1 minute read

INTRODUCCIÓN Y EXPLICACIÓN

Introducción

En el ámbito de las relaciones diplomáticas contemporáneas, la decisión de escoger al Embajador que representará a su país ante otro depende exclusivamente del Estado que le confiere tal responsabilidad. Sin embargo, para ello éste debe contar, antes de su designación, con “el asentimiento” (beneplácito, plácet o “agrément”) del Estado que va a recibirlo Así se establece en la Convención (o Convenio) de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (Art 4, párrafo 1) (Organización de los Estados Americanos, s.f.)

Advertisement

Se debe destacar, que en el marco de la representación del Estado que corresponde a quienes ostentan el título de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario (o su equivalente) y son destinados por sus respectivos países a otros Estados para asumir tal responsabilidad, el beneplácito es considerado una esencial “formalidad protocolar de origen antiguo”, que se ha elevado a norma jurídica mediante la precitada Convención

“La figura del plácet (beneplácito) es exclusiva de la diplomacia bilateral permanente (entre dos estados), no produciéndose en las otras formas de actividad diplomática” (Díez de Velasco) Evidentemente, no es aplicable a los jefes de misión “acreditados” ante los Organismos Internacionales.

Actualmente, el plácet viene a ser “una institución” básicamente constituida por la manifestación que hace el Estado receptor, solicitada previamente para ello por el Estado acreditante, en el sentido de que “no tiene nada que oponer” a la persona que éste se propone nombrar como su jefe de misión.

El beneplácito puede solicitarse a través de la Embajada del Estado que envía (acreditante) en el Estado receptor, o bien a través de la Embajada del Estado receptor en el Estado acreditante. La respuesta (“concesión o denegación”) del plácet puede comunicarse utilizando el mismo medio, o sea, siguiendo una u otra de esas vías

Teniendo presente la necesaria “confidencialidad” requerida en tal gestión, pasados 30 días de dicha solicitud sin recibir respuesta, podrá considerarse con toda propiedad un rechazo implícito. Los Estados que reciben el pedido tienen el derecho de negarlo sin necesidad de ofrecer ninguna explicación al respecto, pues así se consigna en la citada Convención (Art. 4, párrafo 2).

(Organización de los Estados

Americanos, n.d.)

La respuesta a la solicitud de beneplácito gestionado ante países con regímenes monárquicos suele tardar más tiempo (hasta 60 días). Pasado el periodo “de rigor” sin recibirse respuesta alguna a una solicitud de plácet (asumible como rechazo), lo adecuado y digno para la nación suele ser retirar dicha solicitud, y “oportunamente”, someter un nuevo candidato. fuente: (Camargo, 2020)

Fuente: Démarche, Gestión Diplomática (2023)

This article is from: