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Cinco lecciones de negocio para empresas en el

Para enfrentar la situación actual no importa el tamaño o giro de la empresa, o ser especialista ante tal crisis; pero si debe acercarse con los expertos que le puedan ayudar a caminar en esta transición y adoptar el cambio.

Este inicio de año es diferente. No es el mismo en lo personal ni mucho menos en los negocios. Ha sido un año difícil el que dejamos atrás, pero uno también que deja muchas lecciones para considerar hacia el presente que estamos viviendo. Sí, mucho se ha hablado de hacia dónde van las empresas en este 2021, pero lo que si nos queda claro es que no pueden regresar a las viejas prácticas, a la forma tradicional de hacer negocios y de moverse en el mercado, porque este ya cambió y hay que aceptarlo. No admitirlo sería la primera barrera a la que nos enfrentaríamos para poder ser competitivos, pero sobre todo para ofrecer algo de valor a nuestros clientes.

Por: Aldro Álvarez Cruz, Socio Fundador de A&R Management, empresa de Consultoría. Presidente Internacional de Competencia Gerencial. Conferencista, consultor y autor. aldroalvarez@gmail.com @aldroalvarez Así que, bajo este esquema entendamos que ha pasado y cuál es el contexto de esta nueva etapa de los negocios. No quisiera llamarlo “nueva normalidad” puesto que aún no estamos en una operación al 100% de los negocios o del regreso de las personas a sus actividades, muchos de ellos se encuentran aún en un proceso de prueba y error, y creo que es más justo poder llamarlo “periodo de transición” donde el proceso de aprendizaje que llevamos es fundamental para crecer y sostenerse.

Hemos escuchado durante los últimos meses, en el transcurso de esta situación que estamos viviendo, que esto no es exclusivo de México sino que afecta a todos y en todas partes, y en el tema de los negocios es igual. No impactó a unos cuantos, sino a todos sin importar giro, tamaño, ubicación o lo que ofrecían en el mercado. Lo único diferente es la forma en que las empresas afrontaron esta situación. Ahí reside la principal diferencia para entender lo que han hecho las empresas que siguen operando en el mercado y las que sufrieron tanto que no pudieron mantenerse. Entonces, veamos qué es lo que dejamos atrás y que lecciones podemos aprender.

Zona de confort

Una de las cosas que nos costó trabajo dejar a todos fue la zona de confort. Muchas empresas y sus dueños se han acostumbrado a cierto nivel de desempeño, resultados y eso, aunado a una falta de visión y poca ambición, hizo que muchos negocios entraran a la tan temida zona de confort, esa que atrae a todos porque representa estabilidad, seguridad (disfrazada) y un equilibrio en las cosas. Esto se ve reflejado en el hecho de no buscar más participación de mercado, más clientes y conformarse con las utilidades que generaba el negocio. Así que pueden imaginarse que cambio tan radical les representa que, una crisis que no tenían en su guión, mucho menos en su planeación o en sus proyecciones viniera a levantarlos, sacudirlos y presentarles un nuevo reto para la supervivencia de su negocio.

Lección 1. ”La estabilidad no es sinónimo de seguridad para mantener un negocio. Esta puede relajar a personas, procesos y perder de vista el entorno”.

Poca interacción con el cliente

El cliente, esa persona por la que salimos todos los días a luchar para convencer de que nuestra oferta es la mejor del mercado. Ese que anteriormente venía a nuestra empresa, levantaba el teléfono para hacer un pedido o entraba a nuestras redes sociales para investigar y que si bien o mal no lo conocíamos del todo, ahí estaba, quizás porque le gustaba nuestro producto o quizás porque no había algo más, pero ahí estaba.

Pero conforme fueron pasando los meses, nos dimos cuenta de algo: que conocíamos muy poco a nuestros clientes y que tan fácil es perder a uno cuando creemos que los tenemos ganados. Entonces, amanecimos un día dándonos cuenta que sus gustos y preferencias habían cambiado, que ya no era el mismo y que no lo conocíamos.

Lección 2. ”El cliente debe estar al centro de nuestro negocio, por encima de muchas cosas, ya que desde su perspectiva surge todo lo que sucede al interior. Quién logre entenderlo tendrá un paso adelante en ganar su confianza”.

