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Otro paro, el peor escenario

De nada servirá cualquier giro positivo a la política económica y social del Gobierno si se concreta un nuevo paro.

En las circunstancias actuales, repetir episodios como los de octubre de 2019 o junio de 2022 tendría consecuencias irreversibles, sobre todo para la economía de la Sierra. Tal como al cruzar un puente estrecho unos cuantos centímetros significan la diferencia entre seguir adelante o precipitarse al vacío, una paralización de un par de semanas implicará—con los márgenes actuales— la quiebra definitiva y la destrucción permanente de empresas, comercios y familias.

Al daño que se infringe a los grandes sectores generadores de empleo, como el floricultor o el lácteo, cuya producción se ve irremediablemente perdida, se debe sumar el impacto que sufre el consumo en general; gran parte de este recae en el sector informal y marca una diferencia definitiva en la calidad de vida de decenas de miles de ciudadanos. Si la movilización llegara a extenderse apenas un poco más que la última de junio, los efectos se sentirían también, con fuerza insospechada, en el resto del territorio nacional.

Resulta difícil entender que una fuerza política persiga, conscientemente, un camino tan doloroso para sus compatriotas. La oposición al Gobierno tiene la oportunidad ahora —con alcaldías y prefecturas bajo su mando— de demostrar con obras y gestión su mentada superioridad, sin necesidad de apelar a la violencia.

Cualquier intento de impulsar estas medidas de hecho y de articularlas con conspiraciones en los pasillos legislativos deben ser denunciadas desde ya con la mayor firmeza por quienes sí creen en la democracia.

Los riesgos y la prevención

Ver la columna blanca que emerge del cráter del volcán es un goce, un deleite que luego de unos segundos inquieta: ¿estoy seguro en el caso de una erupción violenta? ¿las carreteras colapsarán? Y lo más importante, ¿qué debo hacer?

Apenas estamos teniendo conciencia de que esa bella montaña cónica que gobierna el horizonte es un volcán, y que su actividad es permanente, pero nosotros no estamos preparados para reaccionar frente a una erupción.

La prevención de riesgos debe tener una campaña permanente en todo el callejón interandino, en lo que tiene que ver con volcanes, sismos y deslaves, pero en las ciudades estas actividades de simulacros e información preventiva deben realizarse cada mes para conocer las vías de evacuación y formas de respuesta inmediata.

Necesitamos saber qué hacer y qué no hacer en estos eventos, pues la primera reacción será buscar a nuestras familias, tomar los autos y generar atascos de tránsito. Por ello, es vital que todas las familias tengamos un plan de acción, una cadena de comunicación y de acción frente a estos sucesos probables. Cada institución, cada barrio y cada comunidad debería tener ya un plan de evacuación, una propuesta de manejo de albergues y de trabajo comunitario frente a un desastre.

Todo esto suena muy ideal, pero no es imposible con una correcta organización comunal, barrial e institucional. Coordinados bajo una estrategia de prevención de riesgos se puede afrontar el desastre, pero siempre y cuando exista compromiso individual y dejemos de ver idílicamente a los volcanes como paisaje, y los asumamos como lo que son: energía que nos puede afectar.

La belleza del volcán envuelve su poder destructor, pero también su potencial benefactor con aguas minerales y termales, con páramos y glaciares. Admirar la naturaleza y entrar en equilibrio con ella no es solo abrazar árboles, sino estar prevenidos de su potencial destructor. No le demos la espalda a los riesgos.

electorales, con financiamiento ilegítimo del narco-Estado ladrón y también de procedencia dudosa, para vendernos la idea de que son “ellos” los que nos sacarán del hoyo en el que nos ha dejado el banquero de los narco-comunistas.

Se nos viene una cascada de palabrería irresponsable, verborrea insignificante, mentiras, de candidatos a presidente de la República, postulados por los 279 clubes

Siendo varios de ellos, corresponsables del deterioro, porque pudiendo impulsar y exigir al Ejecutivo, hace dos años, en su mejor momento, una Consulta efectiva, para desarmar el narco-Estado plurinacional, prefirieron allanarse a una Consulta inservible, y hacer preguntas intrascendentes , en la situación de extrema calamidad moral, económica y social por la que atraviesa la Patria. No faltará el payaso que se crea Bukele o el vanidoso con síndrome Dunning-Kruger, que pretenda ser mejor que aquel. Ninguno plantea desarmar el narco-Estado plurinacional, no entienden, no lo conciben, por tanto ni lo mencionan. En sus “propuestas”; parten de la incoherente y torpe aceptación, de la estructura constitucional narco-comunista vigente, instaurada en Montecristi.

Pretenden sanear la peste totalitaria, “enmendando” sus pútridas instituciones. Es como aplicar parches de agua tibia, en una herida gangrenada. Hay que amputar los órganos putrefactos, para recuperar la República unitaria, democrática, liberal, opuesta al totalitarismo. Además, si el Estado no te otor- ga seguridad, carece de derecho para cobrar impuestos y toda carga tributaria se transforma en sustracción del ahorro de las personas, porque la razón de ser del Estado es la seguridad y la justicia. De ahí que todo es show para capturar votos, de un electorado cada vez más estupidizado por idioteces concebidas para “agradar”, no para plantear soluciones a propósito de evitar el evidente destrozo que nos conduce a la cubanización del Ecuador

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