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Pocas esperanzas ante lo que venga del Cpccs

Los resultados de las recientes elecciones dejaron a la institucionalidad y al sistema político del país en una situación muy precaria frente al Consejo de Participación

Ciudadana y Control Social (Cpccs)

Es cierto que los vocales del Cpccs, como siempre, tuvieron una votación bajísima — el promedio es inferior al 8 por ciento de los votos válidos y ninguno de los candidatos tuvo más votos que el nulo—. Sin embargo, en esa misma elección, la ciudadanía optó también por que el Cpccs conservara todas sus atribuciones. Es un resultado paradójico e inexplicable de manera racional, pero que no por ello deja de ser una realidad que hay que asumir.

A ello se suman tres factores adicionales. Primero, se avecina un tropel de designaciones a cargo del Cpccs, que estaba represado desde la formación misma del Consejo Transitorio; aquella institución perseguía, justamente, prevenir el aparecimiento de autoridades de escasa legitimidad, pero, cuatro años después,se evidencia que no pudo evitarlo. Segundo, cualquier decisión que tomen los actuales vocales, en los poco más de dos meses que les quedan en funciones y en el momento político actual del país, tendrá fecha de caducidad ante la previsible convulsión que se avecina. Tercero, varios de los vocales electos en esta ocasión, especialmente los afines al correísmo, son ambiciosos, extrovertidos y bulliciosos, por lo que resulta vano augurar un Cpccs que contribuya a la estabilidad en un futuro cercano.

En estas circunstancias, mal haría el Gobierno y la ciudadanía en cifrar sus esperanzas en las próximas designaciones. La experiencia del Transitorio ya demostró que de nada sirve querer apenas comprar tiempo.

Karma es una palabra sánscrita utilizada en el budismo, el hinduismo y el jainismo, luego adoptada por el espiritismo

En el budismo es la ley de la causalidad moral. Es el ‘sentido de la desigualdad’ lo que hace que cada uno sea único, una fuerza relacionada con causas pasadas o con su propio comportamiento actual.

En las escrituras budistas originales, el karma es una máquina ciega , funcionalmente equivalente al concepto científico de la ley natural. Buda simplemente estaba señalando que las atrocidades e injusticias del pasado todavía existen: sus consecuencias siempre están ahí. Explicó que la energía negativa supera todas las cosas buenas, la tendencia de la rueda es moverse en la misma terrible dirección: la violencia engendra más violencia, el odio engendra más odio, la guerra engendra más guerra

En física, esta palabra es sinónimo de: ‘Para cada acción hay una reacción de fuerza equivalente en la dirección opuesta’ El karma le recuerda a la humanidad que cada acción que realiza un individuo tiene una reacción. Dependiendo de la religión , el significado de la palabra puede tener ciertas connotaciones y diferentes implicaciones o impopulares, a problemas económicos o sociales, o a una combinación de estos factores.

Una ley que ajusta el efecto a su causa, es decir, todo lo bueno o malo que hemos hecho en la vida nos traerá consecuencias buenas o malas en esta vida o en las siguientes.

Este término hace imposible la justicia humana y la misericordia. ¿Por qué castigar al asesino por matar a su víctima, si su víctima mereció esa muerte horrible en una vida anterior? ¿Por qué ayudar a los pobres, si ser pobres es la retribución en esta vida a sus maldades pasadas?

El autor Stagnaro dijo: “el karma no ofrece ninguna respuesta, solo desorientación y ofuscación”.

¿Una superstición más o una realidad?

También es posible que estas crisis sean debido a la existencia de grupos golpistas o políticos que buscan desestabilizar el gobierno y tomar el poder por medios no democráticos.

Sin embargo, las acusaciones de “grupos golpistas” a menudo se usan como excusa para justificar medidas autoritarias, la falta de toma de decisiones y/o la represión de la oposición política

En Ecuador esta variedad de factores está presente en los distintos poderes del Estado, por lo tanto, es difícil señalar una sola causa como la única responsable, ya que son factores complejos y a la vez interconectados.

Los resultados de las elecciones seccionales nos dejan un nuevo escenario , que supera la lucha entre la derecha e izquierda; el anti-correísmo ya no es suficiente para ganar elecciones, y para quienes viven políticamente de la reputación de Correa, no será suficiente para gobernar.

Por lo tanto, es importante tener en cuenta que la política en Ecuador es compleja y se desarrolla en un contexto único, con factores económicos, sociales y culturales específicos que influyen en la forma en que los votantes eligen a sus líderes y representantes. En resumen, mientras que el resultado de las últimas elecciones podría interpretarse como un indicio del regreso de la izquierda al país, es importante recordar que la política es mucho más compleja que una simple dicotomía izquierda-derecha.

Finalmente, la situación actual del país es gracias a la convergencia agravada de dos factores, la incapacidad de los partidos y del gobierno de generar una agenda común que les permita trabajar juntos para lograr avances importantes para el país; y no darse cuenta de que esa actitud les termina convirtiendo a sí mismos en esas “mafias desestabilizadoras” que operan en contra del poder del otro. Mientras tanto, el pueblo “sufrido y aguantador” seguirá pagando el precio.

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