos, coordinar esfuerzos interinstitucionales y, sobre todo, rescatar la importancia de golpear al crimen organizado también en el campo de las finanzas y del abastecimiento de armas. El general arrojó luces también sobre las trabas burocráticas que obstaculizan la instalación de los escáneres en los puertos y otras medidas urgentes. Vale recordar que, ante la ralentización administrativa que suele conllevar un cambio de régimen, solo la presión ciudadana puede servir para agilizar al sector público. La transparencia resulta, ahora más que nunca, fundamental. incluidos en el mapa gastronómico del país con la parrillada como nuestro plato tradicional y esto ha motivado para que emprendimientos relacionados con la carne realicen innovaciones en buscar darle valor agregado y consolidar a nuestra tierra como el centro de negocios de la carne del Ecuador.

El 24 de junio se rinde homenaje a una de las tradiciones religiosas más importantes celebradas por las comunidades indígenas de los países andinos, coincidiendo con el solsticio de verano. Se celebra el Inti Raymi o fiesta del Sol Esta festividad de origen incaico consiste en una ceremonia que se realiza en agradecimiento al Dios del Sol (Inti) y la madre Tierra por las cosechas recibidas, marcando el inicio del nuevo año agrícola.

Esta celebración coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio Sur y el solsticio de verano para el hemisferio norte.

Inti Raymi significa en quechua «Fiesta del Sol» y es celebrado por las comunidades indígenas de legado incaico, en los siguientes países andinos de América del Sur: Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y el norte de Argentina.

Durante la ceremonia, cuentan las crónicas, el Inca recibía de rodillas y con los brazos abiertos al sol. Posteriormente, tomaba con su mano izquierda una copa de oro para darle de beber chicha a sus familiares, mientras que, con su mano derecha vertía chicha en una tinaja de oro. Luego, de que los curacas entregaran sus ofrendas, el sacerdote principal encendía el fuego con el que se realizaba el sacrificio del ganado y para iniciar los días de fiesta se repartía la carne entre todos los asistentes.

Para el mundo andino, significa la maduración de los frutos de la Pachamama y, sobre todo, la interrelación del hombre con el Tayta Inti creador y dador de la vida.

El Inti Raymi, al ser el fin del año agrícola (cosecha), da paso libre al otro lado de la Chakana o del puente, donde el sol nace al noreste del horizonte, enseñando el ñawpa (seguir adelante) que es el verdadero camino del Pachakutik de la vida.

En este espacio donde “el Ser Brilla Cuando Ríe” al igual que sol. “Oh hacedor, sol y trueno Que sean todos siempre jóvenes; Que no envejezcan; Que todas las cosas estén en paz Que se multipliquen las gentes Y haya comida y todas las demás cosas Vayan siempre en aumento”.

El trabajo en equipo es fundamental, no solo para dar un excelente servicio al cliente, es sintonizar a toda la cadena productiva donde están emprendedores que, sumando sus talentos, multiplican grandes resultados y van consolidando un nombre: Santo Domingo Capital de la Carne. Es importante destacar que para hacer una parrillada se necesita de muchas manos amigas que hacen sinergia para llevar este delicioso plato al paladar de nuestra gente. Está quien elabora la parrilla, agricultores, ganaderos, procesadores de alimentos y, so - bre todo, un equipo que trabaja con pasión para que Santo Domingo tenga un nombre de referencia en el contexto nacional e internacional y empezar a hacer historia en este campo.

Vamos a generar espacios de convivencia ciudadana, para incentivar el emprendimiento integral de los sectores productivos. Necesitamos socializar que detrás de un gran proyecto hay comportamientos sociales que buscan “com- partir” y bajo este pretexto de “compartir” el preparar una parrillada es el pretexto perfecto para irlo logrando.

Amigos, comparto mi frase: en Santo Domingo se produce, procesa y prepara la mejor carne del Ecuador , esto nos compromete al mejoramiento continuo de todo el sistema (genética, crianza, proceso y preparación), y desarrollar un sistema de trazabilidad que una a los eslabones productivos de este importante sector.

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