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A puertas del juicio, Asamblea sin legitimidad
Los asambleístas se aprestan a llevar a cabo el más drástico ejercicio de poder que les permite la Constitución: destituir al Presidente de la República. Los bajísimos índices de aprobación de la Asamblea hacen que este proceso resulte cuestionable, pero los legisladores se aferran al triste pretexto de que si ellos son impopulares, el primer mandatario también lo es. No es momento de que intenten fungir de salvadores del país.
En una democracia, la legitimidad del poder Legislativo no se deriva solo de las elecciones, sino en su facultad de representar a todos los ciudadanos, con intereses diversos y contrapuestos.
Pese a que los asambleístas que mañana estarán en la sesión que se dispone a destituir al Presidente de la República, llegaron a sus cargos en un momento de gran vulnerabilidad —enfrentando los efectos de la pandemia y de una década de autoritarismo— no articularon las soluciones urgentes que el país requería: en materia laboral, de seguridad social, de lucha contra el crimen, de fomento económico, de educación, etc. Al contrario, fueron simples instrumentos al servicio de fuerzas más grandes que persiguen el poder total. Luego, la sucesión de escándalos corrupción, derroche, insultos, amistades inconfesables y ahora hasta presuntos crímenes sexuales— privó a la mayoría de asambleístas de la legitimidad que debería tener un cargo público; pagado, además, con nuestros impuestos. No importa cuántas elecciones o ‘muertes cruzadas’ se den, esta debacle continuará mientras las papeletas sigan llenas de improvisados sin preparación ni ética. Recae en los partidos la responsabilidad de postular cuadros de calidad, no sus divisiones menores ni personajes de relleno.
RODRIGO SANTILLÁN PERALBO rodsantillanp@gmail.com
El Ejército rojo
“Es esencial transmitir a las generaciones futuras el recuerdo de que los nazis fueron derrotados ante todo por el pueblo soviético, y que los representantes de todas las repúblicas de la Unión Soviética lucharon juntos en esa heroica batalla, tanto en el frente como en la retaguardia”, expresaba el presidente de Rusia, Vladimir Putin al conmemorar el fin de la II Guerra Mundial, que se produjo el 8 de mayo de 1945.
Se debe recordar que el Ejército Rojo de la URSS, fue el principal responsable de la victoria sobre los nazis de Alemania, sin desconocer el papel de los aliados como Estados Unidos, Francia e Inglaterra. La rendición incondicional de las fuerzas militares nazis se produjo el 9 de mayo, según Rusia, ante los representantes de la Unión Soviética, EE.UU., Reino Unido y Francia. Corresponde destacar que el Ejército Rojo de la Unión Soviética liberó a Europa del Este del nazi-fascismo y estableció gobiernos socialistas en Bulgaria, Albania, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía y Alemania del Este. Derrotar a los nazis y al fascismo de Hitler que habían dado muerte a más de 28 millones de mujeres, niños y hombres de Rusia y que habían destruido más de 1.700 aldeas y pueblos, fue un acto heroico ejecutado por el Ejército Rojo en el Frente de la Europa Oriental o Frente Oriental que se convirtió en un inmenso teatro de operaciones de la II Guerra Mundial. El nazi-fascismo fue derrotado, pero aún hay grupos de fascistas en Europa, especialmente en Ucrania, y también en América Latina, razón por la que el Ecuador que, siempre había votado en la ONU contra el fascismo, debía mantener esa decisión, porque el pueblo ecuatoriano rechaza frontalmente el fascismo, en cualesquiera de sus formas y manifestaciones.
tucional de peculado. Dedicaré esta columna a explicar las reglas que se aplicarán hoy, día en que arranca formalmente el juicio político en contra del primer mandatario: Una vez iniciada la sesión, los asambleístas interpelantes intervendrán por el lapso de dos horas y a continuación, el Presidente de la República, durante tres horas presentará su alegato de defensa. Luego, cada parte podrá replicar por un tiempo máximo de una hora. Finalizada su intervención, el Presidente de la República se retirará e iniciará el debate parlamentario , en el cual podrán intervenir todos los asambleístas por un tiempo de diez minutos cada uno. Si los 137 legisladores deciden intervenir, esto tomaría más de 23 horas. Concluido el debate, y en los siguientes cinco días, el Presidente de la Asamblea Nacional convocará nuevamente al Pleno a fin de que resuelva, con base en las pruebas de descargo presentadas por el Presidente de la República. Justo en este momento, los asambleístas podrían presen- tar una moción de censura y destitución, acto que requerirá el voto favorable de la mayoría calificada de la Asamblea Nacional, 92 voluntades. Si no se aprueba la moción de censura, se archivará la solicitud.
Mientras todo esto sucede, el Presidente de la República podría activar la denominada ‘muerte cruzada’, facultad prevista en el artículo 148 de la Constitución para disolver la Asamblea Nacional y así evitar la posibilidad de destitución. Evidentemente se trata de un botón rojo cuyas consecuencias son algo desconocidas porque se trata de una figura nunca antes usada en el registro constitucional ecuatoriano.
Esperemos que la cordura, la razón y el sentido democrático primen hoy en el Parlamento y que los asambleístas comprendan la seriedad del ‘impeachment’ o juicio político; institución que no puede ni debe ser utilizada como una herramienta sin sustento para satisfacer agendas políticas. Hasta ahora nada está dicho, y bien dicen por ahí, que los votos se cuentan al final.