Desprecio por la tecnología

No solo es una forma para mantenernos comunicados con los demás como comúnmente se utiliza o se utilizaba, sino representa una herramienta de negocios útil. Cosa que muchas empresas no entendieron. Durante mucho tiempo veían con desgano y poco interés el uso de tecnología. Adoptarla como una herramienta de trabajo y dejar de verla solo como un distractor, es un gran paso que muchos negocios sufrieron por no entender de qué forma podía potenciar la operación de su negocio.

De repente, de la noche a la mañana muchas empresas sintieron que los empujaron hacia un mundo desconocido, nuevo, donde parecía que

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muchos ya llevaban tiempo y solo ellos eran los nuevos en este escenario, donde no entendían que estaba pasando.

Lección 3. “La resistencia al cambio podrá retrasar por un momento las cosas y mantenerlas como siempre han sido, pero tarde o temprano, sino nos sumamos al cambio, este pasa por encima de nosotros y nos puede rebasar”.

Organizaciones incapaces de adaptarse

Mientras las cosas y condiciones eran otras, y las reglas del juego cambiaban en el mundo a una velocidad impresionante; muchos negocios quisieron esperar “a ver qué pasa”. Otros, decidieron seguir operando de la misma forma aunque afuera el mundo era otro. Esa resistencia al cambio, a flexibilizar su forma de pensar, operar y actuar, hizo que muchos negocios entraran en problemas. Una visión cerrada ante un mundo de cambios impacta en la forma en que las empresas responden ante las exigencias del mercado.

Pero esto no es nuevo, la adaptación siempre ha sido un tema de la evolución, no solo de la especie humana sino de los negocios. El que no se adapta corre el riesgo de desaparecer, como lo hicieron muchos negocios durante estos meses. No es un secreto que el mundo seguirá cambiando, y con esta lección que hemos vivido, deberíamos considerar ampliar nuestra forma de pensar y ver las cosas.

Lección 4. ”La fórmula del éxito de antes no necesariamente es la de hoy. Para mantenernos en el juego necesitamos reinventarla de manera constante, considerando que el mundo cambia todos los días".

Falta de planeación y previsión

Si nos hubiesen dicho hace varios meses que el mundo iba a cambiar de forma radical, que los negocios iban a modificar de una forma impactante su operación y que no serían los mismos, nadie hubiera creído este escenario tétrico y digno de un guión de película. Lo que sí nos mostró es que muchos negocios no planean, ni se anticipan a lo que viene. Cuando escuchábamos decir que la crisis traía un retraso de casi dos meses en México, y que eso nos daría tiempo de anticiparnos a lo que sucedería; para muchas empresas solo quedo en una nota, nos dio tiempo para esperar lo peor y no planear el cómo nos veríamos afectados por la llegada de la situación.

Un plan de acción o de contingencia hubiera ayudado a muchas empresas. Romper el kit de emergencia ante crisis y empezar a operar; junto a esto, observar y estar alerta. Hoy, no sabemos qué va a suceder, pero podríamos ir planeando los diferentes escenarios y anticiparnos lo más que se pueda a algún escenario, no solo optimista, sino también a alguno que no sea favorable.

Lección 5. ”Una organización sin rumbo es como un barco a la deriva. El plan nos ayuda a saber cómo afrontar una situación cualquiera que sea. Una buena previsión nos ayuda a anticiparnos a las cosas”.

Estas son quizás algunas de las tantas cosas que después de este periodo que hemos vivido dejamos atrás. Sin embargo, los negocios deben cambiar radicalmente; esta es una oportunidad para adoptar cosas que no son nuevas, son básicas y ahora elementales. Si en el tiempo pasado no lo hicieron, ahora la situación actual les demostró que es necesario.

Hay que entender que las empresas, sin importar su tamaño o su giro, no necesitan ser especialistas para enfrentar esto, pero si acercarse con los expertos que los puedan ayudar a caminar en esta transición para que su empresa vaya adoptando el cambio no de forma reactiva, sino como parte de su filosofía de negocio.