2 minute read

Los paseadores de perros

Esfrecuente ver por calles y avenidas a personas que conducen perros. A veces entendemos que son los dueños de mascotas que los sacan de paseo para cumplir una especie de ritual que tiene que ver con el bienestar del animal y conlleva la ventaja de hacer un poco de ejercicio. Otras veces veo a personas con delantales y uniformes, la mayor parte de ellas mujeres, probablemente trabajadoras domésticas, que cumplen tarea similar.

Hay casos que proliferan conforme avanzan los tiempos y más pudientes son los barrios, cuando vemos a jóvenes, en su mayor parte varones, que llevan a más de un perro, pueden ser dos, tres, a veces jaurías enteras, perros con sus traíllas, de diversas razas, manteniendo una armonía que podría parecer imposible, pero que la consiguen con pericia y dedicación. Son los profesionales del paseo perruno, contratados especialmente para cumplir lo que los jefes no pueden hacer, llevar de paseo matutino o vespertino a las mascotas.

Si bien hay que reconocer que algunos de los paseantes llevan consigo bolsitas y pequeñas palas para recoger las heces de las mascotas, en otros casos les importa nada y nunca llevan lo necesario para que no queden las veredas y los parterres llenos de la ‘decoración’ suplementaria. Esto ocasiona un sinnúmero de problemas al vecindario, a la gente que camina por las calles y que se encuentran con estas sorpresas indeseadas.

Si bien hay reglamentación al respecto, muy pocos la cumplen, con lo que se contribuye al desaseo de las vías y se irrespeta a los vecinos, lo que debería ser motivo de reflexión por parte de los paseadores de perros, sean profesionales o no de la materia.

Parece un tema intrascendente, pero nos sirve para reflexionar en el respeto que debemos tener por los otros, en la importancia que le damos al convivir con los demás y en la necesidad de prestar atención a los detalles.

que todo lo que dice, piensa o hace es maravilloso. Es vanidoso y tiene un marcado complejo de superioridad, siente desprecio por los demás, mientras oculta su complejo de inferioridad y agresividad. ¿Estas características le hicieron pensar en algún candidato?

El miedo a ser superado hace que este tipo de personas ridiculicen a quienes consideran una amenaza para su ego. Son narcisistas y el miedo los hace retroalimentarse en su grandeza . La Psiquiatría los ubica en una vida llena de resentimientos, en la que los complejos forman parte de su patológica personalidad y van condicionando la agresividad como mecanismo de defensa para evitar que su miedo interno se descubra. Según el tratado de psicopatología de Vallejos Nájera, “la estupidez relativa es un cuadro que describe el hecho de que un estúpido relativo siempre necesita de varios estúpidos relativos para que lo adulen”. ¿Cree usted que la campaña electoral ha hecho relucir este tipo de conductas?

Estas personas cantan, bailan y aparentan ser simpáticos, sonríen constantemente, tratan de ser el centro de atención en toda situación. Son falsos líderes que por su temperamento fogoso obligan a quienes les rodean a emitir opiniones, de lo contrario, la ira que desarrollan se vuelve contra quienes osaron contradecirlos. No admiten cuestionamientos y las personas que lo acompañan deben girar en torno a sus deseos. Por causas pequeñas pueden cometer exabruptos, ya que su actitud histriónica y dramática los lleva a agredir a quienes consideran un peligro para sus fines.

No existe tratamiento psiquiátrico, psicológico, farmacológico, hipnótico, quirúrgico, clínico, de medicina alternativa, magia o de cualquier clase que pueda controlar o curar esta enfermedad; pero, frente a las elecciones es nuestra obligación pensar bien y analizar nuestro voto para evitar que este tipo de personas presidan espacios de poder.

This article is from: